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2.023-05-14 VIAJE A LOS PIES DEL TECHO DEL MUNDO -2.023-05-16 -P RESENTACIÓN Y ALGO QUE SABER SOBRE BUTÁN-


¿Hay alguna mejor manera de ocupar el tiempo, que escribiendo sobre nuestros viajes?

El mundo me resulta un lugar fascinante y viajar me encanta. Y antes de comenzar mi andadura para explorar diferentes lugares y culturas, tradiciones y paisajes en un destino de viaje, me gusta informarme y recabar información sobre sus gentes, historia, cultura, costumbres, creencias y valores. No debemos subestimar la importancia de conocer la historia, cultura y particularidades de nuestro nuevo destino.

Muchos meses después de empezar a gestionar mi primera idea del viaje, allá por el 2020 y truncada por el dichoso Covid. Este año ¡por fín! he cumplido mi deseo. Vuelta a cruzar cientos de e-mails con la agencia para cerrar el itinerario y preguntar mil dudas, releer todos los blogs y foros que he rebuscado en Google sobre “Bután” o “Bhutan. Pero la espera y los trámites han valido la pena.

Destino: Bután, para mas señas el Reino de Bután, un país casi desconocido. Un reino budista del sur de Asia, en el borde oriental del Himalaya y sin salida al mar. La Bahía de Bengala, en la vecina India, es la costa más cercana desde el lado norte, a una distancia de 530 km. Aunque no existe una medición exacta de la superficie de Bután —debido a disputas territoriales con China—, oficialmente se reconoce que posee un área de 40 994 km², similar a la de Extremadura. La distancia mayor en el eje este-oeste es de 306 km, mientras que de norte a sur solo es de 145. Cuenta con una  población aproximada de 763 000 habitantes, que trata de labrarse una identidad propia en el plano internacional, al tiempo que resiste los envites expansionistas de las dos grandes potencias asiáticas.

Si bien es verdad que en  el año 2.020 en plena epidemia Covid, Bután saltó a los titulares cuando en los Oscar se anunciaron las películas nominadas en la categoría de Mejor película internacional. Muchos tuvieron que sacar el mapamundi para localizar este pequeño país con apenas 800.000 almas, a horcajadas de los dos países más poblados del planeta, al que cuesta buscar en el globo terráqueo y del qué cuesta tener información  en periódicos o telediarios.  Un pequeño país al sur de Asia, en plena cordillera del Himalaya que presentaba la película: Lunana: A Yak in the Classroom "Lunana, un yak en la escuela". Nominada al Óscar a la mejor película extranjera.

El país, un gran desconocido en Occidente, registra escasas apariciones en los medios de comunicación, que se suelen centrar en destacar su atractivo turístico dada su vasta riqueza natural y cultural. Es uno de esos países de la región del Himalaya de los que se conoce muy poco. Apenas ha alcanzado notoriedad internacional salvo por su peculiar defensa del Índice de Felicidad Humana frente al Producto Interior Bruto, equilibrando cuidadosamente el crecimiento económico, con el desarrollo social, la sostenibilidad ambiental y la preservación cultural. Este reino antaño aislado, es conocido por la filosofía gubernamental de felicidad nacional bruta y ha sido bautizado como una «economía de la felicidad», «el país más feliz del mundo», e incluso se ha asociado con el paradisíaco Shangri-La de James Hilton.

Un pequeño país que quiere mantener, aunque sin dejar de mirar hacia delante, lo que le había llevado siglos conseguir para seguir siendo él mismo y esquivar, en la medida de lo posible, los efectos más lesivos de la globalización. Porque para ellos existe la conciencia de que hay valores humanos que deben permanecer muy por encima de los meramente económicos.

Desarrollo si, pero con valores y donde la educación y la salud son gratis. Un país donde el artículo 5 de su Constitución exige que como mínimo el 60% de su superficie permanezca como reserva forestal para siempre y que actualmente el 72% de sus superficie se encuentra cubierta de bosque. Sus bosques absorben tres veces más del CO2 que emite y ha conseguido ser el único país del mundo con huella de carbono negativa. La mayor parte de la población del país se desplaza en taxis, al existir muy pocos vehículos privados y el gobierno ha apostado por los vehículos eléctricos en su política de energía limpia. Si bien he podido comprobar que el parque de vehículos de camiones, casi todos indios, tiene muchos años y queman aceite más que gasoil, los que provoca una emisión de humos, que seguramente resulta de poco impacto por el escaso parque de vehículos existente, pero que da la impresión de poco control. La conservación del medio ambiente es una forma de vida en Bután y siempre habrá alguna cosa que mejorar.

El Reino de Bután logró el récord Guiness cuando un equipo de voluntarios logró plantar 49,672 árboles en tan solo una hora. Teniendo en cuenta ese antecedente, no sorprende que la población de ese país logró sembrar 108,000 árboles, el pasado 06 de marzo, como celebración por el nacimiento del príncipe. Se sumaron a la iniciativa 82,000 ciudadanos y 26,000 voluntarios para hacer posible la siembra de todos los árboles. Los organizadores indicaron que se decidió la cantidad de árboles considerando que 108 es un número sagrado para los budistas.

“Los bosques son la única reserva de material genético que tenemos. Una vez desaparecen ya no vuelven, por eso no hipotecaremos los recursos de las generaciones futuras para pagar el coste de desarrollo del presente”. Palabras de Dasho C. Dorji, ministro del país.



No obstante, el régimen de los monzones, los terremotos y las inundaciones procedentes de los glaciares lo convierten, a su vez, en un país con alto índice de fragilidad. En este sentido, las alteraciones procedentes del cambio climático que aumentan la temperatura están incrementando su vulnerabilidad ecológica.

En 2020 se convirtió en el primer país en aplicar por ley los métodos agronómicos, biológicos y mecánicos de la agricultura ecológica. El primer país del mundo en prohibir el uso de materiales sintéticos tales como pesticidas y herbicidas para desempeñar cualquier función específica del sistema, con el fin de implantar por ley, de forma extensiva a todo tipo del cultivos del país, el uso de los métodos agronómicos, biológicos y mecánicos de la agricultura ecológica.

El pequeño reino de Bután, también ostenta desde el otoño de 2.022 el título de país más caro del mundo para el turista. A partir del 23 de septiembre reabrió sus fronteras al turismo, pero con nuevas condiciones: la tasa por día y persona (200 dólares en temporada baja y 250 en temporada alta) ya no incluirá el alojamiento, ni los desplazamientos, ni las entradas a edificios emblemáticos y museos.

A mi me ha pillado de pleno esta decisión que ha encarecido mi viaje. Pero compensa viajar al considerado "destino mas caro del mundo" para ver y disfrutar de un país y sus gentes, abiertos al mundo solo desde 1974, que han logrado preservar creencias, tradiciones, templos y pueblos que parecen no haber cambiado en siglos. Y que se caracteriza por la grandeza de su tesón en preservar su independencia y originalidad a través de los siglos en un confín del Himalaya que tiene de vecinos a dos gigantes como China al norte –así es tras la anexión china del Tíbet– y la India al sur. Comparte con China 477 km de frontera y 659 con India. Por este motivo, sus relaciones de vecindario constituyen uno de sus más importantes desafíos: establecer un equilibrio diplomático entre los dos gigantes asiáticos.

Resulta cuanto menos admirable que un país como Bután lleve más de siete décadas sorteando estoicamente los envites expansionistas de China y La India, resistiendo en precario equilibrio entre estos dos gigantes. Su situación geopolítica le hace estar en la cuerda floja. Pero todo un ejemplo de cómo un país pequeño, rodeado de poderosos vecinos, afronta el futuro.

Sin embargo, este paraíso terrenal se enfrenta a problemas muy mundanos. Muchas cosas se están moviendo en su rauda transición del feudalismo de hace solo unas décadas a la modernidad en este país. En su paso a la modernidad, este pequeño país aparentemente tan feliz afronta enormes desafíos.

En una época más cercana, Bután también tiene "el lado oscuro". En la década de los noventa las tensiones interétnicas originaron la expulsión de 100.000 butaneses de origen nepalí que  fueron acogidos en campos de refugiados en Nepal conocidos como Lhotshampas y que se asentaron en Bután a mediados del siglo XX. Si bien la emigración de nepalíes a Bután se remonta al siglo XVI.

En 1988 el gobierno de Bután hizo un censo de la población y más de cien mil Lhotshampa terminaron expulsados del país por no poder demostrar haber nacido allí y por las tensiones que se estaban generando. El gobierno de Bután estimó que el 28% de la población tenía origen nepalí aunque otros cálculos elevaban la cifra al 40%.  Hoy en día, aún más de 18 mil personas siguen viviendo en campos de refugiados en Nepal.

El código legal del Reino de Bután, escrito en 1729, señala que:

“"... si el Gobierno no puede crear la felicidad (dekid) para su pueblo, no hay ningún propósito para que el Gobierno exista. ”

Bután es muy débil en términos de territorio, economía, población y recursos. La vulnerabilidad inherente a Bután limita su capacidad para defender sus derechos y participar en el sistema político y económico internacional.

Cabe subrayar que hoy en día, con China enfrascada en una espiral de invasiones fronterizas, Bután no mantienen relaciones diplomáticas oficiales, siendo este último el único país fronterizo con el que la República Popular China no mantiene relaciones diplomáticas. No así con la India, de la que es su mas fiel aliado y con una total dependencia económica. La mera subsistencia de Bután ya parece una quimera. Y, sin embargo, siete décadas de existencia atestiguan su destreza en el arte de la diplomacia o, si se prefiere, de la supervivencia.

Bután, Bhután o Bhutan es el nombre occidental con el que llamamos a lo que los propios butaneses se enorgullecen de su otro nombre Druk Yul, -La tierra del dragón del trueno-, una metáfora que hace mención a las tormentas potentísimas que se forman en las cimas del Himalaya. Bután es algo natural, aparte de mitológico, para los drukpas, el apelativo que prefieren los butaneses y que contiene la raíz druk, o dragón. Su capital es Thimphu oTimbú y su población  habla veinte dialectos, siendo el Dzongkha su lengua oficial.. Se caracteriza por ser una monarquía constitucional y una de las democracias más nuevas en sistema internacional. 

Fue hasta hace muy poco uno de los lugares más aislados del mundo. Este pequeño país se ha modernizado pero sin perder su propia identidad. De hecho, solo permite la entrada de turistas y periodistas desde 1974 y, para evitar una invasión mochilera como la que sufre el vecino Nepal , hay que pagar 200 dólares al día (180 euros). Un visado prohibitivo que limita las visitas a extranjeros cada año en Bután. Las tecnologías de la Información y comunicación en Bután tienen una corta historia.

Muchos, sin embargo, piensan que Bután está pasando de una forma de vida medieval a una post-moderna muy deprisa. Hasta la década de los 60 no existían carreteras, automóviles, teléfonos, sistema postal, moneda o electricidad en todo el territorio, en 1983 se inauguraron los servicios de aviación. Tampoco tenían acceso a la televisión, cuya señal se abrió por primera vez en 1999, primero con un solo canal local, que un año más tarde –con el inicio del siglo XXI– se amplió satelitalmente a 49 canales internacionales y en el año 2000 se introdujo el servicio de internet. Nuevas tecnologías con sus grandes beneficios y también peligros. Y que sin duda están cambiado algunas dinámicas de comportamiento para la modernización de este abrupto reino medieval y frágil. Pero Bután está apostando por el camino de en medio, entrando en la globalización y pretendiendo conservar su filosofía de vida enraizada en la naturaleza y en la esencia del budismo tántrico.

LAS TRES REGIONES DE BUTÁN

El Reino de Bután está cubierto en su mayor parte por montañas altas y escarpadas con ríos que fluyen entre ellas formando llanuras y valles profundos. El área de Bután es como una escalera empinada, que se eleva desde menos de100 metros sobre el nivel del mar en el sur de Bután hasta picos nevados de más de 7500 metros en el norte de Bután. En sólo 145 kilómetros se puede pasar de zonas semitropicales a zonas templadas y heladas alpinas.

Desde el punto de vista geográfico, Bután se divide en tres regiones de características muy diferentes: El Gran Himalaya (al nordeste), el Himalaya Central (en el centro) y la llanura de Duars (al sudoeste).

Se combinan las llanuras subtropicales y las empinadas montañas y valles. Este reino condensa en su pequeño territorio espacios naturales de gran belleza y exuberancia, en los que se combinan la montaña, la llanura, el bosque y la selva.

El punto más alto de Bután es el Gangkhar Puensum (7570 m), mientras que el lugar más bajo se ubica en el río Drangme Chhu a 97 metros de altitud. La cima de Bután todavía no ha sido escalada.

CLIMA

Bután tiene un clima muy diverso, dependiendo de la altitud y de los monzones. En las regiones del sur, persiste el clima tropical, con temperaturas de 15 °C en invierno y por encima de los 30 °C en época estival, mientras que en las zonas más montañosas los termómetros pueden caer a temperaturas bajo cero en enero y no superar los diez grados en verano. Las precipitaciones también varían según la zona, ya que si en el Himalaya caen menos 500 mm cada año, en el sur pueden llegar a los 5000. En los meses invernales, los cielos suelen presentarse despejados. La época de los monzones dura de junio a septiembre.

FLORA Y FAUNA 

Bután cuenta con 6216 especies de anfibios, aves, mamíferos, reptiles y plantas vasculares registradas, lo que le convierte en uno de los países con más diversidad biológica del planeta. Particularmente, cuenta con 625 especies de pájaros y 5468 de plantas vasculares. Entre la flora destacan más de 300 especies de plantas medicinales, así como 46 de rododendros, además de un gran número de magnolias, enebros y orquídeas, y árboles como pinos y robles. La capa de bosques, que ocupa aproximadamente el 72 % de la superficie total, está dividida en tres zonas diferenciadas: la alpina —con escasa o nula cubierta floral—, la templada —donde viven coníferas y otras plantas latifoliadas— y la subtropical, que alberga la vegetación tropical típica. La amapola azul del Himalaya es considerada como la flor nacional y crece a una altura de entre 3500 y 4500 m en pasos elevados de la zona oriental del territorio.

Por otra parte, en el país viven numerosas especies indígenas, como el langur dorado, el panda rojo, la grulla cuellinegra, el leopardo de las nieves o el takin. Este último es considerado como el animal nacional. Es de destacar que Bután cuenta con 16 especies de pájaros en peligro de extinción, además del cuervo, reconocido como el pájaro nacional. En cuanto a la vida acuática, se sabe que viven unas 41 especies autóctonas en los lagos y ríos del país, incluyendo ocho especies exóticas y siete de ciprínidos introducidos para la acuicultura en aguas templadas. La trucha marrón fue introducida en los años 1930 y hasta la década de 1980 se crio en dos piscifactorías para luego ser trasladada a las corrientes y masas de agua del país.

ECONOMIA

La dependencia económica de Bután con respecto a India es prácticamente total. Los antecedentes se remontan a 1961, cuando la India se hizo cargo por entero de la financiación del Primer y Segundo Plan Quinquenal de Bután, diseñados para potenciar el desarrollo socioeconómico del país y que han venido sucediéndose desde entonces.  Actualmente, la India se erige como el socio comercial por excelencia de Bután, hasta el punto de acaparar el mercado, llegando a representar el 93,7 % de sus exportaciones y el 84,7 % de sus importaciones en el año 2019.  

La economía butanés se basa en la agricultura, la ganadería y la extracción forestal, que proporcionan los medios de subsistencia principales para más de 60% de la población. La agricultura consiste en gran parte de cultivos y ganadería de subsistencia. El turismo se ha convertido en un importante factor económico para Bután y se prevé que se convierta en el segundo sector de ingresos para el país. A causa de la pandemia del Covid19 el país estuvo cerrado durante tres años. Para poder mantener el bienestar de la población el Rey tomó dos decisiones, la primera: dar un salario de su bolsillo, a todas las personas durante este tiempo, y darles diferentes tareas como voluntarios para que tuvieran su mente ocupada en alguna labor, para así poder cuidar su salud mental.

No existió una moneda propia hasta 1974, aunque parezca mentira Bután funcionaba con el trueque hasta ese momento. Debido a que la economía butanesa es muy débil se acepta la rupia india. No es de extrañar sabiendo que India es el principal socio comercial. Es decir, puedes pagar con dos monedas en todo el país. Con Ngultrum que es la moneda nacional o con Rupias indias. Y el cambio también te lo pueden dar en ambas monedas. La moneda nacional butanesa, mantiene la paridad fijada con la rupia india.

VESTIMENTA NACIONAL EN BUTÁN: 

'Gho' es la vestimenta nacional de los hombres butaneses, mientras que 'Kira' es la vestimenta nacional de las mujeres butanesas. Gho es una tela parecida a una túnica que llega hasta las rodillas y que se envuelve alrededor del cuerpo y se asegura con un cinturón. El atuendo forma un área similar a una bolsa en la parte superior que los hombres usan como bolsillos para guardar cosas como billeteras y teléfonos móviles. 'Kira' es un vestido largo hasta los tobillos parecido a un delantal acompañado de una chaqueta exterior conocida como Tyoko y la capa interior conocida como Wonju. Los butaneses acompañan estos atuendos con un pañuelo cuando visitan Dzongs (fortaleza) y otros centros administrativos. Los pañuelos varían de color según el estatus o rango del usuario. Es obligatorio que los butaneses usen la vestimenta nacional por ley en edificios religiosos budistas, oficinas gubernamentales, escuelas, funciones oficiales y ceremonias públicas.

Si en la vestimenta ha diferencia entre géneros. Poner pronombres masculinos y femeninos es complicado en estas latitudes, ya que incluso los nombres propios sirven tanto para varones como para mujeres.

UN POCO DE HISTORIA

Bután, Bhutan o Druk-Yul es una monarquía constitucional de las más jóvenes del mundo, enclavada entre los dos gigantes asiáticos, China e India, en plena cordillera del Himalaya. Esta dinastía real mantiene en la actualidad a Butan como el único reino superviviente en el Himalaya cuyos sucesivos monarcas ostentan el título de «rey dragón». Y hasta en su bandera, mitad amarilla y mitad roja, ponen un dragón que agarra piedras preciosas.

El jefe de Estado de Bután es el Druk Gyalpo ("Rey Dragón"). Aunque su título es hereditario, debe abdicar antes de los 65 años y puede ser destituido por mayoría de dos tercios del Parlamento seguido de un referéndum nacional, que debe aprobarse por mayoría simple en los veinte distritos del país.

El budismo y el misticismo se plasman también en la bandera: el amarillo representa el poder temporal del rey, mientras que el naranja encarna el poder del budismo y al centro sobresale la figura del dragón tronante. 

Los primeros pobladores de Bután fueron los Bodos y posteriormente los tibetanos (Barman 2009, págs. 55-60).

Hallazgos arqueológicos sugieren que los valles montañosos de Bután han sido habitados por varios miles de años. Los butaneses están emparentados con los tibetanos del norte, compartiendo tesoros físicos, lingüísticos y culturales, que señalan que en alguna época desconocida del pasado, una migración significante de tibetanos llegó por los pasos de los Himalayas para establecer la base de la actual población.

En Bután conviven 3 grupos de población: Ngalong o Drukpas, localizados en la zona oeste del país y vinculados al actual partido en el poder(PDP) y que representa el 50% del componente étnico, Sharchops, en el este y nepalíes en el sur. Además en los valles centrales conviven más de 17 pequeños grupos nómadas.

Hasta la llegada del imperio tibetano, pequeñas comunidades habitaban los lugares más fértiles y amables para la agricultura y la cría de animales en Bután, guiados por los saberes ancestrales de religiones animistas y chamánicas conocidas como bön, tradición de la que el budismo tibetano fue deudor.

Los orígenes del país se remontan al siglo VIII de nuestra era, con la expansión del imperio tibetano al territorio que hoy en día es Bhutan y la llegada del budismo.

En la época de expansión del imperio tibetano, en el que entonces se integraba Bután, no había un gobierno central en este territorio; pequeñas monarquías independientes, gobernadas cada una por un rey o deb, reclamaban sus derechos reales sobre el territorio, en virtud de algún tipo de divinidad advenida. Estos territorios eran administrados por gobiernos religiosos con poca intervención civil.

Con el inicio del siglo XIII, la influencia budista del norte de India sobre los territorios al otro lado del Himalaya, aunque ya aquejada por la desintegración del imperio tibetano, se vio definitivamente interrumpida por la invasión musulmana del norte de India. Se frenó así el intercambio cultural y religioso de viajeros tibetanos en busca de maestros budistas en el norte de India, y con la posterior presión sobre las fronteras tibetanas del norte por la invasión del imperio mongol de Genghis Khan, el budismo encontró su último reducto en lo que quedaba del imperio tibetano, ahora mucho más debilitado y sin capacidad de reclamar el control de los dispersos monarcados.

Hasta los primeros años del 1600, Bután existía como un parche de feudos guerreros menores hasta que fue unificado. El Estado-nación de Bután, conocido como Druk Yul, nació en 1626 a resultas del establecimiento de un gobierno teocrático, al fin independiente de la influencia tibetana, y que unifica los distintos territorios del actual Bután.

El responsable de este gobierno teocrático fue un lama y líder militar tibetano del linaje Drukpa llamado Ngawang Namgyal (1594-1651), primer Zhabdrung Rinpoche un título que se usaba para referirse o dirigirse a los grandes lamas en el Tíbet, considerado el fundador de la nación: una de las primeras y más destacadas figuras políticas en Bután. Namgyal escapando de enemigos políticos en el Tíbet, llegó a Bután en 1616 donde ya se había establecido la escuela Drukpa Kagyu , y fundó el Monasterio Cheri en 1619 en el extremo norte del valle de Thimphu. En 1629, fundó su primera fortaleza, Simtokha Dzong, cerca de Thimphu,
en un lugar donde se podía ejercer control sobre el tráfico entre el valle de Paro al oeste y el valle de Trongsa al este. Inició un programa de fortificación y consolidación militar, supervisando la construcción de impresionantes dzongs o fortalezas capaces de centralizar los poderes locales del territorio y que sentaron las bases de la organización territorial y organizativa del reinado para los próximos tres siglos.

Zhahdrung significa "a los pies de quien nos postramos". Zhabdrung Rinpoche "el precioso ante quien que nos postramos"

Ngawang Namgyal estableció también el sistema dual de gobierno, por el cual, el control del país fue compartido entre un líder espiritual (el Je Khempo) y un líder administrativo (el Desi Druk), una política que existe de forma modificada hasta hoy.

Tras la muerte del primer Rinpoche Namgyal, que asombrosamente se mantuvo en secreto durante 54 años para evitar que el reino se fragmentara. Tan importante fue el Shabdrung Ngawang Namgyal para la estabilidad de Bután durante este período que su muerte se mantuvo en secreto. En 1651, sus ayudantes más cercanos anunciaron que Shabdrung había entrado en estricta retirada, y continuaron manteniendo que estuvo "en retirada" así durante más de 50 años emitiendo edictos en su nombre hasta 1705. Sus herederos, los gobernadores locales, conocidos como penlop y dzongpen, correspondientes a las nueve provincias que finalmente integraron el territorio, gobernaron Bután hasta el siglo XVIII. Bután siguió nominalmente su " sistema dual de gobierno " recomendado. Bajo el sistema dual, el control del gobierno se dividió entre un líder secular, el Druk Desi , también conocido como Deb Raja; y un líder religioso, el Je Khenpo.

La historia de Bután desde el siglo XVIII hasta principios del XX es la sucesión de pequeñas y medianas batallas, incursiones y operaciones militares por el control del territorio y el comercio entre los ejércitos butanés y británico, y dentro de los territorios de Bután y las vecinas regiones indias de Assam, Bihar y Bengala, sobre los que ambos actores reclamaban soberanía.

Los ingleses, con la disculpa de atender las demandas de algunos de los territorios conquistados por Bután que recurrieron a ellos - la Compañía Británica de las Indias Orientales-, con el fin de que ellos les ayudasen a expulsarlos. Esto se resolvió mediante un acuerdo de paz en 1865, Gran Bretaña y Bután firmaron el Tratado de Sinchulu, bajo el cual Bután recibiría un subsidio anual a cambio de ceder unos terrenos frontera con la India británica, por el que Bután se retiraría a sus fronteras de 1730. Bajo la influencia británica, la monarquía fue establecida en 1907.Aunque siguió habiendo enfrentamientos. Tras ello, derrotados, se unieron al Raj británico, el cual se independizó del Reino Unido en 15 de agosto de 1947 dando lugar a la India. Después, en 1949 el reino de Bután se independizó del Raj, firmando un acuerdo con los indios para que mantuviesen sus relaciones exteriores.

Bután, antiguo protectorado británico, alcanzó su independencia de la India el 8 de agosto de 1949. En esa misma fecha, se firmó el Tratado de la Amistad entre ambos países, piedra angular de sus relaciones diplomáticas. De conformidad con el artículo 2 de dicho cuerpo legal, el Gobierno de la India se comprometía a no interferir en la administración interna de Bután; por su parte, el Ejecutivo butanés accedía a dejarse guiar por el Gobierno indio en lo que a sus relaciones exteriores se refería. La introducción de esta última cláusula de salvaguardia denotaba un afán fiscalizador, impropio de un tratamiento de igual a igual entre dos naciones soberanas.

Quizá por ello, el Tratado fue revisado en el año 2007, dando al artículo 2 su actual redacción que establece que el Gobierno del Reino de Bután y el Gobierno de la República de la India cooperarán estrechamente entre sí en cuestiones relacionadas con sus intereses nacionales. A su vez, se estipuló que ninguno de los dos Gobiernos permitiría el uso de su territorio para actividades perjudiciales para la seguridad nacional y los intereses del otro.

Las comunidades repartidas por el territorio no estuvieron agrupadas bajo un control estatal, centralizador y estable hasta el siglo XX (Kinga, 2009). Dicho de otro modo, las regiones que integran Bután conservaron altas cuotas de autonomía y autogobierno hasta hace poco más de cien años.

Finalmente, la figura de Ugyen Wangchuck fue capaz de consolidar el poder y la soberanía de Bután tras los conflictos internos y de estabilizar las relaciones con los británicos en India. Al fin, en 1907, Ugyen Wangchuck fue elegido monarca hereditario de Bután, en buena medida a instancias del gobierno de India, que deseaba una autoridad estable para consolidar las relaciones comerciales y diplomáticas del país, dada su privilegiada ubicación estratégica. Se creó la figura del rey en Bután: el Druk Gyalpo -literalmente, " Rey Dragón "-.

Sin embargo, hoy navega entre la necesidad de abrirse al progreso y el deseo de preservar la tradición.


GRUPOS ÉTNICOS

Los butaneses consisten principalmente en los ngalops y los sharchops, llamados butaneses occidentales y butaneses orientales, respectivamente. Aunque los Sharchops son ligeramente más grandes en tamaño demográfico, los Ngalops dominan la esfera política, ya que el Rey y la élite política pertenecen a este grupo. Los Ngalops consisten principalmente en butaneses que viven en la parte occidental del país. Su cultura está estrechamente relacionada con la del Tíbet. Lo mismo podría decirse de los Sharchops, el grupo más grande, que tradicionalmente siguen el Nyingmapa en lugar de la forma oficial del budismo tibetano Drukpa Kagyu. En los tiempos modernos, con una infraestructura de transporte mejorada, ha habido muchos matrimonios mixtos entre estos grupos.

Los Lhotshampa, que significa “bhutaneses del sur”, son un grupo heterogéneo de ascendencia mayoritariamente nepalí. Se afirmó que constituían el 45% de la población en el censo de 1988 e incluyen a migrantes desde la década de 1890 hasta la década de 1980. A principios de la década de 1970, el gobierno alentó los matrimonios mixtos entre los butaneses de Lhotshampas y la sociedad butanesa convencional, pero después de fines de la década de 1980, el gobierno de Bután  obligó a unos 100,000 Lhotshampas a abandonar sus hogares, se apoderó de sus tierras y los expulsó a campos de refugiados nepalíes, al considerarles residentes ilegales.

VER INFORME del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados

¿RELIGIÓN o FILOSOFIA?,  EL BUDISMO UN PILAR FUNDAMENTAL EN BHUTAN

Muchos defienden que el budismo es una filosofía y un estilo de vida, más que una religión.

La religión tuvo un rol central en el desarrollo de las primeras civilizaciones y creo, no se sabe de ninguna cultura, que no haya tenido algún tipo de religión. Así con el transcurrir de  los siglos ha habido en el tiempo del devenir humano muchas religiones.

Me parece a mí, que determinar el número exacto de religiones en todo el planeta es una tarea difícil, si no imposible. Pero no se quien las habrá contado y se cree que hay más del 4200 religiones esparcidas por el mundo, alguna de ellas, las mayoritarias, con sucursales en todos los continentes. Así que, en religión como en la cocina, te encuentras con variedad de platos para elegir, y a muchos les hace encontrar uno con buen sabor de boca. Si bien, también es verdad que cada vez hay más personas sin filiación religiosa que no se sienten atraídas por ninguna religión institucional.

Para los primeros, la religión desempeña un papel destacado en sus vidas. Y en Bután en particular, el budismo ha dado forma a la historia y al modo de vida de su pueblo. Si bien su religión primitiva, también conocida como religión Bon o Bonpo, era una religión indígena animista  del Tíbet que9 combinaba el culto a los espíritus con el animismo y la brujería. Esta religión primitiva era muy popular antes de que se introdujera el budismo en Bután. Se manifiesta principalmente como animismo, adoración de tótems y adoración a los antepasados.

Cuando se introdujo el budismo Bután estaba integrado en el imperio tibetano, por ello se conoce al budismo que se desarrolló en los himalayas como "Budismo Tibetano".

Sin entrar en el etiquetado o controversia, de si el budismo es una religión o una doctrina filosófica  por ser "no teísta" y no encajar completamente en la definición formal del término, o se queda a medio camino. He saltado de Nepal, un país predominantemente hinduista, a un pequeño reino donde  el Budismo es uno de los aspectos fundamentales que hay que tener en cuenta para entender mejor a la sociedad butanesa y sus costumbres. Este pequeño país defiende celosamente su intimidad y su filosofía de vida, basada en la moral budista, mientras se abre al desarrollo.

Bután es el último reino budista independiente del Himalaya. Aproximadamente un 75% de la población de Bután es budista y un 24% hinduista que se reparte sobre todo al sur del país en la frontera con la India.

Solamente los hindúes, con alrededor del 24% de la población, están mejor representados. Aquí, en Bután, el hinduismo practicado es el indio, con una mezcla de algunas influencias nepalíes. Ellos viven principalmente en el sur.


El pensamiento filosófico humano comenzó su evolución en la India. Su división inicial incluyó seis corrientes ortodoxas hinduistas y un movimiento poco definido, el shramana, que se apartaba de las creencias y rituales religiosos y a partir del cual emergió la corriente del budismo.

El budismo es una religión con dos milenios y medio de antigüedad, 

Buda Gautama, tan escéptico respecto a lo divino, fue elevado a la suprema categoría de la iluminación, de tal manera que, en las tres tradiciones principales del budismo actual, tanto en el budismo Theravada como en el Mahayana y el Vajrayana, las estatuas de Buda, a veces colosales, y sus impresionantes templos, no menos que su doctrina, se convirtieron en objeto de veneración.

El budismo no está organizado con una jerarquía vertical. No existe una iglesia o alguna especie de patriarca o papa como por ejemplo ocurre en el catolicismo. La autoridad religiosa descansa primeramente en los textos sagrados, especialmente en los Sutras o sermones de Buda Gautama. En su interpretación se otorga cierta autoridad a maestros y personajes importantes que los comentan y analizan a lo largo de la historia.

Como  no ha habido una jerarquía única que detentase la correcta interpretación de la religión ni un único libro en el que se expusiese la doctrina, han surgido con el correr del tiempo una gran diversidad de modos de plantear las creencias y las prácticas y una gran variedad de niveles del discurso religioso que han multiplicado las corrientes, escuelas y linajes del budismo. 

Desde su nacimiento hace 2.500 años en el norte de la India, el budismo como tradición, transmitió las enseñanzas de Buda, el Dharma. Buda no escribió nunca sus doctrinas, pero después de su muerte salieron versiones diferentes que dieron lugar a una variedad de escuelas budistas diferentes. Sus enseñanzas primero se transmitieron por tradición oral y posteriormente los sermones atribuidos a Buda se recopilaron y recrearon como escrituras sagradas muchos años después. Y tuvieron que pasar más de mil años para que llegara a los himalayas, y ya el budismo había evolucionado por distintas fases a lo largo de los siglos creándose divisiones. Hubo 19 escuelas tempranas en el budismo, conocidas como escuelas nikāya. De estas 19, solo el budismo therevāda ha sobrevivido, siendo la corriente o escuela que actualmente se practica en Tailandia, Laos, Camboya y Myanmar.

En el budismo, nos encontramos con una gran variedad de escuelas, linajes, sensibilidades, etiquetas y protocolos. El budismo se caracteriza justamente por la enorme diversidad de voces y sensibilidades implicadas y que no pueden tener un portavoz único.

La variedad es una seña de identidad del budismo que hunde sus raíces en su propia historia más que bimilenaria, en su capacidad para adaptarse a los lugares y las sociedades en las que impacta.

Las diversas escuelas budistas de pensamiento, todavía activas en la actualidad, se desarrollaron tras la muerte del Buda. Es posible que al principio hubiera una visión unificada de lo que el Buda enseñó, aunque con el tiempo surgieron desacuerdos sobre lo que constituía la “verdadera enseñanza”, que dieron lugar a la fragmentación en varias tradiciones o escuelas. Si bien la terminología de las principales divisiones del budismo puede ser confusa, ya que el budismo está dividido de diversas maneras por académicos y profesionales según criterios geográficos, históricos y filosóficos, con términos diferentes que a menudo se utilizan en distintos contextos: Tradición, escuela, rama, linaje, sub-escuelas.

Actualmente hay muchas escuelas budistas diferentes que a su vez se han subdividido y cada una ha adoptado un nombre propio.

Encontramos grandes diferencias doctrinales: hay escuelas en las que se dice que Buda fue solamente un ser humano ejemplar y que las divinidades no existen o no son relevantes en la búsqueda del despertar, mientras que en otras se estima que Buda (es decir, el Buda histórico también nombrado como Buda Sakyamuni) es uno de los muchos budas que en calidad de seres sobrenaturales velan por los seres sentientes y les ayudan. Hay por tanto orientaciones budistas que se definirían como no teístas o incluso ateas, mientras que otras parecen aparentemente defender un complejo politeísmo. Teniendo en cuenta que su concepción de deidad es muy distinta a la que tenemos. Todas comparten la inexistencia de un Dios creador y que  ningún ser personal divino es eterno.

La llegada del budismo a los Himalayas

La puerta de entrada del budismo en los himalayas fue el Tibet. El Imperio Tibetano existió aproximadamente desde el año 618 hasta el 842 d.C., y alcanzó su mayor extensión en la década de 780.

El budismo proveniente de la India se introdujo en los himalayas de la mano del imperio tibetano en dos fases. Una primera en los siglos VII - VIII -Nueva Escuela Mahāyāna- y la segunda a finales del siglo X y siglo XI -Nueva Escuela Vajrayana- .

En el siglo VII tres reyes tibetanos, que por este motivo pasaron a ser conocidos como Dharma-rajás (reyes del Dharma), son responsables de la primera introducción del budismo en su reino. Aquí nace la identificación entre monarquía y budismo que desde este momento se contrapondría a otra anterior entre la nobleza y el chamanismo Bon. 

La expansión del imperio llegó hasta lo que hoy conocemos como Bután en el siglo VIII. Durante este siglo el budismo  se extendió por todo el  imperio. 

La creación del alfabeto tibetano se remonta a mediados del siglo VII, pero la ortografía oficial tibetana destinada a facilitar la traducción de sutras budistas, surgió a principios del siglo IX. Conocido como "Tibetano Clásico", basado en el alfabeto de escritura antiguo de la India y creándose nuevas palabras para la traducción de los términos en sanscrito al tibetano y hacer este último lo suficientemente potente como para traducir el sanscrito exactamente con el mismo significado y el mismo propósito.. Las traducciones se hacen palabra por palabra y oración por oración con total precisión.

Las cuatro escuelas del budismo tibetano

En el budismo, un linaje es una sucesión ininterrumpida de maestros que reciben un corpus de enseñanzas, las realizan en sí mismos, y las transmiten a sus discípulos. También suelen contribuir con sus propias enseñanzas al conjunto que han recibido. Muchas veces, un linaje se ramifica en otros varios, dado que diferentes maestros enfatizan algunos aspectos de las enseñanzas o algunos métodos y prácticas sobre otros.

La pluralidad de escuelas o linajes en la composición del budismo tibetano se corresponde en gran medida con las diferentes etapas qu emarcan la llegada del Dharma budista desde la India.

La función del linaje es garantizar que los practicantes:
  • tengan acceso a las enseñanzas auténticas del Buda
  • aprendan a practicarlas de los labios de un maestro experimentado
El linaje es especialmente relevante en el budismo tibetano, donde la eficacia de muchas de las técnicas depende, en gran medida, de que las transmita un maestro genuino.

A través de los siglos se desarrollaron en el Tibet diversas corrientes y formas de entender las cosas, que dieron lugar a las diferentes escuelas o tradiciones de pensamiento. Todas tienen una parte de sus enseñanzas y tradiciones en común, sin embargo los métodos usada por sus maestros para enseñar el camino a la iluminación, es diferente en cada una de ellas.

Hay cuatro grandes escuelas en el budismo tibetano con peso notable en la actualidad: por orden de antigüedad serían los Nyingma, los Sakya , los Kagyu y los Geluk. Hubo además otras escuelas, pero de menor importancia y acabaron siendo absorbidas por alguna de estas. A estas cuatro escuelas se añade en ocasiones al bön budista como quinta escuela.

A veces, se usa la silaba "pa" después del nombre de la escuela, por ejemplo, Gelugpa, para denominar a los seguidores de la escuela Gelug, aunque a veces también se hace extensivo a la propia escuela).
  • Escuela de traducción antigua; Nyingma, la primera de las cuatro escuelas del Budismo Tibetano
La escuela Nyingma es la base del budismo en el Tibet y su fundación  se corresponde con una segunda oleada misionera desde la India en el siglo VIII, protagonizada por Padmasambhava o Gurú Rinpoche. Él es el hechicero que vino invitado por la realeza a la Tierra de las Nieves a sojuzgar a los demonios locales, es decir, a los chamanes del  Bon.

La escuela Nyingma ( tib. རྙིང་མ los antiguos) : es la más antigua de todas, del siglo VIII. Su fundador es el mismo Padmasambhava. No hay un líder oficial dentro de ella, al contrario que en las otras tres.

Es en el siglo VIII cuando el monarca del Tíbet, Trisong Detsen, decidió difundir la doctrina de Buda en su reino de la mano del Gurú indio Padmasambhava, conocido como Gurú Rimpoché, que vivió en la extensa zona que hoy abarca el norte de La India, Nepal, Afganistán, Pakistán, Tíbet y Bután.


Cuenta la tradición que cuando Buda estaba a punto de morir dijo: “Me reencarnaré en Padmasambhava con el propósito especial de difundir el Dharma esotérico”.
Para las cuatro escuelas del Budismo Tibetano,Padmasambhava es reconocido como figura ejemplar, hasta el punto de considerarlo un segundo Buda. Nació doce años después de que Buda Shakyamuni -el Buda histórico- abandonara este mundo.

Padmasambhava introdujo las enseñanzas más avanzadas de la escuela de budismo Mahāyāna y que se practicaban entonces en la India y no destruyó la antigua cultura animista del Tíbet, sino que la transformó. Supo conciliar antiguas tradiciones autóctonas chamánicas Bon o Bompo que existía en el Tíbet antes de la expansión del budismo y basada en la interdependencia del hombre y la naturaleza. También hizo traer innumerables libros y textos en pali y sánscrito y estableció la primera comunidad monástica en el Tibet.

A su llegada a Bután Padmasambhava estableció un gran número de templos y monasterios, incluyendo el famoso monasterio Taktshang -el Nido del Tigre- construido en lo alto de un risco sobre el valle Paro y que fue uno de los ganchos que me atrapó en su día para realizar el viaje cuando lo vi en una revista de National Geographic.

Se estableció el linaje Nyingma y desde el siglo VIII hasta el XI, esta primera tradición introducida por Padmasambhava fue la única forma de budismo en el Tíbet y su reino en los himalayas. Conocida como "escuela de traducción antigua". Una mezcla de la tradición india, con elementos del budismo mahayana y la religión bon basada en la interdependencia del hombre y la naturaleza.

Es la más antigua de las cuatro escuelas principales del budismo tibetano y que perduró hasta el siglo XI cuando llegaron nuevas corrientes desde la India.
  • Siglo XI. Introducción y desarrollo  en el Tibet de las otras tres escuelas tibetanas.
A finales del siglo X se intensifica el transvase del legado budista desde la India, donde a estas alturas se encontraba prácticamente erradicado. A partir del siglo XI se intentó reintroducir en el Tibet, el linaje del budismo de la escuela Vajrayana que se practicaba en la India y cuajó. 

El aislamiento geográfico, la inmensidad y la grandeza del paisaje tibetano, y su inaccesibilidad histórica durante cientos de años hasta la invasión china de 1950 a 1959, aseguró que el estilo de Vajrayana del budismo alcanzase un extraordinario florecimiento en la metodología espiritual y la realización.

La Tradición Vajrayana, aunque técnicamente es un movimiento dentro de la gran cobertura Mahayana, muchos lo encuentran lo suficientemente diferente como para considerarlo como un tercer camino en el budismo y que que tuvo una influencia determinante en el budismo tibetano.

El Vajrayana incorpora el <<tantra>> que se fundamenta en los textos sagrados conocidos como Tantras, que datan de alrededor del siglo VII d.C.).

La escuela budista del Vajrayana nace y se desarrolla en la India y su desaparición allí como su transferencia total al Tíbet se debe en gran medida a la reconquista brahmánica -el brahmanismo se considera como una transición entre el vedismo y el hinduismo- iniciada en el sur del subcontinente alrededor del siglo VII y a la devastación de los invasores musulmanes del norte durante los siglos XI y XII.

Esta forma de budismo hace uso de la meditación, el ritual, el simbolismo y la magia. Contiene las escuelas de budismo tibetano y es la forma de budismo más reciente. Surge de la unión del budismo indio y la religión nativa del Tíbet llamada Bon, una religión chamánica y animista sobre la cual se estableció la doctrina budista incluyendo elementos del yoga de las religiones védicas de India.

En el budismo tibetano se da importancia a las complejas visualizaciones de figuras, formas y colores, que requieren por parte de quien las practica una gran constancia y esfuerzo. 

El Vajrayana ofrecerá el camino más rápido para la consecución del objetivo budista. Se trata de forzar a los dioses para que entreguen sus poderes mágicos al devoto, mediante la correcta pronunciación de fórmulas {mantras) y la correcta ejecución de símbolos mágicos con las manos (mudras) y dibujados (yantras). Tantra es el nombre de los libros que contienen estas fórmulas mágicas codificadas para uso exclusivo de liniciado.

El budismo tibetano es pues, Mahayana / Vajrayana en el estilo. Mantiene el objetivo del Mahāyāna, que es lograr la budeidad o iluminación para ayudar a todos los seres a alcanzar este estado de la manera más eficiente.

Los siglos X y XI experimentaron un renacimiento del budismo en el Tíbet. La tradición budista señala que se encontraron los textos escondidos por Padmasambhava en el siglo VIII y conocidos con el nombre de "Tesoros escondidos", para que fueran descubiertos en tiempos posteriores cuando se contara con la capacidad suficiente para comprenderlos.

Esto supuso nuevos esfuerzos de traducción que llevaron a la fundación de tres nuevas escuelas Vajrayana que se introdujeron desde la India y se desarrollaron en el Tibet dado que en la India como consecuencia de la invasión islámica el budismo había desaparecido.

Los maestros indios de tradición Vajrayana, con la aparición de estos nuevos textos y nuevas traducciones reformaron la tradición Nyingma, la primera de las cuatro escuelas del budismo tibetano creada por Padmasambhava en el siglo VIII y se crearon en el Tibet las nuevas escuelas que se conocen colectivamente como escuelas Sarma ("Nueva traducción") porque rechazan las antiguas traducciones del canon Nyingma introducido por Padmasambhava. Las escuelas Sarma incluyen tres de las cuatro principales del budismo tibetano: Kadam; Shakya y Kagyu. 

Esta tercera fase de la introducción del budismo en el Tibet, tiene dos vías de penetración, una desde Bengala y otra desde Cachemira. 

Escuela Kadam 

Sobre el año 1039, el maestro indio bengalí Atiśa (982-1054) llegó al Tíbet por invitación de un rey tibetano. Pasó los diez últimos años de su vida en el Tibet, enseñando y traduciendo textos, y desempeñó un papel fundamental en la recuperación del budismo después de un período de persecución. Su principal discípulo, Dromtön (1005-1064), fundó la escuela de budismo tibetano Kadampa.

La escuela Kadam o Tradición Kadampa del budismo tibetano fue una tradición budista que existió aproximadamente entre el año 1000 hasta el año 1300, que después se convirtió en la actual Tradición Gelup, considerándose a está última como una continuación de la tradición Kadam. 

Puesto que sus monjes visten hábitos rojos, el grupo se llama Escuela Roja.

Escuela Sakya 

Otros maestros indios también viajaron al Tíbet durante este tiempo. Desde Cachemira se produce la creación de la escuela Sakya y en el año 1073 d.C. cuando Khön Konchog Gyalpo, un miembro de la familia noble Khön, estableció un monasterio en la región de Sakya en el Tíbet que pasó a convertirse en la sede central del linaje Sakya  y la dio el nombre.  Su máxima autoridad es S.S. Sakya Trizin, titulo hereditario en la familia Khön, curioso dentro del budismo tibetano. Los mongoles invadieron el Tíbet en 1240 y 1244. De esta manera, el Tíbet se incorporó al Imperio mongol, con la jerarquía Sakya reteniendo el poder nominal sobre los asuntos religiosos y regionales.

A la escuela Sakya se conoce también como escuela de las rayas porque las paredes de los monasterios de esta escuela están pintados con rayas negras, blancas y rojas, que representan a los Espíritus Guardianes, a la compasión y al Buda de la sabiduría. Esta escuela es una escisión de la escuela Nyingma, debido a las diferencias sobre las prácticas tántricas.

Escuela Kagyu 

También nace otra escuela con la iniciativa monárquica y directa heredera de la famosa universidad bengalí de Somapuri. Se trata del linaje del Karma pa, el Kagyu-pa. El primer Karmapa Dusum Khyenpa (1110-1193) fundó la Escuela Karma Kagyu del budismo Vajrayana. Antes de su muerte, Dusum Khyenpa predijo su propio renacimiento en forma del segundo Karmapa, Karma Pakshi. Así comenzaron los linajes de lamas reencarnados o tulkus en Tibet, siendo Karma Pakshi el primer tulku reencarnado.

Concedió mucha importancia a la práctica tántrica, la cual según ellos se transmitía de manera oral.

Uno de sus más celebrados actos es el famoso rito de la coronación. En el momento que el Karmapa pone la corona negra sobre su cabeza se hace invisible y todo aquel que lo contemple queda por ello redimido de sus pecados. Es uno de los ritos más importantes del budismo tibetano que aún en nuestros días sigue reuniendo  a miles de devotos".

El color del bonete y de la corona del Karmapa le relaciona con el dominio de los poderes ocultos y la magia negra pre-budista de los chamanes de la tradición Bon, caracterizados éstos por adornarse con gorros negros. El Hombre del Karma, el Buda Viviente, desde entonces hasta el pre sente, es considerado por los tibetanos como una figura de enorme po der espiritual, para muchos mayor incluso que e l Dalai Lama.

El Karmapa, de nombre Rangjung Dorje, reinó desde su nacimiento en 1283 a su muerte en 1339. Viajó extensamente y estableció su secta en Bután y Sikim donde hasta nuestros día scontinúa siendo predominante.

Escuela Gelug 

La escuela Gelug nace en el siglo XIV fundada por el erudito reformista Lama Je Tsongkhapa (1357–1419), un filósofo, yogui tántrico y lama tibetano. Durante una guerra civil tibetana en el siglo XVII, el regente principal del 5.º Dalai Lama, Sonam Choephel (1595–1657), conquistó y unificó el Tíbet y estableció el gobierno, con la ayuda de los mongoles. Este gobierno Gelug con sus subsiguientes linajes de tulkus, los Dalai Lamas y los Panchen Lamas, mantuvieron el control regional del Tíbet desde mediados del siglo XVII hasta mediados del siglo XX. Es en cierto modo la “iglesia oficial” del Tibet. En Mongolia y en el sur de Rusia, tiene una amplia difusión; así como en occidente.

Los guelugpas se conocen a menudo como los “Sombreros Amarillos”, para diferenciarlos de los miembros de otras escuelas, conocidos como los “Sombreros Rojos” y de los de algunas ramas kagyu, denominadas “Sombreros Blancos” o “Sombreros Negros”. Esta distinción se vincula con ciertas ceremonias tántricas de iniciación, durante las cuales el lama o gurú oficiante se pone un sombrero (amarillo en el caso de los guelugpas y rojo en el de los nyingmapas) en el momento en que se está identificando, a través de la meditación, con el buda o bodhisatva que encarna la iniciación que está a punto de otorgar. Por lo tanto, el discípulo siente que la está recibiendo del propio buda o bodhisatva a través del maestro. Una vez transcurrido este momento, el gurÚ se quita solemnemente el sombrero y lo entrega a un acólito para que lo doble y lo guarde. Hasta la época de Tsóngkhapa todos los lamas, siguiendo la tradición india, usaban sombreros rojos con este objetivo. Tsóngkhapa quiso hacer una clara distinción entre sus seguidores y los de las otras escuelas, de modo que cambió el color rojo por el amarillo.

Las tres primeras se conocen como escuelas antiguas, mientras que a la última se le llama la nueva escuela. También es común que se diga que las tres primeras son escuelas no reformadas y que la guelug, en cambio, es una escuela reformada, aunque algunos budistas tibetanos aseguran que esta distinción no es justa.

En realidad, la principal diferencia radica en que las tres escuelas más antiguas son de origen indio, pues fueron fundadas por indios o por tibetanos que habían estudiado en la India, pero la escuela guelug es autóctona. Tsóngkhapa su fundador, nunca salió del Tíbet y la escuela que fundó es de origen tibetano puro.

Todas estas escuelas comparten las enseñanzas básicas de Buda y tienen el mismo objetivo; las diferencias entre ellas son más bien históricas, ya que cada una de ellas fue fundada por un patriarca diferente en un momento histórico determinado; cada una tiene pues su propio linaje.

Las enseñanzas budistas son consideradas auténticas cuando pueden ser rastreadas hasta el Buda mismo, a través de un linaje ininterrumpido de maestros realizados. 

Sus Líderes Religiosos

Se trata de una forma de budismo que otorga un papel clave por una parte a la existencia de seres sobrenaturales compasivos, los budas y bodisatvas, a los que se ofrecen plegarias y se dedican ceremonias y espacios de culto y, por otra, a los lamas, maestros espirituales y líderes comunitarios, a los que se añaden los tulkus, que se suponen reencarnaciones de grandes lamas difuntos, pero también en ocasiones extraordinarias y muy apreciadas se plantea que serían manifestaciones en la escala humana de budas y bodisatvas. En el budismo tibetano se suele denominar con el apelativo apreciativo de «rinpoché» a los tulkus y lamas especialmente notables.

Cada una de las cuatro tradiciones de la "escuela budista tibetana" tiene el sistema de tulkus. Tulkus son líneas de lamas reencarnados. Los cuerpos cambian, las mentes continúan. En tibetano, para referirse a esta sucesión de manifestaciones se utiliza el término kutreng, unión de ku (honorífico para cuerpo) y trengwa (rosario o cadena).
  • La escuela Nyingma no tenía una cabeza de linaje al estilo de las otras escuelas hasta los tiempos recientes en que se elige, para funciones administrativas y de representación, de entre los maestros más reputados, a la persona que ostenta ese cargo, creado entre los tibetanos del exilio.
  • La escuela Sakya Su máxima autoridad es S.S. Sakya Trizin, el titulo es hereditario. 
  • La escuela Kagyu está encabezada por el Karmapa, que es un gran tulku (también reencarnación de Avalokitesvara), estando la escuela dividida respecto del reconocimiento del actual, que hace el número 17, ya que hay dos candidatos (Waterhouse, 1995), aunque uno de ellos, Ogyen Trinley Dorje cuenta con el plus que le otorga el haber sido reconocido en 1992 por el XIV Dalai Lama (actuando en su calidad de cabeza espiritual del budismo tibetano) respecto del otro, Trinley Thaye Dorje. 
  • La escuela Gelug Su líder es S.S. El Dalai Lama que también hace las funciones de líder protocolario del budismo tibetano. Al igual que en la escuela Kagyu son elegidos por reencarnación. En marzo de 2011 el dalái lama anunció que renunciaba a todos los cargos políticos que tenía en su poder del Gobierno tibetano en el exilio, para quedar solo como líder espiritual y religioso. Hay que añadir que la cabeza de la escuela geluk la ostenta el Ganden Tripa, un erudito que cumple este cargo de duración limitada (7 años) al que accede por méritos al superar unos estrictos exámenes.
Además del Dalai Lama, en el liderazgo de la escuela geluk encontramos también al Panchen Lama, ambos son grandes tulkus (tenidos por emanaciones del bodisatva Avalokitesvara el primero y del Buda Amitaba el segundo) y se estima que cada uno de ellos es la reencarnación de su predecesor. Comenzó siendo un título empleado para los tutores de los Dalai, pero poco a poco evolucionó hasta convertirse en la segunda autoridad religiosa del Tíbet. Junto con una cábala de líderes budistas, el Panchem Lama es el encargado de buscar al nuevo Dalai Lama tras la muerte del antiguo, por lo que es una figura crucial para el correcto desarrollo del lamaísmo. Hay que añadir que la cabeza de la escuela geluk la ostenta el Ganden Tripa, un erudito que cumple este cargo de duración limitada (7 años) al que accede por méritos al superar unos estrictos exámenes.   

 Los karmapas forman el triunvirato lamaísta junto con el Dalai Lama y el Panchen Lama (máximos sacerdotes tibetanos).

El Dalái Lama (de la palabra mongola dalai, «océano», y de la tibetana lama, «maestro reencarnado» o «gurú») de la escuela Guelug era, hasta hace poco, visto como el dirigente político de todos los tibetanos en el exilio y líder espiritual de los budistas tibetanos en general. No obstante, cada una de las cuatro escuelas tradicionales tibetanas han tenido siempre sus propios líderes a los cuales se les asigna también el tratamiento de "Su Santidad" y que tienen autoridad sobre el dalái lama en los asuntos internos de sus tradiciones y se consideraba que el dalái lama tenía solo superioridad en aspectos protocolarios que los otros líderes de escuelas. Con la renuncia del dalái lama a la monarquía en 2011, este pasó a ser solamente líder espiritual. En todo caso las relaciones entre los respectivos líderes de cada una de las escuelas tienden a ser cordiales y de mutuo respeto desde la invasión china y el dalái lama preserva cierta posición de liderazgo por motivos de tradición y herencia cultural.

“Sakya Trizin” líder de la escuela Sakya significa “Sostenedor del trono Sakya”, y se refiere a la figura del cabeza del linaje Sakya. Este papel lo desempeña un maestro que nace dentro de la familia del anterior Sakya Trizin, y cuya función es la de dotar al linaje de un maestro con la mejor formación espiritual posible y de muy elevada realizacion.

Su Santidad el Karmapa es el cabeza del linaje Kagyu, el más extenso de las cuatro familias que componen el budismo tibetano actual. Es reverenciado como Buda Viviente desde los últimos ochocientos años. Los Karmapas son el linaje más antiguo de lamas reencarnados en el Tíbet, con una sucesión de Karmapas haciendo la función como líderes del linaje budista Karma Kagyu desde hace más de 800 años.

El Karmapa también tuvo cierto poder temporal, y así como los Gelug, y anteriormente los Sakya, contaron con apoyo militar de los ejércitos de Mongolia, el Karmapa encontró en China su aliado para hacerse con  el poder en el Tíbet hasta ser desbancado por el Dalai Lama en 1642.

El linaje de los Karmapas fue profetizado por el propio Buda, quien dijo que aproximadamente 1600 años después de su muerte iba a nacer una emanación de Avalokiteshvara (tib. Chenrezig ), el Bodhisattva de la compasión. Karmapa significa literalmente ‘el que manifiesta la actividad de todos los budas’ y su función es preservar y difundir la esencia de las enseñanzas de todos los Budas.

El primer Karmapa Dusum Khyenpa (1110-1193) fundó la Escuela Karma Kagyu del budismo Vajrayana. Antes de su muerte, Dusum Khyenpa predijo su propio renacimiento en forma del segundo Karmapa, Karma Pakshi. Así comenzaron los linajes de lamas reencarnados o tulkus en Tibet, siendo Karma Pakshi el primer tulku reencarnado.

El Karmapa es el portador de la Corona Negra, por lo que a veces es conocido como el Lama de la corona negra. El color del bonete y de la corona del Karmapa le relaciona con el dominio de los poderes ocultos y la magia negra pre-budista de los chamanes de la tradición Bon, caracterizados éstos por adornarse con gorros negros.

En el budismo, el negro tiene un significado notable. A menudo se identifica con el vacío, la vacuidad y la oscuridad primigenia. Según las enseñanzas budistas, el negro es el matiz de la no aparición de todo color, e ilustra la verdad última del cosmos.

El poder religioso y político estuvo en el Tíbet en manos de la máxima autoridad de la escuela geluk, formando así la dinastía de los dalai lamas, desde el siglo xv hasta el año 1959 cuando el actual, el decimocuarto, huyó del Tíbet, acompañado de gran número de lamas y monjes como consecuencia de la presión militar que conllevó la completa anexión del territorio tibetano a la República Popular China. Además del Dalai Lama, en el liderazgo de la escuela geluk encontramos también al Panchen Lama, ambos son grandes tulkus (tenidos por emanaciones del bodisatva Avalokitesvara el primero y del Buda Amitaba el segundo) y se estima que cada uno de ellos es la reencarnación de su predecesor. Hay que añadir que la cabeza de la escuela geluk la ostenta el Ganden Tripa, un erudito que cumple este cargo de duración limitada (7 años) al que accede por méritos al superar unos estrictos exámenes. La cabeza de la escuela sakya la ostenta el Sakya Trizin, cargo que se suele transmitir de padres a hijos. 

Anteriormente a la conquista  de los Gelug, el poder político en el Tíbet carecía de la nitidez que lo ha caracterizado posteriormente. Sin embargo un predominio similar, aunque más vago, fue conseguido primero por los Sakya y a continuación por los Kagyu, fundado no tanto en su poder coercitivo como en el prestigio de sus líderes, el Sakya Lama y el Karmapa respectivamente.

Llega a Bután la escuela budista tibetana Kagyu.

Como es habitual en todas las escuelas budistas, también la escuela Kagyu, en el transcurso del tiempo creó ramas, sub-escuelas, linajes o ramificaciones de algunos de los numerosos discípulos sucesivos que transmitían las enseñanzas de sus maestros. Se integraron en lo que se conoce como Dagpo Kagyu. Un término colectivo que se refiere a la sucesión de linajes y maestros de la escuela Kagyu que se formaron a partir del maestro tibetano Gampopa (1079-1153). Los principales linajes Dagpo Kagyu que existen hoy como escuelas organizadas son el Karma, Drikung y Drukpa Kagyu. En su mayor parte, las enseñanzas y las principales transmisiones esotéricas de los otros linajes Dagpo Kagyu se han absorbido en una u otra de estas tres escuelas independientes.

La tradición budista Drukpa-Kagyud fue introducida por primera vez en Bután en el siglo XIII por Phajo Drugom Zhigpo, quien viajó a la tierra del sur (Bután) en 1224, desde Ralung, Tíbet para propagar la enseñanza.

Hasta los primeros años del 1600, Bután existía como un parche de feudos guerreros menores hasta que fue unificado por por el lama y líder militar tibetano Shabdrung Ngawang Namgyal (1594-1651). que llegó huyendo del Tibet en 1616 y para 1651 había unificado todo el país y se había establecido a sí mismo como el gobernante espiritual y temporal de Bután. Adujo contar con la bendición de las deidades patronas, construyendo muchos templos y fortalezas semi monásticas llamadas Dzong.

Aunque era un líder militar y político con grandes capacidades estratégicas, Namgyal era también un lama, a corta edad fue reconocido como la quinta encarnación o tulku en el linaje Drukpa y como tal, realizaba sus labores espirituales con gran disciplina, incluyendo el registro de haber realizado un retiro de silencio de tres años. Estableció ese linaje como su religión estatal y es venerado por el linaje Drukpa de la escuela Kagyu del budismo tibetano. como la tercera figura más importante detrás de Padmasambhava y Gautama Buda

Le puso como nombre al país “Druk” y a los habitantes “Drukpa” para hacer notar la supremacía del Linaje Drukpa. Sin embargo, permitió que se preservara la práctica de la primitiva escuela budista Nyingma que es aún hoy una de las más importantes en zonas del país.

Namgyal fue también el que estableció el sistema de gobierno dual en Bután, en donde dos líderes tenían igual poder, el Je Khempo que sería el líder religioso y el Druk Desi que sería el líder civil.

Desde que Shabdrung Ngawang Namgyal nombró a Pekar Jungne como el 1er Je Khenpo, la cabeza espiritual de todos los monasterios en Bután, los siguientes Je Khenpos , hasta ahora, han actuado como Regentes Espirituales y cabezas del Linaje Drukpa en Bután.

Bután es el único país del mundo donde la religión oficial es el budismo de la tradición o escuela Vajrayana (budismo tántrico). Una forma de entender la vida fundamentado en la auto aceptación y la búsqueda de la felicidad como meta de iluminación. Se practica el budismo Vajrayāna, del linaje Kagyu, en su rama Drukpa Kagyu. o simplemente Drukpa. El linaje Drukpa fue fundado por Tsangpa Gyare (1161-1211) y su rama principal o central fue, hasta el siglo XVII, transmitida por su linaje familiar hereditario. 

Las practicas tántricas, los mantras, los mandalas, las ruedas de oración y las stupas forman parte de la cotidianidad de sus practicantes. Un elemento importante de la práctica tántrica son las deidades tántricas benévolas, pacíficas o feroces, espíritus, demonios aterradores, leyendas ingenuas, sus mandalas, prácticas de meditación profunda y su tradicional retiro estricto.

Desde la unificación de Bután en 1651 el Je Khempo es el lama de mayor jerarquía, y consecuentemente, la máxima autoridad religiosa del país, aunque supeditado a la autoridad internacional del Karmapa, oficialmente "Su Santidad Karmapa Gyalwa", título con el que se reconoce a uno de los principales lamas del budismo tibetano. y que es la cabeza de la escuela Karma Kagyu del Budismo, el linaje de transmisión más grande dentro de la escuela Kagyu. Por una controversia dentro de la escuela Karma Kagyu y con China, la identidad del 17 Karmapa está en disputa. y actualmente se la disputan dos líderes.

El actual Je Khempo es Trulku Jigme Choedra, quien asumió el trono religioso en 1996, y es considerado la encarnación de Maitreya -Futuro Buda-. Es el 70° Je Khempo, y tiene tratamiento protocolario de Su Santidad. El Je Khempo es electo en su vida adulta.

Su residencia y la del Cuerpo Monástico Central está ubicada en invierno en el Dzong Punakha y en verano en el Dzong Tashichoe de Timphu.

En Bután el budismo vajrayana parece impregnar todo: monasterios, estupas, estatuas gigantes, símbolos en las casas.... Bután está invadido por una sensación de vulnerabilidad que le viene de ser el último bastión del budismo en el Himalaya. Los otros se han desvanecido, entre ellos el Ladakh (desmantelado en 1842 y posteriormente absorbido por la India), Tíbet (invadido por China en 1950) y el vecino reino de Sikkim (actualmente un estado de la India). 

Cultura, Folklore y Festivales en Bután

Bután ha confiado en su aislamiento geográfico para protegerse de las influencias culturales externas. Bután, con una población relativamente escasa, ha sostenido desde hace mucho tiempo una política de aislamiento estricto, tanto en el plano cultural como en el económico, con el objetivo último de proteger y preservar su herencia cultural y su independencia. Recientemente en las últimas décadas del siglo XX, se les permitió a los extranjeros visitar el país, y solo en cantidades limitadas. De esta manera, Bután ha tenido éxito en conservar numerosos aspectos de su cultura que se remontan a mediados del siglo XVII.

Paro Tshechu

Festival de Paro

Los festivales en Bután (llamados tshechus en la lengua local) son ricas expresiones de su centenaria cultura budista. Estas fiestas se celebran en todos los distritos en honor a Guru Rinpoche, el santo que introdujo el Budismo en Bután en el siglo octavo. Los Tshechus se ofician en días y meses propicios según el calendario butanés, y tienen una duración de hasta cuatro días durante los cuales se representan una serie de danzas altamente estilizadas en las que se portan bellas máscaras.

Los Tshechus constituyen una rica forma de tradición oral a través de los cuales los butaneses transmiten valores, mitología y creencias espirituales mediante el dramatismo de las danzas. Muchos de los Tshechus culminan con una excepcional muestra de un tapiz gigante de seda o thangka (pintura) representando a Guru Rinpoche o alguna otra deidad budista. La profunda fe y devoción de la gente es lo que convierte estas fiestas en una ocasión especial. Al mismo tiempo, es una oportunidad de unirse a los cientos, incluso miles de butaneses que participan en un importante evento religioso y social que a menudo emana un ambiente de carnaval.

Los famosos festivales de Bután tienen lugar durante todo el año y en todas las regiones por lo que siempre es posible participar en la experiencia única de observar estos rituales milenarios.



PEQUEÑO REINO DE BHUTAN DONDE LA FELICIDAD IMPORTA

Pero si por una cosa es conocido mundialmente Bhutan es por ser el país que mide su grado de desarrollo por su Felicidad interior bruta en lugar del Producto interior bruto. Antes de llegar tenía algunas dudas sobre si toda la parafernalia de «la felicidad de Bután» era un tema más bien propagandístico, un eslogan. Pero creo, que una vez visitado y disfrutado del país y sus gentes, no me cabe ninguna duda de que la Felicidad Interior Bruta (FIB) en Bután ha sido proclamada como un elemento central de la vida en el país.

Bután se considera como un pequeño reducto de espiritualidad. De hecho, el gobierno no utiliza los medidores económicos clásicos como el PIB para medir el bienestar de su población, sino que el IFNB o Índice de Felicidad Nacional Bruta.

El Producto Interior Bruto (PIB) mide la economía y el desarrollo de un país. En el Reino de Bután, consideran que la acumulación de riqueza no trae consigo la felicidad y que el modo de medir el progreso y desarrollo no debe basarse en el flujo del dinero, sino por su índice de Felicidad Nacional Bruta.

Realidad, ficción, chispazo de originalidad o cortina de humo para vender esquemas alternativos de bienestar y tapar otros problemas reales. Pero la verdad es que este diminuto país, que depende económicamente de sus enormes vecinos, ha logrado inocular en su gente algunas cosas que realmente dan envidia de la buena:

  • Un respeto por el medio ambiente al extremo. Es norma constitucional mantener el 60% del país en bosques. Está prohibida la caza, la pesca y limitada la extracción de un hongo ” mágico”, el cuádriceps, que quita, parece, todas las dolencias. Un hongo poco más grande que un alfiler y se genera en el cuerpo de una oruga. Se trata del Yarsagumba, un hongo que crece entre 3.000 y 5.000 metros de altura en las regiones del Himalaya de Nepal, India, Bután y de la meseta tibetana. Muy demandado en los mercados asiáticos, donde un kilo de este preciado hongo puede llegar a costar unos US$100.000.

Hongo Yarsagumba

  • Su desvelo por darle a todos sus ciudadanos igualdad de oportunidades. Educación y salud gratis, procurando habilitar el talento local que todavía se ve desplazado frente a los Indios cuando de algunas tareas críticas se trata, como la construcción de su infraestructura que tiene un atraso evidente.
  • Un respeto y tolerancia por el otro que si bien tiene un fuerte origen religioso, se nota reforzado desde la educación primaria.
Todos deben vestir el traje oficial butanés en su día a día, en todas sus actividades públicas: la kira para las mujeres, el gho para los hombres. Y, como curiosidad, la poligamia está permitida para hombres y mujeres, es decir, tanto un hombre como una mujer puede contraer matrimonio con varias personas. No es lo más común (porque hay que tener un alto nivel económico para permitírselo) pero es legal. El anterior rey, por ejemplo, está casado con cuatro hermanas, las cuatro reinas madres.

Respecto al nacimiento, se toma aquí la primera referencia a la FIB más aceptada: una entrevista para el New York Times, publicada el 29 de abril de 1980, cuando Jigme Singye Wangchuck, el más célebre expresidente butanés, contestaba a una pregunta sobre el crecimiento y el desarrollo en Bután diciendo que «existe el producto interior bruto, pero también una felicidad interior bruta». 

Pero ¿hasta qué punto puede Bután exportar la idea de la felicidad como objetivo o fin último de la política pública? Los esfuerzos por internacionalizar el relato en torno al FIB por parte de Bután ya han comenzado. El punto de partida pudo haber sido el año 2011, cuando Bután logró que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobase una resolución que invitaba a los países a apostar por la elaboración de medidas adicionales que logren capturar la importancia de la felicidad y el bienestar en el desarrollo de las naciones, con el propósito de que sean capaces de orientar las políticas públicas de sus gobiernos hacia ese fin.

LA FELICIDAD NACIONAL BRUTA (FNB)

Esta influencia del budismo vajrayana en la conciencia colectiva e individual de los ciudadanos estuvo desplegada por diferentes personas, además de las pertenecientes al clero. En la actualidad se evidencian rasgos budistas a través del accionar de los líderes políticos. Un gran ejemplo de esto fue la creación del término Felicidad Nacional Bruta (FNB) o Felicidad Interna Bruta (GNH por sus siglas en inglés), acuñado por el cuarto Rey, Jigme Singye Wangchuck, en 1972.

La FNB ha sido profundamente influenciada por los valores budistas como la reciprocidad, el respeto a la vida y todos los seres sintientes, la solidaridad, la colaboración, la compasión y la espiritualidad. Muchos de estos valores budistas se pueden reconocer como consecuencia de la interiorización de los conceptos del budismo Vajrayana como lo son la vacuidad, el karma, la figura del bodhisattva y la iluminación misma.

El Rey acuñó el término con el objetivo de ser la guía y meta del gobierno, aunque es desarrollado como una política pública en el siguiente gobierno del quinto Rey. La Felicidad Nacional Bruta nace en el momento en que el cuarto Rey Dragón comentó que “la felicidad nacional bruta es más importante que el producto interno bruto. La comprensión de lo que los humanos necesitan para ser felices es vital para nuestra sociedad” (Centre For Bhutan Studies & GNH Research 2016). Sin embargo, sus raíces se identifican en diferentes eventos, como el contrato social de 1675 que declaraba que la felicidad de todos los seres sintientes y las enseñanzas de buda eran interdependientes y un decreto del código legal de 1729 que dictaba que todas las leyes debían promover y buscar la felicidad de todos los seres sintientes (Allison 2012, pág. 1).

Con esta mezcla de tradición y orgullo, se sostienen los cuatro pilares, nueve dominios y 33 indicadores que han conseguido un modelo de desarrollo único en Bután. La Felicidad Nacional Bruta La FNB se basa en cuatro pilares: buen gobierno, desarrollo socioeconómico sostenible, preservación cultural y conservación del medio ambiente. Estos pilares están representados en nueve dominios, los cuales son medidos iguales. Estos son: bienestar psicológico, uso del tiempo, vitalidad de la comunidad, diversidad cultural, resiliencia ecológica, estándares de vida, salud, educación y buen gobierno. A su vez cada dominio tiene indicadores para hacer posible su medición, cada dominio cuenta en promedio con 4, a excepción del tiempo usado, y condiciones de vida que cuentan con menos. En general los nueve dominios cuentan con 33 indicadores y más de 50 sub-indicadores (Cente For Bhutan Studies & GNH Research 2016).

Sin embargo, se trata de uno de los países más pobres y menos desarrollados del planeta, aunque a sus ciudadanos siempre se les identifica con una sonrisa en los labios.

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