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2008-08-15 VACACIONES EN GALICIA -Terra maxica-

Decir Terra Máxica es lo mismo que decir Galicia. Llena de costumbres, de historias, de leyendas, de mitos, meigas y antiguas tradiciones.

En agosto del 2008, disfruté, junto con Garazi, de unas estupendas vacaciones en Galicia. Solicité una residencia de vacaciones de FEVE, ubicada en el edificio de la estación de Mosende, en el municipio gallego de O Vicedo, al norte de la provincia de Lugo, en la conocida A Mariña Lucense, mas concretamente a la A Mariña Occidental. La Galicia verde que se asoma al Cantábrico. Uno de los lugares más versátiles, inexplorados y sorprendentes de Galicia.

Me concedieron la primera quincena de agosto y nos desplazamos en coche a esa localidad para gozar de su paisaje,  gastronomía y su misteriosa historia 

Garazi - ya una moza de dieciséis años-, fue una extraordinaria acompañante en este embarque para un emocionante viaje. Como lo ha venido siendo desde que, ambos dos, desde el año 2.002, comenzamos a movernos para disfrutar juntos, en el mismo barco, de tantos momentos maravillosos en nuestras vacaciones. Así que mi agradecimiento para esta, mi mejor compañera de aventuras, que se enroló conmigo siendo una "mocosilla" en Disneyland París y ha sido fiel mosquetera  y la vela del barco, en los preciosos viajes que hemos compartido ambos dos. 


Estoy preparando esta entrada bastantes años después y gracias a mi hemeroteca de fotos, y agarrándome a lo que queda de mi memoria histórica -después de tanto tiempo transcurrido-. Y la verdad que merece la pena recordar esos extraordinarios buenos momentos que hemos  compartido juntos.

Acantilados de formas fantasiosas y hermosas playas y costas tapizadas de verde puntean esta ruta a lo largo de A Mariña Lucense hasta abrazar el Atlánctico en las Rías Altas Coruñesas.

Comenzamos el viaje dándonos un buen atracón de kilómetros hasta Ribadeo, ya en la provincia de Lugo. En este pueblo, en la frontera con Asturias, tomamos contacto con la A Mariña Lucense, entrando en la A Mariña Oriental.  A seis kilómetros escasos se encuentra uno de los puntos fuertes del viaje, la playa de As Catedráis. Hacemos una parada en esta playa las Catedrales -nombre turístico de la playa de Aguas Santas-. Un monumento natural, con sus playas a pie de acantilado y arenales separados por enormes farallones. 

Las bravas aguas del mar Cantábrico llevan millones de años martilleando estas rocas del concejo de Ribadeo, en provincia de Lugo y  lindando con Asturias

Paramos también a la vuelta, así que pongo fotos de ambos días.


Millones de años descargando su furia contra estas rocas. Esto unido a la paciencia del tiempo ¿El resultado? Han modelado arcos, túneles, cuevas, islotes e impresionantes acantilados -catedrales en piedra natural- que conforman una estampa inigualable y que hay que disfrutarla a pie de playa durante la bajamar. Y  que no todos hemos tenido la suerte de catar e inmortalizar, por culpa de la marea alta que nos dio la bienvenida ¡A la ida y a la vuelta!. Con toda seguridad, cosas de la luna, que según la cara que la toque es capaz de modelar a sus anchas hasta la inmensa mar. Una pena porque esta playa, mas que una playa es una obra de arte.

Nos encontrábamos en todo un monumento natural, en el los mas afortunados solo tienen que esperar a la marea baja y descalzarse, echar a andar y sentirse uno rodeado de estos fantasiosos gigantes de piedra.

Durante la pleamar, toca conformarse con ver desde el acantilado el espectáculo del Cantábrico batien con ímpetu los farallones de pizarra y cuarcita, desgastando su formas siglo tras siglo.

As Catedráis y su entorno poseen un gran valor ecológico por la presencia de endemismos vegetales como la alga salada y aves como el ostrero euroasiático y el cormorán moñudo.



Comimos en un restaurante sobre estos roquedos y cantiles para después proseguir el viaje hasta Mosende. Primer dia que tomo contacto con el "vinito gallego" albariño con denominación de origen Rías Baixas.


Después de una buena comida, reanudamos nuestro viaje. Tenemos poco más de una hora hasta nuestro destino.

Llegamos a Mosende sobre las ocho de la tarde. La casa está a pie del apeadero por donde circula la línea Ferrol-Oviedo.

Estamos apartados del mundo en una pequeña aldea del <<concello>> de O Vicedo de la Galicia cantábrica, sin apenas vecinos. En el límite entre las provincias de A Coruña y Lugo Pero con una situación estratégica en esta zona del occidente de la provincia de Lugo para nuestros desplazamientos. Muy cerca de las rías de Barqueiro y Viveiro ´Las Rías Altas- que guardan una sucesión de pueblos marineros donde perdura la vida tradicional cada vez más difícil de conservar. 

La sucesión y variedad de playas y calas de esta zona es otro de los alicientes, igualmente interesante en este rincón costero en la A Mariña Lucense. Al norte de la provincia de Lugo, a orillas del Mar Cantábrico, es uno de los lugares más versátiles, inexplorados y sorprendentes de Galicia.



Casas rurales de piedra   típicas de esta zona de Galicia y hórreo..




Así que este será nuestro centro de operaciones para desplazarnos cada día por las zonas que visitaremos. Nuestro mayor desplazamiento será hasta Santiago de Compostela y A Coruña. Esta zona está muy bien ubicada y rodeada de lugares tan bonitos como Viveiro y su Ría, el pueblo de O Barqueiro, Cabo Ortegal y los acantilados de Loiba o la impresionante Estaca de Bares. 

Nos encontramos en la Comarca de Mariña Occidental  en Lugo y saltaremos a la comarca de Ortegal en la Coruña. 

Hacemos una visita por los alrededores de O Barqueiro y Viveiro, cenamos algo y mañana comenzamos nuestra andadura por esta maravillosa y mágica Galicia.




Un entorno con mucho que ofrecer:

O BARQUEIRO

Este bonito rincón coruñés lo visitamos a menudo durante nuestra estancia en Mosende.

Un diminuto y pintoresco pueblo típico marinero de la costa gallega en el municipio de O Mañón, en el extremo más nororiental de la provincia de A Coruña, que vive al resguardo de la Ría de O Barqueiro. Esta población junto con Bares son los dos pueblos que están más al norte del territorio español y además son el kilómetro cero del Mar Cantábrico. O al menos, es lo que convencionalmente se cree.

Asomando a la hermosa Ría a la que da nombre, O Barqueiro en la provincia de A Coruña, un pueblecito pintoresco de casas coloridas y apiñadas en torno a su recoleto puerto pesquero.  El pueblo nos regala una exquisita vista panorámica con enorme sabor marinero en su pintoresco y recogido puerto. Sus casas colgadas en la ladera de acceso a la impresionante península de Bares, parecen dispuestas para contemplar de manera privilegiada la espectacular vista que tienen a sus pies.

Y por otro lado, la formación de esta sorprendente Ría, donde la sabia naturaleza ha querido que en su desembocadura, el Río Sor modelara un maravilloso paisaje. Este rio marca la frontera entre las provincias de A Coruña y Lugo




La ría de O Barqueiro es una de las más pequeñas de Galicia y se dice, acoge el bravo encuentro entre el Atlántico y el Cantábrico en el cabo de Estaca de Bares, el punto más al norte de la Península Ibérica. 

El río Sor es el límite natural del norte de las provincias de Coruña y Lugo. Fluye durante 49 kilómetros entre ellas y desemboca formando un espectacular estuario en la Ría de O Barqueiro a la que da su nombre el  puerto del Barquero, llamado así porque hasta que se inaugurase el puente metálico del Barquero en 1901, sólo se podía cruzar la ría hasta Vicedo en la barca de un barquero.​ Más adelante mejoró el tráfico entre ambas orillas de la ría con la construcción de otros dos puentes en el mismo lugar: el puente ferroviario de la línea Ferrol-Gijón en la década de 1960, y el nuevo puente de la carretera provincial AC-862 en los años 1980.


El puente metálico sobre el estuario del río Sor.​ Conocido popularmente en gallego como A ponte vella ('el viejo puente'), fue inaugurado en 1901 y fue el primer puente de los tres que cruzan la ría del Barquero. La empresa barcelonesa La Maquinista Terrestre y Marítima acometió las obras en 1895 y el puente se inauguró en 1901. El coste total fue de 528.000 pesetas. El puente está declarado Bien de Interés Cultural.

En su tiempo, una atrevida obra de ingeniería diseñada al estilo de Gustave Aleixandre Eiffel, autor de la popular torre. La técnica empleada para levantar esta estructura de hierros remachados fue la misma que se aplicó en la obra de la torre Eiffel.

Antes de que existiera el puente ya centenario, las mercancías circulaban de un lado al otro de la ría en barca. Centenares de trabajadores -carpinteros, herreros..... etcétera- participaron en esta obra, que en su día supuso un gran avance para las comunicaciones en todo el norte de Galicia. En el extremo coruñés del viejo puente de O Barqueiro se evoca cada año la memoria de los fusilados durante la Guerra Civil. Los cuerpos eran arrojados al mar. El historiador del Ortegal Carlos Breixo cuenta que los familiares se acercaban a las orillas coruñesa y lucense para identificar a los cadáveres.


En el año 2006 fue rehabilitado. Desde entonces es de uso únicamente peatonal.



O Barqueiro es la capital del municipio de Mañón. Está dividido en dos núcleos, la villa y el puerto. Esta última zona es un pequeño pueblo de arquitectura típicamente marinera. Actualmente algunas de las casas más tradicionales lucen llamativos colores, ofreciendo una bella estampa al visitante.


La verdad que me nos ha encantado esta aldea marinera. Los barcos de pescadores y algunas embarcaciones de recreo forman parte del sensacional conjunto del reducido puerto, sobre el que se levantan pintorescas casas de forma escalonada formando una especie de graderío multicolor. Un reducto de tranquilidad, poco conocido fuera de Galicia, que se ensalza con justicia como uno de los emblemas destacados del concejo de Mañón.



Un pueblecito pintoresco de casas coloridas y apiñadas en torno a su pequeño puerto pesquero.


El placer de la panorámica costera, el encanto especial de los atardeceres en la pequeña ensenada desde una terraza de un bar, las vistas sobre las casas marineras desde las cuestas del pueblo… son razones más que suficientes para visitar este remanso de paz.



Sus callejuelas repletas de historia y olor a mar hacen las delicias de todos los que pasean por ellas.



La desembocadura del río Sor forma en O Barqueiro un bello estuario que dota al lugar de una importante vida de especies animales y vegetales. La Ría de O Barqueiro toma un color azul o verde en sus aguas.

Separado de su espectacular playa de arena blanca por la propia ría. El Sor, frontera natural con Lugo, deja a Barqueiro sin playa.




   

Buenos recuerdos de esta localidad situada en el istmo da la península de Bares y cuya cascada de casas rodeando el puerto, nos han dejado la imágen de una de las estampas más típicas de este litoral.

O PORTO DE BARES y ESTACA DE BARES

Visitamos el punto mas septentrional de toda la península Ibérica. El Cabo de Estaca de Bares. Se trata de un promontorio de granito muy accidentado que se adentra en el mar, como un sable, cerca de 7 km para separar las aguas del Mar Cantábrico y el Océano Atlántico. ¿O eso decían?

Un tramo costero expuesto, ubicado a caballo de las rías de Ortigueira y O Barqueiro, de una sobresaliente belleza paisajística. Comprende una franja litoral abrupta y recortada marcada por la existencia de fuertes pendientes y acantilados de más de 100 metros de altura que resguardan numerosas playas y arenales. Cerca de su extremo septentrional se alza el faro de Bares, cuya construcción se remonta a 1849.

En la margen occidental, se encuentra la costa de Loiba, donde da comienzo uno de los tramos litorales más abruptos de toda España. 


Pero primero, desde O Barqueiro nos acercamos  al cercano y pequeño pueblo de  O Porto de Bares. Mirando y despidiendo al cantábrico, se esconde en la cara oriental de la estrecha franja creada por la Estaca de Bares. Una aldea si, pero con una larga historia. Puerto de Bares es un pequeño pueblecito de origen marinero perteneciente a la parroquia de Bares, pero situado en la costa, a orillas de la ría de O Barqueiro (frontera natural entre las provincias de Lugo y Coruña).

Es el pueblo situado mas al norte de la Península y cuenta con el puerto más antiguo de Galicia, que data del año 1634 y su particular construcción, localización e historia lo hacen único en toda la península ibérica. Este puerto está concebido como un dique de defensa ante el predominante oleaje característico del Cabo de Estaca de Bares, y dicha protección ha originado –tras siglos de permanencia- la bonita Playa de Bares, que es la playa urbana del municipio de Mañón así como las redondeadas piedras, características de esta zona. Se encuentra resguardado por la montaña, y a tan sólo 3 Km del punto más septentrional de la península: Estaca de Bares. 



Su pequeño puerto primitivo, conocido como Coído de Bares, está construido con grandes cantos rodados, miles de  piedras de diorita de gran tamaño -(Coio= canto, en gallego)-, puestas sin orden ni sujetas por ningún relleno, alguna de las cuales llegan a superar las cinco toneladas. Esta escollera de bolos graníticos redondeados  abriga una playa formada precisamente gracias a su protección frente al oleaje.

¿La primera playa del cantábrico?.



Se le daba un origen fenicio, fechándolo en el siglo VII a.C. Posteriores investigaciones concluyen que los orígenes del dique de abrigo de Bares, son probablemente romanos, debido a la aparición de objetos de esta época en las inmediaciones del muelle. Otras teorías sostienen que el origen es muy anterior a la época fenicia. Sea o no tan antiguo, es lógico que, por su ubicación, Bares haya sido un puerto habitado y utilizado desde hace siglos.



Si llegas al Puerto de Bares y caminas por esas piedras milenarias que llegan hasta el final del puerto, recuerda que estás pisando sobre un granito trabajado por el mar durante miles de años



En esta playa siempre ha habido barcas tradicionales que antiguamente pescaban ballenas y en la actualidad se dedican a la pesca de la sardina, principalmente.


La playa de Bares muestra una curiosa y bonita forma de media concha. Su arena blanca y fina y el pinar que la envuelve hacen que la magia rebose por sus cuatro latitudes.


HACIA EL CABO DE ESTACA DE BARES y SU FARO MÁS NORTEÑO

Después de disfrutar un buen rato de la tranquilidad y belleza que te trasmite este encantador pueblo marinero. Seguimos nuestro itinerario hacia el Cabo de Estaca de Bares, por la AC-100 hacia el puerto de Bares.

El espacio natural del Cabo de Estaca de Bares se encuentra emplazado entre las rías de Ortigueira y Barqueiro, separadas por sus escarpados acantilados. Comprende una franja litoral abrupta y recortada marcada por la existencia de fuertes pendientes y acantilados de más de 100 metros

Hay dos lugares que no puedes evitar visitar, esos son Estaca de Bares y Cabo Ortegal, los dos puntos más al norte de la península. Son muy diferentes y preciosos cada uno a su manera. Llevan años peleándose por ver quién separa el Cantábrico del Atlántico, algo que reclama mucho más Cabo Ortegal.

Es el eterno debate que surge cada vez que se nombra a estos dos increíbles cabos coruñeses: ¿dónde muere el Cantábrico y comienza el Atlántico o viceversa? ¿En Estaca de Bares o en Cabo Ortegal? Ambos tratan de convertirse oficialmente en el lugar donde se separan Mar Cantábrico y Océano Atlántico.

Lo que si es indudable es que Estaca de Bares, es el punto más al norte de Galicia, pero no sólo eso, si no que también es el más septentrional de la España peninsular. Se adentra en el mar como un gran brazo de granito que históricamente ha marcando la separación convencional entre el mar Cantábrico, al este, y la masa oceánica general del Océano Atlántico al norte y al oeste, con el permiso de su vecino el cabo de Ortegal. Por supuesto, el Faro de Estaca de Bares también es el más norteño del país.


Un impresionante paraje que domina los acantilados más septentrionales de la Península Ibérica, a cuyos pies siempre se ha creído que se unían las aguas del Océano Atlántico y el Mar Cantábrico.


Ponemos rumbo al faro. Una estrecha carretera nos lleva hasta el mismo faro y hay una amplia zona para aparcar. Se emplazó en una meseta llamada Ventureiro -muy probablemente por el viento que sopla en esa zona de poco abrigo-, sobre un montículo cuya prolongación forma la llamada «punta de la Estaca de Bares», de la que recibe el nombre. 


Situado en pleno corazón de las Rías Altas, sobre el cabo que sirve de entrada a la ría de O Barqueiro, es el faro más septentrional de toda la península y vigilante audaz  de un Cantábrico que muestra su lado más bravío.

Sus antecedentes históricos comienzan en 1846 con una propuesta de establecimiento de dos nuevos faros, uno en Fisterra y otro en cabo Ortegal. Consultada la opinión de marineros y prácticos, se cambia la ubicación prevista en Ortegal por un faro de primer orden en la Estaca de Bares. Se empezó a construir en 1849 y el faro empezó a funcionar un año más tarde. El aspecto que vas a poder ver hoy en día es de una reforma de 1948. Hace años el farero vivía en el propio faro, pero actualmente toda la actividad se controla desde Ferrol.


Para los navíos, el faro ha sido imprescindible, pues hacia el Atlántico se extiende la una costa peligrosa de acantilados. En la margen occidental del cabo, se encuentra la costa de Loiba, donde da comienzo uno de los tramos litorales más abruptos de toda España. Con los espectaculares acantilados de Costa de Loiba, La Costa Ártabra y la Costa da Morte.


Después de un rato contemplando este faro nos dirigimos hacia la punta de cabo. Un sendero de tierra te permite seguir avanzando por el cabo unos cientos de metros mas. Nosotros apuramos al máximo, llegamos hasta donde consideramos seguro, aunque se podía seguir un poco más destrepando algunos riscos para llegar aún más al norte de la península.


Nos acercamos al cabo que creemos separa  un mar del un océano.


Desde el faro, un agradable camino de tierra lleva hasta las últimas rocas, los peñones de Los Sigüelos y, un poco más mar adentro, O Estaquín, el que es, definitivamente, el trozo de tierra que marca el extremo norte de la Península Ibérica.

Las vistas que hay desde el final del camino son increíbles, no podrás parar de mirar a todos lados. Desde Estaca de Bares se puede ver la costa de Loiba con sus preciosos acantilados, la ría do Barqueiro y toda la ría de Ortigueira.

La raíz indoeuropea de la palabra Stig -pinchar- que después derivó en estaca, viene de perlas para este cascote de piedras que forma esta punta y que "pìncha" estas bravías aguas del atlántico y el cantábrico. O por lo menos eso dice la costumbre popular.  Con las luces y sombras sembradas por la reclamación de su vecino Cabo Ortegal.

Así que, con el beneficio de la duda; nos encontramos  sobre una  estaca <entre dos aguas> como la canción de Paco de Lucia. Y en este momento, las dos personas en tierra, situadas mas al norte de España.

Seguimos pensando, que a nuestra izquierda el inmenso Océano Atlántico y a nuestra derecha el pequeño Mar Cantábrico.

¡Sin perder el Norte!





Latitud 43º 47′ 23.6″ N, longitud 7º 41′ 17.9″W. En la carta de presentación de la punta Estaca de Bares, hasta ahora, siempre se incluyen sus coordenadas como punto más septentrional de la península Ibérica y corte de aguas de mar y océano.



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Las vistas desde su cima son impactantes. Aguas en las que se mezclan, o se separan, Mar Cantábrico y Océano Atlántico, pues Estaca de Bares está considerado como línea divisoria geográfica entre ambos mares. Las gélidas aguas del Océano Atlántico y las del también frías del mar Cantábrico y baten con fuerza en las rocas tronando a nuestros pies.


Estaca de Bares es la fiereza con la que el mar Cantábrico arremete en esos acantilados


El Cabo de estaca de Bares es uno de los espacios naturales más pequeños de España, con tan solo una hectárea de terreno, pero uno de los mejores puntos de observación de aves de Europa, de hecho cuenta con una estación ornitológica permanente. Se calcula que unas 300.000 aves migratorias doblan el cabo al año. Por ello, supone un excelente punto de observación, con estación ornitológica incluida. Es posible observar numerosas especies tanto fijas como estacionales: alcatraces atlánticos, págalos, pardelas, gaviotas patiamarillas, fumareles, halcones peregrinos, roquedos solitarios o chovas piquirrojas.

Las plantas en el Cabo no son especialmente importantes, de hecho solo unas pocas plantas rastreras pueden prosperar. Las especies dominantes con el tojo y el brezo.


En lo alto del cabo, abre sus puertas un hotel restaurante "Semáforo de Bares" situado en este enclave maravilloso y con una posición que permite observar toda la costa.





CABO ORTEGAL -VIAJE AL INTERIOR DE LA TIERRA-ACANTILADOS COSTA ÁRTABRA Y SANTUARIO DE SAN ANDRÉS DE TEIXIDO 

No podíamos dejar sin visitar al vecino de Estaca de Bares, el Cabo de Ortegal, a tan solo 13 km en línea recta y a unos 45 Km por una sinuosa carretera de costa. Ambos dos, como ya he señalado, se disputan la hegemonía marítima del punto de encuentro o separación del Océano Atlántico y el Mar Cantábrico. 


Ambos en la provincia de A Coruña y en la comarca de Ortegal pero enclavados en diferentes municipios. Estaca de Bares en el municipio de Mañón y Cabo Ortegal en el de Cariño. Así que la rivalidad se mantiene, entre estos dos municipios, en la lucha por las fronteras marítimas del Océano Atlántico y Mar Cantábrico, en su particular "guerra de los mares".

Es el eterno debate que surge cada vez que se nombra a estos dos increíbles cabos coruñeses: ¿dónde muere el Cantábrico y comienza el Atlántico o viceversa? ¿En Estaca de Bares o en Cabo Ortegal?

Tenemos previsto hacer un bonito recorrido hasta El Cabo Ortegal y una visita obligada al santuario de San Andrés de Teixido. Para ello, nos acercamos hasta el municipio Cariño, dejando atrás Espasante y la Ría de Ortigueira y por una sinuosa carretera nos acercaremos, en primer lugar,   hasta el moderno faro de Cabo Ortegal. 

La tierra avanza ganando terreno al mar hasta el faro desde el que se divisan los acantilados de O Limo y los famosos Aguillóns, tres formaciones rocosas afiladas que asoman como pequeños islotes.


Municipio de Cariño

Nos encontramos en la costa Ártabra que se extiende por unos 200km de intrincado litoral entre las rías de Ares y de Ortigueira y posee además, según los científicos una extraordinaria singularidad geológica. 

Nos hallamos ante el segundo cabo más septentrional de la Península Ibérica, que constituye el límite occidental del Golfo de Vizcaya y una de las zonas por donde se fracturó el antiguo continente de Pangea -el gran supercontinente que existió hace unos 300 millones de años que agrupaba las mayor parte de las tierras emergidas en nuestro planeta-

Un imponente paraje de acantilados donde reina su vistoso faro rojo y blanco, de casi trece metros de altura. Desde su mirador sobrecoge la belleza de Os Aguillóns,  las tres rocas punzantes que emergen del mar y en las que rompen las olas con toda su fuerza.

Cabo Ortegal tiene dos puntas: la Punta dos Aguillóns y la Punta do Limo. En la Punta dos Aguillóns, también conocida como Punta Gallada, se encuentra el faro, que comenzó a funcionar en 1983 y que se eleva en una roca a 100m de altitud, desde donde desafía a la bravura de la mar y del viento de esta agreste costa. Sirve de punto de observación, al frente, de la piedras de Os Aguillóns, sus tres pequeños peñascos que desafían la bravura de dos mares y que le dan el nombre de «Os Tres Aguillóns» (Los tres aguijones). Cada uno recibe su propio nombre: «Cabalo Xoán», «A Ínsua» y «Tres Irmaos».


Las vistas son impresionantes, desde este bonito faro en la punta Punta dos Aguillóns. 


Con el zoom de mi cámara, se puede apreciar en las rocas afiladas a un percebeiro de faena. Estos pescadores de percebes se dejan la piel para conseguir piezas únicas de marisco. Como veis, son azotadas y esculpidas por la fuerza salvaje del mar y el océano, en una zona de gran bravura y de fuerte viento, donde los percebeiros luchan con las olas del mar para recoger los que cuentan que son los mejores percebes de Galicia.



En este lugar parece que quieren solucionar "oficialmente" la controversia del encuentro o separación de las aguas. Aún así, cada Cabo barre para su casa. Pero tanto la Organización Hidrográfica Internacional como el Instituto Geográfico Nacional sentencian lo que la costumbre popular se resiste a admitir: La Punta dos Aguillóns, también llamada Punta Gallada en Cabo Ortegal es el auténtico “kilómetro cero”, la línea simbólica divisoria entre Cantábrico y Atlántico. Así lo atestigua una placa que luce en pleno cabo advirtiendo a Estaca de Bares que sólo aquí, en Ortegal es donde Oceano y Mar se unen, o se separan, según como se mire. Localizado en las coordenadas: Latitud 43°46′20″N y Longitud 7°52′05″O (datos Wikipedia).



Hacia el este Estaca de Bares y la Ría de Ortigueira. y mirar al oeste en Cabo Ortegal es sinónimo de fascinación. Ante nuestros ojos se levantan los escarpados acantilados de A Serra de Capelada que com­prende el tramo de costa entre las rías de Ortigueira y Cedeira.

La costa Ártabra se extiende por unos 200km de intrincado litoral entre las rías de Ares y de Ortigueira y posee además, según los científicos una extraordinaria singularidad geológica.




Longa da Moreira y Punta do Limo al fondo. desde Cabo Ortegal

Con una extensión cercana a las doce mil hectáreas, la Serra de A Capelada propone una vertiginosa panorámica desde los acantilados más altos de la costa atlántica europea, tras los fiordos noruegos. Se sitúa la impresionante Punta do Limo, límite occidental del Cabo Ortegal. Tras ella, Vixía Herbeira, que dan cobijo a la mítica población de San Andrés de Teixido y a su legendario santuario. La altura máxima es representada por el alto de «Vixía Herbeira» con 613 m de altura, convirtiéndose pues en los acantilados más altos del sur y centro de Europa, sólo superados por algún fiordo de Noruega.

En el medio de las dos puntas se encuentra la Ensenada da Cova con curiosas y deslumbrantes formaciones rocosas como «Longa da Moreira», una afilada y alta roca de casi 22 m de altura, que se levanta desafiante sobre el oleaje del cabo. 





Hacia el extremo septentrional de la provincia coruñesa, las comarcas de Ferrolterra y Ortegal custodian y exhiben un patrimonio geológico muy singular. 

En Cabo Ortegal encontramos un patrimonio geológico con una peculiaridad que solo se da en tres lugares de todo el planeta. Un referente en la geología mundial. La relevancia científica de este espacio es conocida desde hace casi cincuenta años, debido a la presencia de rocas de hace millones de años.

La visita al territorio del Cabo Ortegal constituye un auténtico viaje al interior de la Tierra, ya que su riqueza geológica permite  conocer las rocas de las partes más internas del planeta, vestigios únicos que emergieron hace millones de años.


Las formaciones rocosas que vemos en la superficie son rocas que habitualmente se encuentran en el manto terrestre, a más de 70 kilómetros de profundidad. Eso se debe a la formación por una gran colisión de continentes, hace aproximadamente 350 millones de años.  Aquella colisión tectónica formó cordilleras de miles de kilómetros de extensión, con cumbres más altas que el Himalaya actual.

La envergadura de aquel choque fue tal que, a pesar de lo que se han movido las placas tectónicas desde entonces, lo que se puede ver en Vixía Herbeira son los restos de aquella cordillera. Por esta razón, la colisión empujó hasta la superficie a materiales que estaban la gran profundidad y que se considera constituyen el manto y las capas profundas de la corteza terrestre. Lo que convierte a estos acantilados en uno de los mayores afloramientos mundiales de eclogitas y piroxenitas -- rocas formadas en condiciones de muy alta presión y temperatura durante la colisión-. 

Con este choque muchos fragmentos de la corteza oceánica quedaron en la superficie, dejando una impresionante huella geológica. De hecho, aquí se encuentran las rocas más antiguas de Galicia y unas de las más antiguas del mundo.


Cabo Ortegal posee entre otros hitos geológicos, el mayor afloramiento de eclogitas del planeta y uno de los pocos sitios donde se pueden ver en superficie. (Foto: afloramiento de eclogitas atravesado por un filón de feldespato blanco).

La zona aspira a convertirse en geoparque de la Unesco.


Estas rocas se forman en las profundidades de la la tierra. Así que podemos hacer realidad la fantasía de Julio Verne de viajar al "centro de la Tierra". Porque aquí el centro de la tierra está a ras de suelo.

Continuamos nuestro itinerario por la Serra da Capelada. Para ver estos impresionantes acantilados hay que tomar el coche, tomar la carretera DP2205 y recorrer la costa con calma parando en cada uno de estos miradores. La mayor parte de la Sierra de A Capelada era una antigua isla volcánica, semejante al actual archipiélago de Japón. Su pico más alto es el de Vixía Herbeira, a 620 metros sobre el nivel del mar. Desde allí podréis apreciar toda la grandiosidad y magnitud de estos acantilados, los más altos después de los fiordos noruegos, pues a su elevada altitud se suma una pendiente de más del 80 %.

En esta Sierra, en su punto más alto, a 620 m de altura, se encuentra una antigua caseta de piedra construida en el siglo XVIII. La garita de Vixía Herbeira, un antiguo puesto de vigilancia situado al borde del acantilado. En este punto marca los límites de los concellos de Cariño y Cedeira. Formaba parte de una serie de construcciones dedicadas a la vigilancia costera y marítima a lo largo de la costa

Pero este lugar no es simplemente una garita de vigilancia. El hecho de que esté aquí localizada es por que A Herbeira es el punto más alto de toda la agreste costa Ártabra y de toda la sierra de «A Capelada». Una vez nos asomemos al mirador podremos ver la magnitud y la grandiosidad de los espectaculares acantilados.

El viajero se siente insignificante con la vista que se pierde en un océano Atlántico imponente que se antoja casi infinito.


Por sus vertiginosos acantilados, se dice que aquí se encontraba la puerta del más allá del mundo celta, por donde muere la luz al atardecer y el Astro rey se hunde en los abismos del horizonte marino en el Atlántico y lo relacionaban con un mundo oculto y tenebroso -su otro mundo invisible-. Para los celtas, el poniente no existía en sus referencias geográficas y estas costas eran el punto maldito en su cosmología. Desde ellas observaban el punto donde el sol y las aguas del gran océano desaparecían en el horizonte.


Los celtas galaicos (como se conoce a los que habitaron Galicia en aquel momento) estuvieron presentes desde aproximadamente el 600 a. C. y dejaron a lo largo de ese territorio muestras de su estancia . Poblados, petroglifos, joyas… que plasman una historia que no se puede conocer de primera mano, ya que no existe constancia escrita de estos pueblos más allá de la aportada por sus propios conquistadores, debido a su cultura eminentemente oral.

El Historiador griego Hecateo de Mileto (550 a.C. a 476 a.C.) se refería a los habitantes de este área como κέλτης kéltis (‘ocultos’). Y otros autores antiguos, en sus descripciones de la costa galaica, nos informan de la presencia de una serie de poblaciones a las que denominan como keltikoí o celtici, es decir, célticos, y a las que sitúan en la costa atlántica ibérica desde el curso del río Duero hasta la costa Norte peninsular, una vez superado el cabo Nerio o Céltico, punto de inflexión entre la costa occidental y septentrional de la Península Ibérica (Estrabón, Geografía, III, 3, 5; Pomponio Mela, Corografía, III, 9-13; Plinio, Historia Natural: III, 28 y IV, 111).

Estrabón o Plinio el Viejo, les describían  como una sociedad de bárbaros que se pasaban el día peleando y la noche comiendo, bebiendo y danzando bajo la luna-. 

Y su fama de belicosos nos la traslada Orosio, historiador latino, que cuenta como en el año 137 a. C. Décimo Junio Bruto inició una campaña de castigo contra los celtas galaicos debido a las continuas incursiones bélicas en apoyo de los lusitanos.


Ya parece que pululaban por estas tierras desde la Edad de Hierro -primer milenio antes de Cristo-. Se instalaron en Galicia a través del río Sil, procedentes de la meseta , se entremezclaron con los nativos y empezaron la construcción de los castros, permaneciendo en Galicia hasta  hasta que los romanos les conquistaron en el siglo I d.C. y los nuevos conquistadores, la identificaron con el nombre Gallaecia. Un territorio situado en el extremo noroccidental de la península ibérica, una provincia romana que abarcaba los territorios de la actual comunidad autónoma de Galicia, norte de Portugal y el territorio de las actuales provincias de León, Zamora y la comunidad autónoma de Asturias,​ habitado por pueblos indoeuropeos de lengua céltica denominados galaicos (gallaeci), al oeste, y astures al este.

Y parece ser que del topónimo Gallaecia viene el actual nombre de Galicia.
 


Vistas panorámicas de dos Castro. Es posible que los castros fueran habitado en primer lugar por pueblos celtas.

Aunque ya existían pobladores originarios en estas tierras desde el Paleolítico Medio, el desarrollo de la Historia de Galicia, para muchos historiadores, puede tener su punto de inicio con la llegada de los celtas. Se instalaron en Galicia a través del río Sil, procedentes de la meseta. Y permanecieron en tierras gallegas, hasta que los romanos les conquistaron en el siglo I d.C. y la identificaron con el nombre Gallaecia. Un territorio situado en el extremo noroccidental de la península ibérica, una provincia romana que abarcaba los territorios de la actual comunidad autónoma de Galicia, norte de Portugal y el territorio de las actuales provincias de León, Zamora y la comunidad autónoma de Asturias,​ habitado por pueblos indoeuropeos de lengua céltica denominados galaicos (gallaeci), al oeste, y astures al este.

En Galicia algunos autores hablan de una población aborigen protocéltica (de origen común a los celtas) que el famoso arqueólogo e historiador Florentino López Cuevillas los denomina "Oestrimnios" que fueron conquistados por los celtas Sefes o Serpes, pueblo que ocupó Galicia y Portugal y que poseían como tótem la serpiente - Serpes en griego quiere decir serpiente-.

Los defensores del celtismo mantienen, que de todos los antecesores que habitaban la tierra gallega, fueron los celtas los que han dejado las huellas más profundas en la cultura gallega e influyeron en las creencias, tradiciones populares y el folklore. Visitando y conquistando esas tierras en la Edad de Hierro (Los celtas -originarios del sur de Alemania, el entorno del Rhin y el Danubio y Austria- llegaron a la península ibérica en dos grandes oleadas entre los años 950 y 650 a.C procedentes del territorio próximo al Mar Caspio y el Cáucaso.

Si bien, uno de los mayores debates actuales sobre la historia de Galicia es el denominado «problema del celtismo», en el que se contraponen una visión que apoya el origen celta de Galicia y otra visión que habla de cultura autóctona con influencias mediterráneas y centroeuropeas y el hecho de introducirlos en la historia de la actual Galicia, es motivo de discusión para estos últimos.

Sea el grado de influencia y la impronta que hayan dejado en la cultura y genética gallega. Tantos siglos de vivencias dan para mucho y seguro se produjo un verdadero trueque de costumbres y conocimientos entre estas tribus celticas del norte de Europa y los pobladores nativos que se encontraron a su llegada.

Algunas creencias, costumbres y tradiciones rurales de Galicia que continúan siendo iguales o parecidas a las de hace muchos siglos, muestran un número de similitudes y características de las preservadas en las principales regiones célticas de Europa: la Bretaña francesa, Cornualles, Gales, Escocia, la Isla de Man e Irlanda (Fernández Valladares, 2001: 73). 


Fascinados por la grandiosidad de los cortados de Vixia Herbeira. En pocos lugares se da la coincidencia de que el pico más alto de una sierra forme parte de un sistema de acantilados costeros. Así sucede con la Vixía de Herbeira, que es el techo de la sierra de A Capelada, conformando algunos de los acantilados más elevados de la Europa continental.

Desde Herbeira se pueda disfrutar de unas espectaculares vistas de la costa norte gallega, en un tramo litoral abierto al Atlántico entre el cabo Ortegal y la exigua ensenada de Santo André de Teixido.

Desde aquí tendremos una excelente panorámica del Océano y de las puntas Tarroiba y Robaliceira, además de admirar la magnífica costa agreste que se encuentra en las proximidades de San Andrés. Por este motivo, este mirador es considerado uno de los puntos más bellos de toda la comarca y es sin duda un punto obligado de paso.


En este mismo lugar se encuentra un parque eólico que aprovecha los fuertes vientos de esta comarca para generar electricidad. La zona además es lugar de pasto para numerosos caballos y vacas. También de infinidad de aves que tendrán que sortear , a su paso, a estos gigantes molinos de viento y no morir en el intento.


La Garita de Herbeira se sitúa en plena ruta de los miradores de San Andrés de Teixido, entre los que destacan y bien merecen una parada el mirador de Teixidelo y su famoso cruceiro de Curutelo.


Nos encontramos en la carretera que une los municipios de Cedeira y Cariño. Y este mirador ya pertenece a Cedeira, saltamos de comarca y nos encontramos  en  la comarca de de Ferrol, conocida como Ferrolterra.

Piensas en aquellos caminantes, que al llegar a un cruce encontraban uno cruceiro de piedra, señalador de direcciones, colocado allí por la autoridad eclesiástica, que ofrecía indulgencias en el purgatorio a cambio de unos padrenuestros…

En Galicia conviven en perfecta sintonía una intensa fe en la religión católica y el culto al cristianismo, junto con supersticiones y tradiciones paganas profundamente arraigadas.


Es evidente que su origen es antiquísimo. Los antiguos pobladores adoraban las fuerzas naturales como testimonio de sus dioses, que tenían el poder de levantar esas moles de piedra de formas mágicas. Y colocaban señales pétreas como ofrendas o como homenaje a sus muertos. El Cristianismo trató de suprimir esas prácticas paganas, con una sacralización de los lugares de culto pagano o sospechosos de tener tal culto y sustituyéndolas por otras parecidas con advocación a Jesucristo, a la Virgen o a los Santos. Surgieron así santuarios, templos, oratorios y ermitas por doquier. Y los cruceiros. Es muy difícil de precisar cuando comenzaron a erigirse. Algunos la suponen derivada de los ritos celtas o incluso anteriores, o de los miliarios romanos, siendo reemplazados muy lentamente por el Cristianismo, sobre todo a partir de la contrarreforma -la respuesta de la Iglesia católica a la Reforma protestante de Martín Lutero en el siglo XVI.

Sea como sea ahí están, formando parte del paisaje, inseparables, añadiendo su misterio al propio de la tierra gallega.


En la parroquia de Régoa, en Teixedelo, y sobre un alto de 337 m sobre el nivel del mar se levanta un cruceiro que a veces es denominado Cruceiro do Curutelo. Aprovechando este montículo y la situación del cruceiro en lo más alto se ha habilitado un mirador al que se accede por unas escaleras.

Desde este mirador se puede acceder a la playa de Teixidelo, en un recorrido de poco más de 5km ida y vuelta. La singularidad geológica de las rocas de esta costa Ártabra, las hace responsables de que, por ejemplo, esta playa se uno de los muy pocos ejemplos en el mundo de una playa de arena negra no volcánica.


Se encuentra en un lugar apartado y salvaje, en la base de estos acantilados, donde no llega arena de otras playas arrastrada por el mar, por eso el arenal de Teixidelo está formado únicamente por la erosión de las increíbles piedras que nos rodean.

Ponemos rumbo a San Andrés de Teixido. Seguimos nuestro recorrido y nos acercamos a un pequeño valle donde se encuentra este pequeño núcleo de casas agrupadas  al abrigo de un bonito ssantuario, anclado entre prados en la sierra de A Capelada. Aunque también lo nombran San Andrés de Lonxe (de Lejos) o San Andrés no Cabo do Mundo (en el fin del mundo).un diminuto pueblo blanco con apenas 30 viviendas. Lo mas fotografiado y venerado, su iglesia.

En San Andrés se mezcla el culto católico a San Andrés, con los ritos paganos y las tradiciones precristianas.

Cuando el cristianismo quiso dominar las viejas creencias y se abandonaron los castros celtas, el paganismo druídico tuvo que cavar trincheras y ocultarse en el interior de la tierra para sobrevivir. Pero el arraigo y la fuerza  de estas creencias era tan fuerte que desde el primer momento se mezclaron con el dogma cristiano que no se impuso sin asimilar en sus rituales, fiestas y celebraciones, muchas de esos  ritos paganos. Sin duda, la inteligencia de la Iglesia se demostró en esa capacidad para transigir, usando en beneficio propio la fuerza de creencias antiguas en vez de oponerse directamente a ellas.


Su modesta apariencia esconde un lugar rico en tradiciones y lleno de misticismo, uno de los más importantes santuarios de peregrinación de Galicia.

El nombre de Teixido, dicen que hace alusión a la abundancia de bosques de Tejo -Teixo en gallego- que existían en estos montes. Los celtas lo consideraban un árbol sagrado, probablemente debido a su extraordinaria longevidad, que lo hace parecer inmortal.

Nada se improvisa, todo forma parte de un amalgama  de ancestrales ritos y religión. También dicen que su romería es más efectiva, religiosamente hablando, que la de Santiago de Compostela. Aquí, el prodigio milagrero está casi garantizado, si se siguen las pautas establecidas por la cultura oral de las gentes del lugar.


Teixido, como todo el litoral atlántico de Galicia, representa el fin del mundo. Así que, el fin del mundo existe y está en San Andrés de Teixido. Sin duda, es uno de los rincones mágicos y esotéricos de la comunidad gallega, lleno de tradiciones y misterios que lo convierten en un lugar muy atrayente para creyentes de todo ámbito. 

Nosotros no dirigimos a ese punto. Yo he estado. Y ustedes harían bien en ir, por la cuenta que les trae. Se halla en el noroeste gallego, a 12 km de Cedeira (A Coruña). Allí los espera el apóstol san Andrés, un ex náufrago que estrelló su barca contra el litoral, justo donde la sierra de la Capelada se desploma en el Atlántico. Cuando se recuperó del susto, el santo construyó una iglesia y evangelizó a las poblaciones célticas de la comarca.

En estos agrestes acantilados de la costa atlántica que rodean por el Norte al municipio de Cedeira, dentro de una amplia hondonada a 140 metros sobre el nivel del mar, se encuentra el Santuario de San Andrés de Teixido, perteneciente a la parroquia de Santa María de Régoa. 


El templo tiene su origen en siglo XII y pertenecía a la Orden de Malta, momento en el que se atribuye la existencia de un monasterio en el mismo lugar. Más tarde, pasó a manos de la orden de San Juan de Jerusalén y siglos después fue propiedad de los Andrade de San Sadurniño, que controlaban las riquezas que generaba este centro de peregrinación. 

Pero la iglesia como tal, es de los siglos XVI – XVII, de estilo gótico-barroco. De la construcción inicial solamente se han conservado la puerta del muro de la fachada norte y algunos de los murales del interior.



Es el centro de peregrinación más importante de Galicia después de Santiago de Compostela. Resulta curioso que a una aldea que a duras penas alcanza los 50 habitantes en invierno, refugiada entre los acantilados más altos de Europa continental, lleguen miles de peregrinos cada verano. Un lugar mágico y único en medio y medio de la conocida como Costa Ártabra, una de las partes de litoral de Galicia más salvaje y espectacular, donde la Serra da Capelada se eleva magnífica. 



San Andrés de Teixido: lugar anual de devoción y peregrinación. Dice el dicho que a San Andrés de Teixido vai de morto o que non foi de vivo. O sea, que va de muerto quien no fue de vivo, vagando como alma en pena, o reencarnado en un insecto o reptil - en un sincretismo religioso muy poco ortodoxo-. Por este motivo, está muy mal visto en la zona, que se maltraten a este tipo de animales que andan cerca del suelo. Es fácil, que cualquiera de ellos sea un difunto, tratando de cumplir con el deber de visitar San Andrés de Teixido.

El dicho lo achacan a un ataque de celos del santo. Parece que San Andrés tenia envidia de Santiago al ver a tantos peregrinos dirigiéndose a su tumba, así que rogó para conseguir un poco de seguimiento a su santuario. La insistencia y queja formal de San Andrés tubo sus efectos, unas versiones dicen que lo visitó el mismísimo Dios y otras que fue Santiago. Fuera quien fuera el visitante, le sacó la promesa : – Ve tranquilo. A partir de hoy nadie entrará en el reino de los cielos sin haberte visitado. Y si no se acercan en vida tendrán que hacerlo de muertos pero reencarnados en un insecto o reptil.

Y así fue como comenzó la leyenda de San Andrés de Teixido que acabó en el famoso refrán.  no se puede estar más de acuerdo: acudir a este rincón legendario del municipio de Cadeira es casi obligatorio, pero mejor hacerlo en vida para disfrutar de las vistas sobrecogedoras sobre el acantilado y la peculiar arquitectura de la aldea.





La actual iglesia de San Andrés es un pequeño templo de épocas posteriores, sin valor artístico especial. De todas formas conserva interesantes elementos arquitectónicos del siglo XVI tales como una bonita puerta de arco conopial y los restos de unas pinturas al fresco en el testero, mientras su interior aparece lleno de velas y variados exvotos, un policromado retablo barroco con expresivas imágenes de sabor popular y una curiosa imagen-relicario de San Andrés de estilo manierista.



En una zona del interior de la capilla, muchos de los fieles y peregrinos de San Andrés de Teixido dejan sus exvotos, ofrendas de cera con forma de pierna, brazo o la parte del cuerpo que necesiten que sea curada. Se pueden comprar en las tienditas y puestos alrededor de la capilla, ya que se han convertido en fuente de ingresos para los habitantes de San Andrés de Teixido.


Todo este ambiente refleja la fe en que los gallegos tienen hacia este santo: aquí se entra enfermo y se sale sano.


Aunque el día de San Andrés se celebra el 30 de Noviembre, el período de las 8 «grandes», como son conocidas las de mayor afluencia, es el comprendido entre el 16 de Agosto y el 9 de Septiembre.

En la romería se manifiesta una serie de ritos y prácticas de carácter supersticioso y pagano, entreverados y en sincretismo  con cultos de la liturgia cristiana. Como es la tradición hacer la romería llevando una piedra que se deposita en uno de los amilladoiros de la zona, para confirmarle al santo que se ha ido en vida. También nos recuerda también el valor que para los antiguos celtas tenían las piedras, compañeras de buena fortuna para las almas de los difuntos.


Estos amilladoiros o milladoiros, son pequeños  túmulos con acumulaciones de piedras que se forman por costumbres de peregrinos que asisten a santuarios o romerías y que se acumulan con el paso del tiempo. El entorno de San Andrés está cuajado de claveles marinos, conocidos como las hierbas de enamorar por la supuesta influencia que ejercen en el enamoramiento entre las parejas -pero para toda la vida- y se la conoce como "la namoradeira". Dado que el efecto no es reversible, que se sepa, antes de dar el paso, ¡ha de estarse muy seguro!


Para que funcione el hechizo de amor, tienes que ser capaz de introducir en el bolsillo de la persona amada, una flor de la Armeria maritima. Esto, hay que hacerlo sin que se entere, de otra manera, no tendría efecto. La hierba de enamorar también sirve para mejorar la fecundidad en las mujeres, de ahí que también se la conozca con el sobrenombre de  <<empreñadeira>>.

La devoción a San Andrés va más allá de su iglesia. Muy cerca, se halla una fuente ideal para supersticiosos -Fonte do Santo-. Donde dicen se piden deseos, tomando antes un sorbo de agua de cada uno de los tres caños que tiene.Pero también la creencia dicta que si se echa un trozo de pan y flota es que todo va bien. Si se hunde significa que solo le queda un año de vida al que lo ha arrojado. Ante esta disyuntiva, mejor no tirar nada. Nosotros no bajamos a la fuente, no por superstición, sino porque se nos pasó.


El camino de peregrinación a San Andrés de Teixido constituye una de las rutas más ancestrales y conocidas de la Comunidad de Galicia.

El Camino de Santiago es, posiblemente, la peregrinación más popular del mundo. Sin embargo, para los gallegos el de San Andrés es igual o más especial. Se trata del Camiño Vello a Santo André de Teixido, una que parte del monasterio do Couto y que, tras unos 40 km entre castros, molinos antiguos, necrópolis, puentes medievales, culmina en San Andrés de Teixido. Además, solo cuenta con dos etapas y es ideal para realizarla un fin de semana.

Hemos disfrutado de este bonito y escondido sitio lleno de simbolismo popular y sincretismo religioso con remotos cultos precristianos, una serie de leyendas y devociones populares, tradiciones paganas, ritos etnográficos, romances y cantigas populares y relatos milenarios, todo ello enmarcado en un precioso entorno. 


Y empapados de sosiego regresamos a casa, poniendo fin a un día intenso y emocionante. 

Es muy frecuente observar caballos en estado salvaje en la carretera que atraviesa la Sierra de A Capelada, que lleva al santuario y al mirador. Y volvemos a ver como la tierra desciende hacia el mar, rodeado todo ello de impresionantes acantilados de vértigo, que como marco tienen la Sierra de A Capelada.

En este punto del noroeste de la península ibérica hay un mar más alto que el cielo. Lejos de ser una licencia propia de los usos poéticos, el sentido del verso se entiende de golpe cuando se contempla el horizonte desde los acantilados de San Andrés de Teixido



CONCELLO DE VIVEIRO 

Apenas a veinte kilómetros de O Barqueiro, se encuentra Viveiro, capital de la Mariña Occidental y la que visitamos en varias ocasiones.

Esta villa marinera, con título de ciudad desde finales del s. XIX. En 1891, la reina regente María Cristina en nombre de Alfonso XIII otorgó la categoría de ciudad con el título de Muy Noble y Leal Villa a este pueblo marinero atrincherado en su ría.

Presume de un enclave privilegiado y un importante patrimonio cultural. Cuenta con el casco histórico más importante de todo el litoral norte de Galicia. Su poderío patrimonial tiene mucho que ver con sus funciones como puerto comercial, importante desde la edad media.


En Viveiro dicen que hay de todo, y todo es bueno. Aquí, el  mar se funde con la desembocadura del río Landro y forma la Ría de Viveiro. Junto a esta ría,  vigilada por el  Monte Castelo de 450 m de altitud, se alza su ciudad que se pensaba de origen medieval, pero hallazgos en el subsuelo de la ciudad El tipo de materiales empleados y el modelo constructivo de los restos localizados en una cata en el casco viejo apuntan a la raíz romana de la ciudad. En la actualidad  conserva un elegante casco antiguo, de los más importantes de Galicia. 

Cruzando el rio por el Ponte Misiricordia que es el principal acceso peatonal a la villa de Viveiro y a su casco histórico, atravesando este puente sobre la Ensenada del río Landro, en la ría de Viveiro. Tres de sus doce arcos se encuentran enterrados bajo el malecón.


Este puente une las márgenes de la ría de Viveiro, desde la puerta de Carlos V, hasta la capilla de la Misericordia, de la cual recibe su nombre. En la antigüedad era conocido como Puente de Vivario.

Rodeada en su día por murallas de las que todavía sobreviven tres de sus puertas: la Puerta de Carlos V, la Puerta "da Vila" o la Puerta "do Valado"; tres de las antiguas que aún se conservan de las seis que tenía el recito amurallado; las iglesias parroquiales de Santa María y Santiago-San Francisco, recoletas plazas y empinadas calles gremiales como a Zapatería, Pilitaria, Ferreiros, do Forno, Pescadería…No menos interesante resulta su arquitectura popular en la que destacan las casas con corredores, balconadas y galerías acristaladas que reflejan toda su hermosura en el reflejo de la ría.

El municipio de Viveiro está formado por tres núcleos urbanos: Viveiro (principal población y casco histórico), Covas (zona turística y residencial debido a la playa), y Celeiro (uno de los principales puertos pesqueros del norte peninsular).



Cruzando el puente, te topas con la Puerta de Carlos V (Monumento Histórico y Bien de Interés Cultural). Esta puerta de estilo Plateresco,  constituye la principal entrada al casco histórico de Viveiro. También es llamada "Porta do Castelo da Ponte"; es de estilo plateresco y se levantó en el siglo XVI, sobre otra anterior del XII, en homenaje a Carlos I de España y V de Alemania, por los honores que había concedido a esta villa y sustituyó a la antigua puerta medieval.


Declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional, es el monumento más representativo de la ciudad. Constituía el acceso a la ciudad por las antiguas murallas en la parte del mar.

Su casco antiguo está declarado Conjunto Histórico-Artístico. Accedemos a él por la puerta de Carlos V, tomando la Rúa María Sarmiento desemboca de inmediato en la Plaza Mayor, antiguo centro del pueblo de pescadores que hoy exhibe bellos edificios de piedra con luminosas galerías y balcones de forja con un aire modernista. En la actualidad, una plaza peatonal, centro del casco histórico de Viveiro. donde se encuentran el Ayuntamiento y el antiguo Consistorio. Esta plaza es presidida por la figura de Nicomedes Pastor Díaz; escritor y político viveirense, considerado uno de los mejores poetas del siglo XIX. Este monumento se inauguró en el año 1891 y el ilustre personaje observa con atención el continuo ajetreo de la villa.





En un breve recorrido por las calles de esta ciudad del Landro, el visitante podrá descubrir múltiples ejemplos de estas galerías acristaladas, un elemento más que característico para la localidad. Y es que el panorama general de Viveiro refleja sus fachadas teñidas de color blanco, en su mayoría, formadas por estructuras de madera ―o hierro lacado y hormigón, en sus versiones más actuales― recubiertas con grandes y vistosos ventanales.


De aquí parten una serie de calles estrechas y peatonales. Hay que perderse por estas calles, caracterizadas por edificios con galerías acristaladas típicas, y casonas medievales con escudos y blasones. Y hacer alguna parada, obligatoria, en alguno de sus bares para degustar sus tapas y raciones, acompañadas por un vino ribeiro o albariño.



El perfil urbano de Viveiro se encuentra marcado por estos edificios. Podemos encontrar grandes conjuntos de viviendas con galerías, la mayoría de ellos repartidos a lo largo y ancho de su casco histórico, entre la Plaza Mayor y el Paseo del Muro.


Parada y fonda en un típico restaurante para recuperar fuerzas. 


Nos acercamos a la playa de Viveiro -La playa de Covas-, que está en su centro urbano,  concretamente en el barrio Covas. Es la playa por excelencia del núcleo urbano de Viveiro. De arenas blancas, oleaje moderado y forma de concha es una de las playas más populares de la costa lucense.

Desde la parte vieja se llega paseando. Primero se cruza el Puente de la Misericordia y después se sigue el paseo de la estrecha ría, hasta alcanzar la playa.


La playa es de arena blanca, con oleaje tranquilo, de forma de concha, y ventosa. Se extiende a lo largo del núcleo urbano viveirense. Tiene una extensión de casi tres kilómetros de superficie en bajamar, que se reduce a la mitad en altamar, oscilando entre 30 y 150 metros de anchura según la marea. Es la playa más conocida de la localidad de Viveiro. Su situación en el fondo de la Ría de Viveiro hace que sea una playa de aguas muy tranquilas.



En el extremo oeste de la playa, dirección O Vicedo, se encuentran unas curiosas formaciones de tipo pizarroso, que se les conoce como “Castelos”, y qué destacan más cuando la marea está baja. Hay un monumento dedicado en recuerdo de los náufragos de la escuadra cántabra, en especial del Bergantín Palomo y la Fragata Magdalena , hundidos en la ría, por el temporal, el 2 de noviembre de 1810.



De las varias visitas que hicimos a Viveiro. También por la tarde y noche nos acercamos para disfrutar de su encanto.


En estas fotos parece que las meigas hicieron acto de presencia para dar su toque de distinción y desenfoque a las fotos. Y no lo digo por que aparece Garazi. 



Sino porque, en esta tierra celta y mágica de Galicia llena de mitos y leyendas, pociones y brebajes, conjuros y hechizos. Estos personajes, de bruxas y meigas, como todo el mundo sabe:  ¡habelas, hailas!
Así que no me extrañaría que hayan puesto su impronta de pócima mágica en estas fotos.




En una de nuestras numerosas visitas a la plaza de abastos de Viveiro para hacer acopio del "marisco rey", unos buenos percebes con denominación de origen "do roncudo" y de los que dimos buena cuenta. Los acompañamos con unas sabrosísimas almejas.

Su sabor,  como comerse un trozo del océano.



SARGADELOS 

De entre el patrimonio artístico de Mariña Lucense destacan el Conjunto Histórico Artístico de Sargadelos, que abarca los restos de la antigua fundición y de la fábrica de loza, todo ello fundado por Antonio Raimundo Ibáñez, Marqués de Sargadelos.

Para conocerlo, nos desplazamos 40 kilómetros desde Mosende, hasta la aldea de Sargadelos, escondida en el valle del mismo nombre, en en concello de O Cervo. Desde O Cervo,  accedemos en coche siguiendo la carretera que lleva a la actual Fábrica de Cerámica de Sargadelos continuando un par de kilómetros más encontraremos el aparcamiento y las instalaciones de las Antiguas Fundiciones y Fábricas de Loza.

Hay nombres que han pasado a representar mucho más que a una aldea o parroquia. y esto ocurre con esta pequeña y coqueta aldea  a donde nos dirigimos, con apenas 120 almas y que ha prestado su nombre a una de las firmas de diseño y creación de porcelana más tradicionales de Europa, con más de dos siglos de historia vinculados al desarrollo cultural de Galicia en todos los ámbitos de la creatividad.


Es probable que hayas oído hablar y conozcas esta cerámica gallega, con sus icónicos dibujos geométricos en azul cobalto y blanco característicos, que hacen que cuando la inmensa mayoría vemos una figura de cerámica blanca con ese tono azul tan particular y formas geométricas, lo asociamos a la marca de Sargadelos. Los motivos y las formas están inspirados en la tradición y cultura gallega, sobre todo en la celta. Dicen que es la cerámica que explica al mundo cómo es Galicia y es todo un referente global de la innovación cerámica. 



Pues bueno, el nombre de esta internacional marca, reconocible en todo el mundo, lo toma prestado de esta pequeña y coqueta aldea de Sargadelos que visitamos, y donde se encuentra un santuario del patrimonio industrial de Galicia <<el antiguo complejo industrial de Sargadelos>>, Declarado Conjunto Histórico Artístico en 1972, y donde se encuentra una antigua factoría de fundición de hierro donde en 1791 comenzaron a funcionar los primeros altos hornos de Galicia y la actual fábrica de loza.

El origen de este conjunto se debe a Antonio Raimundo Ibáñez, Marqués de Sargadelos, quien a finales del siglo XVIII levantó en este lugar una fábrica de fundición de hierro -el primer alto horno privado de España-; posteriormente, a principios del siglo XIX, esta empresa se reconvirtió en una fábrica de loza y vidrio. Tras permanecer varios años cerradas, a finales de los años sesenta, Isaac Díaz Pardo y Luís Seoane, dos reconocidos intelectuales gallegos,  decidieron darle un nuevo impulso a todo el conjunto e iniciaron una ambiciosa rehabilitación del complejo y de su entorno, dando lugar a la conocida Cerámica de Sargadelos. La marca sufrió un espectacular cambio de rumbo hacia un diseño mucho más vanguardista y personal, introduciendo nuevos diseños con motivos abstractos y geométricos con reminiscencias tradicionales gallegas.

El escritor y artista Luis Seoane sentenció: " Los gallegos van a acabar conociendo su historia, aunque sea a base de comprar cacharriños, figuriñas…”, diría , con tanta sorna como tino.


El recorrido hasta llegar a la nueva fábrica está bien señalizado. Tras dejar el coche en el parking habilitado te llama la atención un edificio circular diseñado en 1970 por el arquitecto coruñes, Andrés Fernández-Albalat Lois (23 de junio de 1924-29 de diciembre de 2019) presidido por una estatua del Marqués de Sargadelos y donde se encuentra un museo histórico, una de las mayores tiendas de la marca y, sobre todo, se da la posibilidad a los visitantes de visitar la fábrica, caminando entre ceramistas, viendo en directo cómo se pintan las piezas una a una y cómo los colores cambian con la temperatura del horno.

El famoso marqués de Sargadelos preside, inmortalizado, la fábrica

El prime edifico que nos encontramos es la “Casa do Administrador”, edificio que actualmente alberga el Museo Histórico de Sargadelos, donde contemplar la evolución en la producción de las Reales Fábricas de Sargadelos, como el resto del conjunto suponen un recorrido por la historia industrial gallega más sobresaliente.



Visitamos al exposición y pudimos ver las fases del proceso de elaboración de las piezas.



Compramos una bonita figura de una meiga galega. Representa a una "meiga chuchona" (Besucona)con su escoba. con el logo de Sargadelos en la base.


Se puede acceder a las instalaciones de la Antigua Fundición y Fábrica de Loza , donde podemos ver definida la estructura de la fábrica. También en la actualidad se mantiene el Pazo donde vivía el Marqués de Sargadelos, que no es visitable.

Conocida como Posada para Foráneos                                         Hornos de calcinar

   

La fábrica de fundición de Sargadelos (1791-1875), considerada la primera siderurgia integral de España, y la de loza, levantada en 1804 para producir loza tipo Bristol y más tarde porcelana “china”, son un valioso ejemplo de desarrollo y modernización de la industria nacional, promovidos por las medidas de fomento de la Ilustración. El perímetro de las antiguas fábricas fue declarado en 1972 Conjunto Histórico-Artístico, con la denominación de Reales Fábricas de Sargadelos.

PLAYAS DE  O VICEDO "El Caribe Lucense"

En Galicia la fama de playas se la llevan las Rías Baixas. Pero sin duda es porque se han pasado por alto la maravilla de arenales que hay en el norte de la provincia de Lugo. Desde su Costa de la Morte hasta la frontera con Asturias, nos encontramos las Rías Altas. Eso sí, mas pequeñas que sus hermanas las Baixas del sur, pero precisamente por ello y por sus múltiples recovecos, obsequian al visitante con un paisaje más inusual.

En estas rías —Ortigueira, Barqueiro, Viveiro, Foz y Ribadeo—, playas casi vírgenes se entremezclan con entrantes rocosos y un relieve y belleza difíciles de superar.

Y en este bello rincón costero lucense de O Vicedo, donde nos encontramos, con apenas 75 kilómetros cuadrados, atesora algunas de las playas más bonitas de Galicia y cuenta en su término con numerosas playas de arena blanca y aguas azul turquesa, por ello se le conoce como "El Caribe Lucense" a pesar de sus temperaturas suaves y sus aguas frías.. Destacando entre ellas las de: Arealonga, Vidreiro, Caolín, Xilloi, Abrela, Área Grande...


Nosotros nos decantamos por la plaza de Xilloi muy resguarda y a escasos 10 km de nuestra residencia. Playa de bandera azul durante, abrigada, de arena fina y clara, con oleaje tranquilo, flanqueada por acantilados, entorno semi urbanizado, con una amplia zona de dunas por la que discurre un riachuelo, vistas directas al puerto de Bares; adjetivos más que suficientes para hacer de este rincón nuestro lugar elegido.


Situada a los pies del Monte Cacho, la playa de Xilloi se abre paso en forma de concha  a lo largo de casi un kilómetro. Arena blanca, oleaje tranquilo, grandes acantilados y un entorno de eucaliptos y pinos es lo que nos espera en este bonito enclave. Un arenal de grano fino y blanco que se encuentra entre grandes acantilados que la protegen de los vientos característicos del norte. Allí, el agua del mar, que es de un azul translúcido, suele mantenerse bastante tranquila debido a su posición entre los despeñaderos. Gracias a esto es un un tranquilo lugar, ideal para darse un baño, unos paseos o simplemente tomar el sol y disfrutar del verano gallego.



La calidad de sus aguas y su valor medioambiental la han hecho merecedora del distintivo de la bandera azul con el que se distingue las costas mejor conservadas de todo el mundo.


En esta playa, no muy concurrida siendo una de las mas famosas, pasamos unos cuantos días de relax y tranquilidad.



A nuestras espaldas, al fondo, el Puerto de Bares. Esta preciosa playa de Xilloi muy protegida de los  vientos y de tranquilas aguas  cristalinas. ¡Pero muy frías! A Garazi no le importó mucho. Yo estuve mucha más discreto en baños.



La "sirenita del cantábrico" de chapuzones.


Estupendos momentos en este rincón del Caribe Lucense.

A CORUÑA

De los rincones rurales, pequeños concellos y villas marineras de la Mariña Occidental  Lucense y el Ortegal coruñés. Hacemos una escapada a la gran urbe de A Coruña. Capital de la provincia homónima y enclave de las Rías Altas que vive de cara al Atlántico como un balcón asomado a ese gran océano.


A Coruña está en una península ceñida por un estrecho istmo. Es decir, que tiene la suerte de estar rodeada de mar por todas partes menos por el pequeño hilo de tierra que le une al resto de Galicia. En ese peñasco con forma de martillo se afinca una bella ciudad. Por lo que presenta dos fachadas marítimas distintas: la portuaria (hacia la ría de La Coruña) y otra de mar abierto, hacia la Ensenada del Orzán, y sobre la que se extienden las principales playas urbanas (Riazor y Orzán).

Nuestra primera visita en la ciudad a su afamada Faro de la Torre de Hércules, la insignia de la ciudad. Hace 2000 años, ya orientaba a los marineros para que supieran embocar la ría y no encallaran en los escollos de la costa gallega.


Nos acercamos caminando por el Paseo Marítimo. Todo el Paseo, a estas horas de la mañana poco frecuentado, está jalonado de llamativas farolas. Sus columnas y luminarias de inspiración modernista, sirviendo de soporte a 1.200 esmaltes de la artista Julia Ares, galardonada con varios premios, entre ellos, el Chairman Award del Royal Museum de Ueno en Tokio. Cada farola está pintada de un intenso color rojo con cuatro esmaltes, alusivos a momentos e historia coruñesa y relacionados con el área en la que se hallan ubicadas. Así, los esmaltes situados en el entorno de la Torre de Hércules están relacionados con los distintos aspectos del faro romano.


Este paseo marítimo está bastante elevado y protegido, pues el mar en invierno azota bastante esta zona, Pasamos por la pequeña playa urbana de San Amaro, que estaba bastante concurrida y que se encuentra en el barrio residencial de Adormideras. Una pequeña playa de arena fina, en forma de media luna, abrigada del mar que cuenta con bandera azul.



Estamos muy cerca el parque escultórico que rodea la Torre de Hércules. Un auténtico museo al aire libre de 47 hectáreas con esculturas que se distribuyen en este verdel verde espacio.


En el entorno de la Torre de Hércules se encuentra repartido un amplio muestrario de figuras y esculturas de interés que no te dejarán indiferente.



Llegados a este conjunto monumental, la primera de las esculturas la primera escultura que nos da la bienvenida, será Caronte, de Ramón Conde, en relación al barquero de la laguna Estigia, que Hércules tuvo que atravesar en uno de sus legendarios trabajos.


Siguiendo nuestro itinerario, emplazada al comienzo de la rampa de acceso para subir a la Torre. Aparece amenazante Breogán,  Es una pieza única en la que solo los rasgos fundamentales de la fisonomía están marcados. Además del escudo, tiene la espada en la mano. Se trata de la escultura monumental de un guerrero en la que se utilizó granito blanco. Breogán es un mítico guerrero celta a quien se le atribuye la fundación de A Coruña. Es también uno de los héroes de Irlanda.


Llegamos al al Faro de La Torre de Hércules. Es la señal marítima luminosa más antigua del mundo en funcionamiento. La maciza columna cuadrada se eleva 55 metros en un lugar donde el Atlántico suele andar muy a menudo de bronca y las brumas son frecuentes. Fue declarada patrimonio de la Humanidad en 2009.


El origen de la torre es desconocido, aunque fue reedificada por los romanos en el S. II. En una inscripción en la piedra consta el nombre de C. Servius Lupus, arquitecto de la región de Lusitania, en la provincia romana de Hispania. En esa inscripción aparece la dedicatoria del monumento a Marte Augusto. La fachada actual es fruto de la remodelación neoclásica efectuada en el S. XVIII. Eustaquio Giannini la reparó y revistió, terminando la obra en 1791. Actualmente es de planta cuadrada (al contrario que antaño, que era circular), tiene 58 metros de altura y sigue permaneciendo destinada a alumbrar con la linterna de su faro decenas de kilómetros a la redonda.


Otra obra situada a los pies del monumento es el RETRATO DEL REY CARLOS III (Pablo Serrano), bajo cuyo reinado se iniciaron las obras de remodelación de la actual torre, obra inspirada en la serie de divertimentos del Prado (1976).


La ROSA DE LOS VIENTOS (Javier Correa), ubicada al pie de la Torre. Es un mosaico circular de 25 metros de diámetro sobre el cual se puede transitar. La “Rosa de los Vientos” es una antigua herramienta de navegación que utilizaban los marineros desde tiempos remotos para orientarse. Representa la mitología celta del Atlántico Norte..En sus cuadrantes están representados todos los países celtas: Irlanda, Escocia, Cornualles, Bretaña, Gales, Isla de Mann y Galicia.


En lo que respecta a las figuras y esculturas de este parque, hay nada más y nada menos que 18, con tres temáticas bien diferenciadas: mitológicas, históricas y náuticas o marítimas.


El singular “Stonehenge” de Díaz Pardo rinde tributo a las víctimas de la Guerra Civil. En este mismo lugar fueron fusilados políticos, artistas e intelectuales, conocido como el Campo de la Rata

Dejamos atrás la espectacular Torre de Hércules y nos dirigimos al centro neurálgico de la ciudad. Visitaremos La plaza de María Pita, uno de los más bellos ejemplos del arte civil en España durante los siglos XIX y XX, es una de las visitas obligadas de la ciudad, perfecta para dar un paseo y justo al lado de la Ciudad Vieja de A Coruña.

Justo antes de llegar a la plaza, pasamos por la iglesia barroca de San jorge

Plaza céntrica de la ciudad de A Coruña, dedicada a la heroína María Pita, proyectada a mediados del siglo XIX y donde se encuentra el Ayuntamiento.

Forma un gran rectángulo de más de 10000 metros cuadrados, en uno de cuyos frentes se encuentra el Palacio Municipal, mientras que en el resto se alinean edificios porticados, bajo los cuales se encuentran diversos establecimientos. En uno de ellos nos sentamos para disfrutar de las vistas y tomar algo.

El Palacio Municipal es un edificio modernista construido entre los años 1.908 y 1.912, ocupando el frente norte de la Plaza de María Pita. Fue inaugurado por el Rey Alfonso XIII en el año 1.927. En él se encuentran diversas dependencias administrativas del Ayuntamiento.


Desde la plaza, continuamos en esta zona centro y caminamos por la calle Franja. Una zona turística de vinos y marisco por excelencia de A Coruña, la calle de la Franja tiene todo tipo de locales: cervecerías, restaurante italiano y portugués, comida rápida, pizzas..



Nosotros hacemos una parada en la jamonería Munín, la más antigua y con más solera de esta conocida cadena. Llevan medio siglo al pie del jamón, y sus piezas cubren gran parte del local.



También visitamos La calle Riego de Agua, una vía peatonal situada entre la Plaza de María Pita y la calle Real. Aquí se encuentran establecimientos centenarios como La Sastrería Iglesias, fundada en 1864 y la Pastelería centenaria La Gran Antilla. También pertenece a la "Ruta de los Vinos de A Coruña" donde incluye locales que dan acceso por los dos lados de la calles: La Marina y La Franja.



Nos acercamos a la Rúa Real, otra de las céntricas calles, muy concurrida, y una de las más antiguas y principales a nivel comercial. Peatonal y llena de vida, muchas de sus casas están adornadas con las típicas blancas galerías acristaladas. Además de ser una de las principales zonas de compras de A Coruña, cuenta también con una importante historia, por ser una vía de creación romana, tal y como lo atestiguan los hallazgos de diversas necrópolis romanas.

De su historia más actual se puede mencionar la Farmacia Villar, que se ubicó en esta calle en 1827, siendo hoy la más antigua de Galicia.

Asimismo, merece mención otro evento: en el año 1885 un alumno de Bellas Artes realiza en el número 20 de la Calle Real su primera exposición. Era ni más ni menos que el joven Pablo Picasso.





Seguimos paseando hasta llegar a la avenida de La Marina, una de las zonas más bonitas de la ciudad y una vía perfecta para un paseo pausado o para pasar un rato en una terraza. Su paisaje, con la dársena y sus pequeñas embarcaciones pesqueras y recreativas a un lado y los edificios de galerías, a los que National Geographic califica como «espejos frente al mar», es una de las imágenes más icónicas A Coruña.


Las galerías de las casas de esta arteria siempre han sido una de las imágenes más famosas de esta ciudad. los edificios se alzan como un muro de espejos. Las tradicionales galerías de madera pintadas de blanco y con cientos de ventanas que reflejan el sol.



Las galerías de La Marina representan, desde hace décadas, una de las fotografías más típicas de la ciudad de A Coruña. Pero... ¿Sabías que estas galerías acristaladas conforman uno de los mayores conjuntos acristalados del mundo? Pues sí. Y no solo eso, sino que estas galerías dan lugar al sobrenombre de 'La ciudad de Cristal'.



Las galerías acristaladas se idearon con el objetivo de proteger el edificio de la lluvia, además de recibir el calor del sol a lo largo del día manteniendo una temperatura estable en la vivienda durante la noche.

Estas acristaladas casas que en la actualidad costaran un potosí, antaño eran las casas de los los pescadores, pudiendo amarrar sus botes en los propios soportales. De hecho, todavía es posible ver antiguas argollas de amarre ya en desuso. Aparecieron en el barrio de la Pescadería y estaban condicionadas por la actividad pesquera, ya que los soportales, que miraban para el mar, eran, de hecho, la parte posterior de las viviendas y todas tienen su entrada por la calle Riego de Agua o por la plaza de María Pita. Los soportales se utilizaban para guardar los botes y realizar diversas faenas relacionadas con las redes, la saladura y la venta del pescado (el mar llegaba a ellas).

En algún sitio he leido que, A Coruña amanece borracha de sol, pero sin resaca.



Tenemos que regresar a Mosende que nos llevará casi dos horas. Así que damos por finalizada nuestra visita a esta luminosa ciudad de cristal también conocida como El Balcón del Atlántico" y en ese sobrenombre influye directamente también sus galerías y ventanales que ofrecen las mejores vistas al mar desde la ciudad herculina.

SANTIAGO DE COMPOSTELA

He dejado para el final nuestra visita a Santiago de Compostela, la capital de la Comunidad Autónoma gallega y meta de de peregrinación de muchos creyentes, que atendiendo a lo que les dicta su religión, van a visitar el lugar, donde dicen se encuentran, las reliquias del Santo.

La capital gallega empezó siendo un lugar de paso junto a una vía romana, hasta que el descubrimiento por las autoridades religiosas de la tumba del Apóstol Santiago, le hizo cambiar de rumbo para convertirse en lugar de culto. El hallazgo ocurrió en el siglo IX, momento en el que empezaron a llegar peregrinos de toda Europa a Santiago de Compostela, ciudad santa de la cristiandad


En la Edad Media, los nobles y los ricos realizaban peregrinaciones por motivos religiosos y aunque no eran vacaciones propiamente dichas permitían conocer lugares nuevos, tanto en el propio país como en trayectos a Roma o Jerusalén.

Peregrinar para visitar reliquias de santos y profetas fue una de las primeras excusas para viajar, mucho antes del moderno boom turístico vacacional, donde puedes viajar a la carta y que actualmente se viven como una necesidad fisiológica. Si bien mucha gente sigue viajando por motivos religiosos. Y si no que se lo pregunten, entre otros, a los millones de musulmanes que anualmente visitan La Meca, católicos Roma o Judíos Jerusalén. Santiago destaca por ser uno de los tres grandes núcleos de peregrinación del cristianismo, junto con Jerusalén y Roma


Pero dejando aparte las respetables cuestiones religiosas que llevaban y llevan a los peregrinos, ya desde el medievo, a visitar la tumba del Apóstol Santiago. Y sin ir a vestir Santos. Nosotros también hemos hecho una visita, pero turística, a este centro de peregrinación. Ha sido nuestro desplazamiento más largo, poco más de 160 Km. Como de la ruta turística que hemos realizado este año.

Devoción, tradición y turismo ponen en el mapa viajero a la capital gallega.

Patrimonio de la Humanidad desde 1985, Santiago de Compostela lleva siglos atrayendo a visitantes y peregrinos de todo el mundo. Medio día es muy poco, a duras penas se puede ver la cara más conocida de Santiago, su postal monumental más conocida. La catedral y alrededores.

Y eso es lo que hicimos nosotros.



Nuestro destino, la Praza do Obradoiro, el centro monumental de Santiago de Compostela donde se encuentra la catedral. La Plaza del Obradoiro , su nombre gallego parece derivarse de los talleres de canteros que trabajaron en la construcción de la fachada barroca de la Catedral , que domina la plaza y da la bienvenida a los miles de peregrinos que llegan por el Camino de Santiago. La preside la imponente fachada barroca del Obradoiro, construida como cierre de la antigua puerta románica o Pórtico de la Gloria del Maestro Mateo



Dice su historia que sobre el lugar de aparición del sepulcro del Apóstol se construyó la actual catedral románica a partir de 1075. Su estampa más fotografiada es su fachada oeste, la del Obradoiro , que fue antepuesta al edificio entre los siglos XVII y XVIII como un gran telón ornamental. Hasta entonces, un arco permitía ver desde la plaza el Pórtico de la Gloria , ahora resguardado en el interior.

Las construcciones que delimitan precisamente esta Plaza del Obradoiro son el Palacio de Rajoy (o Pazo de Raxoi), que la cierra por su parte occidental justo en frente de la fachada principal de la Catedral de Santiago; el Hotel Hostal de los Reyes Católicos y por último, el Colegio de San Jerónimo, actual sede del rectorado de la Universidad de Santiago.




La fachada principal de la catedral, de estilo barroco, reconocible por sus dos torres (la de la Carraca, a la izquierda, y la de las Campanas, a la derecha), con la escultura del Apóstol en medio, y por su característica escalinata. Es la puerta de entrada da acceso al Pórtico de la Gloria.



Esta imponente catedral empezó su historia a finales del siglo XI como una modesta basílica. Una bula papal le concedió el privilegio que cambió su destino: convertirse en meta de peregrinación por encontrarse, según la tradición, en el lugar donde fue enterrado el apóstol Santiago. Como alternativa al peligroso viaje hacia Jerusalén, mareas de peregrinos han viajado a la capital religiosa de Galicia transformando la ciudad y la catedral en lo que son ahora.


Los 74 metros de altura de las torres se alcanzaron en 1747, cuando el arquitecto Fernando Casas y Novoa, siguiendo las intervenciones iniciadas en 1670 por Peña de Toro y continuadas por Domingo de Andrade, decidió elevar e igualar ambas torres con sus esplendorosos remates barrocos. La Torre de las Campanas, a la derecha, y la Torre de la Carraca, a la izquierda, confieren a la fachada un fuerte efecto vertical de ascensión a los cielos.




Pórtico de la Gloria, ideada por el genio del Maestro Mateo. Está considerado una obra cumbre del arte universal. El escultor y arquitecto  Mateo dejó una huella imborrable en la historia de la escultura con su intervención en el pórtico de la Gloria, una de las portadas más ricas y hermosas de todo el arte románico europeo. Hoy se encuentra escondida tras la fachada barroca del Obradoiro

Accedemos al interior de la Catedral, contemplamos el Pórtico de la Gloria y recorreremos todas sus naves, hay que deambular por sus capillas y pasar por la cripta del Apóstol bajo el altar mayor. 


El abrazo por su espalda a esta escultura, para los peregrinos y creyentes, es el más emocionante y antiguo de los actuales ritos jacobeos en Santiago de Compostela. Se constata desde el siglo XIII, tras el remate de las obras de la catedral (1211). Su destinatario es la estatua románica de Santiago situada en el espacio conocido como el camarín del Apóstol, que se eleva en la parte posterior del Altar Mayor de la basílica desde el XVIII, justo sobre la cripta que contiene la urna, donde la tradición cristiana dice que contiene de las reliquias de Santiago.





El enorme incensario

Nos detenemos en el crucero. Encima de nosotros veremos un cimborrio gótico con una cúpula octogonal, sustentado por robustos pilares que sustituyó a la linterna original del románico. La balconada es de época barroca.

De lado a lado del cimborrio vemos que hay una estructura metálica donde se apoya un carrete. Es un mecanismo capaz de soportar y mover un enorme botafumeiro, que es cómo se designan los grandes incensarios o recipientes donde quemar el oloroso incienso.


El Botafumeiro o "turibulum magnum" de la Catedral de Santiago de Compostela es el incensario de la iglesia más grande del mundo. El incensario es un elemento común en muchas religiones antiguas y modernas. “Los dioses aman los perfumes”, dijeron los antiguos egipcios.

Botafumeiro significa “echador de humo”. Su uso se remonta al siglo XIII como parte de una costumbre litúrgica que tenía como objeto purificar el aire de la iglesia, cargado por la aglomeración de peregrinos que llegan a pernoctar en el templo en ocasiones especiales.


Construido en latón y plata, el Botafumeiro mide 1.60 m de alto y pesa unos 50 kg, aunque si está lleno de carbón e incienso excede los 100 Kg. Cuando está en uso, se mantiene suspendido a una altura de 20 metros. Se necesitan ocho hombres para maniobrarlo, los llamados “tiraboleiros”, que, mediante un complejo sistema de cuerdas y poleas, le dan un movimiento pendular (columpiar), que lo empuja casi hasta el techo de la catedral, a una velocidad de aproximadamente 70 km/h.

En el siglo XVI, el rey Luis XI de Francia, apodado la universelle aragne, “la araña universal” hizo una donación a la catedral, lo que permitió la construcción del incensario en 1554. En ese momento era una gran olla de plata. Otra tradición dice que fue el mismo Rey quien donó la olla a la Catedral. En cualquier caso, posteriormente fue robada por las tropas de Napoleón.

Se ha caído varias veces, una de ellas, en 1499, mientras visitaba la iglesia Catalina de Aragón, la primera mujer de Enrique VIII de Inglaterra, que no sufrió ningún daño.


El actual Botafumeiro se remonta a 1851 y fue hecho de latón y luego cubierto con plata.

La catedral por los cuatro costados

Después de nuestra visita otro recorrido obligado es darle la vuelta a la catedral y pararse a ver las plazas que rodean al enorme edificio. Desde cada una de ellas, la catedral nos ofrece una nueva perspectiva y multitud de detalles.

Comenzaremos por la monumental Plaza do Obradoiro que da a la fachada principal. Seguiremos la larga pared del claustro para dar con la fachada de Platerías, la única que se conserva de la Edad Media, en la antigua plaza de los plateros, con su bonita fuente de los caballos. Rodeando la Torre del Reloj ya estaremos en la Quintana y nos encontraremos la fachada de la Puerta Santa y el vecino Monasterio de San Paio de Antealtares. Y finalmente subiendo las escaleras veremos al norte la fachada de la Azabachería, en la plaza de los azabacheros o de la Inmaculada, con otro importante monasterio al frente: el de San Martín Pinario.



PLAZA DO OBRADOIRO

Donde hemos iniciado nuestro recorrido turístico. En una vista panorámica de 365 grados, destaca al este, la fachada occidental de la catedral conocida como Fachada Obradoiro. La fachada  contrasta fuertemente con la horizontalidad del claustro, a su derecha, y del Palacio Arzobispal de Gelmírez, a su izquierda. 
Fachada principal de la catedral, con el palacio arzobispal y el claustro a ambos lados. A la izquierda de la foto, el Parador de Turismo Hostal de los Reyes Católicos.
El Claustro

El claustro fue construido por mandato del arzobispo Alonso de Fonseca entre 1521 y 1614. Su gran planta renacentista, obra de Juan de Álava, Gil de Hontañón, Juan de Herrera y Gaspar de Arce, sustituyó al claustro gótico del s. XIII, que a su vez se levantaba en el lugar del original, construido en 1114.

El Palacio Episcopal

El palacio de Gelmírez o pazo de Xelmírez es el antiguo palacio episcopal de la Catedral de Santiago de Compostela. Fue construido por Diego Gelmírez, arzobispo de Santiago entre 1120 y 1136, aunque del edificio original sólo se conservan las puertas de comunicación con la basílica: la puerta de Gramáticos, la puerta de la Torre y la puerta de la tribuna.                                                                               

                                                                       Hospital Reyes Católicos

Hostal de los Reyes Católicos

Cerrando por el norte encontramos lo que fue el antiguo hostal u hospital de los Reyes Católicos, llamado habitualmente hotel/hostal de los Reyes Católicos (en gallego, Hostal dos Reis Católicos), y también conocido históricamente como hospital Real de Santiago o de Santiago de Compostela era un antiguo alojamiento de peregrinos. El actual edificio fue mandado construir en 1501 por los Reyes Católicos para atender a los enfermos y peregrinos del divino Xacobe, según se puede leer en la inscripción latina que recorre el friso superior de la portada. Su construcción, no obstante, se decidió ya en 1492 coincidiendo con el descubrimiento de América.

En la actualidad es un Parador Nacional.

Colegio de San Jerónimo

Colegio San Jerónimo

El tercero de los monumentos que ver en la Plaza del Obradoiro del Santiago es el Colegio de San Jerónimo o San Xerome, que cierra la plaza por su flanco sur.

Este edificio se construyó en el siglo XVI por orden del Obispo Fonseca y acogía a los estudiantes pobres de Artes.

Se trata de un edificio renacentista que destacan enormemente por su preciosa portalada, que es una de las más relevantes joyas que ver en Santiago de Compostela. Entre otros, en este pórtico están representados San Pedro, San Pablo, San Juan Evangelista y Santo Domingo de Guzmán. En el tímpano encontramos una bella imagen de la Virgen y el niño.

En la actualidad, el Colegio San Xerome es la sede del Rectorado de la Universidad.

Palacio Raxoi o Rajoy

                                                                      Palacio Rajoy

Cerrando el espacio por el oeste y frente a la fachada de la Catedral, se encuentra el Pazo de Raxoi o Palacio Rajoy Es la sede del ayuntamiento y del gobierno regional. Fue en su origen un magnífico palacete arzobispal. Un palacio que mandó construir el que por entonces era arzobispo de la ciudad de Santiago, Bartolomé Rajoy. La fecha de su construcción, entre los años 1766 y 1777. 

Si la fachada de la Catedral es barroca, la de San Xerome renacentista y la del Hospital de los Reyes Católicos, plateresca, la del Palacio de Raxoi es neoclásica. En la actualidad es la sede al ayuntamiento de la ciudad.

Es el más tardío de todos los monumentos de la Plaza del Obradoiro, ya que fue alzado en el siglo XVIII, como seminario de confesores y residencia de los niños del coro de la catedral.

En el tímpano superior del edificio encontramos representada, en relieve, la Batalla de Clavijo. La leyenda cuenta que el mismo Apóstol Santiago ayudo a que los ejércitos cristianos ganaran la contienda a los musulmanes.

PLAZA PLATERIAS


Dirigiéndonos hacia el sur, rodeamos el edificio claustral y nos adentramos en Platerías. 

Casa de Cabido

A nuestra derecha la curiosa y barroca Casa do Cabido. Esta fachada ornamental de poco más de tres metros de fondo y levantada frente a la Puerta de Platerías cierra la hermosa plaza en la que se asienta. Fue construida en 1758 por el arquitecto Clemente Fernández Sarela con una función puramente teatral: la de cerrar la plaza. Está considerada como una de las intervenciones de escenografía barroca gallega más importantes y conocidas.


                                                                                                  Casa do Cabido

Fachada románica y Torre del Reloj

La plaza está dominada por la única fachada románica que conserva la Catedral. Si subimos las escaleras (s.XVIII) mirando hacia arriba veremos la Torre del Reloj, también conocida como La Berenguela por el arzobispo que la terminó en 1320, aunque después sufriese varias reformas. El actual reloj se hizo en Ferrol en 1831; y la campana, en 1729. Estamos ya ante la fachada de Platerías, la más antigua y artísticamente la más importante de la Catedral. Su construcción se inició en 1103 y posteriormente fue recogiendo elementos sueltos de otras zonas de la Catedral, que se trasladaban en las reformas.

Fuente de los Caballos

Su fuente del centro de la plaza es conocida como la ‘Fuente de los Caballos’, una de las más famosas del casco histórico de Santiago de Compostela. Está formada por cuatro caballos marinos que echan agua por sus bocas. De entre estos caballos surge un pedestal rematado por una figura femenina que alza su brazo con la estrella de Compostela.


La escultura de mujer del tallo "simboliza la ciudad de Compostela, ya que aparece sentada sobre la arqueta que según la tradición contiene los restos del Apóstol, y en su mano izquierda porta un escudo con la cruz de Santiago y dos conchas. En la base del tallo puede verse una representación pétrea de cierta masa de agua de la cual emergen los cuatro caballos con patas palmeadas, de cuyas bocas salen los respectivos chorros de agua".

PLAZA QUINTANA

Doblando la esquina aparece ante nuestros ojos el antiguo cementerio (quintana), la gran explanada pétrea ante la que se abre la Puerta Santa. Es la Plaza de la Quintana que aparece dividida en dos planos. La parte inferior, la Quintana de Mortos, fue lugar de enterramiento hasta 1780, cuando por razones sanitarias y falta de espacio se optó por el cementerio de San Domingos de Bonaval, y más tarde, por el actual camposanto de Boisaca. La parte superior de la plaza es, por contraposición, la Quintana de Vivos.

Puerta Santa

Al final de esta fachada catedralicia es donde antiguamente existía la puerta de Canónica, según el Códice Calixtino y por la que accedían los canónigos desde su casa en esta plaza. En la actualidad solo queda la Puerta Santa que se abre a los peregrinos en los años santos.

                            Fachada de la catedral que da a la plaza y detalle de la Puerta Santa

Monasterio de San Paio o San Pelayo de Antealtares


Es el más antiguo de la ciudad ya que fue fundado en el siglo IX,  en algún momento de la década 820-830. Tiene su origen en una pequeña comunidad monacal benedictina masculina promovida por el rey asturiano Alfonso II el Casto poco después de confirmar como auténtico el sepulcro de Santiago. Los monjes tendrán como misión custodiar y organizar el culto a las reliquias apostólicas. Así se recoge en un documento compostelano de 1077 -Concordia de Antealtares-, que señala muy gráficamente que su finalidad había sido hasta ese momento orar supra corpus Apostoli.

Pero en la primera mitad del siglo XII, las autoridades eclesiásticas del momento, separan los benedictinos de su sagrada misión de guardianes del sepulcro para encomendársela  al nuevo y poderoso clero catedralicio. Los monjes Benedictinos, reorientando sus objetivos y prioridades,  tomaron como alternativa al Santo gallego Paio o Pelayo, que siendo niño fue martirizado en Córdoba en el año 925 y muy popular en aquella época, para reorientar sus objetivos y prioridades. Tras el varapalo simbólico y también económico que les supuso esa decisión. La imagen degollada del Santo preside la fachada del templo.



Situado a escasos metros de la catedral de Santiago, el monasterio es conocido sobre todo por el magnífico muro que cierra la Plaza de la Quintana, frente a la Puerta Santa, extraordinaria arquitectura purista en la que se abren decenas de pequeñas ventanas cuadrangulares correspondientes a las celdas de sus monjas. El monasterio nació con el sobrenombre de “Antealtares” por su situación respecto a la tumba de Santiago, situado “ante” él, es decir, en su parte oriental.La actual construcción pertenece casi en su totalidad a los siglos XVII y XVIII, ya que la primitiva fue derrumbada. 

En el siglo XV el convento, tras entrar en decadencia en 1499, es sustituida la comunidad masculina por otra femenina, que acabará convirtiéndose en el convento de monjas más relevante de Galicia; fue ocupado por monjas benedictinas de clausura, que en la actualidad aún perduran.


En esa fachada lateral que da a la plaza, una lápida recuerda la formación del Batallón Literario organizado por los universitarios compostelanos para defensa de Galicia contra las Tropas de Napoleón.

PLAZA  DE LA INMACULADA


La Plaza de la Inmaculada, popularmente conocida como Azabachería, está enmarcada entre el monasterio de San Martiño Pinario y la fachada catedralicia norte de la Azabachería , que debe su nombre a la tradicional presencia de talleres dedicados a la talla del azabache. Allí desemboca el último tramo urbano de los Caminos Francés, Inglés y del Norte, que entra al casco histórico por la llamada Puerta del Camino. Todo peregrino que recorre estas rutas hace su entrada a esta plaza desde la llamada Puerta del Camino. Durante siglos los peregrinos a su llegada, y momentos antes de entrar en la catedral, se desprendían aquí de sus ropas y harapos y se lavaban en la antigua fuente de “Fons Mirabilis”, hoy trasladada al claustro, para que, una vez purificados, pudiesen recibir a Dios y convertirse en hombres nuevos.


Fachada norte

La primitiva fachada norte de la catedral muestra hoy trazas barrocas y neoclásicas, pues fue reformada por entero en el siglo XVIII. Había sido en la Edad Media una de las más hermosas del edificio. El Códice Calixtino, obra recopilada hacia mediados del s. XII, la describe como ‘la Puerta del Paraíso’, no sólo por su belleza, sino porque representaba un programa iconográfico basado en la historia de Adán y Eva, el pecado original y la redención.

El monasterio benedictino de San Martiño Pinario

Este conjunto arquitectónico es el segundo en importancia de Galicia, por detrás de la Catedral. Situado frente a la fachada de la Azabachería de la catedral, es el más valioso conjunto del barroco gallego. Fue fundado en el siglo X para albergar a un grupo de monjes cuya tarea era vigilar el culto a las reliquias del Apóstol. Su extensión de más de 20 mil metros cuadrados lo convierte en el segundo mayor de España, sólo superado por El Escorial. En 1494 pasó a depender de la congregación benedictina de Valladolid. Alberga el Seminario Mayor, una hospedería de peregrinos, el Archivo Diocesano y un museo.


En la parte superior se puede ver la estatua de San Martín de Tours compartiendo su capa con un pobre.

CALLEJENDO POR EL CASCO HISTÓRICO

Regresamos sobre nuestros pasos hacia la Plaza Praterías para perdernos por las callejuelas fuera del radio de la catedral y disfrutar de sus encantos. Tomamos la Rúa Fonseca para acercarnos a la próxima Rúa Franco que concentra buena parte de la oferta gastronómica del casco histórico. La calle es una sucesión de bares, restaurantes, mesones y tiendas de recuerdos. Sus restaurantes recogen la herencia de los taberneros medievales que se asentaron allí para atender a los peregrinos (los francos, entendidos bien como cualquier peregrino llegado a través de los Pirineos, como ‘hombres libres' o como ‘Nación Franca') que dieron nombre a esta calle.

Nos metemos en las callejuelas que recorren toda la trama de la ciudad medieval. Rúa do Vilar y Rúa Nova. Calles con soportales que mueren en la Plaza do Toural.



Nos dirigimos hacia la Praza da Universidade Se trata de un lugar clave de la historia de la Universidad de Santiago, ya que era aquí donde se encontraban los edificios principales de esta institución, de más de quinientos años de historia. 


Facultad de Geografía e Historia

Actualmente, el edificio principal de esta plaza alberga la Facultad de Geografía e Historia. Es un edificio neoclásico cuya fachada cuenta con enormes columnas y las esculturas de cuatro benefactores de la universidad. A esta maciza construcción neoclásica le fue añadido un piso entre los siglos XIX y XX, cuando se decidió sustituir la figura de Minerva, que coronaba el conjunto, por las estatuas de los fundadores de la casa de estudios.El edificio, uno de los más antiguos y de mayor valor artístico de la Universidad, fue construido en el siglo XVIII y en su origen era el edificio principal de esta institución, aunque desde 1975 solo se utiliza como sede de la Facultad de Geografía e Historia. Enfrente de este, otro edificio histórico, la casa donde nació el historiador y literato gallego Antonio López e Ferreiro.


Cuando en la ciudad se habla de ‘la Universidad’, casi siempre se refiere al edificio que alberga en la actualidad a la Facultad de Geografía e Historia.

A mediados del siglo XVI se origina la Biblioteca de la Universidad de Santiago de Compostela, situada en la institución académica que fundó el arzobispo de Santiago, Alfonso de Fonseca III. A raíz de esta Biblioteca mater nace la Biblioteca de Xeografía e Historia de la Universidad de Santiago. Su diseño, neoclásico, fue levantado con planos del arquitecto Melchor del Prado entre 1769 y 1805, que ornamentó la fachada de manera espléndida con enormes columnas.

Su frontis se halla presidido por los benefactores de la Universidad: Lope Gómez de Marzoa, Juan de Ulloa, Álvaro de Cadaval y el conde de Monterrey; representados con voluptuosas estatuas.

Muy rica en volúmenes, cuenta con unos 200.000 ejemplares y se erige como una gran biblioteca de referencia en sus áreas temáticas



Iglesia de la Compañía o de la Universidad

Junto a la Facultad de Geografía e Historia se levanta la Iglesia de la Compañía de Jesús. Fue construida por los jesuitas en el siglo XVII. A finales del siglo XVIII, cuando la orden fue expulsada de España, pasó a ser capilla de la Universidad y las imágenes de la fachada que representaban a San Ignacio y a San Francisco Javier fueron modificadas para representar a San Pedro y a San Pablo.


Convento de San Francisco del Val de Deus

Uno de los edificios más bonitos de Santiago y un gran ejemplo de la austeridad franciscana. En esta calle se encuentran la fachada este del Hostal de los Reyes Católicos (Parador) y la Facultad de Medicina de la Universidad de la ciudad.


Es una calle típicamente compostelana, completamente construida en piedra y con un ambiente muy especial donde se mezclan tanto los estudiantes que acuden a la facultad o peregrinos que acceden a la Catedral desde la avenida de Juan XXIII. Justo antes de llegar, a nuestra izda la facultad de Medicina.

El Convento de San Francisco de Valdediós fue fundado por San Francisco de Asís en su visita a Santiago de Compostela en 1214, en el lugar de Val de Dios. El terreno fue comprado a los monjes de San Martiño Pinario por la simbólica renta anual de una cesta de truchas.


El convento fue fundado en 1214 por el mismo San Francisco de Asís en su visita a la ciudad. Sin embargo, del edificio original solo se conservan cinco arcos góticos en el claustro y un sepulcro. La construcción que podemos ver hoy fue levantada en el siglo XVIII en estilo barroco y parte de su fachada fue remodelada tiempo después en estilo neoclásico.

En la actualidad además de convento franciscano tiene una parte dedicada a hotel, otra a albergue de transeúntes y otra a centro cultural.

Frente al monasterio se alza un monumento a San Francisco Javier. Esta escultura fue realizada en conmemoración al séptimo centenario franciscano en 1930 por es escultor gallego de Cambados; Francisco Asorey (1889-1961) y en la que el escultor estuvo trabajando entre los años 1925 y 1930 Está considerado por muchos como el mayor innovador de la escultura española de principios del siglo XX.

Este escultor estuvo en Baracaldo, en Vizcaya, a donde llegaría como profesor de dibujo de 1906 a 1909 y terminaría acercándose a la corriente del costumbrismo tradicionalista vasco, teniendo entre sus más destacados discípulos a Julio Beobide y Juan Guraya Urrutia. Más tarde abriría un pequeño taller de imaginería en Bilbao, destacando las obras de Crucifijo, Romeros vascos o Viuda del Pescador. entre otros. Ya en el año 1918, el cambadés estableció su residencia definitiva en Santiago de Compostela tras obtener una plaza como escultor anatómico para la Facultad de Medicina.


Asorey dice de su proyecto " A San Francisco debe erigírsele un monumento franciscano. Ni bronces, ni aplicaciones metálicas, ni siquiera mármoles, Esta riqueza de material desdice del ideal franciscano. Todo de granito. Esto es muy franciscano. la riqueza y vistosidad debemos gastarla en el trazado y ejecución de la obra. En la piedra podemos grabar ideas que materias, más finas quizás, jamás despiertan en el espectador".

El monumento definitivo mide 12 metros de altura y 4,10 metros en cada lado del basamento. Es el último gran monumento que hace en su taller de Caramoniña. Su base es una plataforma cuadrada de granito en la que Asorey plasma la fecha de inauguración y su firma ( hoy en día tapados por la reordenación de la calle, que supuso un añadido de tierra alrededor de la base del monumento).

La Facultad de Medicina

Justo al lado del monumento a San Francisco tenemos la Facultad de Medicina.



La Facultad de Medicina de Santiago de Compostela está situada en un lugar privilegiado de la ciudad: Al lado de la Catedral, en la calle de San Francisco, un lugar lleno de historia, ya que es uno de los primeros edificios que se construyeron para la Universidad de Santiago, que tiene más de 500 años de antigüedad.

Regreso a la zona centro, para dar los últimos garbeos por esta preciosa ciudad. Esta zona antigua de Santiago es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1985. 

Nosotros de turistas, hemos conocido el fin de etapa de uno de los principales lugares de peregrinación del mundo entero. Ya sea por razones religiosas, culturales o espirituales, cada año cientos de miles de personas acuden caminando hasta la ciudad de Santiago de Compostela desde todos los rincones del mundo, siguiendo las flechas amarillas de los diferentes Caminos de Santiago.






Nuestro recorrido por Galicia en estas vacaciones, nos ha dejado un excelente sabor de boca. Y no solo por su excelente gastronomía. La tranquila Mariña Lucense y el Ortegal coruñés con su agreste costa Ártabra , la bonitas y tranquilas playas de O Vicedo, escondidos concellos y zonas rurales, la gran urbe de A. Coruña y la monumental Santiago de Compostela. Nos han hecho ver otro Norte y otras gentes con sus costumbres, leyendas, mitos, meigas y antiguas tradiciones ¡Una tierra maxica!






























 

 

 






























































































































































































































































































































































 

































































































































































































































































































































 





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