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2.023-03-15 ESCAPADA A IPARRALDE

 2.023-03-16 ESCAPADA A IPARRALDE

Hoy nuestro buen amigo Pedro nos ha preparado una de sus excursiones para acercarnos a visitar Iparralde.


Puerto de San Juan de Luz








Una ruta por el corazón del norte de Euskal Herria, en busca de cuatro de los pueblos de interior más bonitos: Sara, Ainhoa, Ezpeleta y Donibane Garazi, escondidos entre valles y montañas y en alguna de cuyas típicas fachadas con traviesas de madera rojas, verdes o azules en menor medida se deja secar el pimiento, como en Ezpeleta. Y como colofón finalizar nuestras visitas en San Juan de Luz - Donibane Lohizune, puerto de balleneros y osados pescadores del bacalao en Terranova . Una ciudad que durante el siglo XVII fue la base de los corsarios vascos y que se ha convertido en un relajado destino turístico de veraneo.


Euskal Herria es, un término asociado a la cultura vasca que está por encima de fronteras político-administrativas y esa impresión nos ha dado en el viaje. Porque una frontera de papel la dobla en dos partes, Iparralde y Hegoalde, aunque aquí hablar de límites fronterizos es apenas un juego en el que uno no sabe a ciencia cierta, saltando de pueblo en pueblo,  a qué lado de esa frontera  estamos. Porque, aunque sobre el papel los sucesivos tratados de límites quisieron dibujar la división, en la realidad los límites entre los dos países y pueblos se pierden entre montes, verdes prados, riachuelos llenos de encanto y frondosos bosques centenarios..

A las 8h de la mañana me  vienen a buscar Pedro y Victor y desde Balmaseda nos ponemos en camino hacia la villa navarra de Bera. Tenemos que recorrer unos 160 kilómetros, que los hacemos de una tirada sin mover el trasero del asiento. Y de villa a villa, sin salir del coche, seguiremos hacia Etxalar y por el puerto de Lizarrieta, llegamos a la muga del collado del mismo nombre por una estrecha y serpenteante carretera de 7 kilómetros,  flanqueada de un bosque de arboles centenarios y con espléndidas vistas sobre los valles que dejamos a nuestros pies.

El puerto marca la frontera con Francia y desde el mismo ya tenemos vistas sobre Iparralde, territorio situado administrativamente en el departamento francés de Pirineos Atlánticos, limítrofe con Gipuzkoa y Nafarroa. Su ciudad más poblada es Bayona.


Al puerto de Lizarrieta también se le conoce como "Las Palomeras". Los pasos mugalaris entre Etxalar y Sara han sido desde hace muchos siglos escenario de la caza de la paloma por medio de redes. La cita otoñal por excelencia de los Pirineos navarros es la visita a las palomeras del alto de Etxalar.

Cuenta la memoria histórica que desde hace mas de 600 años, cada Otoño, pasan por Etxalar miles de palomas que vienen de la zona francesa de Sara. Estas son cazadas con redes tras hacerlas descender con la «Makila o Paleta» que se lanza desde las trepas.

Este procedimiento tradicional, prohibido a ambos lados de la frontera salvo en Navarra, se realiza mediante un 'tirador'. Arroja una especie de pala de madera que imita el vuelo del halcón y los pájaros migratorios, ya muy cansados, pierden altura y se meten en la red.

 Leyenda o realidad, se cuenta  que hace más de 600 años, un pastor adquirió la costumbre de tirar piedras a las palomas cuando pasaban por el collado. Al ver que descendían, un obispo le animó a colocar redes para atraparlas. Y así nació la «captura de paloma con red»


Entramos en el territorio histórico de Lapurdi
Detalle panel informativo en el collado de Lizarrieta

 Vista panorámica

Despuntando frente a nosotros sobre este col de Lizarrieta ( 442 m ) destaca la rocosa cumbre de Ibantelli o Labeaga ( 698 m ), cima “ principal “ del macizo que, enclavada en pleno cordal fronterizo, sirve de privilegiada atalaya sobre las tierras de Cinco Villas/Bortziriak y Lapurdi. En su ladera observamos una torre o trepa para la caza de palomas y hacia nuestra derecha, desde el mirador teníamos una espectacular vista panorámica.

Después de estar un rato estirando las piernas, continuamos nuestro itinerario hacia Sara. Descendemos el puerto que por esta parte tiene una longitud de 10,4 kms.

Catalogado como uno de los Pueblos Más Bellos de Francia, Sara es asímismo una de las localidades más bonitas y con mayor encanto del Euskalherria. Bajando el puerto nos encontramos con algunos ciclistas aficionados. La distancia a recorrer es de unos 13 km. Pero tres kilómetros antes de llegar a Sara, nos desviamos en un cruce que nos acerca a Zugarramurdi que se encuentra a tan solo 5 km. 

De Lapurdi entramos en Nafarroa a la comarca del Baztán sin notar paso de frontera, dado que no llegamos por el paso fronterizo de Dantxarinea. La carretera desde el cruce que tomamos bajando el puerto nos lleva directamente al pueblo y no hemos visto señal alguna que indique la frontera. Cruzar la frontera sur de Francia desde Euskadi es imperceptible después de la eliminación de los controles y las aduanas.




Llegamos a Zugarramurdi y aparcamos bajo la torre de la Iglesia de La Asunción, del Siglo XVIII, para visitar la famosa "Cueva de las Brujas" -Sorginen Leizea-. Un impresionante complejo cárstico superficial situado a menos de medio kilómetro de distancia del casco urbano de Zugarramurdi en dirección oeste, en el antiguo camino Zugarramurdi-Sara, que lo atraviesa parcialmente.



En estas cuevas de Zugarramurdi, su cavidad principal fue horadada por la corriente de agua de un riachuelo, el arroyo Orabidea, aún caudaloso, también conocido como la Regata del Infierno o "Infernuko Erreka" - que alude justamente al nacimiento de sus aguas, procedentes del infierno- y que la atraviesa conformándola a lo largo de millones de años como un amplio túnel de más de 120 metros de largo y 15 a 20 de ancho, con alturas de hasta 12 metros y dos galerías elevadas.


Con tan solo 6 km cuadrados de extensión, el apacible pueblo de Zugarramurdi es conocido universalmente por haber sido el lugar en el que aconteció un trágico suceso que cambió la vida de este pueblo y de sus habitantes, la mayor caza de brujas de la Santa? Inquisición en España.

El nombre de este conjunto cárstico hace mención a las celebraciones paganas que tenían lugar en algunas de sus salas en la antigüedad y que, en el Proceso Inquisitorial de 1609 a 1614, fueron presentadas como prueba evidente de que en Zugarramurdi se desarrollaban actos donde se ejercía la brujería.


En ese proceso tuvo lugar el intento más ambicioso de la Inquisición Española para acabar con la brujería. El proceso se llevó por delante la vida de 11 personas que fueron quemadas en la hoguera, aunque no todas estaban vivas: cinco de ellas habían muerto ya en prisión.


En esta tierra de akelarres, las leyendas sitúan la celebración de estas fiestas en las cuevas de Zugarramurdi, así como en campas de Urdax o las faldas de Larrún. Todo este bagaje convierte la visita a la Cueva de Zugarramurdi en una experiencia de lo más intrigante.





Zugarramurdi junto con su pueblo vecino Urdax -Urdazubi- a tan solo 4 km., pertenecen a la comarca de Baztán -Baztanaldea-  en Nafarroa,  pero ninguno de los dos están enclavados en el valle homónimo. El puerto de Otsondo les separa del valle del Baztán. 

En Urdax también hay unas cuevas, las cuevas de Ikaburu, que no visitamos y continuamos nuestro viaje hacia Sara.

Estos dos pueblos navarros junto con los municipios de Sara y Ainhoa en Lapurdi, conforman la "Comarca de las Brujas". Y los cuatro municipios a ambos lados de la frontera se encuentran en el el mismo valle de Xareta "Tierra Arbolada". Cuatro pueblos unidos por su cercanía e historia: Cuevas, sorgiñas, contrabandistas, mugalaris y peregrinos.


Muchos de los habitantes de las cuatro localidades que conforman el territorio Xareta están unidos por vínculos familiares, lo que originó una red de caminos y carreteras secundarias sin tener en cuenta los puestos fronterizos. De esta manera Xareta se convertiría en un emplazamiento clave para el contrabando.

La llamada ruta de los contrabandistas, une las cuevas de Urdax y Zugarramurdi con las cuevas de Sara, ésta ubicada en Francia, y eran los parajes ideales para esconder la mercancía que se transportaba ilegalmente de un país al otro.

"El contrabando fue una práctica ilegal pero no inmoral y permitió a no pocos habitantes del valle, no emigrar"

Zugarramurdi

Recorrer el labortano valle del río Urdazuri –Nivelle le dicen en francés, mientras que en la vertiente Navarra es Ugarana desde su nacimiento entre Urdax y Zugarramurdi hasta su salida por Dantxarinea– supone conocer un territorio en el que la transición entre las montañas pirenaicas y la costa cantábrica se traduce en paisajes verdes cruzados por numerosos cauces de agua. 

Las aguas de todos ellos las recoge el Urdazuri y las lleva hasta verterlas al mar en Donibane Lohizune, en San Juan de Luz. En su caprichoso y zigzagueante recorrido por el valle baña algunos de sus pueblos.

Partimos de Zugarramurdi regresando por la misma carretera y lo que si se nota al poco tiempo nada más entrar en Lapurdi, es el cambio de la arquitectura tradicional en los edificios. Dejamos las casas señoriales y grandes casonas de piedra característica roja de las canteras de la zona, de fachadas blancas con madera oscura y pronto nos encontramos con el rojo, verde y en ocasiones azul que animan las carpinterías de las fachadas blancas con uno a dos pisos en voladizo.

He podido leer, pero no confirmar,  que lo de los colores verde y rojo tenía un significado en su origen. Una casa con las ventanas y los balcones pintados de color rojo estaba habitada por su dueño, mientras que una pintada de color verde estaba alquilada. Etxeberria, casa nueva en euskera, se utilizaba para las casas rojas, mientras que Etxemendi, casa de montaña, se utilizaba para las alquiladas.

SARA

El pueblo de Sara8

En diez minutos llegamos al pueblo de Sara. Durante mucho tiempo fue la capital del contrabando a un paso de la frontera.

Situada bajo las cumbres del Larrun, Axuria e Ibanteli. Un antiguo proverbio en euskera dice que Sara es el pueblo donde se detuvo el tiempo. Se encuentra incluida en la lista de "les plus beaux villages de France" -los pueblos más bonitos de Francia-. Si se presta atención a los detalles, Sara nos cuenta  historias allí donde nuestros ojos se posan. Son muchos los visitantes que se acercan hasta él para disfrutar de sus calles, de sus casas y de su especialidad en repostería,  "pastel vasco", que hasta un museo tiene.

En Sara, Sare en francés, se aúnan un patrimonio histórico arquitectónico clásico de la zona con un extraordinario entorno natural, ejemplarizado con el extraordinario monte Larrum, a cuya cumbre se puede ascender en el famoso tren de cremallera con una antigüedad de mas de un siglo.

Una pequeña localidad, de unos 2500 habitantes, construida sobre una colina y dispersa en varios barrios de caseríos y donde su casco urbano está organizado en torno a la sobria iglesia de San Martín que corona el pequeño y desordenado centro de a localidad. Junto a ella la plaza alargada del pueblo, rodeada de pórticos y presidida por el ayuntamiento y el frontón abierto del rebote sin pared lateral y habituales en Iparralde. Sus casas mantienen la arquitectura tradicional de esta zona, formada por casas blancas adornadas con madera y ventanas rojas y verdes. Además del herriko taberna, también hay varios hoteles y restaurantes, así como otras tiendas y servicios.



Nada mas aparcar Pedro nos dirige hacia la Iglesia de San Martín, que más que a una iglesia se asemeja a una fortaleza. Nos quiere enseñar en primer lugar el pequeño y antiguo cementerio que rodea la iglesia, porque para entrar en ella, hay que atravesarlo. En este pequeño "camposanto" hay gran cantidad de antiguas estelas vascas.


La primera mención escrita sobre esta iglesia, data de 1142 y se guarda en la catedral de Baiona. En el siglo XVI con motivo de las luchas entre protestantes -hugonotes- y católicos fue transformada en un importante baluarte que hacía las veces de fortaleza donde podían refugiarse los vecinos. 

Nada mas pasar la verja de acceso a la iglesia nos topamos con el pequeño cementerio


Las estelas-«hilarriak»– tienen un significado muy marcado dentro de las creencias populares y la cultura ancestral de Euskal Herria. La base de la piedra simboliza la tierra- amalurra- y la parte circular la luna- ilargi-. Según estas creencias, las personas cuando mueren van a parar a la luna-il+argi- que traducido literalmente significa “la luz de los muertos”.

En Sara ejerció de párroco Pedro de Aguerre y Azpilicueta, más conocido como "Axular", la mayor personalidad de la literatura vasca , autor de la primera obra en prosa escrita en euskera, Guero, en 1643, fundador de la Escuela de Sara y enterrado en esta iglesia. También refugio del religioso, etnólogo y prehistoriador Joxemiel de Barandiarán, huyendo de la persecución de la dictadura franquista y que descubrió en las cuevas de Sara restos humanos del Neolítico. A su vuelta a Ataun llamó a su caserío "Sara". Dos eminencias de la cultura euskaldun.

También  es la localidad natal del ingeniero Alberto de Palacio y Elissague (1856-1939), diseñador del Puente Colgante de Portugalete. Y entre los personajes que visitaron Sara destacan Napoleón III y su esposa la emperatriz Eugenia de Montijo, Winston Churchill o Luis Mariano.

Monumento y en la fachada placa a Barandiarán y tumba del pelotari Victor Iturría

En la fachada junto a la entrada de la iglesia hay una placa en honor a Barandiarán y un monumento que recuerda a los hijos de Sara que murieron luchando en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y donde, por cierto, figuraban dos Aguirre y un Aguerre. Hay varias sepulturas de otros fallecidos en esa contienda y de la posterior Segunda Guerra Mundial (1939-1945),  destaca la del pelotari Victor Iturria, nacido el 22 de octubre de 1914 y fallecido en agosto de 1945. Cuentan de este pelotari que en una de sus primeras acciones durante la batalla de Francia, en 1940, aprovechó su fuerza y puntería con el brazo para «destrozar siete tanques enemigos tirándoles bombas de mano», dejando fuera de combate a siete Panzer alemanes en un solo día. Su destreza en lanzar pelotas como pelotari le llevó a ser un experto en lanzar granadas contra el enemigo. Fue condecorado en varias ocasiones por el Ejército francés y elogiado por mismísimo primer ministro británico, Winston Churchill. 


En la plaza del frontón hay un bajorrelieve colocado en 1947 homenajeando al pelotari. que reflejaba su virtud como lanzador de granadas, algo que adquirió como consecuencia de un brazo de pelotari forjado en los frontones.

Pero no fue el único pelotari que utilizó su destreza con la pelota en campañas bélicas. Tuvo un predecesor en la Primera Guerra Mundial, "Txikito de Cambo", de la localidad de Cambo-les-Bains en Lapurdi, a menos de 20 km de Sara. Campeón mundial en la variedad de cesta "txistera"o "joko garbi", se llevó la cesta al conflicto bélico y dicen, lanzaba las granadas a más de 100 metros y hay queda la historia que cuentan.

Así que las habilidades de estos pelotaris parece que fueron letales en ambas contiendas. Txikito tuvo mas suerte que Victor Iturria y vivió para contarlo.

Bernard Joseph Apesteguy "Txikito de Cambo" (1881-1950)


En la torre de la iglesia que alcanza los 30 metros hay una curiosa inscripción en euskera que nos recuerda donde estamos y que dice: “Oren guziek dute gizona kolpatzen, azkenekoak du hobirat egortzen” que traducido viene a ser: "Todas las horas golpean al hombre, la última lo envía a la tumba". La frasecita nos hace reflexionar sobre el paso del tiempo y cómo deberíamos aprovecharlo. Y es que Sara es para caminar a otro ritmo, ya lo dice un antiguo proverbio en euskara: «Saran astia» - en Sara tenemos tiempo-, en este lugar el tiempo se detiene. Aquí no quieren que pasen las horas y nosotros no tenemos ninguna prisa, estamos en un lugar en el que es indispensable ir con calma y disfrutar de este entorno. 

Y como en Sara nos sobra el tiempo, seguimos con nuestra visita y entramos en la iglesia que oculta en su interior una gran riqueza decorativa y una espectacular galería de madera de tres pisos en los muros de la nave. Esta estructura que da aspecto de teatro al interior de la iglesia, se repite en casi todos los templos de la zona.


En el interior llama la atención el coro, con sus tres galerías y cinco altares con retablo y la enorme galería de madera de roble en forma de U de tres pisos, típica de la arquitectura religiosa de la zona de Lapurdi. Aparece la estructura de graderíos o tribunas situadas detrás y a los costados del altar en la que, si nos damos la vuelta, pensaríamos que se trataría de un teatro a no ser por el órgano de madera que hay en el coro. Este entramado de galerías tiene por misión ampliar la capacidad de feligreses y esta tipología de templos se desarrollo en un territorio geográfico muy determinado, y en una época (S.XVII y XVII) muy concreta.

Y todo ello para dar cumplimiento al estricto mandato medieval de las supremas autoridades eclesiásticas de lo que entendían por "la decencia debida  en la iglesia". En el templo, separación de sexos porsí. No caben despistes ni distracciones. En origen estas galerías, eran el espacio reservado a las mujeres para asistir a misa; los hombres se quedaban en la planta baja.



Con el clero hemos topaó. Y con su estricto código de "decencia"se pretendía evitar la distracción durante los actos de culto religiosos y evitar el peligro de miradas. insinuaciones u otros libertinajes durante los mismos. Solución, mediante la separación por sexos, ocupando distintos espacios de los templos. En una época, hombres a la izquierda y mujeres a la derecha. Yo he llegado a conocer en la localidad cercana de Urdax o Urdazubi, en los ochenta, a los hombres sentados a la izquierda y a las mujeres a la derecha.

Bueno pues en esta zona, la separación se llevaba a cabo colocándose los hombres en las gradas y las mujeres en la planta baja.


Destacan también los retablos de la nave del altar y el suelo enlosado de lápidas. Ente ellas destaca la del Párroco Pedro de Aguerre y Azpilicueta (Urdax o Urdazubi 1556-Sara 1664), mas conocido como Axular, por ser ese el nombre del caserío donde nació y un escritor modelo, considerado el mejor prosista de la literatura en euskera -en el año 1643, escribiría el libro titulado Gero, obra maestra de la literatura vasca-. Incluso en la pared del templo el príncipe francés y amante de la cultura vasca Lucien Bonaparte, sobrino del Emperador Napoleón y reconocido lingüista, hizo colocar una placa en honor a Axular.


Finalizada nuestra visita a la iglesia regresamos a la salida del recinto por el pequeño cementerio.  En los bajos de la entrada a la iglesia hay una escultura de La Piedad. Cruzamos el cementerio y salimos a la Plaza del pueblo donde destaca, al frente, su largo frontón que data de 1803 y que ocupa un espacio central en el pueblo. Solamente tiene una pared -el frontis- y gradas muy irregulares en el lateral derecho. 

Todos los pueblos de Euskal Herria por pequeños que sean cuentan con un frontón y Sara tiene dos. Antiguamente ha llegado a contar hasta con cuatro  para jugar a las diferentes modalidades de pelota.

La  existencia del frontón es sin duda alguna fruto de la capacidad de innovación de nuestras gentes y es la principal aportación de nuestra cultura a un juego tan universal como es la pelota. Ya decía el escritor Pio Baroja, el “juego vasco por antonomasia”.  

Nos acercamos a este frontón singular de una sola pared, con mucha historia y predecesor de los clásicos que conocemos de dos paredes. Testigo mudo de innumerables choques apasionantes en las primeras modalidades de pelota vasca que se han disputado y se siguen jugando en esta zona de Iparralde, el valle del Baztán y contados pueblos del resto de Nafarroa y del norte de Gipuzkoa. Modalidades casi desconocidas para la mayoría de la gente, por sus reglas y forma de juego, totalmente diferentes a las modalidades "clásicas', pero mas modernas, que normalmente conocemos. 



Frontón del Rebote de Sara -A este tipo de frontones de una sola pared se les conoce como de "Plaza Libre"- Testigo del que fuera el acontecimiento social más relevante de la época: los desafíos de juego de pelota, sólo comparables con los actuales partidos de fútbol

Estamos en un lugar que cuenta con un monumento, testigo referente de lo que se puede calificar como la prehistoria de la pelota. A este tipos de canchas en frontones sencillos de una sola pared se les denomina de "Plaza Libre" y entre las modalidades que se practican destaca "el rebote". Un juego primitivo y muy poco conocido de la pelota vasca, por su forma y normas de juego.

Una pared muda y discreta, pero que haciendo una excepción, nos cuenta la vieja historia de la "pelota vasca" y nos dice, que son muchos los pueblos que han practicado sus propios juegos de pelota. Algunos de ellos han llegado a incorporarlos a su cultura y el pueblo vasco es uno de ellos.

Y aquí nos quiere hacer una aclaración: Que el «juego de pelota» o «jugar a la pelota» se pierde en la historia de los tiempos y desde hace miles de años, son muchas las culturas que han practicado algún tipo de juego de pelota. Así que nos deja claro que en Euskal Herria no inventamos ese juego. Pero que a base de tiempo y ganas, aunando tradición, innovación y la revolución de herramientas, espacios y modalidades, nace un invento colectivo y popular surgido en Euskal Herria que se incorpora a su patrimonio cultural, y en el XIX en su última década, es cuando se asienta las modalidades más conocidas de la pelota: mano, pala, remonte y cesta-punta. 

Es por esas fechas y entrado ya el siglo XX cuando se produce la gran revolución y la universalización de la pelota vasca, exportando, estas modalidades a gran parte del mundo. La moderna cesta-punta será la modalidad que más se universalice y nuestros embajadores pelotaris eran verdaderas estrellas sociales del momento. La pelota vasca se convierte en un deporte profesional y universal.

Anuncio partido pelota en Shanghái

La cesta punta atrajo durante su edad de oro a famosos como los actores  Ava Gardner y Hemingway, ambos en la imágen.

Pero metiéndose en historia, nos quiere contar que antes de la práctica de <<pelota vasca>> en su frontis. Desde el siglo XIII en Europa, principalmente en Francia, surge y se practica una modalidad de juego conocida como Jeu de Paume -Juego de Palma-. Se practicaba en dos espacios que son característicos en el desarrollo de las modalidades que han sobrevivido hasta nuestros días. El  los espacios al interior o el denominado juego de la pelota “en corto” y  en espacios al exterior o el denominado juego de la pelota “a largo”. Ambos juegos directos se practicaban sin pared.

Al principio era una juego de reyes, nobles y curas  -juego en corto-  Posteriormente en el siglo XV se generalizó y popularizó por toda francia  y el pueblo llano lo practicaba en espacios abiertos  sin límites en muros o paredes,  en cualquier prado, o en los lugares públicos de calles o plazas -juego en largo-.
  
Los dos siglos posteriores con suficientes datos documentados de su práctica en toda Europa, este juego ya se encuentra afianzado como actividad lúdica en toda la sociedad a ambos lados del Pirineo y su presencia se consolida paulatinamente en el ámbito cultural vasco. Sus distintas formas eran practicadas por todas las clases sociales  De una manera lógica, el aumento de la popularidad y práctica de este juego, supuso una mejora lenta, pero progresiva de las técnicas de práctica y desarrollo. Y esta situación se mantiene hasta iniciar su declive en el siglo XVIII, culminado, postergado y olvidado por la Revolución Francesa (1789)  
"jeu de palme"


"Jeu de Paume": Característica de Juegos de Corto y Largo 

Ambos tienen en común, dos equipos contrincantes que juegan enfrentados y separados por una línea imaginaria en los juegos a largo, o red en los espacios en corto. En ambas modalidades, los tantos se contabilizan de forma similar 15, 30, 45 (40) y 60 o juego. Debiendo ganar el juego con dos quinces de diferencia. Se utiliza el termino “a dos” para señalar esta ventaja cuando hay empate a 30. Para ganar el partido hay que jugar a 9 o 13 juegos, con una diferencia de dos juegos entre el ganador y el perdedor. Vamos, calcado al tenis actual.

Son juegos directos, sin pared, donde el objetivo del juego es atravesar la línea del fondo golpeando la pelota con la palma de la mano, de aire o a un bote (Posteriormente a finales del siglo XV se jugo con guantes, pala y sobre el año 1505 aparece la raqueta.). Una vez conseguido este objetivo se contabiliza 15. Si la pelota sale por las líneas laterales después del primer bote dentro de los límites del campo de juego., se marca una “línea”o “raya” y se cambian los jugadores de campo, con dos rayas seguidas en campo se obtiene un 15.


En Euskal Herria se preserva esta práctica  y da comienzo el nacimiento de las primeras especialidades de pelota vasca, en juego directo, con aportaciones y características propias que la diferenciarán del inicial "jeu de paume", marcando nuestro carácter e idiosincrasia y creando nuevas modalidades de jugar a pelota. 

Un pareado en euskera exclamaba: ~Pilotak ohore du euskal-herrietan zeren den ederrena joku guztietan. » (El juego de pelota priva en la tierra vasca porque es el más hermoso de los juegos). 

Algunos especialistas sostienen que las primeras modalidades de "pelota vasca" de juego directo que aún perviven, están muy influenciadas por este juego. "Pasaka" juego en corto que se desarrolla en espacios cubiertos y cerrados, como trinquetes, en los que se coloca una red que divide la cancha. y "Bote Luzea", "Laxoa" y "Rebote" en juego largo. En las dos últimas se incorpora el invento de dos innovadoras herramientas: los guantes y la txistera o cesta.

Pero por su forma de juego y normas, nada tienen que ver con el moderno juego de pelota tradicional que conocemos en las modalidades de mano, pala y cesta, en los que la pelota se envía al contrario con la mediación de un muro frontal o frontis y se les conoce como "juegos indirectos".

Las primeras noticias de juego formalizado nos hablan del "juego a largo" en espacios abiertos y la primera modalidad autóctona de juego de nuestra pelota vasca fue el llamado "bote-luzea" o "bote en largo". 



Si bien es un corta y pega del Jeu de Paume, por su forma de jugar y mismas normas. Con la única  diferencia de la incorporación de un soporte de piedra, portatil muchas veces, que se conoce como botarri o saka-arri, donde se botaba la pelota para golpearla a campo contrario, dado el escaso bote de la pelota con que se jugaba. 

Sus orígenes populares se encuentran en simples campos, llamados ‘pilotasoro’ o ‘soropil’ -el prado de pelota- practicado posiblemente por pastores y  después en terrenos sin urbanizar donde el pueblo llano, en sus ratos de ocio, jugaba a ‘bote luzea’. (E. Blazy lo describe como el juego más antiguo del País Vasco (Blazy, E, “La pelote Basque”. Paris 1929, p 186).

A este primer juego se van incorporando nuevas modalidades y el frontón.


La gran revolución surge en el siglo XVIII, sobre el año 1720 surge la gran transformación y el primer gran invento de la pelota vasca, la herramienta del guante corto, posiblemente el punto de partida de la pelota vasca como propia. Este guante será el primero en introducir cambios sustanciales, tras siglos de escasa evolución. 

Los primeros se utilizaron como manoplas protectoras de manos, siendo similares a los utilizados en cualquier otra faena - primera descripción documentada se da entre los años 1755-1760-. Con el tiempo, la palma del guante se fue endureciendo, alisando y tomando la curvatura de una mano semiabierta. Los sucesivos alargamientos del guante se produjeron al darse cuenta los jugadores de las potencialidades del deslizamiento de la pelota a través del guante –de muñeca a punta-, que evitaba dañar la mano y permitía dirigir mejor y más lejos la pelota. A este nuevo guante se le dio el nombre de “Laxoa” o “Lashua” porque debió parecer demasiado flojo y relajado al público de la época, que estaba acostumbrado a la dureza del golpe. El guante corto, tal y como lo conocemos, sufrió su último alargamiento aproximadamente en el año 1800.

Una herramienta de suela dura y cóncava, compuesta por dos o tres capas de cuero rígido. Con ella el jugador, tras recoger la pelota de forma más laxa o suave, puede devolverla deslizándola de muñeca a punta por el cuero encerado a tal fin. Los jugadores dirigen mejor y más lejos la pelota, a la vez que evitan dañar la mano. Había nacido la nueva modalidad de juego a largo, denominada el "laxoa". El primer partido del que se tiene constancia con esta modalidad data de 1846, en Irún. 


Se incorpora un trípode de madera o banco para el saque denominado el botillo, en lugar del botarri o saka-arri de piedra y se coloca en el extremo del frontón, desde donde se bota la pelota para hacer el saque y las plazas pueden alcanzar los 66 metros de largo x 16 metros de ancho.

Se mantienen hasta pasada la primera década del siglo XIX, cuando aparece el invento de la cesta de mimbre que va a ser la revolución de la pelota vasca junto con el elemento espacial de la pared de rebote Y se desarrollan nuevas cestas hasta 1890/1900.

Nace la modalidad del "Rebote"



Poco después, aparecerá una nueva herramienta de mimbre denominada petit gant, chistera o xistera. En el origen de esta nueva variante, iniciada en 1857 y en 1862  las ventajas del mimbre dejaron de lado al cuero: se había creado el germen de nuevas modalidades de juego de pelota y nace la modalidad del "rebote" en el que tres jugadores de cada equipo  juegan con cesta plana y dos de cada equipo, con guante.

La diferencia esencial entre Laxoa y el Rebote estriba en los instrumentos o herramientas y en la manera de ejecutar el saque. En el «laxoa» se saca desde el fondo de la plaza con un guante de cuero alargado y remontando la pelota y forman cuatro jugadores en cada equipo. En el «rebote» los terrenos de juego se amplían hasta los cien metros en lugar de los sesenta o sesenta y seis en la modalidad del Laxoa.  

Intervienen cinco jugadores en cada equipo y se alarga el campo de juego hasta los 100 m y se ha sustituido el guante de cuero por la chistera plana de mimbre (cesta pequeña) para tres jugadores de cada equipo. Los dos restantes (pues son cinco), situados cerca de la raya divisoria de campos juegan con guantes. El sacador lo hace a mano limpia desde el botillo, colocado a 35m del frontis. Después del saque a la pared, empiezan con las cestas enviando una pelota de un lado a otro de la línea de paso que marca la separación de los dos campos, apoyándose para el juego del frontis para rebotear. Sin que salga la pelota de los limites del campo. Está considerado como el rey de los juegos directos.

En ambas modalidades, por la velocidad y distancia que se envían las pelotas, se introduce un nuevo elemento para delimitar el terreno y detener la pelota: el muro al fondo de campo o pared de rebote y al actuar también como rebote hará que el muro forme parte del juego.


Este elemento, que al principio será un pequeño muro de obra civil cuya función es detener la pelota, con el tiempo crecerá hasta convertirse en una pared de unos 3 o 4 metros de ancho y de 2 metros de alto. A sus pies, se incorporará un cuadro enlosado para mejorar el bote. A estos frontones se les conoce con Frontón del Rebote.

Pero la transformación más innovadora y trascendental surgió a media dos del siglo XIX, con la utilización del caucho en la elaboración del “Kizki” (núcleo de la pelota). Desde entonces las pelotas fueron de menor tamaño, más ligeras y más vivas, y esas particularidades traerán consigo nuevas elevaciones del muro de rebote.
 
A medida que el bote de la pelota va aumentando en la pared posterior, se la espera mirando de frente al rebote. En ese momento se ha producido el irreversible cambio en el juego de pelota, el cambio de la posición de juego de los jugadores, que pasa así de ser juego directo al indirecto "contra pared", al mismo tiempo que la pared del frente va a denominarse frontis o frontón. La pelota rebota y vuelve al mismo campo donde alternativamente cada jugador la golpeará. 

Más tarde, daría lugar a los primeros frontones, tipología conformada por un frontis, solado y una pared lateral -que en los inicios estaba a la derecha o a la izquierda indistintamente- como elementos fundamentales. Surgen  las modalidades modernas que conocemos en la actualidad con la revolución de la cesta y punta.Nace el juego indirecto de pelota y las modernas modalidades que conocemos.

Con la aparición del frontis las  especialidades "Laxoa" y "Rebote"  se juegan normalmente en frontones y se utiliza el frontis como límite de uno de los campos, permitiéndose el rebote. 



«Muy importante tenía que se la pelota para que en muchos pueblos el frontón ocupe un espacio mejor que la iglesia»

Dejamos este añejo frontón con 220 años de experiencia, que nos ha dado toda una lección de historia sobre la pelota vasca y tenemos que abandonar este bonito pueblo, que cuenta también con un importante patrimonio arqueológico reunido en cinco cuevas, únicamente es visitable la de Lezea. Pero el tiempo vuela y nos quedan muchas cosas que ver y aunque el slogan del pueblo sea "que el tiempo se detiene", se nos ha pasado rápidamente y  no podemos robarle el tiempo al tiempo de nuestro itinerario. Nos esperan Ainhoa, Donibane Garazi y San Juan de Luz.. 

Nos dirigimos al coche, pero antes tomamos un café en el Herriko Taberna.


Nuestra siguiente parada en Ainhoa que está a menos de 9 km de Sara. Dejamos este bonito pueblo, con mucha historia que ha sabido conservar el encanto de su núcleo urbano y los valores de su patrimonio natural

AINHOA

Pueblo en la cabecera del rio Urdazuri a su entrada en el valle y también incluido en la lista de Pueblos más Bellos de Francia.



Antaño, en el lugar en el que se encuentra Ainhoa no vivían más que pastores nómadas, pero en el siglo XIII Juan Pérez de Baztán, propietario de estas tierras y señor del castillo de Jaureguizar, y el abad de Urdax, representante de la autoridad eclesiástica, decidieron crear el vicariato de Ainhoa como vicaría del monasterio navarro de Urdax o Urdazubi. Desde entonces sirvió para dar servicios a los peregrinos del Camino de Santiago. Sus casas se construyeron pegadas unas a otras a lo largo de una sola calle, por lo que su forma es la típica de una bastida fortificada.

Se trata de una lugar pequeño, no llega a 700 habitantes, su casco urbano es alargado  y con orientación sur– básicamente formado por una sola calle donde prácticamente se  asoman todas sus casas con su característico estilo en blanco y rojo, en su centro la iglesia con el cementerio adosado,  el habitual frontón con solo el frontis  y el Ayuntamiento. 


Todos estos pueblos de la zona surgieron como lugar de abastecimiento y hospedaje para los peregrinos del Camino de Santiago.

El pueblo de Ainhoa sigue las mismas pautas que Sara en la arquitectura de sus edificios con entramado de madera y contraventanas pintadas de colores vivos, dominando el rojo y grandes piedras en las esquinas y alrededor de las ventanas y puertas. También ha sido incluido en el prestigioso listado de Les Plus Beaux Villages de France.

Fueron reconstruidas entre los siglos XVI y XVIII, tras la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), el último gran conflicto europeo motivado por las divisiones religiosas y uno de los más devastadores de la historia europea.

En la actualidad, muchas de las preciosas casas de la calle principal acogen en su seno comercios dedicados a la venta de productos locales o de artesanía. Nosotros hemos llegado sobre las 13 h y estaban cerrados.


Aparcamos en su calle principal Qur Karrika que es prácticamente la D20: la carretera que atraviesa el pueblo. Damos con la iglesia junto al pequeño cementerio junto a la fachada de entrada y la carretera. Esta iglesia está bajo la advocación de la Virgen de la Asunción. Su peculiaridad es que en origen fue el castillo de los señores locales, que tras su marcha se transformó en iglesia.


De la carretera se entra directamente a la pequeña parcela del "camposanto" sin ninguna separación, salvo cuatro escalones, que marque el límite entre los vivos y lo muertos, porque justo en la misma acera, pegando a la carretera  hay una estela discoidal  en recuerdo de los muertos en la Primera Guerra Mundial. En el disco se puede leer "Ainhoako semeeri". En la base aparece tallado en la piedra: "Hilak Frantziarentzat 1914-1918". 


Continuamos y lo primero que visitamos es la plaza principal que está organizada en torno al frontón y junto a la iglesia. Justamente detrás de la iglesia y el cementerio, en una ubicación privilegiada en el corazón del pueblo, se encuentra el frontón de Ainhoa. Construido en 1849. 


De las mismas características que el del de Sara, de una sola pared y gradas. Este aprovecha un lateral de las paredes de la iglesia para apoyar su frontis.



Damos una vuelta admirando las bonitas fachadas de los edificios y nos acercamos a visitar la iglesia románica de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XIII, único vestigio de la bastida original y que sobrevivió a la Guerra de los Treinta Años.


La iglesia del pueblo es de estilo románico y cuenta con un campanario pórtico en la entrada. Destaca el contraste de la piedra empleada en la nave y la utilizada en la torre. En la nave se ha utilizado una piedra de color beige. Aquí se abren varios vanos de distintos tamaño y forma. El material utilizado en la torre es una piedra grisácea. Esta torre de planta cuadrada está dividida en distintos cuerpos, separados por una cornisa. En lo alto se encuentra el campanario de planta octogonal, rodeado por cuatro pináculos. Remata la torre un tejado piramidal, colocado en 1823. 


Debajo de la torre-campanario encontramos la puerta de acceso al interior de la iglesia y lo primero que nos encontramos antes de acceder al templo son las escaleras que suben a la torre campanario. 

Una vez dentro, su interior mantiene las características típicas de la zona: una sola nave sin pilares y zona elevada de galerías que separaban a hombres de mujeres al igual que en la iglesia de Sara, en lo que respecta a las galerías de madera, aquí la nave solamente cuenta con dos galerías que datan de 1649. Llama la atención el bonito artesonado del techo, las boiseries doradas del coro y la cúpula de cielo estrellado bajo la que hay un gran retablo dorado.

El edificio fue declarado monumento Histórico en 1996.


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Finalizamos nuestra visita a la iglesia y salimos por el cementerio para dirigirnos al coche. En este recito se mezclan estelas discoidales con cruces y tumbas que recuerdan a fallecidos en la primera y segunda guerra mundial. 

Dejamos este bonito pueblo que un 23 de septiembre de 1858, el Emperador Napoléon III y la Emperatriz Eugenia de Montijo pararon y bajaron de coche a la altura de Alaxurruta, que es el nombre dado a la fuente del lavadero donde las mujeres del pueblo solían reunirse a lavar la ropa, y siguieron andando hasta el puente de Dancharia con su comitiva, después de beber agua de la fuente.


Nuestra siguiente parada Ezpeleta que tenemos a tiro de piedra, a tan solo 6 km.

EZPELETA

Dejamos el valle de Xareta y pasamos al valle de Urdazuri ('La vallée de la Nivelle' en francés). Y llegados al pueblo, enseguida te quedas con la foto estrella del lugar. Captas que Ezpeleta se convierte en un destino marcado en rojo en el mapa.  La localidad que da nombre al famoso pimiento.

Su seña de identidad son las fachadas de las que cuelgan pimiento ensartados en cordeles y puestos a secar en verano. Definitivamente, la suma de los entramados de madera y de los pimientos colgados es una combinación ganadora.

¿Puede un producto revolucionar económicamente una población hasta el punto de ser conocido internacionalmente? En Ezpeleta ristras de pimientos se secan en fachadas y balcones a partir de septiembre, para continuar con su fiesta anual del pimiento el último fin de semana de octubre. Pero ya, la marca estrella permanece de reclamo y seña de identidad en las fachadas de sus  casas todo el año. Un juego de color entre esas ristras, que en contraste con las fachadas blancas y el envidioso rojo del entramado de madera.  Para mi gusto han creado "el rojo Ezpeleta".

Aquí al arcoíris no le queda otra que salir de rojo.

Combinan el rojo de las casas de Espelette con el color de ristras de sus famosos pimientos colgadas en sus fachadas. Situada a tan solo unos kilómetros de la costa, dicen que por economía, sus moradores aprovechan a la arraigada costumbre de pintar las casas con la pintura sobrante de los barcos. Una costumbre que se extendió de la costa al interior.
 

Etimológicamente hablando Ezpeleta significa "lugar plantando de  bojs", pequeño árbol o arbusto que en euskera se llama Ezpel y su nombre proviene del apellido de una familia noble del lugar a la cual pertenecieron estas tierras durante un largo periodo de tiempo, los barones de Ezpeleta. Esta misma familia construyó un imponente castillo fortificado, alrededor del año 1000 y en 1694 fue legado al pueblo por la baronesa Juliana Henríquez, que murió sin descendencia. Flanqueado por cinco torres que vigilaban los alrededores, actualmente, del castillo no queda más que una torre que es monumento histórico, y el edificio adjunto la sede del Ayuntamiento y de la Oficina de Turismo. 


Una vez aparcado el coche, tomamos la calle principal del pueblo, la Xerri Karrika, y adentrarnos en su casco histórico. En sus calles encontramos bonitos ejemplos de arquitectura tradicional de Iparralde, con algunas fachadas vistosas y en los bajos multitud de tiendas de souvenirs y establecimientos comerciales del producto estrella, su pimiento rojo que está omnipresente en todo el pueblo. 

Es un pueblo que ha apostado por y para el turismo para acoger el auge de visitantes que se acercan hasta esta preciosa localidad. que tiene una interesante oferta de alojamientos en casas tradicionales.

Ezpeleta es quizás el pueblo del interior con más vida de todos los que hemos visitado hasta el momento, sus comercios, hacen que sus calles se llenen de vida. Con apenas dos mil habitantes, cuya economía, originalmente agrícola, se ha visto modificada por el turismo en las últimas décadas.
 

Quien le iba a decir a aquel marinero vasco que navegó a las américas e hizo llegar esta herbácea de origen mesoamericano a la región en el siglo XVII. Para utilizarlos primero con fines medicinales y después para curar el jamón. Posteriormente se multiplicarían los usos y las aplicaciones de este pimiento ligeramente picante a la gastronomía local. Y por último que el "pimiento de Ezpeleta" o "Piment d’Espelette". sea toda una referencia que traspasa lo local y se haya convertido en uno de los chiles más conocidos a nivel mundial, en una variedad única llamada Gorria.



Recorrimos sus calles y visitamos algunas tiendas, incluso me llevé unos tarros del molido de pimientos y pimentón. Es curioso que hasta en las tiendas de souvenirs tienen colgadas ristras de pimientos que venden como otro souvenir más, eso sí, ¡muy caros!

Pero el producto local y artesanal es el atractivo turístico de Ezpeleta, su "oro rojo". 




La historia de Espelette está llena de curiosidades y de personajes ilustres, entre los que destacan Jean Pierre Armand David (sacerdote estudioso que dio a conocer al oso panda en occidente) o Agnès Souret, que en 1920 se convirtió en la primera Miss Francia y está enterrada en el cementerio que se encuentra justo al lado de la Iglesia de San Esteban y que no visitamos falta de tiempo y ser replica de las  de Sara y Ainhoa, incluido el cementerio adosado y la solida torre que protege la entrada.


Comimos en un céntrico restaurante de la localidad y proseguimos nuestro viaje hacia Donibane Garazi que se encuentra a 37 km, vamos a cambiar de Territorio Histórico en Iparralde. Dejaremos Lapurdi y entraremos en   Behe Nafarroa -La Baja Navarra-. Toda esta región antaño pertenecía al Reino de Navarra. 


DONIBANE GARAZI


Son casi las cuatro de la tarde cuando llegamos a este bonito pueblo capital de la región histórica de Behe Nafarroa, dentro del departamento de los Pirineos Atlánticos. Localizada en lo que se conoce como Pays de Cize, en el sureste de la región y atravesada por el río Errobi o Nive.

Se la conoce en francés como Saint Jean de Pied de Port y está también bailando entre fronteras, pues solamente se encuentra a 8 km de la entrada en España. Y para mas inri, es uno de los puntos de comienzo tradicional del Camino de Santiago Francés. La localidad está situada en el paso de Roncesvalles a pie del puerto homónimo, también conocido como Ibañeta, en la base de los Pirineos y de ahí le viene el nombre de “a pie de puerto” y 'saint jean' por Saint Jean Baptiste, patrón del pueblo que se encuentra en el campanario de la iglesia.

Sus habitantes reciben el gentilícelo de garaztar o donibandar en Euskera y Saint.Jeannais en francés.

Francia se divide en 18 regiones administrativas que su vez de dividen en 101 departamentos. Saint-Jean-Pied-de-Port está en el departamento de Pirineos Atlánticos en la región de Nueva Aquitania. Además está en el territorio histórico Behe Nafarroa o la Baja Navarra, uno de los 7 territorios que forman el País Vasco lingüístico y cultural, conocido como Euskal Herria. Capital de la Behe Nafarro o del Pays de Cize, nombre con el que se conoce a esta región desde época romana.


Uno de los reinos medievales con más solera de Europa fue el Reino de Navarra, sucesor del reino de Pamplona, el cual se extendía a ambos lados de los Pirineos occidentales. Y la historia y patrimonio de Donibane Garazi están íntimamente unidas a ese reino y por ende a Nafarroa. A la vez plaza fuerte, ciudad-frontera, cruce comercial al pie del Pirineo y el itinerario inaugural del Camino Francés a Santiago de Compostela.

En el siglo XIII, el rey Sancho el Fuerte convirtió la población en bastión de sus tierras en la cara Norte de los Pirineos, rodeándola de grandes murallas. Desde entonces sus muros han sido testigos de varias guerras, conquistas y batallas. Como herencia de aquella época, hoy en día se pueden visitar tanto la Ciudadela de Mendiguren como las murallas que protegen todo el centro histórico.

Con poco más de 1500 habitantes, según cuenta una leyenda que dice que el pueblo fue construido en el año 716 por el Rey de Pamplona García Ximenez. No obstante hubo que esperar el fin del siglo XII para que se reconozca oficialmente el nombre de San Juan del Pie de Portus como capital de las tierras de Ultrapuertos, en un documento firmado por el rey Sancho VII el Fuerte, rey de Navarra. Felipe III de Navarra le concedió fueros en 1329 y Carlos II de Navarra calificó la ciudad de llave de su reino y en 1367 concedió una carta de ennoblecimiento y franqueo a sus habitantes. 

En 1512 Fernando el Católico la conquistó para Corona de Castilla, breves escarceos castellanos navarros, para su paso definitivo a la corona castellana hasta que octubre de 1530 el emperador Carlos V, decidió por razones estratégicas, debido a la imposibilidad de controlarlo, renunciar definitivamente a la parte transpirenaica del reino navarro. A partir de esta fecha ya Navarra estuvo partida en dos hasta que en el año 1610 se unieron dinásticamente los Reinos de Navarra y Francia y en 1620 Luis XIII de Francia une las coronas de Francia y de Navarra. Con el Tratado de los Pirineos, firmado en la Isla de los Faisanes, en pleno Bidasoa, el 7 de noviembre de 1659 y que terminó con la Guerra de los Treinta Años entre estos dos estados y se estableció la frontera entre España y Francia tal como hoy la conocemos. Saint-Jean-Pied-de-Port/Donibane Garazi y Basse Navarre se unieron al reino de Francia con privilegios especiales; privilegios que fueron abolidos con la nueva división administrativa dictada por la Revolución Francesa en el siglo XVIII.

 
Luis XIV y Felipe IV –el «rey sol» y el «rey planeta»– están representados en el gran salón de la Residencia de Francia en Madrid en dos tapices que «sellaron» la paz entre ambas naciones en 1660, tras la guerra de los Treinta Años . En ambas telas, obra de Charles Le Brun, se refleja el «Encuentro de Felipe IV y de Luis XIV en la Isla de los Faisanes, el 7 de junio de 1660» y la «Ceremonia de la boda del rey, el 9 de junio de 1660». María Teresa de Austria, infanta de España, se casó con el «rey sol» por contrato.

Nosotros nos dirigimos a visitar la zona dentro de las murallas, de las cuales aún quedan algunos tramos por donde se puede transitar. Así que una vez que aparcamos nos dirigimos por la calle principal que es la carretera D933 que cruza la ciudad. La zona donde estamos se conoce como la Plaza Floquet y caminamos hasta el Ayuntamiento para entrar en el casco histórico de la ciudad rodeado de murallas y que encierran un rico patrimonio histórico y arquitectónico.


La ciudad se divide en dos partes por el rio Errobi o Nive: La ciudad alta en la que se encuentra la ciudadela con la muralla y el casco histórico que se forma a los lados de la calle principal. Y la otra parte se encuentra al otro lado del rio y se llama el distrito de España y se desarrolla a ambos lados de la Rue d`Espagne.


Cruzamos el Puente Nuevo - Pont Neuf- sobre el rio Errobi o Nive que divide al pueblo. Desde el puente, hacia ambos lados hay unas bonitas vistas. A nuestra derecha destacan el puente medieval, que como en Balmaseda le mal llaman "puente romano" de Eyheraberry o Eihera Berriko zubia en euskera. Un puente medieval de piedra que ha visto pasar a muchos viajeros durante siglos y hoy día sigue haciéndolo. La iglesia de La Asunción se vislumbra intramuros, siendo su torre del campanario una parte más del complejo entramado defensivo que arropa tan estratégico emplazamiento.

Rodeada por una muralla, se acede a la antigua ciudad de Saint-Jean-Pied-de-Port por cuatro puertas: la Puerta de Navarra o Puerta del mercado, la Puerta de Francia, la Puerta Notre Dame (Nuestra señora) y la Puerta Santiago. Constituía una plaza estratégica y una posición avanzada destinada a proteger su reino de Navarra y su capital, Pamplona, contra sus potentes y peligrosos vecinos.

Ribera del Errobi o Nive con las casas en el río

Llegamos a la Plaza Charles De Gaulle donde está el Ayuntamiento, frente a este, a nuestra derecha, la puerta de Navarra o puerta del Mercado, del siglo XIII y uno de los pocos vestigios que quedan de la primitiva villa. Esta puerta servía de acceso al espacio que ocupaba un mercado en la Edad Media, frente a la iglesia.

En la edad media, Saint-Jean-Pied-de-Port asentó su vocación de punto de encuentro comercial del país de Cize y de las tierras de Ultrapuertos. Dice un cartel informativo: En este mercado cerca de la puerta de Navarra: Comerciantes ambulantes, campesinos, artesanos, pastores…invadían la pequeña plaza. Los carros sobrecargados pasaban difícilmente por la puerta de ojiva…, aún se ven las huellas de los ejes de las ruedas en los adoquines…las personas que entraban en Saint-Jean-Pied-de-Port, tenían que abonar un derecho de entrada. Para eso estaba el recaudador de impuestos, encargado por el rey de cobrar los peajes y las tasas sobre las mercaderías vendidas. Este opulento mercado medieval también atraía a los peregrinos que iban rumbo a Santiago de Compostela. Muchos eran los que pasaban la noche en las hostelerías de la ciudad antes de la etapa de Roncesvalles.

Cruzamos la puerta con un bello arco y una bóveda ojival y por la muy corta Rue de l'Eglise salimos a la calle Rue de la Citadelle. A nuestra izquierda esta empinada calle asciende a la Ciudadela y justo de frente damos con la catedral, junto a ella otra puerta: la Puerta de Notre-Dame que pasa por debajo del campanario y seguidamente cruza el Pont d’Eyheraberry. 

La la Iglesia, antiguamente Notre-Dame du Bout du Pont es actualmente la Iglesia de la  Asunción de la Virgen., cuya construcción comenzó con la fundación de la ciudad, es de estilo gótico, del siglo XIII y fue construida por petición del Rey Navarro Sancho el Fuerte en memoria de la Batalla de Navas de Tolosa (1212) frente a un ejército musulmán. Después de la catedral de Bayona, es el edificio mas importante de Iparralde.

Está construida en piedra arenisca fácilmente identificable por su tono rojizo. Al igual que las casa de Zugarramurdi o del Baztán. Estas piedras se sacaban del cercano cerro de Arradoy, una vez una cantera de piedra y ahora plantada a sus pies de vides bajo la denominación de Irouléguya -abarca unos 20 municipios- con el que se hace un vino típico de esta tierra: el Irouleguy que ya producían en los siglos XIV y XV, los canónigos de Roncesvalles. Este típico vino vasco, tinto o rosado, obtuvo una Aoc en 1970.

Ya en el s. XIII, los edificios de la ciudad extraían del cerro espléndidas piedras de gres rosa, ligeramente violáceo. Un material estético y cálido que constituye los muros de la iglesia Notre-Dame-du-Bout-du-Pont, las murallas, numerosas casas…en la calle de la ciudadela, en algunas fachadas, alternan las piedras rosas y blancas produciendo así un bonito efecto.

Fachada de estilo gótico

Las primeras bases de piedras, grabadas con marcas discretas dejadas por los canteros, podrían remontarnos a aquella iglesia primitiva a principios del siglo XIII. La majestuosa fachada de piedra rosa esta decorada de un pórtico gótico de columnitas y capiteles tallados.


Frente a la Iglesia se encontraba el Hospital Sainte-Marie, que acogía a “los pobres, los transeúntes y los peregrinos”.


El interior, con una amplia nave con dos pasillos, dos pisos de galerías, esbeltas columnas, sin otra decoración que un coro poligonal. Tiene una portada ojival y ábside de cinco caras.


A ambos lados del coro poligonal, dos triángulos curvilíneos recibieron vidrieras representando los escudos de la ciudad y el de Navarra. La iglesia también tiene un órgano recién restaurado que data de mediados del siglo XIX y que fue construido por Vicente Cavaillé-Coll.
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Su fachada y su pórtico fueron destruidos y reconstruidos en el siglo XVII. Esta iglesia, apoyada contra la torre que protege el puente y forma parte de la muralla, tiene un aspecto macizo que le da un aire más militar que religioso.A través de esta torre campanario de la iglesia se abre otra puerta para acceder a las murallas, la puerta de Notre Dame que servía para controlar el paso. En el lado de la iglesia , sobre la puerta,  en una hornacina se puede ver la imagen de madera de San Juan Bautista y al cruzar, en otra,  la figura de la Virgen con el niño. Es posiblemente la puerta más llamativa del conjunto monumental. Bajo la puerta aún se pueden observar los antiguos bancos de piedra donde esperaban los peregrinos para ser atendidos. 


Este puente divide las dos calles del centro antiguo de la villa medieval que son el eje principal por donde transcurre el trazado urbano antiguo del camino de Santiago. Desde la la Porte de San Jacques, entrada al recinto medieval  y donde se inicia la La Rue de la Citadelle que concluye en la Porte de Notre Dame,  y tras cruzar el puente "Eihera Berriko zubia -puente del molino nuevo-" o  Pont d’Eyheraberry - que recibe el nombre de un molino cercano con ese nombre. se inicia la   la Rue d'Espagne que en pendiente llega a la puerta de la muralla con el mismo nombre y por donde se abandona Donibane Garazi dirección Roncesvalles ya en España.



Tras cruzar la puerta de Notre Dame también conocida como puerta de España, porque una vez cruzado el puente comienza la Rue d'Espagne (Calle de España) que aunque no estaba fortificada, es desde la Edad Media el centro comercial de Saint-Jean-Pied-de-Port y donde aún se ubican los talleres de artesanos y comercios de la ciudad. Destacan los numerosos dinteles esculpidos de los siglos XVII y XVIII que se conservan sobre las puertas de los edificios y que indican el oficio del dueño de la casa o el año de construcción.

El Puente de Eyheraberry se construyó en el siglo XVII, este nuevo puente de piedra sustituyó al viejo de madera del siglo XIV. Tanto uno como otro, unían y unen los dos riberas del río. El puente de madera inicial se desmontaba cuando se preveían situaciones de peligro, cortando así la entrada a la villa.

Inmediatamente después de la Iglesia, a su izquierda, está la Porte de l'Echauguette que se abre a los 269 escalones que te llevan a la Ciudadela. Nosotros nos quedamos en el puente sacando unas fotos y regresamos al núcleo medieval para visitarla, pero volviendo sobre nuestros pasos bajo la puerta de Notre Dame y subir por la empinada y empedrada calle Rue de la Citadelle hacia la fortificación que desde el alto vigila esta villa medieval. 





Precisamente lo más curioso son esas inscripciones en las que podemos leer el nombre de los primeros moradores, sus oficios e incluso la fecha en que fue construida la vivienda.


La Rue de la Citadelle es la arteria principal de la localidad francesa. Se trata de una pintoresca y empinada calle adoquinada de trazado y esencia medieval que atraviesa la localidad entre la Porte de Saint-Jacques y la Porte de Notre-Dame. A ambos lados un bello conjunto de casas que conservan la arquitectura típica de la zona. Desde la Edad Media todas las casas, bellos ejemplos de la arquitectura tradicional vasca, se agrupan alrededor de esta calle de fuerte pendiente que va descendiendo hacia el río. La piedra arenisca rojiza, típica de la comarca, utilizada para adornar las fachadas, procede del cercano monte Arradoy. Las piedras saledizas, los entramados y los anchos aleros de vigas esculpidas caracterizan la arquitectura de las casas de esta calle.Los dinteles son testimonios del pasado, con sus inscripciones, sus dibujos geométricos y sus símbolos religiosos. Casi todas de los siglos XVII y XVIII, y los nombres de los constructores.


En el núm. 32 de la calle se encuentra la casa más antigua de la localidad "La Maison Arcanzola". En el dintel de la puerta se conserva el año de su construcción: 1510. La vivienda luce un entramado de madera y tracería de ladrillos dispuestos en espiga. En su planta baja se conserva un antiguo escaparate que recuerda el uso comercial de la vivienda, aún en uso en la actualidad. En el voladizo de la cubierta, en una de sus vigas, puede verse una pequeña cruz blanca que recuerda el martirio del jesuita Juan de Mayorga, nacido en esta casa en 1531 y que fue lanzado por la borda en las Islas Canarias por el corsario hugonote Jacques de Sores.


Seguimos calle arriba y por el núm. 41 pasamos por un edificio que actualmente acoge una exposición sobre el Camino de Santiago. Se le conoce como la Prisión del Obispo, un edificio medieval que fue residencia episcopal en los siglos XIV y XV. por voluntad del papa de Aviñón, durante el gran Cisma de Occidente. Fue más tarde cuando se convirtió en una prisión, en el siglo XVIII, de ahí que se lo conozca como la prisión de los obispos.

Tenemos que llegar a lo más alto de la población, vemos otra de las puertas de entrada al núcleo medieval,
Puerta de San Jacques o de Santiago, pero antes tomamos la desviación que sube a la ciudadela. La visitaremos a la vuelta. Para subir hasta ella hay un camino empinado y empedrado, donde los adoquines sobresalen, y se colocaron así para ayudar a los caballos que subían a la ciudadela llevando cargas. Las piedras hincadas del camino permitían que los caballos y carruajes no resbalaran en su ascensión.



Alcanzamos la colina de Mendiguren donde se encuentra la Ciudadela de Saint-Jean-Pied-de-Port, a 70 metros de altura. Está considerada una de las mejores muestras conservadas de arquitectura militar francesa del siglo XVII. Al cruzar la Porte du Roy (Puerta del Rey) se encuentra el acceso al pabellón del gobernador, convertido ahora en escuela pública, y frente a él, un mirador desde donde se obtiene una formidable vista panorámica de la ciudad medieval.



Sobre la colina de Mendiguren, se encuentra la ciudadela que domina la ciudad rodeada de murallas, se trata de una importante fortificación construida durante el siglo XVII -en 1628-, sobre las ruinas del castillo medieval de los reyes de Navarra a finales del siglo XII y que derribaron las tropas castellanas. La fortificación  fue realizada por Chevalier Deville y luego rediseñada y reforzada siguiendo el modelo de fortalezas del famoso arquitecto de fortificaciones , el mariscal Vauban, al servicio de Luís XIV. Se constituyó como uno de los sistemas defensivos más importantes para las tropas francesas en la defensa de la frontera con España.

Pasados los tiempos de guerra, en el siglo XVIII la convirtieron en cuartel militar, hasta que la dejaron en 1920. Tras varias décadas de desuso, en los años 60 pasó a ser un colegio.


Desde el mirador de "la media luna real" justo delante de la Puerta del Rey hay unas excepcional vista panorámica de la propia villa de Saint-Jean-Pied-de-Port/Donibane Garazi, los Pirineos y los viñedos de Irulegui descendiendo por las suaves laderas del Arradoy. Viñedos que dan el único vino de Iparralde con denominación de origen.


Vista panorámica espectacular desde loa que se domina visualmente todo el valle regado por el rio Errobi


Después de disfrutar un buen rato de las vistas desde este fantástico observatorio, regresamos para continuar con nuestra visita y acercarnos hasta la puerta de San Jacques o puerta de Santiago. 


Catalogada como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1998, es una de las puertas de entrada a la ciudad medieval de Donibane Garazi. Constituye la entrada histórica e inmemorial lugar de tránsito de los peregrinos jacobeos en ruta hacia Santiago de Compostela.

A 30 km del punto donde confluyen tres de las cuatro grandes vías de peregrinación jacobea francesas, la Turonense, la Lemovicense y la Podiense que confluían en la calzada romana que llevaba a Orreaga (Roncesvalles). La cuarta es la Vía Tolosana que partiendo de Arlés, atraviesa el sur de Francia y se convierte en el Camino Aragonés tras cruzar los Pirineos por el puerto de Somport. Por lo que Donibane Garazi se convirtió en un sitio estratégico. Es el destino de la última etapa gala del “Camino francés” y la última escala en Francia, antes de iniciar la mítica travesía de los Pirineos hasta Roncesvalles en España. Las cuatro conforman el conocido Camino Francés de la ruta Jacobea conocida como " la Calle Mayor de Europa".



Viajeros, caminantes y peregrinos siguen cruzando, como vienen haciéndolo desde hace siglos estas puertas y pisando sus callejuelas empedradas.

Descendemos la empinada cuesta hasta el cruce y a nuestra derecha La Puerta San Jacques o de Santiago (he leído que también es conocida como la puerta de Arrakuntzea). Paso obligado de los peregrinos del Camino de Santiago que entran a Saint-Jean-Pied-de-Port. Pero la que vemos hoy en día se construyó en el siglo XV. 

Los peregrinos entran por esta puerta, desciende por la empedrada y empinada calle de la Rue de la Citadelle para detenerse y rezar una oración en la iglesia de la Asunción como salvoconducto,  para después, abandonar Donibane Garazi saliendo por la puerta de Notre Dame. El caminante vadea el río Errobi o Nive por el puente para acceder por la céntrica comercial Rue d’Espagne para salir del antiguo recinto amurallado por la puerta del mismo nombre. Hay que cruzar los Pirineos para marcar un recorrido de este a oeste por toda la península ibérica hasta Santiago de Compostela. Donibane Garazi es la jornada inaugural para muchos peregrinos que tienen por delante 31 etapas y 773 kilómetros de recorrido a pinrel.


Nosotros decidimos seguir y hacer la ronda en nuestro recorrido por el casco medieval, accediendo desde la puerta San Jaques, al "camino de ronda" de la imponente muralla  fortificada. Hacemos un recorrido por las alturas de la muralla desde esta puerta hasta la Puerta de Navarra. Por aquí paseaban los soldados encargados de defender el fuerte, entre  troneras, almenas o matacanes.



Esta parte es de construcción más reciente que la muralla medieval del siglo XIII, de la que queda muy poco. Fue construida en el siglo XIX en época de tensión entre Francia y España -Guerras Carlistas-. Descendemos desde las murallas a la Puerta de Navarra para dirigirnos a la Puerta de Notre Dame y visitar el Barrio d'Espagne.


Nosotros nos despedimos de esta villa medieval por la misma puerta por la que pasan los peregrinos camino de Roncesvalles. Volvemos a traspasar la puerta de Notre Dame bajo la figura de San Juan Bautista que desde su hornacina hace de benefactor, listero y apuntador de peregrinos, que nos despide levantando su vara.

 
Cruzamos el puente de Eyheraberry sobre el rio Errobi y entramos en el barrio d' Espagne por la calle de España que arranca en la puerta de Notre Dame y se aleja ascendiendo en dirección a la salida de la localidad medieval. A ambos lados se dispone este barrio que era el barrio económico de la villa donde estaban los comerciantes y los peregrinos podían abastecerse de provisiones para seguir el camino. También se asentaban los artesanos de la ciudad donde tenían sus talleres. Había crecido fuera las las murallas medievales pero el temor a los ataques de españa, obligaron a las autoridades a realizar nuevas fortificaciones que se iniciaron el en el siglo XVII pero que no se terminaron hasta el XIX.


La Rue d’Espagne


En los dinteles aparece grabado el oficio del amo de la casa. En el número 9 vemos una inscripción del elevado precio del trigo en el 1789.


Núm. 43 Casa del Cerrajero y la otra imágen de la Casa del cirujano barbero. Las tijeras indican su profesión.


Atravesamos la calle de una punta a otra entre las casas de los siglos XVI y XVIII para traspasar los muros derruidos de la antigua muralla. En ella se abría la Puerta de España, donde acaba la parte “urbana” del Camino de Santiago. Hoy no queda mucho de ella. La razón de su nombre está clara: de aquí sale el camino que, cruzando los Pirineos y tras andar 24,5 km de la primera etapa del Camino Francés en España, que te llevan a Roncesvalles.


La puerta de España abre el camino a los peregrinos de frente a los temidos puertos pirenaicos para realizar la llamada Ruta de Napoléon hasta Roncesvalles. El desnivel es de 1300 metros, se tarda entre 7 y 9 horas de caminata dependiendo de tu forma. 




Nosotros volvemos dirección a la Plaza Charles De Gaulle para ver alguna tienda de recuerdos y después dirigirnos al coche para proseguir a nuestra última parada del día en  San Juan de Luz.


La Maison Mansart es el actual Ayuntamiento de Saint-Jean-Pied-de-Port

Finalizamos nuestra ruta por Saint-Jean-Pied-de-Port en la Maison Mansart, en la Plaza Charles De Gaulle, construida a principios del siglo XVIII como vivienda de David de Fourré; un importante comerciante de lana. La casa recibe su nombre por las “mansardes” (buhardillas) que rematan la parte superior de la fachada. Desde 1935 se halla aquí el Ayuntamiento de Saint-Jean-Pied-de-Port.

Próxima parada Donibane Lohizune. Regresamos a la Región  Histórica de Lapurdi.

DONIBANE LOHIZUNE-SAN JUAN DE LUZ

Aparcamos en un parking en  la localidad de Ziburu o Ciboure en francés, pegado a su pequeño puerto y cerca del faro. que marca la entrada junto con el que tiene en frente en San Juan de Luz,  de la gran bahía que comparten ambas localidades. Los dos faros son idénticos, el de Ziburu con franja verde y su vecino con franja roja. Ambos fueron diseñados por el mismo arquitecto André Paulovsky (1891 – 1961).


Enclavado al fondo de la bahía, en la ribera izquierda de la Nivelle o Urdazuri en euskera, esta localidad ligada al mar mira de frente a San Juan de Luz, su vecina. Y es que solo les separa un puente. De hecho, en este puente se encuentra el origen etimológico de Ziburu (“final del puente” en euskera). En esta localidad nació el compositor y maestro de la orquestación, Maurice Ravel (1875-1937) que revolucionó la música para piano y orquesta - su famosa obra el Bolero de Ravel (1928)-.

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Ciboure o Ziburu

Cruzamos el Puente Charles De Gaulle que separa las dos localidades y por el muelle del puerto de San Juan de Luz nos dirigimos a la Plaza Luís XIV, para acercarnos hasta la playa.

Antes de cruzar el puente hemos dejado la lonja de pescados que comparten las dos localidades y que se encuentra ubicada en Ziburu.


A partir del siglo XIV, San Juan de Luz comenzó a crecer gracias a la actividad pesquera. Pero las guerras europeas a partir del siglo XVI hicieron que aquel comercio se viniera abajo y que los balleneros y bacaladeros fueran equipados para la guerra a través de armadores que contaban con una orden real. Así, proliferaron los corsarios, que poseían el derecho de atacar las embarcaciones que navegaran con cualquier bandera que fuera enemiga de Francia. Las capturas eran numerosas y la ciudad creció y se enriqueció. Fue tal el éxito que los británicos llamaban a la ciudad «Nido de víboras».


Desde el puente tenemos una bonita panorámica del puerto esta localidad, con sus barcos de colores, que guarda en su pasado y en su presente, realidades muy diferentes: un tranquilo pueblo pesquero con pasado ballenero y pesca del bacalao en Terranova, ocupado ahora por la pesca de la anchoa, la sardina o el atún y el turismo. También fue   la base de los corsarios vascos que se echaban a la mar para saquear barcos enemigos de Francia, el lugar en el que se casó el rey Luis XIV y también uno de los primeros enclaves en los que el turismo de masas vio la luz.

Al fondo a la derecha la torre de la Iglesia de San Juan Bautista y  al fondo en el centro, en primer plano , se aprecia la fachada arcada de la famosa casa de Luis XIV y a su izquierda la Casa de la Infanta, dos edificios construidos por ricos armadores del siglo XVII.


Son las 18,30 h de la tarde y la visita no va a dar para mucho. Lo primero que hacemos es acercarnos hasta la playa y su paseo marítimo. Para tomarle el pulso marinero a esta localidad recorremos el muelle hasta la plaza Luís XIV que se encuentra en su cabecera. Antes vemos de frente a nuestra derecha y pegando al Ayuntamiento,  el edificio de la Lohobiague-Enea llamada "Casa Luis XIV". 


Estás en una hermosa casa del siglo XVII construida en 1643 por Joannis de Lohobiague, un rico armador y alcalde de la ciudad. Fue aquí donde en un 9 de junio de 1660, Luis XIV -el Rey Sol-, de 22 años, vivió durante 40 días cuando se casó con la infanta de España María Teresa de Austria, hija de Felipe IV.  Cuando termina la guerra entre Francia y España en 1659, y el rey Luis XIV acude a la ciudad corsaria para casarse, se hospeda en la segunda planta de esta mansión, motivo por el cual se le dio en llamar como popularmente se la conoce. 

Desde su construcción, esta suntuosa residencia privada, aún habitada por la misma familia, puede visitarse para contemplar la arquitectura, las pinturas, los muebles y la vajilla de más de 350 años.


También en el puerto, a nuestra izquierda, iniciando la Rue de L'Infante y a escasos cien metros de la Plaza Luis XIV, se encuentra la “Maison de l’Infante” o “Casa de la Infanta”. Aquí se hospedó tres días la infanta María Teresa cuando llegó a San Juan de Luz para celebrar su boda con Luis XIV y desde aquí salió el cortejo nupcial hasta la iglesia de San Juan Bautista. El nombre original de este inmueble es Casa Joanoemia, pues fue construido por el corsario Joannot de Hareneder en 1640. La vivienda con ladrillos de color rosa y piedra dorada, en un estilo arquitectónico inhabitual en la región que recuerda los palacios venecianos, tiene una pequeña torre desde donde se podía vigilar el movimiento de los barcos en el puerto, entonces uno de los más grandes de Francia.

Nosotros la dejamos a nuestra izquierda y tomamos la calle paralela, la pequeñita calle de la République que nos lleva directamente a la Grande Plage.



La Grande Plage y su paseo marítimo -Promenade Jacques Thibaud- que bordea a esta hermosa playa en forma de media luna, y que en algunos puntos del recorrido cuenta con varias pasarelas de madera que salvan el desnivel existente para acceder a las puertas de las casas que están pegadas al borde de la arena pero protegidas y separadas por un largo muro que hace de dique.

Situada en el centro de San-Juan-de-Luz, la Grande Plage forma parte de la hermosa bahía, escondida en la costa agreste de Nueva Aquitania, es una playa muy protegida y se trata de una de las mejores playas del mar Cantábrico: por sus enormes dimensiones, por la calidad de su arena, por los pintorescos edificios que la rodean y también por sus tranquilas aguas.


El arenal mide en torno a un kilómetro de largo, por lo que tiene un tamaño importante para los meses de verano. Junto a la Grande Plage, la costa más salvaje de San Juan de Luz está compuesta por otras 4 playas.


Desde la Playa salimos por la Rue de la Republique y  pasamos por la Plaza Luís XIV,  nos dirigimos a la famosa calle León Gambeta. En paralelo a la playa, aunque en el corazón del casco urbano de San Juan de Luz, está  su calle más transitada y comercial. 

Estamos ante un laberinto de calles bonitas que se articulan en torno a la plaza de Luis XIV, por donde pasamos. La plaza central, el epicentro de San Juan de Luz. Las principales calles del casco antiguo confluyen aquí, entre ellas la calle Gambetta, peatonal y llena de comercios.


Se trata de una amplia y animada avenida, una calle peatonal en pleno centro y muy concurrida, pero a la hora en que llegamos, sobre las 19 h, era la hora de cierre de todos los establecimientos. En toda esta zona del casco histórico existe un increíble collage arquitectónico, que agrupa suntuosas mansiones y casas con marcos de madera de vivos colores. Es la combinación más sutil que se pueda encontrar entre la arquitectura clásica francesa y la vasca.

Pasamos delante de la sobria fachada de la iglesia de San Juan Bautista, parón de la ciudad, construida entre los siglos XV y XVII. Como ya he comentado antes, en esta iglesia se celebró la boda real de Louis XIV y la infanta de España, María Teresa.




Recorrimos la calle que suele estar muy animada de gente, pero son casi las siete y los tiendas y bares están cerrando. A estas horas la calle está muy poco transitada, así que decidimos volver sobre nuestros pasos hacia la Plaza Luís XIV en la que parecía cuando pasamos que había un poco más de movimiento y vimos alguna cafetería abierta.

Legamos a la Plaza y en el centro, su quiosco de música. Rodeada de hermosas edificaciones como la Maison Louis XIV o el propio ayuntamiento, es uno de los lugares más animados de la villa. Tampoco había mucho, pero encontramos una cafetería abierta, con la terraza animada de gente - Le Majestic Glacier-, una de las que rodea la plaza. 


Cafetería Majestic Glacier y Casa de Luís XIV

Tomamos algo en la cafetería -cerveza y zurito-, que por cierto nos lo cobraron a precio "muy francés" y eso que no nos sentamos en la terraza, aprovechamos para hacer una visita "al escusado" a sabiendas que la vuelta la haríamos de un tirón y sin parar hasta Balmaseda.  Como así fue.















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