Me encuentro en la segunda área urbana más grande de América del Sur, detrás de São Paulo y se nota. Además la calle con más marcha de la ciudad. Pero ya es tarde, a poco que me entretenga y cene algo, me dará la media noche. Ceno una hamburguesa con una cerveza y regreso al hotel dando un paseo.
He tenido mi primera toma de contacto con esta ciudad de Buenos Aires y lo he hecho conociendo su corazón cultural y de ocio en esta "avenida de las luces". La verdad que muy poquito tiempo, y se necesita bastante para recorrer y disfrutar en sus más de 8 km extensión, de la oferta cultural y gastronómica que ofrece. Pero tengo toda una semana por delante para acercarme a conocerla más a fondo.
Me queda mucho por ver en este gran boulevard y en esta gran ciudad. La mayor área urbana del país, la segunda de Sudamérica, Hispanoamérica y del hemisferio sur, y una de las 20 mayores ciudades del mundo.
La metrópolis es una ciudad autónoma que constituye uno de los 24 distritos en los que se divide el país. Tiene sus propios poderes ejecutivo, legislativo y judicial, además de su propia policía.
Lo de capital del tango, con el permiso de Uruguay en general, y Montevideo en particular. Aunque por lo que he leído sobre este asunto no tiene que haber polémica. Según los especialistas sobre este reconocido <Bien Inmaterial Cultural de la Humanidad> , el tango no es ni argentino ni uruguayo. Dicen que en rigor, es rioplatense, o sea, su nacimiento es compartido por los dos países que comparten las orillas del Río de la Plata, Argentina y Uruguay. Y esta precisión es necesaria porque, entre otros factores: este centenario estilo musical representa el pulso y el alma de dos ciudades hermanas como son Buenos Aires y Montevideo que comparten la cuna y el gusto del ritmo del dos por cuatro. Hermanos rioplatenses.
Uno tiende a querer diferenciarse de aquel al que se parece más. Con el que se parece menos, la diferenciación es casi natural, no hay que intentarla", dice el historiador y politólogo uruguayo Gerardo Caetano.
Pude comprobar personalmente el "pique" entre montevideanos y porteños. Los primeros tachan de arrogantes a los segundos y para estos Uruguay es una provincia más.
Sigo relatando el viaje, que me he ido por los cerros de Úbeda.
Me he levantado poco antes de las 8h, he encendido la tele y en las noticias, me han dado la grata sorpresa de que es la festividad de San Fermín. Diferente uso horario y a más de diez mil kilómetros, pero he visto por la televisión el encierro. Después he bajado a desayunar y seguidamente me he instalado en el salón del hotel, para ver que dispongo hoy.
En una guía de Buenos Aires que me regaló mi buena amiga Elena en Punta del Este -balneario y capital turística de Uruguay- me proponen una serie de itinerarios para conocer lo más relevante de la ciudad. Son catorce recorridos, que en principio podría realizar.
No se puede entender Argentina sin su Plaza de Mayo. Es por ello que decido comenzar las visitas en esta Plaza, el punto considerado como "el lugar donde se fundó Buenos Aires".
Considerada por muchos como “la avenida más ancha del mundo”, en su recorrido une los barrios de Constitución y Retiro.Tiene 110 metros de ancho en su calzada central, divididos en 16 carriles. Si a eso se le suman las dos calles que en la práctica funcionan como “carriles extra” (Carlos Pellegrini y Cerrito), la avenida cuenta con un ancho de aproximadamente 140 metros y 22 carriles en total.
No sólo es la avenida más ancha del mundo, sino la segunda más larga, por detrás de la Yonge Street de Toronto, de 56 kilómetros de longitud. Esta calle, que atraviesa la capital argentina de norte a sur durante 35 kilómetros, tiene en el centro el famoso símbolo de la ciudad: el Obelisco.
Cruzarla, respetando el exiguo tiempo de los semáforos, es una de las experiencias que te traes de tu viaje a Buenos Aires.
Uno de los rasgos más característicos de la Avenida 9 de julio es el Obelisco, situado en la Plaza de la República, en el cruce con la Avenida Corrientes. Una estructura de hormigón de 67,5 metros de altura inaugurada en 1936 para celebrar el cuarto centenario de la fundación de la ciudad. Este monumento se levantó en el mismo lugar donde fue izada la bandera nacional por primera vez en la Ciudad. Es obra del arquitecto Alberto Prebisch, uno de los principales exponentes del modernismo argentino y autor también del vecino Teatro Gran Rex.
Esta construcción hace que la plaza también sea conocida como la «Plaza del Obelisco».
Para desplazarme desde el hotel, tengo un recorrido a pie de un kilómetro aproximadamente. Tomo la avenida Diagonal Norte o Avenida Presidente Roque Sáenz Peña. La arteria más imponente de Buenos Aires, en el primer tercio del siglo XX. Se instalaron las sedes de las grandes empresas, los bancos, las compañías de seguro, los terratenientes. Se quiso imitar el espíritu parisino de sus avenidas y todos sus edificios se construyeron con la misma altura de 33 metros, con balcones corridos y sus esquinas con cúpulas de hasta cuatro niveles. fue pensada con inspiración parisina. Su diseño es fruto del proceso de modernización encargado por el intendente Carlos de Alvear al arquitecto galo Joseph-Antoine Bouvard en 1907.
Conforme avanzo por la amplia avenida y me voy acercando a la plaza, los edificios son mas señoriales y espléndidos. Me llama la atención el edificio del Banco de Boston, que tiene una magnífica entrada de estilo "plateresco".
Después de un corto paseo admirando los edificios, al final de esta avenida se encuentra la Plaza de Mayo. La fachada de la Casa Rosada, en su lado este, domina la vista, pero la composición que rodea toda la plaza es un repaso a la historia del país. La Casa Rosada, el Cabildo, la Catedral, el edificio del Banco Nacional, entre otras edificaciones. Me encuentro la "caja de resonancia" de las grandes manifestaciones populares del país, en el barrio de Monserrat, microcentro de la ciudad de Buenos Aires.
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Ubicación aproximada del Microcentro (verde claro en sentido estricto). |
En esta enorme ciudad, el tejido urbano se asemeja a un abanico que limita al sur, oeste y norte con la provincia de Buenos Aires y al este con el río. Oficialmente la ciudad se encuentra dividida en 48 barrios.
En un principio el espacio que ocupa la plaza actual estaba en ese entonces dividido por la Recova vieja, una arquería que formaba dos plazas: una, hacia el este, frente a la actual Casa Rosada, llamada Plaza de armas (también Plaza del Fuerte o Plaza del Mercado); la otra, hacia el oeste, frente al Cabildo y a la Catedral (la Iglesia Mayor de la ciudad había sido elevada a catedral en 1620), llamada Plaza de la Victoria. El centro de la segunda fue elegido para levantar la pirámide. En 1883 se demolió la Recova vieja y, desde entonces, las dos plazas quedaron unidas en la actual Plaza de Mayo.
Rodeada por las calles Hipólito Yrigoyen, Balcarce, Avenida Rivadavia y Bolívar del barrio de Monserrat. Nacen desde su lado oeste tres importantes avenidas: Presidente Julio A. Roca (Diagonal Sur), Presidente Roque Sáenz Peña (Diagonal Norte) y Avenida de Mayo.En su entorno se encuentran varios de los principales monumentos y puntos de interés: el Cabildo histórico, la Casa Rosada (donde reside el Poder Ejecutivo de la Nación), la Catedral Metropolitana, el edificio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la casa central del Banco Nación y la casa central de la AFIP.
Su nombre es un homenaje a la Revolución del 25 de Mayo de 1810, que ocurrió en esta misma plaza y que dio inicio a la gesta de la independencia argentina, a partir de la cual se comenzó a elegir una forma de gobierno propia. Es también el lugar donde fue fundada por segunda vez la ciudad, el 11 de junio de 1580 por Juan de Garay, con el nombre de Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre.
En la Plaza de Mayo se han desarrollado en los tres últimos siglos los grandes acontecimientos políticos del país, a excepción de la Declaración de la Independencia. Fue testigo del movimiento político de Evita y el Peronismo. Y también fue conocida mundialmente por la presencia todos los jueves del año de "Las Madres de la Plaza de Mayo" reclamando por sus hijos detenidos y desaparecidos durante la dictadura de Jorge Rafael Videla y su Junta Militar.
La plaza de Mayo es el punto donde todo converge, desde siempre, todo ha ocurrido allí, desde la fundación de la ciudad, hasta la última concentración realizada, quizás hace algunos minutos.
Pirámide de Mayo
Me dirijo al centro de la plaza donde se eleva con sus dieciocho metros la Pirámide de Mayo que se considera el primer monumento patrio.
En abril de 1811, el Cabildo de Buenos Aires decidió conmemorar el primer aniversario de la Revolución de Mayo haciendo erigir una Columna del 25 de Mayo, que, en los hechos, se materializó como un pequeño obelisco, sin que haya quedado registro de por qué se eligió esa forma en vez de la que sugieren las palabras del Cabildo. Tampoco se sabe la razón por la que, desde siempre, se conoció al obelisco con el nombre de pirámide.
La Pirámide de Mayo mide 18,76 metros, y está coronada con la escultura de la Libertad.
Su inauguración fue el 25 de mayo de 1811 y fue construida por Pedro Vicente Cañete. Se situó inicialmente del lado oeste de la plaza, para celebrar el primer aniversario de la Revolución de Mayo.
En 1856, bajo la dirección del artista Prilidiano Pueyrredón, se la transformó construyendo una nueva pirámide sobre los cimientos de la anterior, que es la que se observa actualmente.
En 1912, después de haber sufrido algunas modificaciones, se la trasladó al sitio actual, 63 m más al este de donde se encontraba originalmente, pues se pensaba erigir un enorme monumento que la contuviera en su interior.
En su cúspide, se colocó una pequeña estatua de la Libertad con un gorro frigio que representa a la República Argentina.
Existe una única placa, de bronce, de 85 cm de largo y 57 de alto, colocada sobre el lado oeste de la pirámide. Todo su contenido son dos nombres: Felipe Pereyra de Lucena y Manuel Artigas, que fueron los dos primeros oficiales que perdieron la vida en los campos de batalla luchando por la independencia argentina.
El 10 de marzo de 2005 la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sancionó la ley 1653 que declaró Sitio Histórico al área que rodea a la Pirámide de Mayo, espacio en el cual se pintaron con blanco las representaciones de los pañuelos que las Madres de Plaza de Mayo utilizan atados alrededor de sus cabezas para identificarse y pedir justicia por sus hijos desaparecidos.
Monumento al General Belgrano
Esta estatura ecuestre del General Belgrado, frente a la Casa Rosada, rinde un especial homenaje al que fuera creador de la bandera argentina.
Belgrano levanta con su brazo derecho la bandera, mientras su cabeza se tuerce para contemplarla con la mirada perdida en el cielo. El caballo parece contener apenas la fogosidad que se trasluce en su expresiva cabeza.
Este monumento ecuestre, inaugurado en 1873, es obra conjunta del argentino Manuel de Santa Coloma, quien realizó la figura del caballo, y el francés Albert Ernest Carrier-Belleuse, autor también del mausoleo del General San Martín que se encuentra en la Catedral Metropolitana y maestro -luego rival- de Auguste Rodin.
Se trata de una obra realizada en bronce sobre un pedestal de granito y muestra al prócer argentino Manuel Belgrano sosteniendo la bandera argentina.
El general Manuel Belgrano (1770-1820) nació y murió en el barrio de Monserrat y fue abogado, militar y uno de los políticos más destacados en el proceso de la Independencia nacional. Influenciado por el ideario liberal de la Revolución Francesa, elaboró un proyecto económico para la Argentina que ponía el acento en la producción agraria y contemplaba el crecimiento manufacturero. En 1810, Belgrano integró la Primera Junta (el gobierno criollo formado como consecuencia de la Revolución de Mayo). Dos años después, en 1812, creó la Bandera nacional a orillas del río Paraná, en la ciudad de Rosario.
Rodeando la plaza:
Casa Rosada
Su fachada ocupa todo el lateral este de la Plaza de Mayo y se localiza en la calle Balcarce 50.
La Casa Rosada es la sede del Poder Ejecutivo de la República Argentina y Monumento Histórico Nacional, en el se encuentra el despacho del Presidente de la Nación Argentina. Alberga además el Museo de la Casa de Gobierno, con objetos relacionados con los presidentes del país. Allí existió antiguamente el Fuerte de Buenos Aires (Real Fortaleza de Don Juan Baltasar de Austria), que fue demolido parcialmente en 1853 y en forma total en 1882.
"No siempre tuvo este aspecto". En sus comienzos, cuando la ciudad fue fundada por Juan de Garay en el siglo XVI, se ubicó aquí la residencia de los virreyes españoles; después pasó a las autoridades locales y no sería hasta 1898 cuando adquiriese su diseño actual bajo el mandato del Presidente Roca, que encargó al arquitecto italiano Francesco Tamburini unir los edificios vecinos de la Casa de Gobierno y el edificio de Correos y Telégrafos ya que "el segundo llamaba más la atención" con su fachada neoclásica. Hoy el lugar presidencial brilla imponente con la piedra que hace honor a su nombre y con el arco de Balcarce 50 uniendo ambos espacios, y bajo el que se han dado los discursos más importantes de la historia del país.
Roque Sáenz Peña fue el único presidente que vivió dentro de la Casa Rosada.
Como des una vuelta por el edificio comprobarás que únicamente está puntada la fachada principal que da a la plaza.
Según la tradición, Se atribuye al Presidente Domingo F. Sarmiento que la Casa de Gobierno se pintara de color rosado, representando simbólicamente la fusión de los partidos que protagonizaron las cruentas guerras civiles de la primera mitad del siglo xix, con la mezcla del blanco supuestamente usado por los unitarios y el rojo de los federales. La leyenda, sin embargo, parece improbable: los unitarios se identificaban generalmente con el color celeste. Por otra parte el color rosa era muy utilizado durante el siglo xix. Surge de la combinación de pintura a la cal con sangre bovina, empleándose esta última por sus propiedades hidrófugas y fijadoras. Siendo esta última la teoría más aceptada.
Parque de Colón
Este Parque se encuentra detrás de la Casa Rosada. Me acerqué a visitarle, pero estaba en obras. Lo que sí ver fue el grandioso monumento a Cristóbal Colón que fue donado por la comunidad italiana en Argentina a Buenos Aires, para conmemorar en 1910 el centenario de la Revolución de Mayo -Su construcción fue impulsada por un próspero inmigrante italiano, Antonio Devoto-. Fue realizada en mármol de carrara por el escultor italiano Arnaldo Zocchi en 1904 y terminó de construirse en 1921. Llegó a la Argentina el 14 de abril de 1921 y se inauguró el 15 de junio de ese año.
Aunque parezca increíble, con sus más de 600 toneladas de peso, y una altura de 26 metros, la obra fue íntegramente realizada en Italia y traída a nuestro país desmontada, por lo que fue su mismo escultor quien dirigió en Buenos Aires todo el operativo de montaje y armado.
En lo que se refiere a la estatua de Cristóbal Colón, la misma mide más de 6 metros de altura pesa 38 toneladas, y está sostenida por una columna realizada en un solo bloque, y en su base hay esculturas que representan La Ciencia, El Genio, El Océano y La Civilización.
Estátua y tras ella la Casa Rosada. Después de las obras
Banco de la Nación Argentina
Me dirijo a la izquierda, en sentido contrario a las agujas del reloj, junto a la Casa Rosada se encuentra uno de los edificios más emblemáticos que rodean la Plaza de Mayo, el del Banco de la Nación Argentina. Diseñado por el prestigioso arquitecto Alejandro Bustillo con una combinación de estilos clásicos en clave monumentalista, ocupa una manzana entera con 10.000 metros cuadrados y fue inaugurada en 1944. El mismo fue declarado patrimonio histórico. Es la sede central de la institución. Entre 1857 y 1888 funcionó en este lugar el primer Teatro Colón, mientras que el actual edificio fue construido en dos etapas entre 1940 y 1955. El recinto está cubierto con una bóveda que es de las mayores del mundo, ya que sus dimensiones son de 50 metros de diámetro por 36 de altura y un peso de cincuenta mil toneladas. Esta inmensa mole Está considerada una de las más grandes del mundo, ubicándose detrás de la cúpula de San Pedro del Vaticano y el Capitolio de Washington.
Por fuera, el edificio está recubierto de una piedra especial traída desde la zona de Balcarce. Adentro, en cambio, las paredes exhiben una superficie hecha con mármol travertino y los pisos son de granito. En los despachos se lucen revestimientos confeccionados con maderas de cedro y caoba. También hay otros dos datos asombrosos que sirven para darle dimensión a la obra: los corredores de todo el edificio suman unos cinco kilómetros y se calcula que existen unas 1.600 puertas.
No se permiten sacar fotos por razones de seguridad.
La Catedral Metropolitana
Tomo la Avda Rivadavia para dirigirme hacia la Catedral Metropolitana, pero antes entre en el edificio del Banco Francés (BBVA), para sacar dinero en el cajero. Esta gran avenida por la que camino, lleva el nombre del primer presidente de la República Argentina - Bernardino Rivadavia, cuyo mandato se extendió entre el 8 de febrero de 1826 y el 9 de agosto de 1827- y es una de las arterias más largas de Argentina. Nace en la Plaza de Mayo, divide el Norte y el Sur de la Capital y termina a más de 35 kilómetros, hacia el oeste de la provincia.
En un minuto llego a la Catedral de La Santísima Trinidad de Buenos Aires como se la conoce. Es el principal templo católico de Argentina. Se encuentra ubicada en el barrio porteño de San Nicolás, en la intersección de la calle San Martín y la avenida Rivadavia, en el solar donde en 1593 Juan de Garay instalara la Iglesia Mayor. Desde entonces ha sufrido muchas modificaciones, la última importante en 1862.
La Catedral de Buenos Aires va de la mano de la fundación de la ciudad, allá por 1580. Cómo correspondía en los considerandos de las Leyes de Indias, Juan de Garay destinó destinó para la iglesia mayor o catedral el mismo cuarto de manzana que ocupa hoy n: "Hago y fundo en el asiento una ciudad la cual pueblo con los soldados y gente que al presente he traído para ello, la iglesia de la cual pongo por advocación de la Santísima Trinidad, la cual sea y ha de ser iglesia mayor parroquial" , dejó dicho por escrito, Garay en 1580. Y En 1585, en el terreno que ocupa el Banco de la Nación, el obispo fray Alonso Guerra inició la construcción de la primera capilla, que se terminó dos años después.
En 1593, en el sitio de su actual emplazamiento, el arcediano Martín del Barco Centenera levantó un nuevo templo de reducidas dimensiones, hecho de paja y adobe, que prestó servicios hasta 1603.
La Catedral Metropolitana nace al crearse, en 1620, la Diócesis de la ciudad de Buenos Aires. Siglos después, en 1865, la sede se eleva a Arzobispado es ahí cuando se convierte en Metropolitana.
El edificio actual es la sexta construcción que se realizó en este lugar desde la segunda fundación de la Ciudad de Buenos Aires.
El quinto de los templos se construyó hacia el 1682, pero tras derrumbes, remiendos y demoliciones; en 1752, se encomienda la construcción de un nuevo templo a Antonio Masella, quien culmina los trabajos por el año 1791, aunque su decoración concluyó recién en 1911. Tal y como conocemos en la actualidad su interior. tal como conocemos en la actualidad su interior.
En 1942, la Catedral Metropolitana fue declarada Monumento Histórico Nacional.
Pasados los años, independizado ya el país de España, el gobierno de Martín Rodríguez toma interés en culminar la obra. El encargado, el francés Próspero Catelin
En 1822, los franceses Próspero Catelin y Pedro Benoit diseñaron la fachada neoclásica actual, que se inspira en el frontis del Palacio Borbón de París y cuyas 12 columnas simbolizan a los doce apóstoles de Jesús. El interior tiene cinco naves, capillas laterales y un crucero que se halla bajo una impresionante cúpula que alcanza los 41 m de altura. La decoración de su frontón fue realizada entre 1860 y 1863 por Joseph Dubourdieu y presenta doce columnas de capitel corintio que simbolizan a los doce apóstoles y un bajorrelieve que representa a un episodio narrado en el Antiguo Testamento -el encuentro de Jacob con su hijo José en Egipto-.
Finalmente, en 1877 el arquitecto Enrique Alberg reformó una nave lateral para dar lugar al mausoleo del general José de San Martín, obra del escultor Albert ErnestCarrier-Belleuse y donde reposan los restos del "Padre de la Patria" que fueron repatriados de Francia para cumplir sus deseos de descansar en su amada patria.
La iconografía del frontispicio, inspirada en un relato bíblico dicen los expertos que podía contener también un mensaje sobre la coyuntura política del momento.
Unos dicen que la obra de Dubourdieu representa la parábola del hijo prodigo que simboliza la unión de Buenos Aires y el interior después de años de guerras civiles tras la declaración de la independencia. Para muchos, la escena puede tener un ejercicio de lectura en tres niveles: el tipológico bíblico, el simbólico histórico e incluso el simbólico masónico -relacionado con la La Francmasonería en Argentina que se cree que comenzó en las postrimerías del siglo XVIII.
El 17 de agosto de 1947, en la esquina derecha del muro de la Catedral se instaló la lámpara votiva, que representa la llama de la "argentinidad"que flamea perseverante. Esta fue fundida con el bronce de los cañones que San Martín utilizo en sus batallas.
Todos los días más de multitud de personas recorren sus 14 capillas y el mausoleo del general José de San Martín. La catedral tiene mucho por recorrer y ver. Estando dentro comenzaba la misa de las 12,30 h, por lo que abandoné la catedral y volví por la tarde para poder completar la vista. Dediqué mucho tiempo en estas visitas, más que por mi fervor religioso, por mi pasión por el arte y sus obras.
Una de las cosas que sorprende a quien visita la Catedral es la diversidad de estilos que es posible observar en su interior. No olvidemos que la construcción del edificio actual fue iniciada en el siglo xviii y recién pudo ser concluida a principios del siglo xx, pasando por manos de variados arquitectos y constructores, quienes, según el momento, fueron cambiando o agregando algo.
Apenas se ponen los pies dentro se puede observar y admirar la magnitud de su arquitectura y riqueza histórica de sus objetos. El interior de estilo colonial tiene planta de cruz latina, con cinco Naves, capillas laterales, crucero y coro rectangular profundo.
En sus cinco naves se destacan el piso de venecitas (que son mosaicos diminutos), diseñado en 1907, por el italiano Carlos Morra, y fabricado en Inglaterra en mosaico veneciano. traídos de Inglaterra. 2600 metros cuadrados de mosaico de espléndido mosaico.
La nave central está cubierta por una bóveda de cañón corrido, y un crucero cubierto por una cúpula de tambor circular que alcanza los 41 metros de altura. La cúpula está cubierta de frescos renacentistas, el altar mayor es de estilo barroco igual que el púlpito y fueron tallados en madera.
Altar Mayor, los dos púlpitos y cúpula. Los púlpitos fueron realizados por Juan Antonio Gaspar Hernández entre 1789 y 1790, de base octogonal, de color azul y detalles en dorado. Al acercarse se pueden observar los detalles tallados.
Desde la nave lateral derecha se accede a su primera capilla -Altar de San Luís Gonzaga- donde se encuentra la imágen de la Virgen de Guadalupe. Pero la segunda capilla -Altar de San Juan Nepomuceno- tiene una curiosa historia reciente. Y es que la imágen del del Santo Cristo del Amor -conocido en Argentina como el Cristo de los Futbolistas- que ocupa un sitio preferente en esta capilla, tiene unas raíces muy españolas, concretamente sevillana. Es una replica del Cristo de la Sentencia de la Hermandad de la Macarena sevillana. Parece ser, que en una visita a Sevilla del monseñor Keegan, canónigo de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, quedó muy impresionado por esa talla.
Tras la citada visita los entonces jugadores argentinos del Sevilla Scotta, Bertoni y Pablo Blanco, encargaron en 1980, al imaginero sevillano Álvarez Duarte, construir una imagen tallada en cedro libanés, una replica del Cristo de la Sentencia, para rendirla culto en la seo porteña y que un trozo de Sevilla estuviera en Buenos Aires.
Desde 1981, se venera en la catedral bonaerense y sale en procesión los Viernes Santos por la capital de Argentina entre la devoción de fieles e hinchas del fútbol.
Los feligreses que le visitan, se acercan a la talla y le tocan los pies y algunos escriben en un cuaderno de intenciones que se encuentra en la capilla.
La talla despierta tanta devoción que uno de sus pies está completamente gastado y necesita una restauración.
A la derecha Jesús de la Sentencia de la Basílica de la Macarena en Sevilla. Obra del escultor sevillano Felipe Morales Nieto realizada en 1654 y correspondiente por ello al Barroco. Representa a Jesucristo maniatado en el momento en que un sanedrita judío lee su sentencia.
Pocos saben que este Cristo guarda otro secreto en su interior: Luis Álvarez Duarte, grabó en en el interior de la escultura un escudo del Sevilla FC por encargo de Scotta y Bertoni -que entonces eran futbolistas del conjunto nervionense- pero el artista que era bético, no pudo reprimirse y grabó también el del equipo de sus amores.
Sigo el recorrido por la Catedral y entre las capillas laterales, cabe destacar la tercera a la derecha de la entrada, la Capilla de Nuestra Señora de la Paz. Aquí se venera a la imagen fundadora de la Catedral.
San Martín quería que sus restos reposasen en Buenos Aires. Sin especificar más.
Fallece el 17 de agosto de 1850 en Boulogne Sur Mer, Francia. Inicialmente, sus restos permanecieron en aquel país europeo. En primera instancia, fue enterrado en la cripta de la Capilla de Notre-Dame. Ahí estuvieron sus restos hasta que once años después fueron depositados en el cementerio de Brunoy (París) y, después de varios intentos de repatriarlos, finalmente, durante la presidencia de Nicolás Avellaneda, fueron depositados en esta capilla de la catedral, donde reposan en un espléndido mausoleo, obra de Carrier Belleuse.
En principio, y hasta que se finalizó el Mausoleo, los restos del libertador Brigadier General don José de San Martín y Matorras, se depositaron en la cripta de los canónigos en la Catedral de Buenos Aires, el día 29 de mayo, un día después de su llegada a la capital, donde permanecieron hasta que quedó terminado el mausoleo, y el día 27 de Agosto, de ese mismo año, se trasladaron al Mausoleo, su destino final.
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Cripta de la Catedral |
La Capilla está custodiada permanentemente por dos soldados Granaderos -del Cuerpo Granadero que él creó- y que diariamente van de la Casa Rosada al Mausoleo para continuar la tradición de más de un siglo. Y eso que cuenta la historia , que en 1826 el presidente Rivadavia disuelve el Batallón de Granaderos a Caballo. Pero resurgieron con el Ave Fénix, 23 años más tarde, un 29 de mayo de 1903, cuando el presidente Roca firmó el decreto que determinó la recreación del Regimiento de Granaderos a Caballo sobre la base del mejor regimiento de caballería de línea, usando como uniforme de parada el histórico que diseñara el Gral. San Martin.
Y cuatro años mas tarde, el presidente Figueroa Alcorta designa a este cuerpo como Escolta Presidencial y desde entonces, cada mañana, puede verse a un grupo de 7 granaderos marchar desde la casa de gobierno (7 h) a la Catedral de Buenos Aires, donde dos de ellos quedan montando guardia a la entrada del mausoleo del Padre de la Patria. Cada dos horas regresan los otros cinco y se efectúa el cambio de guardia, hasta el final del día (21 h) en que los 7 regresan a la Casa Rosada.
Y el porqué de dos plantones Granaderos en el Mausoleo. Pués ficción o realidad, se cuenta qué: El sábado 28 de mayo de 1880, llegaban a Buenos Aires, a bordo del vapor Villarino, los restos del Gral. José de San Martin. Los últimos 7 Granaderos a Caballo que aun vivían, viejos ya, por su propia cuenta y determinación se reunieron vestidos con los restos de sus antiguos uniformes, marcharon a caballo al puerto a recibir a su jefe, escoltaron el féretro hasta la catedral y allí montaron guardia a la entrada del mausoleo durante toda la noche, al amanecer se despidieron y se perdieron en la historia.
Por eso, todas las mañanas siete granaderos, en las horas impares desde la 7 de la mañana, hasta las 21 h, caminan desde la Casa Rosada hasta el mausoleo y se quedan dos custodiándole, el resto se retira. Cada dos horas se hace el relevo de guardia.
El monumento está hecho, casi en su totalidad, en mármol rosado, mientras que la base es de mármol rojo y la lápida de mármol rojo imperial. El sarcófago es de color negro belga. Los restos de San Martín se encuentran rodeados de tres esculturas femeninas, que representan a cada uno de los países que éste liberó: Argentina, Chile y Perú. Junto a él se hallan las urnas con los restos de los generales Juan Gregorio Las Heras y Tomás Guido y los del Soldado Desconocido de la Independencia.
El monumento fue inaugurado el 27 de agosto de 1880.
Después de años y trajines, para repatriar el cuerpo de San Martín embalsamado y resguardado en tres ataúdes, uno de plomo, otro de roble y el tercero de abeto. Parecía que por fín iban a descansar sus restos tranquilos en Buenos Aires, como él deseaba y en un Mausoleo a medida.
Pero hoy en día, versiones, dimes y diretes, han creado una aureola de polémica del como y de qué forma se instaló y reposa definitivamente el féretro con su cuerpo. Todo ello, o bien, por un error imperdonable y la verdad que incomprensible, como consecuencia de una falta de previsión del sastre Carrier Belleuse, en las medidas del precioso sarcófago en mármol negro belga para la talla del cuerpo y sin poner en discusión la indiscutible condición católica del finado. O bien, como consecuencia, según versiones de algunos historiadores, de la condición de masón del San Martín.
Algunos historiadores defienden que era masón -iniciado en la Logia Integridad de Cádiz- a instancias del gobernador de Cádiz, Francisco Solano -quien dicen, introdujo a San Martín en la masonería- y que en 1808, recibió el tercer grado de la masonería, el correspondiente a Maestro-. Otros defienden su indiscutible filiación católica, respetuoso de la jerarquía eclesiástica y celoso delcumplimiento de los deberes religiosos por parte de sus soldados.
Como no podía ser de otra manera existen versiones para todos los gustos.
Se dice, que según la versión de un testigo, en realidad sus restos no están en el sarcófago, y éste es puramente decorativo. ¡Su féretro está en el centro del monumento!
Lo corrobora el Cardenal Arzobispo de Buenos Aires, en carta fechada el 5 de mayo de 1947 y dirigida al señor Director Interino de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos, que solicitaba información al respecto. En ella, le informa que conforme a lo manifestado por un testigo presencial de la traslación de los restos del General D. José de San Martín al Mausoleo que actualmente ocupa, el ataúd está orientado de N. a S., de tal manera que la cabecera se encuentra hacia el altar Mayor de la Iglesia Catedral. Sin embargo su posición no es horizontal, pues excediendo el ataúd las medidas de la cavidad destinada para el mismo, fue menester dar a aquél una inclinación de aproximadamente 15°. La explicación, que cuando trajeron sus restos en un triple ataúd, se llevaron la gran sorpresa de que no cabía en el monumento que habían diseñado.
La “versión masónica” apoya, que en una primera instancia hubo una oposición del clero, avalada en los cánones apostólicos romanos y por ello los restos de San Martín yacen en el exterior del perímetro de la Catedral, en una capilla construida afuera de la nave central, porque era masón; dando a entender que la Iglesia no aceptaba que descansara bajo su custodia.
«San Martín era masón, o eso decían y como tal no podía ser alojado en un lugar consagrado».
Cabe recordar la Encíclica "In Eminenti" del Papa Clemente XII (1652-1740): "Hemos decretado condenar ciertas sociedades, asambleas, reuniones, convenciones o sesiones secretas, llamadas francmasónicas o conocidas bajo alguna otra denominación...bajo pena de excomunión".
Por ello los restos de San Martín están “cabeza abajo” y en un ángulo de 33º por su carácter masón. Sostienen que la Iglesia encontró la solución admitiendo la construcción de un mausoleo junto al edificio de la Catedral, es decir, fuera del recinto o cuadrilátero consagrado, para que se guardasen los restos del más grande de los argentinos, por ser un masón. Pero esto no fue todo: Las autoridades eclesiásticas no estaban conformes y colocaron el ataúd con la parte superior inclinada hacia abajo, con lo cual se aludía a la premisa de que los que mueren fuera del seno de la Iglesia van al infierno.
"La masonería era tanto un servicio de inteligencia como un partido político de la época que representaba a la ideología liberal y a la defensa de la Revolución Francesa" señala el escritor porteño Jorge Fernández Díaz en su novela de aventuras sobre la revolución americana -'La logia de Cádiz' (Planeta)- .
Si en verdad lo era, llevo el secreto a la tumba. Los defensores de su condición de masón señalan que era conocida la negativa de San Martín de hablar en vida de su vinculación con la masonería y las sociedades secretas. El juramento masónico de silencio iba más allá de la muerte.
Dado que creo que el asunto no dé como para que se decida romper el Mausoleo para salir de dudas en su posición y ángulo -que creo que con los medios tecnológicos actuales, no sería necesario-, seguramente las polémicas de los intereses, dimes y diretes al respecto, seguirán en el tiempo.
Sobre su condición de masón, ¿hay queda la duda?
Sobre el Prócer, Padre de la Patria y Libertador, como se le conoce en Argentina. O un traidor a la Corona del absolutista Fernando VII, se ha escrito mucho y ha dejado lugar a misterios y polémicas.
Nacido el 25 de febrero de 1778, en el pueblo de Yapeyú (Corrientes), capital de su departamento y uno de los cinco en que se dividió el gobierno de los guaraníes. Era el quinto y último hijo del ayudante mayor Juan de San Martín y Gómez, teniente gobernador de la provincia -que había llegado al continente americano hacia el año 1762-, y de Gregoria Matorras y del Ser, casados en Buenos Aires, pero ambos palentinos. Destinado el padre a España, llegaron a Cádiz el 23 de marzo de 1784 con cinco hijos, el menor José Francisco, de seis años. Posteriormente se radicaron en la provincia de Málaga.
(Queda en pie la polémica, bastante moderna, sobre la posibilidad de que no fuera criollo -por ser hijo de españoles-, si no mestizo y la paternidad se le achaque a otro militar español, Diego de Alvear sobre José Francisco, como fruto de una relación con una india guaraní, Rosa Guarú. Otros historiadores, por la falta de datos y documentación contrastada, sostienen que incluso no nació en Sudamérica).
Desde los seis años hasta los trece, vivió José en la sencilla casa paterna y en el rudo cuartel militar de Málaga. En 1789 ingresa en el ejercito español con 11 años, en donde actúa en el ejército y la marina y como colofón, el 11 de agosto de 1808, asciende al grado de Teniente Coronel de Caballería. Tras 22 años de brillante carrera forjándola como militar al servicio de la Corona y de las Cortes de Cádiz, hacia fines de 1811 pidió la baja del ejército -alegando necesidades de atender asuntos familiares el Lima- pero viajó a Londres -epicentro, por aquel entonces, del independentismo americano-.
En Londres participó de reuniones inspiradas por el venezolano Francisco Miranda, quien merece ser considerado el primer libertador de Sudamérica. Conoce entonces a varios americanos que habían servido a España, como Carlos de Alvear, Tomás Guido, José Matías Zapiola y Andrés Bello. Todos compartían el ideario liberal inspirado en las revoluciones estadounidense y francesa. Y dicen influenciados por la logia masónica “Gran Reunión Americana” -fundada por Francisco de Miranda en el año 1797 en Londres-, en la que se inspiran las logias independentistas llamadas lautarinas.
Llegó a Buenos Aires el 9 de marzo de 1812 y ocho días después ofreció sus servicios a la Junta Gubernativa, donde, según su carta “todos los vocales menos uno, le recibieron con una desconfianza muy marcada”. Siete días después, el 16, se incorporó al Ejército de la Revolución de Mayo y el Triunvirato le reconoció el grado de teniente coronel de Caballería. Le aceptaron formar un primer escuadrón de Granaderos a Caballo. Un cuerpo de élite con el que se dio a conocer en su victoria en San Lorenzo, evitando el desembarco de un ejército realista. Sin duda, el talento y experiencia militar de alguien como San Martín iban a ser cruciales para derribar el último bastión del Imperio español en Sudamérica. Aplicó sus conocimientos militares en zonas montañosas para orquestar un ataque sorpresa a Chile, y desde allí por mar al Bajo Perú.
Le llamaban «José, el andaluz» y el «soldadote». Conservaba el acento malagueño y tocaba la guitarra como si estuviera en un tablao flamenco.
¿Por qué este español pasó de derramar su sangre por su país a encabezar un movimiento independentista en América?
- Descontento por falta de reconocimiento a su carrea militar por ser criollo.
- Los conatos de revolución que se produjeron en Caracas y Buenos Aires en 1810 le convencieron de que debía acudir a su tierra natal cuanto antes a tomar partido por los suyos.
- Influenciado por las logias masónicas o sociedades secretas
De lo que no hay duda es de que sus campañas militares cambiaron el signo de la historia americana durante el proceso de descolonización acaecido a principios del siglo XIX.
Dejo atrás la capilla del Mausoleo y me dirijo al crucero de la catedral, en su nave central. El centro del crucero está cubierto por una cúpula de tambor circular, obra de Manuel Álvarez de Rocha (1770). En la intersección entre la nave central y el crucero, bajo la cúpula, se encuentra el presbiterio, en el centro del cual se encuentra el altar mayor, cubierto por un revestimiento de plata. Preparado para el Jubileo del 2000, por el orfebre Carlos Daniel Pallarols, que tras dos años de trabajos, finalizó la obra en platería en la ornamentación del Altar Mayor y del Púlpito.
Detrás del altar, hacia el fondo del ábside, se encuentra el retablo mayor, Un gran altar de madera dorada que data de finales del siglo XVIII, obra del navarro Isidro Lorea , las figuras y columnas fueron doradas por Martín Martínez. Lorea lo proyectó a modo de una gran estructura de planta triangular -conocidos como Tabernáculos- para colocarlo debajo de la cúpula central. Su ornamentación delata su etilo Churrigueresco. En 1858, y con motivo de la modificación del coro, se trasladó el retablo. Para lograr adaptarlo al fondo del presbiterio, pegado a la pared, se lo mutiló y sus partes fueron dispersándose por varias iglesias del país.Posteriormente, se le adelantó a su posición actual.
En el centro del retablo se encuentra la estatua de la Inmaculada Concepción, mientras que en la parte superior hay un grupo escultórico que representa a la Santísima Trinidad; en la parte posterior se coloca la imagen de Nuestra Señora de Bonaria (Santa María de los Buenos Aires), dirigida a la capilla dedicada a ella en la parte inferior del coro.
En la nave izquierda, en la cabecera se encuentra la Capilla con el altar de Nuestra Señora de los Dolores, posee la imagen de La Dolorosa donada por Matorras en 1756. Llega desde España en 1756 y la dona la familia materna de José de San Martín.
Seguido me acerco a la Capilla del Sagrario donde se encuentra el Retablo del Santísimo Sacramento.
La Capilla fue construida en la que era sacristía de los capellanes de coro. Las obras llevaron tres años y se concluyó en octubre de 1944. En el Altar, El retablo del Santísimo fue construido en mármol y bronce. Imita el altar de la confesión de San Pedro, situado en la Basílica homónima de Roma. Posee un baldaquino de mármol con columnas de estilo barroco de granito ilustrado traído de Sierra Chica (Buenos Aires). La obra fue efectuada en 1943, por el arquitecto Enrique Martínez Castro.
Posee un Cristo de marfil y una pequeña capilla donde se deposita el Santísimo Sacramento
En el brazo izquierdo del crucero se coloca el altar donde se guarda la imágen del Santo Cristo de los Buenos Aires, un crucifijo de madera que data de 1671, por Manuel de Coyto, tallada en una sola pieza de madera de algarrobo blanco, policromada, obra del portugués Manuel de Couto. Es la imagen mas antigua de la ciudad.
La imagen tiene 1,75 metros de altura y 1,50 de brazos. El altar fue objeto de una transformación el año 1948, conservándose el retablo tal cual está hoy en día. En ese momento se agregaron las dos imágenes que están sobre peanas. San Juan Evangelista a la derecha y la Nuestra Señora de los Dolores a la izquierda. Con la particularidad que no esta vestida con las típicas ropas negras.
En frente, en el brazo derecho del crucero, se encuentra el altar dedicado al patrón de Buenos Aires, San Martín de Tours. Su nombramiento como Patrono se debió a un sorteo realizado el 20 de octubre de 1580, pocos meses después de la Fundación de la Ciudad y de acuerdo con los cánones de la época en que se nombraba a un santo para proteger el nuevo asentamiento.
El retablo del altar, que según parece llego a esta ciudad en 1838, fue costeado por un comerciante vasco de nombre Gaspar de Santa Coloma según lo afirma el historiador Enrique de Gandía. Está realizado en madera de palo paraguayo tallado, policromado y dorado. En la hornacina central se encuentra la imagen de San Martín de Tours, vistiendo ropas de obispo.
La cuestión es como se les apareció este Santo, pastor, monje y apóstol de las Galias (actual Francia), nacido en el siglo IV, en Pannonia, un territorio que era parte del Imperio Romano y que hoy pertenece a Hungría.
En el lado izquierdo de la capilla está el monumento al Arzobispo León Federico Aneiros - segundo Arzobispo de Buenos aires-, una obra del escultor Víctor de Pol, que es un mausoleo en mármol de Carrara y piedra, con la figura del prelado arrodillado en su centro. Las catorce pinturas del Vía Crucis son obra del italiano Francesco Domenighini, a fines del siglo XIX, y originalmente se encontraban en la Iglesia del Pilar.
Siguiendo por la nave izquierda hacia la salida paso por otras cuatro capillas.
Los confesionarios se remontan al siglo XVIII y provienen de las misiones jesuitas.
Se puede visitar el coro de la Catedral, donde se encuentra el órgano más antiguo, el que roba todas las miradas. Es uno monumental de más de 3.000 tubos, que fue traído en 11 cajas en barco desde Alemania en 1871 y pasó un año trabado en la Aduana, hasta que Sarmiento logró liberar el ingreso. La marca es Walcker, una suerte de Fender de los órganos de tubo.
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Órgano y Enrique Rimoldi, desde 1987 Maestro organista de la Catedral Metropolitana. |
Después de esta extensa y densa visita a la catedral, cruzo la Avda Rivadavia a la calle Bolívar y me dirijo edificio blanco del Cabildo, en la zona occidental de la Plaza de Mayo.
Palacio Municipal o Palacio del Gobierno
Nada más salir de la Catedral, esquina de Avenida de Mayo y Bolívar, .a mi derecha, veo edificio del Palacio Municipal o Palacio del Gobierno- sede del poder ejecutivo del Gobierno de la Ciudad, antes Municipalidad-, y el lugar de trabajo del alcalde de Buenos Aires. Construido entre 1891 y 1902 conforme al proyecto de Juan Buschiazzo y la dirección de Juan María Cagnoni, dos arquitectos italianos. El estilo del edificio es academicista francés con presencia de elementos italianizantes y alemanes. En Bolívar n.º 1 está su entrada principal.
El Cabildo
Su fachada blanca mantiene los cánones coloniales. Todo un emblema de la historia nacional y me detengo en el patio, donde hay una terraza -La Bodega Séptima-, me tomo una cerveza y me ilustro sobre la historia y penurias sufridas por este monumento. “Tan solo un muñón de lo que fue” - como lo describe el arquitecto e historiador Alberto Petrina-. Pero uno de los pocos ejemplos arquitectónicos que quedan en pie del pasado colonial del país.
El edificio del cabildo se halla situado en la Calle Bolívar N° 65, en donde ocupa un solar asignado para él por el fundador de la ciudad, Juan de Garay.
Irónicamente es enfrente de la Casa Rosada, actualmente sede del Poder Ejecutivo de la República Argentina, donde se erige este edificio, primitivo ayuntamiento de la ciudad, sede del poder político colonial y sus salones testigos de las primeras intenciones independentistas.
Las Leyes de Indias establecían que alrededor de una plaza -la Plaza Mayor- debía construirse un Cabildo, una iglesia (la Catedral) y un Fuerte.
En principio, el nombre Cabildo proviene de la palabra en latín "capitulum", que significa "a la cabeza". Los enviados del rey de España construían un organismo municipal de este tipo cada vez que fundaban una ciudad en "las Indias", como si fuera una adaptación del ayuntamiento medieval español.
Si bien desde la refundación de la ciudad por Juan de Garay en 1580. Se demoró bastante su construcción. Las primeras referencias del Cabildo provienen de 1608. Era poco más que un rancho; paredes de adobe, techo de paja. El interior se encontraba dividido en dos: un salón para reuniones para "los cabildantes" y otro que funcionaba como cárcel. Las tejas llegaron dos años más tarde y, para mediados de siglo, el Cabildo tenía balcón y torres de madera y barro.
Todo un superviviente, siempre a contracorriente, el Cabildo porteño ha sufrido –literalmente– transformaciones al compás de los gustos e ideologías de cada época, haciendo frente durante siglos, a ajetreos y avatares, cambios modernistas y a las nuevas infraestructuras viarias de la ciudad. Una modificación constante, marcada por las necesidades funcionales y simbólicas de la Plaza de Mayo. Pero aun con sus idas y vueltas, Es el edificio histórico con mayor antigüedad de la ciudad.
Un viajero inglés describió al Cabildo de esta forma. “El Cabildo (…), no tiene más características que una torre de iglesia y un balcón al frente; se levanta sobre la Plaza, de la que constituye el límite occidental. (…) Tiene este edificio, adjunta una prisión para delincuentes.”
Laccock, John., “Un inglés cinco años en Buenos Aires (1820-1825)”. Buenos Aires.1986. p.p. 23.
La metamorfosis sufrida por el edificio:
Aproximadamente cien años después de haber sido creado, el Cabildo de Buenos Aires lucía en muy mal estado de conservación, motivo por el cual en el año 1725 fue demolido. Sobre sus ruinas, ese mismo año empieza la construcción de un nuevo edificio, bajo los planos arquitecto jesuita padre Juan Bautista Primoli y del también padre jesuita Andrés Blanqui. El Cabildo termina de construirse en 1752. Este edificio tenía tenía 11 arcos con su respectiva galería, una torre alta y un reloj español. Ese fue el Cabildo que conocieron los patriotas de 1810 y el que con muchas reformas podemos observar actualmente en la Plaza de Mayo. Su actual aspecto se debe a un minucioso trabajo de restauración realizado en 1939.
En 1879 las autoridades del momento platean reformas para modernizar los monumentos históricos acorde a las ideas modernistas que venían de Europa. Se designó a Pedro Benoit -ingeniero y urbanista que trazó los planos de La Plata- para reformar y modernizar el Cabildo: la construcción, considerada demasiado "básica" para ser remodelada. Se elevó la torre diez metros y colocó una cúpula azulejada con aires nórdicos, el techo perdió sus tradicionales tejas y los balcones fueron vestidos con balaustradas, la arcada principal enmarcada por columnatas y toda la fachada recibió un tratamiento italianizante. El objetivo era que perdiese toda referencia histórica a la época de la colonia.
Torre de tres pisos, en 1879.
En 1891, la construcción de la Avenida de Mayo le produjo un tremendo tajo a su estructura: tres arcos de un ala fueron demolidos y lo mismo hubo que hacer con la torre para que no peligrara su estabilidad. Se sacó el reloj inglés y se lo colocó en una de las torres de la Iglesia de San Ignacio (donde está actualmente). Tal era el estado en el que quedó que algunos vecinos pidieron su demolición total. Hubo polémica y debata entre quienes lo consideraban un "edificio vetusto" y los que decían que era "una reliquia histórica, único símbolo patrio". Maltrecho, asimétrico y sin torre
La década del 30 lo recibió con otra amputación que le devolvió la simetría: tres arcos de su ala sur, arrancados para construir la diagonal Julio A. Roca (Diagonal Sur).
En 1933 llegó el decreto que lo salvó. Se lo declaró Monumento Histórico Nacional y fue reconstruido entre 1938 y 1940 por el arquitecto Mario Buschiazzo.
Ni las ventanas, ni el portón, ni la fachada, ni la torre, ni el reloj son los originales de los días de mayo de 1810. Pero la réplica (en una superficie mucho más reducida) reproduce fielmente el edificio colonial original. Se hizo una réplica de la torre y se le puso un reloj. Lo demás, incluyendo la sala capitular y las galerías, son los ambientes originales del edificio. Se re inauguró en 1940
Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo.
En el día de hoy el Cabildo es el edificio que alberga el Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo.
Por sus salas, en la muestra permanente, se recorre la historia de la municipalidad, invasiones inglesas y el momento fundacional del país -de la revolución a la guerra de la independencia-. También se exponen muestras temporales y se llevan a cabo actividades culturales.
El patrimonio del Museo, además del edificio que lo alberga, está integrado por documentos, pinturas -cuadros y retratos-, joyas y objetos de los siglos XVII al XX. En la sala dedicada al Cabildo se pueden observar el Estandarte Real, el Arca de Caudales, donde se guardaban las monedas recaudadas por el cobro de impuestos y el Reglamento de Milicias de 1801, donde se explica la conformación de estos pequeños ejércitos de ciudadanos para defender la ciudad. La imprenta que fuese instalada por el virrey Juan José de Vértiz en la Casa de los Niños Expósitos, la lámina de Oruro obsequiada al Cabildo en ocasión de la victoria de 1807 frente a los ingleses (invasiones inglesas)
Sala Capitular donde se creo la primera Junta de Gobierno
Imprenta Lámina de Oruro
En diciembre de 1807 se recibió en la ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, la placa de oro y plata repujada de la imagen. Esta fue enviada por el Ayuntamiento de la Villa de Oruro al Cabildo de Buenos Aires para ser expuesta en la Sala Capitular en conmemoración de la Reconquista y la Defensa contra las armas británicas en 1806 y 1807.
Según consta en el inventario del año 1729, los instrumentos que poseía el Cabildo para castigar a los presos eran: "un cepo con dos candados, dos grilletes, un potro para dar tormento, una penca o látigo y cadena grande y pequeña".
En el patio puede observarse un aljibe de 1835, que pertenecía a la casa natal de Manuel Belgrano, político, militar y creador de la Bandera argentina.
Salgo del Cabildo y a la derecha está la Avenida Hipólito Yrigoyen, que bordea la Plaza de Mayo por su lado sur, paralela en todo su recorrido a la Avenida Rivadavia cuyo tránsito va en sentido opuesto. Dirección la Casa Rosada y Parque Colón hay una serie de edificios oficiales, bancos y compañías de seguros: El Edificio Victoria -actual Banco Santander-, Edificio de La Franco Argentina -construido durante la década de 1940 para funcionamiento de la famosa compañía de seguros del mismo nombre-, Edificio Seguros Ancora y la Residencia Crisol, edificio más bajo que rompe la línea del resto de la calle, en su planta baja se encuentra desde la década de 1990 el café Gran Victoria -. Un emblemático café de la política porteña, por su emplazamiento pegado a la Casa Rosada y edificios públicos -Néstor Kirchner, Mauricio Macri y hasta Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, cuando estuvo a cargo de la Catedral Metropolitana como obispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina, pasaron por sus mesas.
Edificio de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires
Justo detrás del Cabildo, a su izquierda, me llama la atención una gran torre con reloj, que sobresale de un gran edificio.
Es el Palacio de la legislatura porteña que desde 1996 tiene su propia Constitución y autonomía propia. Su art. 129 regula que: La Ciudad de Buenos Aires tendrá un régimen de gobierno autónomo, con facultades propias de legislación y jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo de la ciudad...
Así que en este edificio, una de las edificaciones más elegantes del patrimonio público. se cuece y ejerce el Poder Legislativo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Su ubicación no es casual, ya que en su momento se buscó relacionarlo con la Plaza de Mayo y la Casa Rosada del Gobierno, el encuentro de los poderes nacionales y municipales.
El 18 de noviembre de 1926 se colocó su primera piedra por el entonces Presidente de la República, Dr. Marcelo T. de Alvear. Por la magnitud del proyecto, la obra comenzó en 1927 y tuvo una duración de cinco años. El Palacio de la Legislatura conforma un triángulo de grandes dimensiones entre las calles Perú, Hipólito Yrigoyen y Diagonal Julio A. Roca o Diagonal Sur. El vértice más cercano a la Plaza de Mayo era la residencia de la familia de Victoria Aguirre, que, en 1984, fue adquirida por el Gobierno Nacional y se anexó. Solo se distingue del resto de tejido urbano por la torre del reloj, el cual corona el Palacio.
Los arquitectos, Eduard Le Monnier y Héctor Ayerza, se inspiraron para el diseño en el neoclacisismo francés del siglo XVIII. El edificio tiene inspiraciones en el Palacio de Versailles y en el Palacio Royal de París. Es de estilo Neoclásico y se vincula con el Luis XV. Esto se ve reflejado en lo espejado, en las volutas y en sus cúpulas. Se lo conoce como Palacio Ayerza, en homenaje a Héctor Ayerza, el arquitecto que lo diseñó".
La torre tiene una base octogonal y 95 metros de altura. Su gran reloj de 4,5 metros de diámetro y de cuatro cuadrantes es de origen alemán. Este reloj está conectado a cinco campanas principales: La Santa María, La Pinta, La Niña, La Porteña y La Argentina, esta última la mayor y pesa 1,8 toneladas. Y cada quince minutos y a la hora en punto, las hace golpear y reproducen el diseño melódico Westminster.
Otro carrillón (conjunto de campanas grandes convenientemente afinadas y ordenadas para producir melodías, de origen alemán, con 30 campanas y más de 27 toneladas de peso), puede usarse para tocar melodías por medio de un teclado de madera que se encuentra en la torre.
Alumnos de escuelas, vecinos y turistas tienen la posibilidad de realizar visitas guiadas para conocer los salones de esta verdadera joya urbana.
En el interior, sus maderas y mármoles fueron traídos de distintos países de Europa, como España, Italia o Grecia. Sin lugar a dudas, uno de los edificios por los que vale la pena visitar Buenos Aires.
Paseo por la Avenida de Mayo
Doy por concluida, por hoy, la visita a la "Zona O" y me dispongo a regresar hacia el Hotel. Justo donde me encuentro, al lado del Cabildo, en la calle Bolívar nace la gran Avenida de Mayo. Llamada inicialmente 25 de Mayo. Discurre entre las laterales Hipólito Yrigoyen y Avenida Rivadavia y conecta la histórica Plaza de Mayo con la Plaza del Congreso. A mitad de camino cruza la Avda. 9 de Julio, junto a mi hotel.
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Avenida de Mayo en 1911, vista desde el lado del Congreso hacia la Plaza de Mayo. |
Se llevó a cabo con finalidad simbólica de que, el primer boulevard de Argentina, conectase en tan solo un kilómetro -o diez cuadras en el argot sudamericano-, las dos instituciones más importantes del país: la Casa Rosada -sede del Poder Ejecutivo nacional- con el Congreso de la Nación -asiento del Poder Legislativo-.
Me propongo recorrer esta avenida para acercarme hasta el hotel. Una arteria inconfundible de Buenos Aires, proyectada por el arquitecto Buschiazzo. Primera avenida porteña y sudamericana. Inaugurada el 9 de julio de 1894 con un propósito, nacido a raíz de que la ciudad de Buenos Aires fuese declarada oficialmente, el 6 de diciembre de 1880, como la capital de la República Argentina: modernizarse con grandes cambios urbanos, para borrar todo vestigio de la vieja colonia y así demostrar la pujanza económica del país.
Para trazado se demolieron muchas construcciones pertenecientes a las clases altas de la época, por lo que hubo mucha resistencia al proyecto y la primera cuadra de la Avenida de Mayo se abrió demoliendo el histórico edificio del Cabildo de Buenos Aires, que perdió 3 de sus arcos del lado derecho. Cuando se inauguró fue el paseo obligado de los porteños durante muchos años. Tras su construcción la avenida adquirió un ambiente parisino capaz de atraer a la élite porteña, llenándose de edificios distinguidos -de gran variedad estilística, riqueza escultórica y arquitectónica-, teatros, hoteles, restaurantes y elegantes cafés.
Caminar por estas calles es darse de bruces con una rica historia y con una gran riqueza monumental .En ella se levantaron los edificios más modernos de la época. configurando el eje histórico que fue demarcando el crecimiento de la trama urbana. Testimonio de una época que buscaba mostrar toda la opulencia del momento
Por esta avenida pasó y pasa el pulso de la Ciudad.
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Avda de Mayo |
Las autoridades de esa época querían transformar la gran aldea que era Buenos aires, una ciudad sucia, de calles angostas y problemas de tráfico. Querían que perdiera el perfil colonial y se convirtiera en una ciudad moderna y avanzada, imitando las ideas europeas imperantes del momento, como por ejemplo los amplios bulevares. Para eso deciden seguir el plan urbanístico que había llevado a cabo el prefecto de París, el Barón Haussmann, que, entre muchas cosas, consistía en abrir diagonales y boulevares. Con ese fin se abre la Avenida de Mayo en 1894.
Fue construida entre 1888 y 1894 por iniciativa de su primer intendente -alcalde-, Torcuato de Alvear.
Nada mas iniciar el recorrido, los dos edificios que abren la Avenida. son el Cabildo y el Palacio Municipal. En las dos aceras o veredas de la calle. A la izquierda el Cabildo, a la derecha la Sede del Gobierno de la Ciudad y en medio da comienzo La Avenida de Mayo.
Antiguo Edificio del diario La Prensa -Casa de la Cultura-
Siguiendo la la acera norte del Palacio Municipal, en el número 575 de la Avenida, se encuentra un gran edificio que me llama la atención. Es el edificio que hoy ocupa la Casa de la Cultura y en sus orígenes el Edificio del Diario La Prensa.
Inaugurado en 1898 para el diario La Prensa, fundado por el Doctor José C. Paz, en 1869, por aquel entonces el mayor periódico del Continente Sudamericano. Fue diseñado por los arquitectos Gainza y Agote. Lo distingue la gran estatua de bronce, obra del escultor Maurice Bouval (1863–1916) de cinco metros de altura y pesa cuatro toneladas y media. Sostiene una linterna y una hoja escrita, como símbolo de la libertad de prensa, y representa a Minerva (en Roma) o Palas Atenea (en Grecia), diosa de la Sabiduría y símbolo de la Victoria, la misma que aparece coronando, en otra versión, la Pirámide de Mayo.
Si bien estaba construido como sede del Diario había en él departamentos que utilizaban los empleados y sus familias, una particularidad de aquellos era que debían trabajar constantemente. En el segundo piso poseía un Restaurante para el personal del Diario. El diario “La Prensa”contaba con una biblioteca con más de 80.000 volúmenes.
Tanto las fachadas como los majestuosos interiores en estilo ‘Garnier’, combinan magistralmente elementos de múltiples firmas de procedencia francesa, destacándose la opulencia de su interior y la emblemática estatua-farola de bronce que corona la fachada que representa la imagen de Palas Atenea -diosa de la sabiduría- y anunciaba al sonar de su sirena las noticias relevantes del momento.
Actualmente aloja las oficinas de la Secretaria de Cultura del Gobierno de la ciudad.
El Reloj que observamos es un detalle de los más distinguidas arquitecturas de la Ciudad y algo característico de aquella época, ya que las personas no llevaban relojes de pulsera y de esta manera podían acceder a la hora.
Pasaje Roverano
Justo detras de Cabildo, nos encontramos con este pasaje lleno de historia en la Avenida de Mayo. Este pasaje nace como consecuencia de la apertura de la Avenida de Mayo (inaugurada el 8-7-1894). Su altura es Av. de Mayo 560, a continuación del Cabildo, y la edificación original de 1878, que con el trazo de la avenida debió ser modificada.
Entre Avenida de Mayo 560 y la calle Hipólito Yrigoyen 561, vive una calle interna
Conecta la Avenida de Mayo, junto al patio del Cabildo, y la calle Hipólito Yrigoyen, frente al costado de la Legislatura porteña, a la altura 560. El pasaje Roverano el pasillo del hall de un edificio que fue construido en 1878 y remodelado con la apertura de la Avenida de Mayo. La reconstrucción de su frente a cargo del arquitecto francés Eugenio Gantner demandó seis años y adquirió su fisonomía definitiva en 1918
Tal vez su mayor distinción sea la comunicación independiente del pasaje con la estación Perú del Subte A, que no tiene otro edificio en la ciudad. En 1915 los propietarios negociaron una autorización oficial que permitió un enlace especial con la boca del subterráneo. A través de dos ascensores y desde una escalera de la planta baja se accede a la estación.
El edificio era propiedad y residencia de Don Angel Roverano. Inicialmente tenía dos plantas con actividades bien diferenciadas. En el nivel inferior funcionaba una galería con locales destinados, en su mayor parte, a servir de estudio a escribanos y abogados, dada su vecindad con los Tribunales, en esa época situados en el Cabildo. La planta alta estaba destinada a viviendas.
Realizada la apertura de la Av. de Mayo , el edificio quedó sin fachada sobre el nuevo boulevard, hasta que en 1912 comienza la remodelación, obra del arquitecto Eugenio Gantner, que termina en 1918. La transformación fue importante: la planta baja quedó convertida en un pasaje, se le agregaron tres subsuelos y seis pisos. En total la superficie cubierta es de 6.250 m2, la del lote 748 m2. Las medidas de sus frentes son: 17,20 metros sobre Av. de Mayo y 16,20 metros sobre H. Yrigoyen.
La galería o pasaje, que desemboca en la calle Hipólito Yrigoyen, está comunicada, mediante una curiosa entrada con la Estación Perú del Subte A. Esta unión entre el edificio de Sr. Roverano y la estación de la Cía. de Tramways Anglo-Americana data de 1915.
No se puede dejar de admirar las ocho columnas de mármol “ónix” ni su escalera, que es del mismo material en todos sus escalones hasta el primer piso.
Jamás un tranvía circuló por Avenida de Mayo pero el gran número de automoviles obligó a pensar en nuevos medios de transporte. Fue así que en 1911 comenzó la construcción del primer subterráneo -metro- del hemisferio sur. El 1 de diciembre de 1913 se inauguró la línea Anglo-Argentina que atravesaba esta avenida. Es el más antiguo de América del Sur y el cuarto de América, tras los de Nueva York, Boston y Philadelphia. Su primera línea conectaba La Casa Rosada con el Congreso. Esta histórica línea, la A, aún cuenta con los mismos vagones de hace cien años.
Hago una visita a la estación de metro
https://magiaenelcamino.com.ar/un-paseo-en-fotos-por-la-avenida-de-mayo-otro-rincon-de-buenos-aires.html
http://www.moebius-bcn.com/avenida-de-mayo-buenos-aires/
http://www.argentinaviajera.com.ar/ciudad/avdemayo.html
Este edificio fue uno de los primeros de la Avenida de Mayo, y fue terminado hacia 1890. Lo proyectó el arquitecto Edwin Merry para la familia Ortiz Basualdo, y en sus comienzos alojó a la Sastrería Schwartz.
Pero hacia 1910 fue adquirido por la Tienda Gath y Chaves, que encargó al arquitecto Salvador Mirate una reforma completa y ampliación hacia la calle Rivadavia, con uso de materiales como el hierro y el vidrio en la fachada, característicos del art nouveau, y una gran cúpula.
En 1954 se instaló en la planta baja la clásica confitería London City, que permanece allí desde entonces. Julio Cortázar se encontraba entre sus usuales visitantes. Por esas épocas el edificio alojó diversas entidades relacionadas con el gobierno peronista, desde la Superintendencia de Seguros y las oficinas del Plan Agrario y de distintas divisiones de la Fundación Eva Perón hasta la sede porteña del ATLAS, un intento de central obrera latinoamericana que se frustró en 1955.
En 1975 la parte con salida a la calle Rivadavia fue adquirida por Aerolíneas Argentinas para instalar allí sus oficinas, y el proyecto de los arquitectos Clorindo Testa y Héctor Lacarra fue el ganador del concurso. La remodelación terminó al año siguiente y fue inaugurada en el mes de noviembre.1
En 1992 el edificio fue restaurado por los arquitectos Casireghi, Dergarabedian, Imbrogno y Frangella.
También se construyó la línea A de subtes, la primera de Latinoamérica.
El más representativo y destacado fue el café más antiguo de Buenos Aires que aún sigue funcionando: el Café Tortoni, inaugurado en 1858 y que funciona desde 1880 en el sitio actual, aunque su entrada estaba situada sobre la calle Rivadavia. Recién en 1898 se le construyó la entrada principal en el n.º 825-833 de Avenida de Mayo, que como se mencionó se había inaugurado en 1894. La fachada fue realizada por el arquitecto Alejandro Christophersen. Fue el primer bar de la ciudad en colocar sillas y mesas en las veredas.
En él funcionó la peña Agrupación Gente de Artes y Letras, inaugurada en 1926, que era capitaneada por el pintor argentino Benito Quinquela Martín. Entre sus asistentes se encontraban Alfonsina Storni, Baldomero Fernández Moreno, Juana de Ibarbourou, Arturo Rubinstein, José Ortega y Gasset, Jorge Luis Borges, y Molina Campos, entre otros. Sus mesas vieron pasar figuras de la política como Lisandro de la Torre, Ernesto Palacio y Marcelo Torcuato de Alvear; populares como Carlos Gardel, y Juan Manuel Fangio; o de prestigio internacional como Albert Einstein y Federico García Lorca. La agrupación cerró en 1943, pero el bar y su bodega siguen brindando espectáculos culturales, en especial de tango y jazz. El café conserva la decoración de sus primeros años.
Otro lugar cercano que inspiró a Julio Cortázar es el Bar London City, buen representante de la tradición de cafeterías porteñas. I
Diez cuadras de vida urbana y arquitectura art-noveau. Se construyeron hoteles, galerías comerciales, grandes edificios, teatros, restaurantes y cafés. En la Avenida de Mayo estaba el pulso de la prensa porteña. También sus grandes edificios. El imponente edificio de La Prensa se ubicó al 575. Cada pieza del mismo fue importada desde Francia y se destaca la estatua que sostiene la farola, representación de la libertad de prensa.
LA RED DE METRO DE BUENOS AIRES ES LA MÁS ANTIGUA DE TODA LATINOAMÉRICA
BUENOS AIRES ES CIUDAD DE PIZZAS
No es ningún secreto que Buenos Aires tiene un “affaire” con las pizzas. La llevaron los italianos, pero los porteños le dieron su toque estilo al molde. Hay toda una tradición de pizzerías en la ciudad que, a la hora de la comida se llenan de público que degusta sabrosas porciones de pizza. Y, por supuesto, la ciudad tiene su propio listado de las mejores pizzerías.
Y lo es, por supuesto, por la cantidad de librerías que hay. Y es que, según un informe de World Cities Culture Forum, la capital argentina es la ciudad con más librerías per cápita del mundo (25 por cada 100.000 habitantes). Una de las librerías más conocidas, por su espectacularidad, es el Ateneo Grand Splendid, que se ha convertido en destino turístico para muchos visitantes.
Buenos Aires vive con pasión el fútbol. No es de extrañar que sea la ciudad con mayor número de estadios del mundo. Algunos famosos en el mundo entero, como “La Bombonera”, del Boca Juniors, el equipo que sigue teniendo a Maradona cómo símbolo desde la década de los 80. Los estadios del River Plate y el del Racing de Avellaneda son los que tienen mayor número de localidades para espectadores.
EL TANGO SE ORIGINÓ EN LOS ARRABALES DE BUENOS AIRES
El tango se originó a mediados del siglo XIX en los barrios marginales de la época, como San Telmo, La Boca y Barracas. No fue hasta bien entrado el siglo XX, cuando algunos cantantes melódicos como Carlos Gardel lo popularizaron alrededor de todo el mundo. El tango fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO en el 2009. Hay multitud de lugares para ver y escuchar tango en Buenos Aires, sin olvidar la visita imprescindible a la casa de Carlos Gardel, en el barrio del Abasto.
Pero la Avenida de Mayo tiene una marca distintiva que son sus cafés y confiterías. Los 36 billares es un clásico. También el London, lugar de culto para Julio Cortázar cada vez que regresaba al país. Para sus admiradores es inevitable sentarse a tomar un café en las mismas mesas que gustaban al autor de Rayuela. Pero el café más emblemático es el Tortoni. Entrar a su salón es transportarse en el tiempo. La sensación de encontrarse en sus meses con alguno de sus célebres parroquianos: Carlos Gardel, Jorge Luis Borges o Roberto Arlt. Si prestamos atención y nos dejamos llevar por el tiempo, tal vez escuchemos a la mítica Josephine Baker porque el Tortoni fue un reducto del jazz.
CEMENTERIO DE LA RECOLETA
Famoso por sus muertos célebres y abierto en1822, el Cementerio de La Recoleta es conocido por su importante valor tanto histórico como arquitectónico. Es con probabilidad uno de los cementerios famosos que más se visitan en el mundo. En él, están enterrados muchos de los antiguos presidentes y generales de Argentina, entre otras figuras de importancia cultural e histórica como María Eva Duarte de Perón, más conocida como Evita.
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La Avda de Mayo
La calle más importante de Monserrat y de toda la ciudad es la Avenida de Mayo.
Busco una pizzería para cenar algo y sin duda la oferta de establecimientos es grande. Tiene fama su pizza porteña, que dicen la importaron de los genoveses y la han adaptado los ingredientes a sus gustos: salsa de tomate, jamón, morrón, cebolla, verduras y queso hasta que desborde. Pruebo una, y no dejo ni los bordes, posiblemente haya influido que tenía más hambre que el perro un volatinero. Así que, aquí en la calle Corrientes, frente a una pizza y una doradita doy inicio a esta aventura porteña.