2.023-05-16 y 23 Katmandú
Esta tarde tengo previsto tomar el vuelo de Katmandú a Paro para comenzar mi periplo por el pequeño reino de Bhutan. Pero aprovecharé la mañana en Katmandú para hacer una par de visitas que he contratado con mi guía Lascmam. El último día de mi estancia en Katmandú, que tenía la mañana libre, volví a repetir estas dos visitas, y disfruté de una estupenda comida en una de las terrazas que dan a la plaza de la estupa de Boudhanath con unas vistas estupendas y compartiendo la visita con mis tres estupendas compañeras de viaje, con las que coincidí en Bhutan y los últimos días en Katmandú. Tres simpáticas angoleñas :Dinorah, Nidia y Maria con las que disfruté y compartí unas estupendas vacaciones. Y yo que soy muy pesado con las fotos, muy muy pesado, pude aprovecharme de las magníficas imágenes que sacaron y me pasaron. Mención especial a María "Sao" una extraordinaria fotógrafa que busca y capta lo que a los demás se nos escapa.
He descansado de mi ajetreado viaje de ayer, pero no he dormido mucho, como consecuencia del cambio horario. En Katmandú tenemos cuatro horas más que en España. Me he levantado pronto y he desayunado sobre las 7,30 h. Después me he dado una vuelta para hacer tiempo hasta las 9,30 h que me recogerá Lascmam.
Katmandú, la capital de Nepal, con una extensión de 50 km2, es una ciudad esparcida por el centro del Valle de Katmandú. Cuenta con poco más de 1 millón de habitantes y está situada a 1.300 metros de altura. Está fuertemente marcada por el budismo y el hinduismo. El Núcleo de la Ciudad posee la mayor riqueza cultural notable que se desarrolló durante el reinado de los reyes de Malla (Nepal) entre los siglos XV y XVIII. La ciudad estaba llena de esculturas, pagodas, estupas y edificios palaciegos de una belleza excepcional que contrasta con el caos urbanístico de la ciudad.
A esta primera hora hay muy poco movimiento y me he dado un corto paseo por Thamel. Y este bario comercial por excelencia de Katmandú y su zona mas internacional, tiene un aspecto lamentable y no se le puede achacar a los efectos del terremoteo de 2015, Los edificios aguantaron más o menos el embiste y los dañados fueron reparados pronto. El barrio es un amalgama de viejos edificios de poca altura, entre lo que destacan algunas edificaciones de nueva construcción que se están levantando, que se sostienen pegados unos a otros. Eso sí, sus bajos petados de locales comerciales.
Por la mañana tengo previsto hacer dos visitas: La estupa budista de Boudhanath y el templo hinduista de de Pashupatinath que es el templo hindú más antiguo del valle de Katmandú dedicado al dios Shiva, dios destructor y renovador del universo. En este templo se ve de todo: Cuevas de meditación, cremaciones y hasta sadhus (ascetas hindúes).
La estupa de Boudhanath
Me recogen Lascmam y el chofer y nos dirigimos a realizar la primera visita. La estupa de Boudhanath es uno de los lugares budistas más importantes de Nepal. Realmente no está en la propia Katmandú, sino a 10 kilómetros al noroeste, en la población de Boudha. Cuando uno se dirige hacia ese lugar realmente no siente en ningún momento haber abandonado la capital. Donde acaba Katmandú, empieza Boudha. Y allí está Boudhanath, una de las estupas más grandes del mundo y probablemente una de las más bellas. Desde el año 1979 forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Para llegar a la estupa de Boudhanath tomamos una amplia carretera de doble sentido sin asfaltar, los semáforos brillan por su ausencia y algún policía colocado en plena calle intentan dirigir un tráfico infernal, gente por aquí y por allá pasando bajo una telaraña de cables que forman el tendido eléctrico.
La visita a la estupa de Boudhanath empieza pagando la entrada para acceder a la plaza en la que se encuentra. Enseguida uno se da cuenta de estar en un lugar especialmente turístico por la cantidad de tiendas de artesanía que hay en los edificios que rodean la estupa. Son todos pequeños comercios en los que venden ruedas de oración, rosarios, mandalas y un buen número de recuerdos casi siempre relacionados con el budismo.
Esta estupa, con sus 36 metros de altura, 100 de diámetro y los ojos del Buddha que adornan su relicario, es uno de los monumentos más emblemáticos de Nepal. Fue construida a lo largo del siglo VI.
La estupa de Boudhanath es una de las mas grandes del mundo. Me encuentro en uno de los lugares budistas más importantes de Nepal. Boudhanath está ubicada en un lugar que fue paso de las antiguas rutas comerciales que unían Tíbet con Nepal. Éste era un lugar donde los tibetanos paraban a rezar y descansar. A partir de 1959, los refugiados tibetanos que comenzaron a huir hacia Nepal tras las represiones amarillas empezaron a asentarse en los alrededores de la stupa. Los monjes que huyeron comenzaron a construir Gompas o lo que es lo mismo, monasterios tibetanos.
Una vez en el interior de la plaza, comenzamos la visita y Lascmam me propone dar la vuelta rodeando a la estupa, mientras me va dando información sobre el origen, características y simbolismo del monumento. Según se camina alrededor de ella, siempre en el sentido de las agujas del reloj, lo contrario sería irrespetuoso, la Boudhanath va ofreciendo una imagen diferente.
Si bien es un monumento budista, también gente hinduista se acerca a este monumento para rodearle y hacer girar los molinillos de oración. En el nivel inferior también se pueden ver 108 pequeñas figuras de Buda. Este número es de buen augurio en la cultura tibetana. Numerosa gente rodea la estupa girando los molinillos o manipulando un rosario o "mala" de 108 cuentas, mientras recitan sus oraciones repitiendo mantras. La tradición cuenta que la estupa guarda los restos de un sabio,, venerable tanto para los budistas como los hindúes.
Observo a la gente dando vueltas a la estupa siguiendo el sentido de las agujas del reloj. La rodean haciendo girar los molinillos de oración que se distribuyen en grupos de cuatro o cinco en el interior de cada una de las 147 hornacinas que rodean la estupa y/o moviendo las cuentas de “los mala”. Están haciendo "la kora", alrededor de un lugar sagrado (kora significa circunvalar en tibetano). Nosotros nos unimos a la gente para cumplir por o menos con el ritual de una vuelta bajo las centenares de banderas de oración que cuelgan en cuerdas sobre ella, ondeando al viento y esparciendo su mantras sobre las cabezas de los paseantes.
Los ojos azules de Buda nos vigilan desde su cuatro caras que apuntan hacia los cuatro puntos cardinales. Lascmam me comenta que la palabra estupa viene del sánscrito, que significa amontonar, cumbre, o cima. Desde la edad del neolítico, era común la práctica de amontonar barro, o piedras sobre las tumbas en muchas culturas. Luego, la estupa evolucionó en una estructura arquitectónica que conmemoraba las reliquias de reyes y santos de gran parte de Asia en tiempos antiguos. Me señala que la estupa en el budismo es una estructura que representa la mente de Buda y está compuesta por cinco niveles que representan los cinco elementos principales del budismo.
Me explica Lascman que cada elemento que forma la gran estructura tiene un significado concreto en todas las estupas budistas, y en Boudhanath todos están perfectamente representados. El monumento simboliza la doctrina budista en la que cada parte representa elementos cósmicos. Si bien no hay una unificación en las interpretaciones.
- La base de la gran estupa está compuesta por tres grandes plataformas en forma de cruz, que van disminuyendo en tamaño a medida que se va acercando a la cúpula. A continuación, hay dos grandes plataformas circulares que soportan la gran cúpula de la estupa. Toda esta área representa la Tierra.
- Seguidamente, veremos la cúpula, que representa el Agua.
- Justo encima de la cúpula se posa un cajón o cubo cuadrado dorado, con los ojos de Buda, en cada uno de sus cuatro lados. Esta zona simboliza el Fuego -Entre los ojos de Buda podremos observar un signo de interrogación parecido a una oreja. Dentro de este, veremos el carácter que en nepalí significa “1” y que representa la Unidad-.
- Seguidamente veremos una forma piramidal, también dorada, con 13 estratos, que simbolizan los niveles que hay que superar para alcanzar el Nirvana.
- Por último, en lo más alto de la estupa encontramos una especie de gorro o sombrilla que simboliza el vacío del Universo.
Esos cinco elementos o energías son los que armonizan, a su vez, los cinco colores omnipresentes de las banderas tibetanas de oración que decoran la estupa: El color azul representa el cielo, el blanco simboliza el agua, el rojo es el fuego, el verde es el aire y el amarillo la tierra.
En esta plaza y sus calles adyacentes se encuentran gran cantidad de monasterios budistas y justo a nuestra izquierda, en la misma plaza, el Tamchen Gompa que entraremos a visitar. Tras la invasión del Tíbet por parte de China en 1950, gran cantidad de refugiados vinieron a Boudhanath, construyendo muchos de estos monasterios. Según vamos caminando, a nuestra izquierda visitamos un pequeño templo. En el patio de entrada los molinillos de oración y para visitar su interior hay que descalzarse como norma de buena educación
El último día de mi estancia en Katmandú tuve la oportunidad de volver a este lugar para repetir la visita y comer en uno de los restaurantes con terraza que rodean la plaza, con unas vistas panorámicas espectaculares de todo el recinto.
El Templo de Pashupatinath
La vida y la muerte se dan la mano a orillas del río Bagmati, en Pashupatinath. Conviven de una manera difícil de comprender para un occidental.
Al igual que con la estupa de Boudhanath, tuve oportunidad de repetir la visita mi último día de estancia en Katmandú.
Con toda seguridad este lugar no pasa desapercibido para el visitante. El templo, que es Patrimonio de la Humanidad, se localiza sobre los márgenes del Bagmati, un río tan sagrado para los nepalíes como el Ganges para los indios, que recorre el valle de Katmandú. De hecho, Pashupatinath es el principal centro de peregrinación y cremación en Nepal. A los ojos del visitante resulta impactante como el lugar se convierta en un escenario donde se mezcla la vida y la muerte.
Nada te hace presagiar que uno se encuentra ante un monumental complejo religioso. Y es que el templo de Pashupatinath, consta, a su vez, de un total de 518 edificios religiosos y monumentos. ¿La razón? Que está dedicado al mismísimo Pashupatinath, una de las encarnaciones más populares del dios Shiva, en su forma de "Señor de las Bestias" Es el el más sagrado e importante entre los dedicados al dios Shiva y al que solo los hindúes tienen acceso.Este templo es uno de los 275 Paadal Petra Sthalams (Moradas sagradas de Shiva). Los nepalíes lo consideran el templo más sagrado entre los templos del dios Pashupati, además de ser el templo hinduista más antiguo de Kathmandú.
En su pagoda, se custodia el sagrado lingam, o símbolo fálico del dios Shiva, y entre los hindúes es conocido como el templo de los Seres Vivos por las muchas leyendas en las que Shiva adopta formas animales en las orillas del río Bagmati. Data del siglo IV, pero la mayor parte del complejo fue reconstruido en el siglo XVII por el rey Bhupendra Malla, pues el original había sido devorado por las termitas.
En la entrada del recinto, una amplia avenida llena de chiringuitos y tenderetes de souvenirs. Vendedoras ambulantes te asaltan ofreciéndote collares y mandalas que te ofrecen como verdaderas joyas y bueno, bonito y barato.
Mis amigas optaron por llevarse varios tarritos con polvo de tinturas "curcuma" de varios colores que se exponían en un puesto a la entrada.
La avenida te lleva al margen izquierdo del rio Bagmati y en la otra orilla, de golpe, resulta impactante observar una característica visual muy destacable, las escalinatas o ghats que imitan a los de la India y donde se encuentran varias plataformas de piedra, en las que tanto hinduistas como budistas incineran a sus muertos. se practican los rituales hinduistas de las cremaciones al aire libre [antyeshti].
Para nuestra mentalidad occidental y ecológica el Bagmati es una cloaca a cielo abierto, por el que discurre muy poca agua y muy contaminada, en la que flotan cenizas humanas y teas a medio arder. Me comenta Lascmam que son habituales los rituales de purificación de los devotos que visitan el templo. Sumergen sus cuerpos en las aguas del río Bagmati para purificar el alma en los llamados ghats, una escalinata o graderío que conduce hasta el río. Yo no vi a ninguno atreverse a meter su cuerpo impuro en estas aguas, solamente a unos curiosos monos.
Caminamos hacia la zona del templo. Hay que cruzar el puente y pasar a la otra orilla del rio, pero te vas parando a cada momento, observando frente a tus ojos, algunos de los rituales crematorios que se están celebrando. Expectación, admiración, respeto y curiosidad se mezclan al mismo tiempo y la verdad que se te hace un nudo en la garganta ante estas ceremonias de despedida. De repente, te olvidas que has venido a visitar el imponente templo hinduista y te quedas inmóvil con la mirada puesta a la otra orilla del rio.
El status económico, el grupo étnico y la casta distinguen aquí también los funerales. En Pashupatinath, separados por un puente se extienden dos tramos de ghats. El primero en una zona más extensa que es la que tenemos enfrente nada más llegar al rio, llamada del sol [Surya ghat] y utilizada en la actualidad por el grueso de la población. Y otra zona pasado el puente, más corta y relevante, la llamada escalinata de los nobles [Arya ghat], que cae justo debajo de la puerta oriental del templo, con solamente dos plataformas donde celebrar las cremaciones.
En esta parte de la orilla del rio hay unas plataformas redondas donde se reúne gente que viene a recordar al difunto que despidieron en su día. Lo que viene a ser el "cabo de año" en la religión cristiana. Es curioso que al templo de Pashupatinath se le conoce como "el templo de los vivos". La creencia es que todo aquel que sea incinerado en el Templo Pashupatinath se reencarnará en humano sean cuales sean los actos y pecados que hayan cometido durante su vida.
Legamos al puente y paramos en unas gradas con pequeñas estupas, un excelente mirador de cara al complejo del templo y a escasos metros de la zona de cremación. Me siento y observo enfrente el templo dorado ques posee una estructura cúbica coronada por unos bellos tejados de cobre bañados en oro.
Arquitectónicamente el templo está construido con un estilo de pagoda nepalí, y todas las características de una pagoda nepalí pueden verse aquí como la construcción cúbica, o las vigas de madera bellamente talladas. Los dos niveles de techos son de cobre con recubrimiento de oro. El templo tiene cuatro puertas principales, todas ellas cubiertas con láminas de plata, y un pináculo dorado (Gajur), el cual es un símbolo del pensamiento religioso. La puerta occidental tiene una estatua de un gran toro o Nandi, el cual está chapado en bronce.
En Pashupatinath todo sucede ante la vista. La vida y la muerte en el hinduismo se mezclan. Familias que lloran y despiden a su ser querido y fieles hinduistas que vienen en peregrinación a esta meca de su religión sin ocultar su alegría e inmortalizando el acontecimiento de su visita al templo con innumerables fotos. El turista se siente sobrecogido ante una inesperada visión tan cercana de un ritual de celebración y despedida. Seguro que en pocos sitios como este podrás empaparte en tan pocos metros de vida y muerte. Te quedas impresionado y sobrecogido por la naturalidad de un acto que para nuestra cultura es tan privado y tan dramático.
Nos sentamos y observamos que se está realizando la ceremonia de preparación para una cremación. Todo el proceso de incineración se hace de cara al público, en un ejercicio de tolerancia que sería imposible en otras religiones: el dolor de los hijos del finado, rapados al cero; el llanto de las mujeres envueltas en sus coloridos saris, las gran humarada que desprende de la pira funeraria, el ritual de los familiares lavando el cadáver con las aguas chocolate del Bagmati. El proceso, de forma secuencial, es sencillo, los cuerpos se lavan 3 veces en el Bagmati y tras varios tipos de rituales se acercan a la pira, a la que previamente dan varias vueltas con el cuerpo del fallecido y finalmente lo incineran para después devolver el cuerpo al río en forma de cenizas.
El cuerpo del muerto está adornado con flores, se le cubre con paja húmeda y enciende la madera colocada por debajo. De esta manera, el cuerpo no arde rápidamente pero sí echa mucho humo.
Durante el ritual el cuerpo se convierte en fuego, obvio; en aire, el humo; en tierra, las cenizas se mezclan con barro; en agua, en el río sagrado; y en el cielo, por el aire.
Seguimos con nuestra visita para acercarnos hasta el templo. Sin duda las imágenes que he presenciado se me quedarán grabadas a fuego y me costará quitarme de encima el impacto emocional que me ha dejado la escena. Una experiencia para no olvidar.
Antes de cruzar en puente vemos a unos curiosos macacos Rhesus que merodean en la zona, ajenos a los acontecimiento y más pendientes de los turistas y visitantes para llevarse algo a la boca. La nota de color la dan algunos sadhu o ascetas hindúes que viven en esta zona, aprovechando el tirón del turista, se ofrecen por unas rupias para sacarse con ellos una foto.
En teoría, hombres sagrados que viven en completa austeridad, meditan y se purifican en las aguas del río Bagmati. Son personas respetadas y admiradas por todos; cubren su cabello (el cual nunca se cortan) con un turbante y pintan su rostro con cúrcuma amarilla y roja, colores que representan prosperidad y buena suerte; también portan un rosario en el cuello hecho con 108 semillas sagradas, así como una mascada con mantras en sánscrito, todo de los mismos colores.
Un sadhu (Saa-dhu) es un asceta hindú o un monje que sigue el camino de la penitencia y la austeridad para obtener la iluminación y la felicidad.
Es la cuarta fase de la vida en la religión hindú, después de estudiar, de ser padre y de ser peregrino. La tradición sadhu consiste en renunciar a todos los vínculos que los unen a lo terrenal o material en la búsqueda de los verdaderos valores de la vida. Por norma general, un sahdu vive incluido en la sociedad, pero intenta ignorar los placeres y dolores humanos.
Dentro de cada templito o pequeña estupa hay una piedra "Lingam".
Tiene muchos atributos y significados..En el hinduismo es una representación simbólica del órgano genital del dios Shiva para el culto en los templos. Es como un símbolo del falo, más en sentido de energía masculina que de pene.
Es a menudo representado junto con el Ioni, un símbolo de la vulva y de la energía femenina.
En medio del puente un toro y unas vacas se muestran impasibles ante los caminantes que cruzan, símbolo sagrado de Shiva en Pashupatinath, tienen prioridad absoluta y no se les molesta.
Pasamos por un pequeña plaza con una estupa roja y Antes de llegar al templo vemos lo que parece un altar para hacer ofrendas a Shiva.
Llegamo a la plaza donde se encuentra el templo encajado entre dos edificios. Esta muy concurrido de fieles hindúes a los que solo les está permitido entrar al interior del templo. Todos con su "tercer ojo" o binde pintado en la frente, normalmente un punto rojo y en concreto son las mujeres las que más lucen la gota roja en el centro de la frente, elaborada con polvo de cúrcuma roja mezclada con vaselina.
A los occidentales solo nos dejaban llegar hasta la entrada principal y vislumbrar la parte trasera del toro de bronce Nandi -el toro de Shiva- en el patio interior que custodia el sagrado lingam, o símbolo fálico del dios Shiva.
Doy por finalizada la visita a este imponente complejo espiritual hindú de la que sin duda me ha dejado una impresión que no olvidaré en mi vida.
Paso ante un sagrado sadhu, que por el gesto me dejo en duda. No se si me saludada y se despedía o me indicaba que lo se sacara la foto.
El día16, después de mis dos visitas a la Estupa de la Boudhanath y el Templo de Pashupatinath, Lascmam y el chofer me acercan hasta el aeropuerto para tomar el avión que me traslada a Paro, donde se encuentra e único aeropuerto internacional de Bhutan. Llego con tiempo más que suficiente para hacer los trámites. El vuelo hace escala en Katmandú y viene de Nueva Delhi. Al final me llamaron por megafonía, yo estaba pendiente de las pantallas y no aparecía mi destino Paro en ninguna, el vuelo se anunciaba procedente de Delhi. Un pequeño sobresalto y gracias a que el aeropuerto solamente contaba con tres puertas de embarque y yo estaba mosqueado. Escuché algo parecido a Zubieta y me dirigí al mostrador, era mi vuelo. Un autobús me trasladó a mí solo hasta el avión, ya estaban todos los pasajeros dentro.
Por poco me quedo en tierra, después de estar con casi dos horas de antelación en el aeropuerto.
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