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1987 AGOSTO CUBA -VARADERO-

SOL Y PLAYA

Vuelvo a sentarme para escanear diapositivas y acuciar mi inspiración y recuerdos en esta nueva entrada de nuestro viaje a Cuba.

Saltamos a la provincia de Matanzas. Sol y playa en Varadero, donde "varan" todos los turistas que van a Cuba para disfrutar del sol y las aguas cristalinas del Caribe. Nosotros no íbamos a ser menos. Tirarnos a la bartola con un mojito en la mano y no hacer otra cosa que torrarse al sol.


Varadero, la playa por excelencia de la isla, constituye el principal destino de sol y playa de Cuba. Sus arenas finas y aguas transparentes acogen anualmente a millones de visitantes que disfrutan de sus 21 km de playa azul. El segundo destino turístico más importante en la isla después de La Habana. Nos encontrábamos en el punto más cercano a la costa estadounidense y a unos 130 kilómetros al este de La Habana. 


En el año 1987 cuando nosotros estuvimos todavía quedaban cuatro años para la disolución de la Unión Soviética o la desaparición de la URSS. Y desde la Revolución Cubana en 1959, Varadero se había convertido en un destino turístico popular para visitantes de países socialistas, que se mezclaban en sus playas con los turistas occidentales.

Varadero se compone de playas sucesivas que siguen la península de Hicaos, en la costa norte de Cuba. Se encuentra en el municipio Cárdenas y pertenece a la provincia de Matanzas. De hecho, está a tan solo media hora de la ciudad de Matanzas. Esta península, con una extensión de 30 km, cuenta con 22 km de hermosas playas de arena. Antes de llegar a la zona de resorts y hoteles de lujo, se encuentra el pueblo de Varadero en sí, que nosotros visitamos. Una particularidad interesante es que en el pueblo de Varadero, las calles están numeradas, siguiendo un patrón similar al de las calles de Nueva York.

Así que Varadero contaba con dos zonas diferenciadas, una de ‘pueblo’ y otra de resorts.



Nosotros estuvimos alojados en el Hotel Internacional. El Hotel “Varadero Internacional”. El más emblemático de los hoteles en Varadero abrió al público, por primera vez, en diciembre de 1950. Su dueño y presidente fue el norteamericano, de origen judío, William Liebow. Desde ese momento fue el hotel más lujoso de Varadero y situado en la playa del mismo nombre.

El hotel se había renovado en 1983 y por lo que he leído, este viejo hotel ya es historia, pues fue derruido, aunque con polémica en 2015, para hacer otro complejo hotelero acorde a las demandas turísticas de los tiempos que corrían, de la mano de la poderosa cadena Meliá, y con más de 900 habitaciones.

Así que nuestra principal actividad fue la playa de Varadero, el mar y las instalaciones del hotel.















Uno de los días alquilamos un para de motocicletas  para recorrer los alrededores.



Las tiendas INTUR eran solo para los turistas y los cubanos no podían acceder a ellas.



LA LANGOSTA UN MANJAR EN LA MESA CUBANA

Si para muchos hablar de Cuba en términos gourmet alude indiscutiblemente a sus portentosos habanos y su cotizado ron de caña, para los que realmente saben de las bondades de estos dominios, la verdadera conjunción de maravillas no es auténtica sin la Reina del Caribe, como ciertamente se le conoce a la Langosta de Cuba. Esta exquisitez se ha convertido en un ingrediente emblemático de la gastronomía cubana, y su inclusión en los platos locales es una tradición que se ha transmitido de generación en generación. Te la preparan a la plancha, con patatas y solo la cola, la cabeza se la cortan cuando la capturan y la tiran al mar.



El recuerdo que tengo, es que no resultaba cara. Por lo que repetí el menú en varias ocasiones.



LA MANSIÓN DU PONT


Además de nuestras comidas en el hotel, nos acercamos a comer al restaurante de la Casa de Las Américas, en la mansión residencia en sus tiempos, del millonario franco-estadounidense. Irénée du Pont y conocida como la Mansión Xanadú. La antigua Mansión Xanadú data de 1928, cuando este magnate de la industria química decidió establecer su residencia temporal en una zona de playa en Varadero. Rebautizada como el Restaurante Las Américas después de la llegada de la Revolución Castrista y que fue inaugurado en el año 1963 en el primer piso del impresionante edificio construido en la playa sobre un peñasco conocido como la Peña de San Bernardino, junto al mar en la Playa de las Américas y en el punto mas alto de toda la península de Hicacos. El edificio surgió de la combinación de maderas preciosas y mármol florentino.

VISITA AL PUEBLO DE VARADERO

Desde el hotel nos desplazamos en taxi hasta el pueblo de Varadero. Lo curioso fue que a mitad de camino paro a otras personas con las que compartimos el viaje.

Al pagar no tenía pesos y le ofrecí dólares. El conductor rehusó y no nos cobró el viaje.



No me queda mucho en la memoria de esta visita. Estuvimos en un edificio de principios del siglo XX, que creo era el Museo Municipal de Varadero, aunque estaba cerrado Está ubicado en una mansión tipo bungalow, en la Avenida Playa, entre calle 57 y 58, en la que fuera casa de veraneo del ingeniero Leopoldo Abreu. Fue construida en el año de 1919, siguiendo el trazado de las casas grandes de las antiguas plantaciones coloniales de Cuba.




Dimos un paseo por el pueblo y tuve un problema con la cámara fotográfica, que me lo resolvió un atento paisano en una tienda que también hacía las veces de estudio fotográfico y sin cobrarme un peso.

Y no podían faltar los añejos carteles propagandísticos de la Revolución Cubana, evocando la figura de Fidel 











1987 AGOSTO CUBA -LA HABANA-


Cuba es rumba, mambo, danzón ... Cuba es son, es música maridada con sus mojitos.

Un museo atrapado en el tiempo llamado la Habana
CUBA: LA HABANA EN EL 87

Garazi, ya era hora que desempolvase la miles de diapositivas que tengo guardadas. Y las primeras son del año 1987. Siempre es bueno recordar momentos que solo pasan una vez en la vida. La Habana 1987 me ha hecho abrir el libro de los recuerdos y regresar a aquella ciudad y metrópoli que visité en el verano de 1987 de viaje de novios con tu madre, y que supuso nuestro primer viaje al continente americano y la primera vez en «saltar el charco».

No ha sido fácil tarea, primero he escaneado las diapositivas y no es que haya muchas fotos. Además han pasado casi cuarenta años, y la cabeza no es la que era. Aunque siempre he dicho que tengo mala cabeza, pero buena memoria. Así que he tirado de mi retentiva del viaje y de mi memoria, para entrar en los recovecos de mi cerebro y plasmar en esta entrada los recuerdos de ese viaje.


A la boda siguió una luna de miel de dos semanas. No sé por qué razón tu madre y yo elegimos Cuba. Posiblemente porque era un lugar de moda. Una cuba revolucionaria, satélite soviético de la antigua URSS en el caribe y sufriendo un fuerte embargo de Estados Unidos o bloqueo como le llaman en las islas, al cual el Gobierno de Cuba suele culpar por sus problemas económicos. En la fecha en que viajamos, todavía recibía subsidios masivos de La Unión Soviética, lo que la permitía "mal defenderse"  del embargo. La Unión Soviética subsidió considerablemente la economía cubana durante décadas.

Viajamos por La Habana, Varadero, por Matanzas, Cienfuegos y la increíblemente colorista Trinidad. Nos embarcamos por el mayor humedal de la región del Caribe insular - la Ciénaga de Zapata-, tomamos un vuelo interno e intenso y llegamos a la pequeña isla de Cayo Largo del Sur, en el mar Caribe y conocida simplemente como "Cayo Largo". 

En aquellos tiempos, lo del móvil para hacer mil fotos era impensable y la informática la teníamos en pañales. Así todo, con mi máquina fotográfica saqué unas cuantas diapositivas, que era lo que se llevaba en aquella época. Eso y los buenos recuerdos me han hecho escribir esta entrada para que también la disfrutes tú y conozcas de mano, el viaje que hicieron tus Aitas a esa isla del Caribe.

LA HABANA LA PUERTA DE ENTRADA 

Nuestra primera toma de contacto con la isla, después de un vuelo transoceánico de más de 12 horas, fue La Habana. La actual ciudad capital de la República de Cuba, su urbe más grande, el principal puerto, su centro económico-cultural y su principal polo turístico. Es la ciudad más poblada del país. 

Llegamos al aeropuerto internacional José Martí en un día nublado y la primera sensación que tienes nada más salir de la puerta del avión es un trompazó en las narices de sensaciones raras: Estábamos en la época cálida de lluvia, con calor tropical, mezclado con una humedad bastante elevada que supera el 80% y provoca una mayor sensación de calor. Este combinado que no has tenido la ocasión de percibir antes, te entra por las fosas nasales como un fuerte olor propio, que no sabes como describir. Pero desde que bajas por las escalerillas y pones el pie en el país, sabes que la perla del Caribe, te va a dejar una huella imborrable. 

Dicen que ninguna ciudad en el mundo ha envejecido con tanto carisma como esta. Comenzamos un viaje en la capital cubana que nos traslada a un viaje en el tiempo. Un recorrido por la decadencia de la capital. 

La capital cubana se fundó el 16 de noviembre de 1519 con el nombre de San Cristóbal de la Habana, convirtiéndose en una de las ocho villas que Diego Velázquez de Cuéllar, en representación de la corona española, estableció en la isla de Cuba. Tendremos que avanzar hacia el siglo XVII, cuando la ciudad empezó a ganar importancia debido a su ubicación estratégica en el Caribe. El Rey de España declaró a La Habana puerto oficial de la Flota de Indias, una serie de convoyes de galeones que transportaban riquezas de América a España.

Aquellos que fundaron la ciudad en el siglo XVI como San Cristóbal de La Habana, se sorprenderían de La Habana actual y capital de la Republica de Cuba. Una y grande, que ha ido creciendo desde su nacimiento, con un origen tortuoso, como un pequeño poblado zigzagueante y errático, varias veces expuesto a la desaparición, hasta el siglo XVII que se convirtió en la ciudad más importante del Caribe. Y es a partir de principios del siglo XX cuando se transforma en una gran metrópoli, creciendo y extendiéndose a lo largo de la costa y absorbiendo poblaciones cercanas. Naciendo nuevos barrios y municipios.

La provincia de La Habana fue creada en 1878, siendo una de las seis provincias en las cuales se dividió la isla, todavía bajo el dominio colonial español. En la división político administrativa de 1976, en la cual se dividió al país en 14 provincias, la primera provincia de La Habana fue dividida en otras dos: «Ciudad de La Habana» (capital) y «La Habana», con las áreas que rodeaban a la capital. La primera de ellas integró los territorios de la región metropolitana de La Habana. Cuanto estoy escribiendo esta entrada ya en el 2025. Desde el 2010, después de 7 divisiones Políticas Administrativas, las dos provincias se volvieron a fundir para formar otra vez la gran metrópoli y única provincia de La Habana. Contando Cuba en la actualidad (2025)  con 15 provincias y un municipio especial llamado ¨La isla de la juventud¨ que se ubica al sur occidental de Cuba.

La zona más turística de La Habana es la archiconocida y primogénita Habana Vieja, el corazón de la Habana. Aquí se encuentran los principales edificios, plazas y lugares históricos de la ciudad. Perderse por sus calles es garantía de vivir escenas únicas. Extendiéndose hacia el oeste encontramos Habana Centro, el barrio de la gente, donde los cubanos hacen su día a día ajenos al ajetreo turístico de la Habana vieja y un poco más lejos, el elegante y residencial barrio de el Vedado, el barrio más nuevo y alejado. Las calles anárquicas dejan paso a las construcciones en cuadrícula con grandes hoteles trazados por la mafia americana de los 50.

Desde el aeropuerto José Martí, que se encuentra en el municipio de Boyeros, uno de los que  conforman la gran metrópoli de La Habana,  nos trasladamos a nuestro hotel que se encuentra en el bario de El Vedado, a unos 20 km del aeropuerto y que pertenece al municipio de Plaza de la Revolución también perteneciente a la gran urbe.


EL VEDADO

Oficialmente enclavado en el municipio de la Plaza de la Revolución, es el núcleo comercial y el principal barrio residencial de La Habana. Y comienzo el relato por esta zona donde se encontraba nuestro hotel.

Es un barrio fundamental en la vida de la ciudad, donde están la mayoría de los bancos, ministerios, hospitales, cines y teatros. Aquí encontraremos grandes ejemplos de la arquitectura art Decó, así como edificios grandiosos como el Hotel Nacional, el Hotel Habana Libre y el magnífico Focsa. La Rampa es en 23 su calle principal que desemboca al mar.

En la época colonial cuando el único y verdadero centro era la hoy llamada Habana Vieja, todo el área que corresponde a esta zona era un espeso bosque; una zona "vedada" que sirvió para protegerse de los ataques de piratas. Pero a partir de mitades del siglo XIX Vedado creció rápidamente para florecer y convertirse en uno de los mejores lugares en La Habana,
  • HOTEL HABANA LIBRE
Nos alojamos en el Hotel Habana Libre, situado en el corazón del Vedado, en el barrio de la Rampa, en la zona mas ostentosa de la ciudad, el núcleo comercial y principal barrio residencial de la ciudad. Bautizado entonces como "Habana Hilton", el impresionante edificio de 27 plantas, fue inaugurado el 19 de marzo de 1958 por esa cadena hotelera estadounidense, con más de 570 habitaciones, en un céntrico y concurrido enclave del barrio habanero del Vedado.  

Tras el triunfo de la revolución en 1959, el Habana Hilton fue expropiado por el Gobierno liderado por Fidel Castro -junto a otros modernos hoteles de propiedad estadounidense-, en junio de 1960 pasó a llamarse hotel Habana Libre, como se le conoce todavía hoy. El hotel en donde Castro vivió los primeros días post-revolucionarios, y que en el 87 todavía conservaba un ambiente de lujo decadente que se había ido conservando «con pinzas» desde que los gringos abandonaron la isla tras el triunfo de la Revolución. 



Vistas desde el hotel

En este hotel, en la habitación nombrada La Castellana, Fidel Castro instaló su oficina personal en los primeros años de gobierno revolucionario y fue allí donde la CIA orquestó dos intentos de asesinar al líder cubano.


En esta zona del Vedado se encontraban los hoteles mas lujosos como el Hotel Riviera y el Hotel Nacional que veíamos desde nuestra habitación y famoso por haber albergado la mayor reunión de la mafia estadounidense en los 50 y por hospedar a multitud de celebridades a lo largo de su historia.
  • LA UNIVERSIDAD
A diez minutos andando desde el hotel se encontraba la Universidad, enclavada en La Colina, como se le conoce al área donde se encuentra. Se considera la universidad más antigua de Cuba y entre las primeras de América. La estatua que preside la escalinata de 88 escalones que fue realizada por un escultor checo llamado Mario Krobel, quien escogiera a una joven aristócrata de la época como modelo. A esta obra se le conoce como Alma Máter y es la figura distintiva de la Universidad.

¿Timos? muchos, todos los que permitas. Y yo por ir de listo, no tuve una buen experiencia comercial en las escalinatas de la Universidad, en el cambio de unos pantalones vaqueros raidos, por una caja de puros cohibas. El negocio parecía redondo, pero en el cambio, el paisano se me marchó escaleras arriba con el pantalón y me dejó una bolsa con papeles. Me estuvo estupendo y aprendí en mis carnes, lo del refrán << que nadie da duros por pesetas>> ¡ni en Cuba!

Esta institución no siempre estuvo enclavada en el Vedado. Fue fundada en 1728 por frailes dominicos y su sede fue en el antiguo Convento de San Juan de Letrán. Fue la primera universidad de Cuba y una de las pioneras de Latinoamérica. Desde su fundación pasó por varias transformaciones como el proceso de secularización que la liberó de las restricciones de la iglesia. Con la extensión de sus estudios y facultades, así como del número de estudiantes, en 1902, se trasladó a su posición actual.

Esta Universidad durante y más de 200 años fue la única en el país.



No pasan desapercibidos los coloridos vehículos clásicos que deambulan por las calles como auténticas reliquias rodantes. Sus colores vivos, brillantes, atractivos, llaman la atención por toda la ciudad desde que se adueñaran de sus carreteras alrededor de los años 50. La habana es un museo "vivo" de ellos. Cadillacs, Chevrolets o Pontiacs, coches americanos que entraron hasta la Revolución Cubana en 1959 y que son todo un icono de la ciudad y del país.

  • LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN


Es el otro punto importante en el Vedado, con sus 72.000 metros cuadrados es una de las más grandes del mundo. A pesar de haber sido construida durante la época de Batista que la mandó hacer con el objetivo de levantar una torre de mas de cien metros de altura en honor a José Martí, unos de los principales artífices de la independencia de Cuba.

Esta enorme plaza construida sobre una colina, fue obra del urbanista francés Jean Claude Forestier en la década de 1920, la cual fue conocida como Plaza Cívica hasta 1959 que pasó a denominarse Plaza de la Revolución. Ha sido el escenario de innumerables eventos históricos que han marcado el devenir político y social de Cuba.

En el centro de la plaza se encuentra el Memorial José Martí., construido entre 1953 y 1958, el memorial fue diseñado por un equipo de arquitectos cubanos, para conmemorar el centenario del nacimiento de Martí. La gran torre es una estructura de hormigón revestido en mármol gris, muy claro, que forma una enorme estrella de cinco puntas, que representa las provincias originales de Cuba, desde la base hasta las terrazas superiores. Posee un poco más de 78 metros de diámetro en su parte baja y se alza por 142 metros hasta los faros y banderas. A medida que va creciendo, la pirámide se va estrechando en sus 21 secciones. Muchos la conocen popularmente como “La raspadura”, porque su apariencia recuerda a un dulce resultante del proceso de elaboración del azúcar de caña. Delante e independiente de la torre, en un pequeño mirador desde el que se puede divisar la totalidad de la explanada, se encuentra la tribuna de la plaza y allí se erige desde 1958 una escultura de José Martí, sedente y pensativo. El monumento tiene 18 metros de altura y está conformado por 52 bloques de mármol blanco, obra del artista cubano Juan José Sicre
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El edificio de cemento ubicado en el norte de la plaza es el Ministerio del Interior, famoso por el enorme mural del Che Guevara que muestra en su fachada, el cual es una copia de la fotografía de Alberto Korda realizada en 1960. Justo debajo de la imagen del Che se muestra la frase “Hasta la Victoria Siempre”.

LA HABANA VIEJA

Cambiamos de municipio y saltamos al municipio urbano de La Habana Vieja ubicado en la zona centro-norte de Ciudad de La Habana. La Habana Vieja es la zona más antigua del país. En su trazado de unos 5 km cuadrados. Se encuentra este municipio , el más pequeño de todos los de la capital cubana. Limita al este y sur con la bahía y está separado al oeste de su vecino Centro Habana, por la calle Prado.

No te puedes perder esta barrio habanero que posee una mezcla única de cultura, arquitectura y música. Herencia de los cuatro siglos de su existencia. Y declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1982. El plano en su conjunto, integrado por calles estrechas y rectilíneas, se organiza en forma de damero. Las cuatro plazas que constituyen la base de la trama urbana, incluyendo la Plaza de Armas, en una época centro de la ciudad, están próximas al puerto y al mar.

Es un museo en sí misma! Una obra arquitectónica maravillosa. La Habana Vieja es un conglomerado de edificios históricos (barroco, neocolonial, art-decó...), monumentos, fortalezas, iglesias que conviven entre símbolos e iconos de esa Revolución Cubana que tiñen cada rincón de sus calles. Banderas o imágenes del Che o Fidel dan color a un casco viejo que embruja y seduce al viajero a la vez que resulta decrépito y decadente en cuanto uno gira o levanta la cabeza hacia alguna fachada que se cae "literalmente a pedazos". 

De esos días en la Habana, en aquel lejano verano del 87 recuerdo perfectamente el encanto de pasear por sus calles repletas de palacetes mal pintados en gamas de mil y un color, fachadas que parecen salidas de la paleta de un pintor. Esta tradición de dar color a los inmuebles ya sea para decorar, diferenciar o distinguir unos de otros, o desde la revolución el haber utilizado las variedades cromáticas que imponían las partidas de pintura que iban llegando en cada momento, a causa del embargo. Siempre ha tenido el objetivo específico de atenuar la intensidad de la luz solar, evitando el pintar de blanco.



Caminas entre calles que no recuerdo sus nombres, pero seguros que pasamos por la calle Obispo, Empedrado, Mercaderes, O’Reilly…. Y en este primer recorrido   pasamos por la Catedral de La Habana, que está situada en la plaza de La Catedral.  Es de estilo barroco y tiene la particularidad de que sus torres laterales son asimétricas, un detalle que no pasa desapercibido. los edificios coloniales que la rodean, con sus fachadas ornamentadas con columnas, son crónicas vivientes de la historia de La Habana.

PLAZA DE LA CATEDRAL

La Habana Vieja se estructura en torno a sus cuatro plazas y la Plaza de La Catedral es la más uniforme de de las cuatro plazas coloniales principales de La Habana Vieja. Esta plaza es un auténtico museo del barroco cubano.

En la época de la construcción de la Plaza de la Catedral, La Habana era una ciudad de 50 mil habitantes, que superaba a Nueva York y a Boston. Tenía colegios y universidad, contaba con diez conventos y seis iglesias. La Habana era una de las tres ciudades más importantes de toda América.
  • LA CATEDRAL
Un poco más alejada de aquel foco de peligro, ante potenciales ataques de piratas o de huracanes, y en la llamada Plaza de la Ciénaga -hoy Plaza de la Catedral- surgió ese bellísimo templo a partir de la segunda mitad del siglo XVIII en el sitio donde los jesuitas se aprestaban a construir una iglesia, después de fundar un colegio, cuando fueron expulsados del Nuevo Mundo, por designios de la Corona.

La Catedral de San Cristóbal de La Habana es la principal huella del legado colonial español. Fue diseñada por el arquitecto italiano Francesco Borromini. Su fachada es de estilo barroco y de corriente toscana por las torres con campanarios laterales - es emblemática por la asimetría de sus campanarios que forja su carácter personal-.



Su construcción se inicia como iglesia en 1749, pero tras las reformas en 1789 se declarada Catedral. Está esculpida en piedra caliza del coral, muy deteriorada por la humedad y la sal. Si miramos con atención en sus bloques de la fachada encontramos restos fósiles de conchas de bivalvos, caparazones y erizos de mar.

Flanqueando a la Catedral, según sales a la derecha el Palacio del Marqués de Aguas Claras y a su izquierda dos edificios barrocos: El palacio de Lombillo y la Casa del Marqués de Arcos


Su interior alojó durante mucho tiempo los restos de Cristóbal Colón.
  • LA CASA DEL MARQUÉS DE ARCOS
Saliendo de la catedral, a la izquierda se encuentra este edificio considerado por los especialistas como uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura residencial en la Isla durante el siglo XVIII. Fue construida a inicios del siglo XVIII a la par del Palacio de Lombillo, el inmueble contiguo.


Representa el poder de la clase alta en la época. No es sólo el ejemplo más singular de la arquitectura colonial de estilo barroco en La Habana, ni es sólo la obra más interesante en la Plaza de la Catedral; Este es el lugar donde nació el espíritu independentista y la identidad nacional cubana.


PLAZA DE ARMAS

Decía antes que La Habana Vieja crece en torno a sus cuatro plazas principales. Pues de todas ellas, la Plaza de Armas es la más antigua y emblemática sin lugar a dudas, donde nació La Habana colonial en el siglo XVI. Su historia se remonta a 1519, cuando se fundó la ciudad. Junto a ella se construyeron el Castillo de la Real Fuerza y la Iglesia Parroquial Mayor. La plaza recibió inicialmente el nombre de Plaza de la Iglesia en honor a esta última, aunque ya desde 1580 tuvo uso militar. En 1741, la iglesia fue destruida por el bombardeo de un buque de guerra español y en 1777 se construyó en su lugar la residencia del Gobernador General,​ máxima autoridad de la Capitanía General de Cuba ​ adoptando su nombre actual, Plaza de Armas.

Alberga el Palacio de los Capitanes Generales (Museo de la Ciudad), el Palacio del Segundo Cabo, la Casa de los Condes de Santovenia o la estatua de Carlos Manuel Céspedes esculpida en mármol blanco por Sergio López Mesa, fue inaugurada el 27 de febrero de 1955. A partir de entonces, la plaza ha tomado el nombre de Plaza de Armas Carlos Manuel de Céspedes.






Estatua Manuel Cespedes

  • PALACIO DE LOS CAPITANES GENERALES
Si no hubiese sido por el paso de un huracán en octubre de 1768, quizás hoy La Habana no contara con una de sus construcciones más ilustres: el Palacio de los Capitanes Generales. Esta edificación emplazada en La Habana Vieja , en uno de los laterales de la Plaza de Armas y que todavía goza de buen estado de conservación, fue construida entre los años 1776 y 1792. El paso del ciclón de Santa Teresa arrasó la casa que la ciudad adquiriera en aquella época para que sesionara el Ayuntamiento, de modo que las autoridades decidieron demoler la iglesia Parroquial Mayor y construir ahí el Palacio.


Situado entre dos famosas calles, la calle O’Reilly y la calle Obispo, ocupa todo el fondo oeste de la Plaza de Armas.

Viejas campanas de bronce en la acera. el palacio de Capitanes Generales

Considerado unánimemente como el máximo exponente de la arquitectura cubana del siglo XVIII, esta edificación seduce por su barroquismo contenido, de una sobriedad lineal rayana en la contención neoclásica. Durante más de 200 años el palacio fue el epicentro del poder español el Cuba y y sus moradores representaban la autoridad del rey de España en Cuba. Es una obra que combina elementos de la época barroca y neoclásica.



Luego de apreciar su sólido y sobrio exterior, lo primero que destaca es su gran pórtico con sus columnas de piedra labrada desde el piso al techo y sus arcos que se extienden por toda la fachada. Un gran portón de madera conduce al luminoso patio interior, dominado por la estatua en mármol blanco de Carrara del Almirante Cristóbal Colón, una obra que se atribuye a Giuseppe Cucchiari, colocada en este lugar en el año 1862.



El primer morador del Palacio de los Capitanes Generales fue el gobernador español Don Luis de las Casas, quien arribó a la Isla cuando la construcción del edificio estaba bien avanzada. En julio de 1790 el regente pudo instalarse en el Palacio que si bien era habitable, todavía estaba sin terminar.

A lo largo de la historia colonial y moderna la soberbia edificación fue el sitial de 65 capitanes generales españoles para gobernar Cuba, así como el recinto del administrador de los Estados Unidos durante su gobierno militar de 1898 a 1902. También sirvió durante la República de palacio presidencial hasta 1920. Tras el triunfo de la Revolución castrista, el Palacio se convierte en Museo de la Ciudad en 1967, y se trasladaron allí numerosas colecciones artísticas de marcado valor cultural e histórico.
  • PALACIO SEGUNDO CABO
El Palacio del Segundo Cabo, también conocido como Palacio de la Intendencia o Real Casa de Correos, se encuentra emplazado en el norte de la Plaza de Armas, junto al Castillo de la Real Fuerza, y al lado del Palacio de los Capitanes Generales.

Este majestuoso palacio, al igual que el Palacio de los Capitanes Generales, es de estilo neoclásico. Su construcción se realizó en 1772, en piedra caliza local, llena de oquedades e incrustaciones calcáreas marinas. Su construcción fue iniciativa del marqués de la Torre, gobernador de Cuba, quien ordenó realizar cuatro grandes edificaciones que cercaran la Plaza de Armas, aunque finalmente solo se llegara a construir este edificio y el Palacio de los Capitanes Generales.

Es una obra del ingeniero cubano Antonio Fernández de Trevejos y Zaldívar, testimonio del nacimiento de la arquitectura civil pública, y representativo del estilo barroco moderado o “barroco cubano” en las construcciones habaneras de finales del siglo XVIII.
  • EL TEMPLETE

Situado también en la Plaza de Armas se encuentra el monumento de inspiración griega que conmemora la fundación de La Habana. Esta capilla fue construida en 1828, en el mismo lugar donde se celebró la primera misa de La Habana, debajo de una ceiba, en noviembre del año 1519.

Este monumento tiene la forma de templo dórico griego. La fachada está conformada por un pórtico de seis columnas dóricas, sosteniendo un friso decorado, y un frontón prominente con una inscripción conmemorativa de la inauguración.

FORTALEZAS Y CASTILLOS DEFENSIVOS DE LA BAHÍA

La Habana destaca por su amplio patrimonio histórico representado en sus construcciones defensivas con fortalezas y castillos. El conjunto de fortalezas, fortines y torreones que protegen La Habana forman parte de las razones por las que La Habana recibe la condición de Patrimonio de la Humanidad en 1982.

En la Plaza de Armas se encuentra una de estos castillos que defendían el canal de entrada a la bahía.
  • CASTILLO DE LA REAL FUERZA
El Castillo de la Real Fuerza es un baluarte de La Habana colonial que queda frente al final del canal de la bahía y se integra impecablemente al paisaje. Situado en la esquina que da al mar de la Plaza de Armas, es un brillante modelo de arquitectura militar.

La primera fortaleza, luego con Felipe II se hacen dos fortalezas que protegen la entrada en el puerto, El Morro y La Punta, al estilo abaluartado italiano. Luego se hacen otras dos, Cojímar y La Chorrera. Todo esto, unido a las murallas, suma unas defensas ejemplares.


Su ubicación en la Plaza de Armas responde al carácter militar de esta localización, lugar donde residía el Capitán General de la Isla y sus principales oficiales.

Mezcla de fortaleza medieval y planta renacentista, esta construcción militar fue construida hacia el siglo XVI como forma de protección para la ciudad. En el Castillo de la Real Fuerza se atesoraba la fortuna que era enviada a España como adeudo de la isla. Está rodeada por un foso y a ella se accede a través de un puente levadizo que la aislaba ante cualquier peligro. Su planta es simétrica y los baluartes en sus esquinas facilitaban el fuego.


En el lugar más alto de la fortaleza, en la torre oeste, se colocó en tiempos del gobernador Juan Bitrián de Viamonte, una pequeña estatuilla de bronce, conocida como: La Giraldilla. La Giraldilla es una veleta con figura de mujer forjada en bronce por encargo de este Capitán General de la Isla de Cuba, el Almirante de Galeones Juan de Bitrián y Viamonte y Navarra, quien gobernó desde el 7 de octubre de 1630 hasta el 24 de octubre de 1634. El Gobernador quiso que la Habana tuviera una veleta parecida a la que corona la torre-campanario la Giralda de la Catedral de Sevilla.

Es uno de los símbolos más representativos de La Habana y el más antiguo. Leyenda de amor, historia, arte, símbolo. Todo encerrado en esta estatuilla, realizada por el escultor habanero Jerónimo Martín Pinzón en la tercera década del siglo diecisiete. Una réplica la reemplaza en la cúpula de la torre donde estuvo durante más de cuatro siglos. Actualmente se encuentra en el Museo de La Ciudad, ubicado en esta misma plaza además es la escultura de cobre conocida más antigua de Cuba.

La fortaleza tenía como principal problema estratégico su ubicación geográfica. Situada muy adentro del canal de entrada de la bahía de La Habana, no cumplía con el objetivo con el que fue construida: disuadir y proteger a la ciudad de La Habana del ataque de corsarios, piratas y enemigos de la Corona española. Por ello justo a la entada del canal se construyó el Castillo de San Salvador de la Punta que junto al Castillo de los Tres Reyes del Morro y la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña que vemos frente a nosotros al otro lado del canal, tuvieron un papel clave en la defensa coordinada del puerto habanero.

Castillo San Salvador de la Punta

Castillo de los Tres Reyes del Morro

Fortaleza San Carlos de la Cabaña

San Carlos de la Cabaña es la más grande edificación militar construida por España en América, cubriendo un área de 700 m de largo por 240 de ancho.

Dejamos la Plaza de Armas y visitamos una fabrica de tabacos, donde pudimos ver como se confeccionaban lo puros a mano. Y como no puedes dejarte un imperdible de la Habana, estuvimos la Bodeguita del Medio, donde comimos.  
  • LA BODEGUITA DEL MEDIO
La Bodeguita del Medio es identitaria del casco histórico de La Habana Vieja.


Primero tuvo el nombre de La Complaciente, luego en 1942 fue comprada por la Casa Martínez, y en 1950 se oficializó su nombre actual. 
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Basta desandar cien adoquines desde la Catedral y su Plaza, saliendo por la calle Empedrado, para llegar al número 207, entre Cuba y San Ignacio. Ubicada a mitad de cuadra, y no en una esquina como era costumbre, La Bodeguita del Medio debe su nombre precisamente a esta circunstancia.

Su fachada pintada de indefinido violeta que contrasta con el amarillo del cartel que anuncia el establecimiento, visible desde ambos lados de la calle.

Siempre habrá alguien que te dirá eso de "es un sitio muy turístico, hay otros mejores" o "se come mejor en otros paladares". Y, por supuesto que si, la Bodeguita del Medio no es un lugar para deleitarse con la mejor gastronomía criolla, no te voy a engañar me acuerdo que yo comí un arroz negro y puerco asado y no me pareció una cosa del otro mundo. Pero el lugar, solo por el aura que le rodea, merece una visita obligada.


Este lugar nació, entre mojito y mojito, como centro de reunión de escritores, diseñadores e intelectuales para iniciar sus tertulias. El periodista Leandro García, tras firmar en la pared de éste local, inició la tradición de que las personalidades que por ella pasen dejen una huella o un recuerdo, bien sea en forma de foto, un objeto, o un graffiti, pudiendo encontrarse firmas históricas como la de Salvador Allende,Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Errol Flynn, Brigitte Bardot, Nat King Cole, por solo mencionar unos pocos, fueron personalidades que prestigiaron el sitio con los años. Pero fue el escritor norteamericano Ernest Hemingway, el que acuñó la celebridad del local por sus visitas diarias y por su frase:
«Mi daiquirí en El Floridita y mi mojito en la Bodeguita.»

El «Mojito», esa refrescante mezcla de ron, zumo de limón, hierbabuena y azúcar. Se dice que su origen se remonta a Francis Drake en los tiempos de la conquista española en Cuba. Se le llamaba «Drakesito» y se utilizaba para aliviar problemas estomacales. Con el tiempo adquirió fama y de Drakesito pasó a Mojito, tal y como lo conocemos hoy.
  • PASEO DEL PRADO
De manera oficial, la avenida recibe el nombre de Paseo de Martí, va desde el Malecón, junto al Castillo de la Punta, hasta la Fuente de la India, frente al Parque de la Fraternidad e incluye la Explanada del Capitolio.

Construido en 1772 por orden del entonces Capitán General de la isla de Cuba, Marqués de la Torre, Esta fue la primera avenida ubicada fuera de los antiguos muros de la ciudad y en la actualidad es una de las avenidas más emblemáticas, transitadas,  bulliciosas y atractivas de la ciudad de La Habana. Esta vía comienza en el Malecón de la capital y atraviesa toda la zona colonial conocida como Habana Vieja hasta llegar a los límites de la ciudad republicana, conocida como Centro Habana. En la época de su construcción se denominó Alameda de Extramuros o Alameda de Isabel II.

Se dice que fue inspirado en el paseo homónimo de la capital española. La avenida, con una longitud aproximada de dos kilómetros, está dividido en tres zonas: El Paseo, el Parque Central y la Explanada del Capitolio. A lo largo de su recorrido hay 8 estatuas de leones realizadas en bronce, bancos de piedra con respaldo y base de mármol, farolas de hierro, árboles, así como varias mansiones coloniales de las familias acaudaladas del siglo XIX.

En 1928 el arquitecto paisajista francés Jean-Claude Nicolas Forestier rediseñó la avenida para convertirla en uno de los paseos más importantes de La Habana y de América Latina
 
El Parque Central: Puerta de entrada y salida a la Habana Vieja. La majestuosa estatua de José Martí ubicada en este parque, fue la primera que se le erigió por solicitud y colaboración de los habitantes de la capital cubana. Elaborada en mármol de Carrara por el artista José Vilalta Saavedra, exhibe en el pedestal escenas de su vida y obra trabajadas en bronce.

Inaugurada el 24 de febrero de 1905 en el sitio donde antaño se ubicara una estatua de la monarca española Isabel II. Ésta es la primera estatua que se erigió a Martí en el territorio cubano.

El Capitolio: El Capitolio Nacional de La Habana es un edificio construido entre 1926 y 1929 en La Habana bajo la dirección del arquitecto Eugenio Raynieri Piedra, por encargo del entonces presidente cubano Gerardo Machado. Después del triunfo de la Revolución, cuando fue disuelto el Congreso, del que era sede, fue transformado en la sede del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y de la Academia de Ciencias de Cuba.


Fue construido con piedra caliza blanca de Capellanía y granito. Su elegante cúpula de 62 metros realizada en piedra está rematada con una réplica una copia de la escultura Mercurio que Giambologna realizó en el siglo XVI.

Fuente de la India: A escasos 100 metros del icónico Capitolio capitalino. Esta fuente representa una esplendorosa mujer indígena, esposa del cacique Habaguanex que gobernaba la región antes de la llegada de Cristóbal Colón que está adornada con una corona de plumas de águila, sentada en su trono, rodeada por cuatro delfines, cuyas lenguas son fuentes que expulsan agua sobre unas enormes conchas que forman su base. Con sus manos agarra un escudo que lleva el blasón de la ciudad, y una cesta, en forma de cuerno, repleta de fruta.



Es más que una obra arquitectónica; es un símbolo arraigado en la historia de la capital cubana.

EL MALECÓN
Los ocho kilómetros de muralla y vereda que separan a los habaneros del mar, es una pasarela para locales y turistas.

Vista de nuestro hotel al fondo

Un imprescindible que no puede faltar en toda visita a La Habana es una estructura arquitectónica imposible de evitar. Se trata del paseo marítimo que se halla paralelo al mar y comprende una amplia avenida y un larguísimo muro que se extiende sobre toda la costa norte de la capital cubana a lo largo de ocho kilómetros. Partiendo de la histórica Habana Vieja, donde el Puerto de La Habana se abre al horizonte, este célebre paseo marítimo se extiende, recorriendo el Centro Habana hasta llegar al corazón palpitante del barrio del Vedado.E

A inicios del siglo XX, La Habana ya se estaba acercando a la costa, por lo que se tuvo que marcar la zona hasta donde podía crecer la urbe, sin que esto significara un peligro para los ciudadanos, ya que las tormentas y huracanes son comunes en la región.

Esta frontera entre la tierra y el mar se convirtió en el Malecón de La Habana, originalmente, este estaba hecho de piedras, pero luego se construyó un largo muro de hormigón que soportara el fuerte oleaje.



El Malecón fue una obra iniciada durante la primera intervención norteamericana y continuada por todos los presidentes cubanos hasta Batista. Su construcción duró cerca de 50 años y se realizó en varias etapas, desde su comienzo en 1901 hasta su culminación en 1952. En sus inicios se le llamó Avenida del Golfo, pero siempre ha predominado la voz popular al nombrársele “El malecón habanero”.


Por la tarde a lo largo de largo muro, es un centro de reunión habanero, Bautizado como “el sofá más largo de la ciudad”.

Nosotros lo visitamos una tarde, dando un paseo desde nuestro hotel. Por la avenida 23 pegada a nuestro hotel, llegamos al Malecón, en muy cerca de los jardines del Hotel Nacional de Cuba. Ya en la acera, de frente al mar, a la derecha y al final del paseo: la entrada de la Bahía de La Habana, con el faro del Castillo de los Tres Reyes del Morro como fondo.

Aquí la verdad que mi retentiva del momento, la memoria actual y la falta de fotos no me llevan  aquel momento. Me imagino que daríamos un corto paseo para disfrutar de la tarde habanera. Pero lo que sí retengo en mi memoria, es que nos acercamos a una de las calles cercanas y entramos en un centro comercial, que para nuestro asombro tenía escaleras mecánicas.

COJIMAR Y MARINA HEMINGWAY 
  • COJIMAR
Nos desplazamos al oeste de la capital, seguimos dentro de la gran metrópoli de la Ciudad de La Habana.

Cojímar nunca fue fundada como ciudad, pero se considera como fecha de su fundación la terminación del Torreón el 15 de julio de 1649, justo en la desembocadura del río que lleva su mismo nombre. En 1762 desembarcó aquí un ejército británico invasor de camino a La Habana.




Una de las fortalezas ideada para defender La Habana frente a los invasores ingleses fue el Torreón de Cojímar, que pertenece al sistema de fortificaciones de la capital que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Es una pequeña localidad de pescadores que se encuentra a unos 7 kilómetros al este de La Habana, es famosa porque en ella ambientó Ernest Hemingway su novela más famosa El Viejo y el Mar, la cual le hizo ganar el Premio Nobel de Literatura en 1954; y en ella amarraba El Pilar, su barco de pesca, durante las décadas de 1940 y 1950.

Frente a la bahía de Cojimar  se alza el busto de bronce de Ernest Hemingway. El pueblo inauguró el monumento un año después de su muerte, utilizando el bronce de las hélices, cadenas y anclas encontradas en la bahía para obtener el material. Es así como se ejecuta este homenaje público y popular al "papa" como le gustaba que le llamaran, aunque nadie sabe a ciencia cierta porqué eligió ese apodo.

Hemingway ha venido a formar parte del panorama cultural y turístico de esta Isla. Luego de sus veintiún años de residencia en Finca Vigía, en San Francisco de Paula y una década, anterior a esta decisión, visitando frecuentemente La Habana y hospedándose en el Hotel Ambos Mundos.





  • MARINA HEMINGWAY
Visitamos es el puerto deportivo más grande de Cuba que se encuentra a 20 minutos de La Habana Vieja -Marina Hemingway- conocida como “Cayo Timbilla”, Construida entre los años 1956 - 1957, en unos 600 000 m2 ganados al mar mediante la profundización de 4 canales de navegación y el relleno de 5 intercanales limitados por muros de contención, concebidos para el desarrollo de la actividad hotelera e instalaciones de servicios a embarcaciones deportivas y de recreo.


En este complejo vimos el Hotel el Viejo y el Mar, nombre del titulo del libro que dio el premio nobel a Hemingway.

PARQUE LENIN

La zona de ocio al sur de La Habana en el municipio de Arroyo Naranjo. Inaugurado en 1972, este extenso complejo de 472 hectáreas ofrecía una amplia gama de atracciones. El Parque formaba parte de un complejo paisajístico propuesto para el sur de la ciudad de La Habana, con el objetivo de fomentar la recreación sana de la población y aumentar el escaso índice de áreas verdes per cápita heredado de épocas anteriores.

Fue proyectado por el arquitecto cubano Antonio Quintana Simonetti.

El Monumento a Lenin que data de 1984, obra de LE Kerbel,

Anfiteatro. Los asientos fueron construidos con bloques de piedra caliza tallados.


El anfiteatro con un escenario flotando sobre el embalse de agua que centra el complejo proyectado por Hugo D´Acosta y Mercedes Álvarez, esta obra constituyó un tributo tropical a los anfiteatros griegos y romanos. Los asientos para el auditorio fueron construidos con bloques de piedra caliza tallada en forma de sillas y butacas, y entre ellos crecía la hierba en forma controlada a modo de ambientación natural.





EL TROPICANA

Y, cómo no, la inevitable noche de cena, música y salsa cubana en el Tropicana… 

El Tropicana es el cabaret más mítico de La Habana y todo un símbolo del espectáculo. Este famoso local fue creado hace casi 80 años, en 1939, y desde que abrió sus puertas se convirtió en un icono de la música y el glamour. No solo en Cuba, sino a nivel internacional.


Es evidente que si algo no puede faltar hacer en la Habana es ir a ver un espectáculo de salsa, y eso es lo que no nos perdimos en aquel Habana 1987, cuando visitamos el cabaret Tropicana, popularmente conocido como “un paraíso bajo las estrellas”, pues fue construido al aire libre en una zona boscosa aprovechando el fresco de los árboles Se encuentra en el municipio de Playa.

Lo que hace único este lugar es que el cabaret es al aire libre, en una zona llena de palmeras preciosas. Además, su historia se remonta a 1939 y aquí han actuado artistas de la talla de Frank Sinatra, por lo que es un lugar imprescindible que visitar en Cuba.

Construido en una antigua villa del barrio de Marianao, sus promotores supieron conservar el bosque de árboles gigantes que había, lo que le acabó otorgando ese ambiente tropical tan característico del cabaret, y que tiene el honor de ser el más grande de toda Cuba.

Una de las cosas que más recuerdo que me sorprendieron del espectáculo fue la numerosa participación de bailarines y músicos, así como la combinación de luces, movimiento, vestuario y salsa a lo largo de todo el show.

Y con el Tropicana concluyo esta primera entrada de nuestro recorrido por La Habana. Una hermosa ciudad en la que ni embargos, ni huracanes, ni revoluciones, ni las crisis por las que ha atravesado en las últimas décadas han logrado doblegar el ánimo de esta ciudad colonial.



MIS VISITANTES

1987 CUBA -CIENAGA DE ZAPATA-

La Península de Zapata es u La Península de Zapata es un gran territorio con forma de zapato que sobresale hacia el oeste en el Golfo de Bat...