Páginas

2.019-09-14 PERU -DE CUSCO POR EL VALLE SAGRADO INCA A AGUAS CALIENTES-

 

TRAYECTO CUSCO AGUAS CALIENTES  -VALLE SAGRADO DE LOS INCAS-


MIRADOR DE TARAY-PISAC-OLLANTAYTAMBO


Cusco, capital del otrora gran imperio inca, denominado el ‘ombligo del mundo’ por los antiguos peruanos, cuna del Machu Picchu, Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

Ciudad de Cusco

Según su mito de origen, los incas emprendieron una larga peregrinación desde el altiplano en torno al lago Titicaca hasta Cusco, 400 km al noroeste. Tras esta migración, ocurrida en el siglo XIII, los incas se adueñaron del valle de Cusco. En el siglo XV entraron en conflicto con los Chancas. Y tras derrotarlos en 1438, el inca Pachacuti, que fue el noveno gobernante del estado Inca y quien lo convirtió de un simple curacazgo o señorío a un gran imperio. Inició la extraordinario expansión territorial que cristalizó con la formación del Tahuantinsuyu, nombre con el que se conoció el basto Imperio inca. Un Imperio de más de 4000 km. de extensión de norte a sur.

    Plaza de armas de Cusco

Cusco, está rodeado de la cultura inca y no hay destino en su departamento que no puedas dejar de visitar. 

El tour de hoy, se inicia con el viaje hacia Pisac. En el trayecto habrá una parada en el mirador de Taray, con vista del hermoso Valle Sagrado de los Incas. Se continuará hacia Pisac, visitando primero el poblado y su mercado tradicional, y seguido disfrutar de su centro arqueológico. Después emprenderé el viaje hacia Urubamba, y posteriormente continuare hacia el centro arqueológico de Ollantaytambo y más tarde tomare el tren hacia el poblado de Aguas Calientes, lugar donde pasaré la noche para visitar al día siguiente Machu Picchu.


Me recogen en el hotel y junto con un grupo que hacen el mismo itinerario, nos dirigimos en bus, con nuestro guía, al Valle Sagrado de los Incas.

Dejamos atrás Cusco, en el corazón de la sierra peruana y el centro neurálgico de aquel poderoso "Estado Inca", capital del Imperio y corte, que se extendía desde el sur de la actual Colombia hasta el centro de Chile y ocupaba gran parte de los territorios andinos de Perú, Bolivia y el norte de Argentina.


Para sostener el vasto Imperio Inca, fue necesario poner en cultivo nuevas tierras para ayudar al mantenimiento de la creciente población. Una de las primeras zonas que se explotó fue este Valle Sagrado. Relativamente aislado hasta entonces, el valle destacaba por su fertilidad gracias al clima selvático que asciende por los Andes y las laderas de gran verticalidad que facilitan el cultivo de una gran diversidad de productos. Los gobernantes incas conocían bien estas ventajas y diseñaron un ambicioso plan de colonización agrícola. Pronto sus laderas se convirtieron de terrazas de cultivo de centenares de metros de desnivel. La cuenca por donde discurre este valle que rodea Cusco, es una zona inmensamente fértil y fue uno de los graneros del Imperio Inca.

Junto a los campos de cultivo, en el Valle Sagrado se construyeron palacios, templos, fortalezas y tumbas. Pachacuti y Tupac Yupanqui, su hijo y heredero, fueron los verdaderos artífices del enorme programa constructivo que pobló el valle de centros ceremoniales, administrativos y políticos. Fue en el corazón de este centro privilegiado donde Pachacuti mandó construir a mediados del siglo XV, uno de los lugares que daría a conocer al mundo la magnificencia de su imperio: Machu Picchu.

El Valle Sagrado comprende los poblados de Pisac, Calca, Yucay, Urubamba y Ollantaytambo. Aquí, el río Vilcanota-Urubamba discurre entre canchones de cultivo y laderas con empinadas andenerías (las terrazas de cultivo de la zona). Los promontorios rocosos más abruptos están coronados con imponentes ruinas de ciudadelas fortificadas. Hacia lo alto se yerguen los montes Pitusiray, Sahuasiray, Verónica y Chicón, con sus cimas de nieves perpetuas.


El Nudo de Vilcanota, un grupo de montañas o crestas altas, es la principal fuente de riego del Valle Sagrado. En el conocido como Paso de la Raya, limite ancestral entre las etnias Qanchis (Cusco) y Qollas (Puno) situado a 4338 m. de altura que marca la divisoria entre las provincias de Puno y Cuzco en los Andes de Perú. Aquí nace el río Vilcanota después llamado Urubamba, que forman la cuenca Vilcanota-Urubamba, una de las cuencas altas de la gran cuenca del Amazonas, que después de recorrer el Valle Sagrado de los Incas y la ciudad de Machu Picchu sigue su recorrido hasta desembocar en el Ucayali, uno de los dos ríos que forman el origen del Amazonas.

Las bravas aguas del rio Vilcanota, descienden al valle entre las abruptas y empinada laderas de los Andes. Este rio era sagrado para los incas, llamándolo Wilkamayu -rio sagrado- Los incas vieron en el sinuoso río una plasmación terrenal de la Vía Láctea, a la que los Incas llamaban Mayu o Río Celestial. Pensaban que el recorrido del río por el valle seguía el curso de esa franja luminosa que observaban en el cielo. El río nace en los glaciares de la cordillera de Vilcanota y cambia su nombre al de Urubamba en la localidad del mismo nombre, en su descenso hacia la espesura de las selvas amazónicas o yungas en la región andina. En su trayecto une dos de las montañas más sagradas para aquella civilización precolombina: el monte Ausangate y el pico Salcantay, consideradas en la cosmovisión andina como dioses o montañas sagradas.


De acuerdo a la leyenda contada por los pobladores de la zona, Salkantay y Ausangate eran dos hermanos que vivían en la ciudad de Cusco, quienes en un momento determinado toman caminos distintos.

El pueblo de los hermanos sufría una larga temporada de sequía por lo que deciden aventurarse a tierras extrañas con el fin de encontrar la manera de salvarlo. Salkantay se dirigió hacia la amazonia, donde conoce a Verónica, quién se convierte en su amor prohibido.

Mientras que Ausangate se dirigió al sur, hacia el Altiplano, encontrando una gran producción de alimentos. Desde ahí, decide enviar productos como carne, maíz y papas, salvando así a su pueblo.

Hoy, los únicos testigos de esta leyenda son ambas montañas que, sagradas desde el inicio de los tiempos, siguen resguardando a sus pueblos.




Nuestra primera parada es en el mirador de Taray. Es el primer punto desde donde se divisa realmente el Valle Sagrado de los Incas. Su paisaje, como es habitual en el Cusco, sorprende al viajero, pues tras largas curvas y subidas, de pronto los cerros se abren y el valle se muestra en toda su amplitud. Abajo, discurren las aguas del río Vilcanota. 

Este mirador a 3130 m, se caracteriza por tener una de las mejores ubicaciones para la observar el valle sagrado, donde se aprecia la belleza de este y el cauce del río Vilcanota-Urubamba, rodeado de montañas, poblados y campos de cultivo donde resalta el maíz y quinoa.


Las explotaciones agrícolas del Valle Sagrado usaron a menudo mano de obra forzosa, en lo que se denominaba "mita de castigo". Cuando una comunidad se rebelaba, el Estado le obligaba a trasladarse hasta los campos de coca de de esta cuenca para trabajar en su cultivo. El trabajo se hacía en un ambiente cálido y húmedo que provocaba una enfermedad a menudo mortal. Un mal que llamaban de los Andes, que es como la lepra, pero no contagioso.

Después de una breve parada para observar las estupendas vistas del valle, nos dirigimos a Pisac que se encuentra a unos 35 km al noreste de Cusco, en el extremo oriental del Valle Sagrado de los Incas. Famoso por albergar el sitio arqueológico inca del mismo nombre.



VALLE DE PISAQ Formado por los ríos Vilcanota y Ch’unkuy, caracterizándose por ser amplio, bordeado por flancos de pendiente moderada a fuerte de relieve ondulado. 

Dadas sus tierras fértiles y su ubicación estratégica, la zona fue ocupada desde preincas, probablemente waris. Una vez anexada al Imperio Inca tras la victoria contra los Cuyos, Písac se convirtió en un importante centro de avanzada hacia los andes orientales, y un punto de control entre Cuzco y la ceja de selva. Písac es también parte de una serie de asentamientos reales ubicados a lo largo del río Urubamaba, en el Valle Sagrado de los Incas, que incluyen Ollantaytambo y Machu Picchu.


Písac está divido en dos zonas. La antigua, ubicada en la parte alta, es un sitio arqueológico incaico, y la actual, ubicada en el valle, que data de la época colonial.

Primero hacemos una visita al pueblo colonial y sus calles con tiendas de souvenirs y el mercado artesanal en la plaza de la iglesia. El pueblo actual de Pisac, presenta un trazado geométrico de sus calles aportación de los conquistadores españoles en 1570, con su plaza como lugar céntrico.


No todo lo que hay para hacer en Pisac gira en torno a las ruinas. En el pueblo también puedes visitar bonitos lugares, como lo es el Mercado de Pisac.

Este mercado es uno de los más grandes y coloridos de la región, y es famoso por sus textiles, cerámica, joyería y otros productos hechos a mano por artesanos locales. Si te gusta el regateo, este es el lugar perfecto para practicar tus habilidades.




Después nos dirigimos a visitar las ruinas de Pisac. Esta ciudadela inca, ubicada en la cima de una colina, se encuentra por encima del pueblo de Pisac, descansando sobre una meseta a la entrada del valle. Las ruinas de Pisac se encuentran a 3,300 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.). El pueblo se ubica a 2,974 m.s.n.m.

Para ingresar al complejo arqueológico de Pisac se necesita el Boleto Turístico del Cusco; yo compré el boleto general, que incluye 16 de los lugares más impresionantes en Cusco. El boleto es válido para 10 días y se puede usar una única vez en cada una de las 16 atracciones incluidas en el precio.


Al igual que Machu Picchu, los más importantes complejos ceremoniales en el corazón del Valle Sagrado fueron construidos a mediados del siglo XV, durante el reinado del primer gobernante histórico inca, Pachacuti Yupanqui o Pachacutec (1400-1471) y de su hijo Tupac Yupanqui (1441-1493). Hacia 1460, cuando Pachacútec tenía 60 años de edad y casi 30 de reinado, nombró como correinante a su hijo el príncipe, que le sucedió a su muerte.

Las ruinas de Pisac y Ollantaytambo brindan testimonio de la habilidad de los incas para combinar las formas del paisaje natural con la arquitectura ceremonial en piedra y los conjuntos de terrazas de cultivos adyacentes. Dichas ciudadelas constituían lugares aptos para la iniciación de los expertos en rituales, en virtud de la proximidad y las vistas de los picos montañosos que las rodean.

Durante la época inca, Pisac fue una importante ciudadela con un impresionante sistema de andenes y terrazas. La más extensa de las fortalezas del Valle Sagrado y de toda la civilización inca. 

Su ubicación es estratégica, entre el amplio valle sagrado y una quebrada por la que se puede llegar a la región selvícola denominada "Antisuyo", este conjunto arqueológico además de cumplir funciones residenciales religiosas y productivas, era un lugar con funciones militares para proteger la capital inca de posibles incursiones de las tribus silvícolas, que según cuentan antiguas tradiciones, podrían invadir zonas de sierra en busca de alimentos.

Según los historiadores, en el sigo XVI, Pisac fue invadido por los españoles, provocando la huida de los pobladores del lugar. A partir de esa invasión, los principales monumentos de este sitio arqueológico fueron dañados, mientras que el cementerio inca fue destruido y saqueado.


A 9 km del pueblo, azcendiendo por una serpenteante carretera se llega al complejo arqueológico de Písac. Durante el ascenso al complejo arqueológico se tienen unas estupendas vistas panorámicas. Ubicado en la montaña del cerro Apu Inti Huatana , tiene una extensión de cuatro kilómetros cuadrados de superficie..



CENTRO ARQUEOLÓGICO DE PISAC

Un asentamiento urbano que cubrió toda una montaña.



El centro arqueológico contempla diversos atractivos a lo largo de 4 km. Písac también es conocida como la Ciudad de las Torres, ya que posee más de veinte torreones o pucaras construidas en los bordes salientes de la montaña. 

Estos torreones son de dos tipos: Los torreones habitáculo y los torreones atalaya; Los primeros tienen forma cónica y están unidos a canales de agua construidos con piezas labradas y ensambladas. Los torreones atalaya no son considerados recintos, sino son elevaciones de masa compacta con tendencia cónica, siendo el más importante el que se encuentra en el sector de Qoriwayrachina.

Según el investigador Angles Vargas, quien ha dedicado buena parte de su vida al estudio de este grupo arqueológico, las ruinas de Písac forman, junto con el Cusco y Piquillacta, un triángulo equilátero en el que cada punto dista 33 Km. de distancia entre sí, y los tres se encuentran ubicados a 3,300 m.s.n.m.

Al igual que en otras construcciones incas, algunos estudios dan cuenta de que no se trató de una fortaleza, sino de una especie de hacienda real, propiedad del Inca Pachacutec, compuesta de andenes, estructuras domésticas y ceremoniales, y acueductos que proporcionaban el agua para la explotación agrícola.


Presenta un “urbanismo” articulado a la configuración topográfica del terreno, de esta adaptación al medio se puede reconocer varios sectores:  el Barrio de Pisaq’a, el Barrio de Qanchis Raqay, el Barrio de K’allaQ’asa, el Barrio de Intiwatana, el Barrio de Tianayuc, red de caminos, andenes agrícolas, etc. . En estos lugares se pueden observar construcciones como templos, palacios, patios, habitaciones y altares.

Según Sarmiento de Gamboa, cronista del siglo XVI, la palabra Pisaq significa ave nativa, conocida con el nombre de P’isaqa y su característica anatómica es similar a una gallina grande, Asimismo esta ciudadela se mando construir como casa de campo y recreo el Inka Pachacuteq, se indica que fue su propiedad particular y la construyó tomando el modelo de la ciudad Cusqueña. 

Como era costumbre en la arquitectura inca, las ciudades fueron construidas sobre la base de trazos figurativos de animales. Písac arqueológico parece que asume la forma de la perdiz de puna.

SECTORES


Según el investigador cusqueño Erwin Salazar, uno de los sectores que conforman el complejo arqueológico de Pisac,  tendría la forma de una P'isaqa, una especie de perdiz andina o Lluthu. "La figura de una P’isaqa o P'ésaqa, ave que estaría representada en este lugar, mira hacia el sur; mide unos 240 metros de largo, desde el pico a la cola y unos 60 metros ancho", señala.


Precisamente, el nombre que se le ha dado a este barrio es el de PISAQ'A.


BARRIO DE PISAQ'A

Nada más entrar, de frente los andenes y justo de frente sobre la quebrada del Chongo, vigilando el pueblo de Pisac y el valle sagrado, se encuentra el barrio de Pisaq'a, es el que se localiza a menor altura y muy cerca del barrio sagrado. Este barrio tiene forma semicircular, en armonía con la circunferencia de la montaña, se pueden ver más de 20 recintos, construidos en asombroso orden.


Estructuras organizadas en curva que representan la perdiz.

La zona fue allanada bajando el nivel del suelo y así poder edificar las casas con forma semicircular, de acuerdo a la forma de la montaña, veinte recintos en perfecto orden. Las piedras no están muy talladas y pulidas ya que su fin era funcional y no decorativa o defensiva como en los edificios de los templos o fortalezas.

Este barrio tiene la parte agrícola compuesta por los andenes que descienden hasta el rio chuncuy mayu o chongo.


ANDENES

Los visitantes pueden divisar esta creación inca desde cerca, la cual fue utilizada especialmente para la agricultura. Para los incas la agricultura era una prioridad, por encima de la vivienda, al ocupar un territorio. Su producción agrícola se vio aumentada mediante los andenes. Estos tenían una doble finalidad: la producción agrícola y la contención de las tierras para evitar los deslizamientos, sobre todo si en la cima de la montaña estaba construida la ciudadela o los centros ceremoniales. La abundancia de andenes fue debido a que esta zona fue eminentemente agrícola.

Son los 40 Andenes de Acchapata, un conjunto  de andenes que tienen el aspecto de un triangulo invertido. Siendo el mas pequeño el que está cercano al pueblo y el más grande el situado en lo alto de la montaña.

Los incas eran fabulosos agricultores y moldearon las montañas para poder poner sus cultivos. Además, cada terraza estaba canalizada para que el agua fuese cayendo de una a otra, llama la atención como las terrazas se fusionan simétricamente con las laderas de las montañas, sin el uso de escalones entre ellas para evitar la erosión. En cambio para poder acceder de una terraza a otra, construyeron escaleras diagonales con losas en las paredes de las terrazas. Toda una lección de arquitectura y aprovechamiento de espacios.


En el recinto se pueden ver edificaciones para el almacenamiento de la producción agrícola y otros materiales. Se conocen como colcas y formaban parte del sistema incaico para el almacenamiento y posterior reparto entre los pobladores.

EL BARIO DE QANCHIS RAQAY 

En la entrada al centro, sobre nuestras cabezas se encuentra este  barrio que parece ser tenía funciones de vigilancia sobre el lado nororiental del reciento.












LA  MURALLA

Allí donde los abismos no la protegían, Pisac contaba con dos líneas de murallas que tenían un rol defensivo pero también un rol de control social, separando las diferentes zonas sociales.




La muralla no tiene la concepción que hoy conocemos. Antiguamente respondía a una edificación continua que no era necesaria para toda la ciudad. Algunas de sus piedras tienen dimensiones asombrosas. Reúne cinco puertas, ubicadas en la parte oriental del complejo. La única que tiene dintel se llama Amaru Punku, que quiere decir Puerta de las Serpientes.

Un nombre elegido por los incas, según cuentan algunos para intimidar a las personas que no se purificaban en la fuente de agua instalada metros atrás, condición necesaria para ingresar a una zona sagrada.

Marca el ingreso al complejo. Es notable la típica puerta trapezoidal así como las enormes bisagras de piedra, que habrían servido para sostener un portón de grandes proporciones. Desde allí un estrecho camino conduce a la parte principal y sagrada del complejo.

CEMENTERIO CON TUMBAS INCAS

Se ubica al frente del complejo arqueológico, en un acantilado, únicamente separado por el riachuelo Quitamayu. Es un lugar impresionante, enclavado en una cuesta de casi cien metros de altura y varios kilómetros de extensión, perteneciente a la montaña Linliy. Este cementerio es conocido como Tankanamarka y puede traducirse como lugar de lanzamiento. Es quizá el más grande de todo el Imperio Inca. Son unas 1.000 tumbas, aunque los expertos calculan que llegaron a las 10.000.

Esta necrópolis se extendía a lo largo de más de 1 kilómetro sobre un talud de aproximadamente 100 metros de altura, y en ella reposaron durante siglos miles de momias junto a sus objetos más preciados hasta que un día estas tumbas fueron descubiertas y profanadas para saquear las joyas y otros objetos hechos a base de metales y piedras preciosas. En la actualidad solo se pueden ver los agujeros por los que los saqueadores accedieron a cada una de las tumbas.



Los incas creían en la reencarnación, por ello guardaban a sus momias con todas sus propiedades y alimentos necesarios para su nueva vida. Cuando los españoles se enteraron de esta costumbre, no dudaron en profanar las tumbas y saquear las joyas, metales y piedras preciosas. Hoy pueden observarse pequeños agujeros, producto de la profanación.

Q’ALLA Q’ASA  (q’alla – corte, q’asa – pase) y que debe su nombre a un túnel excavado en la roca que conecta con la parte sagrada del recinto..



Este sector o barrio de la ciudadela inca es el de mayor extensión y se halla enclavado al norte y en la cúspide de la montaña. Sus recintos se distribuyen sobre un plano inclinado en forma descendente hacia el norte, adecuándose a la topografía; los muros de contención y escalinatas. Los recintos están construidos con piedra canteada unida con mortero de barro. Esta zona militar o ciudadela la conforman una serie de casas, de las que sólo quedan los muros laterales de una altura que no supera los 2 metros. Las piedras utilizada no están tan bien terminadas como las que existen en el centro ceremonial, por lo que claramente se ve que no es un edificio de uso sagrado sino funcional. La zona militar está en lo alto de un pequeño montículo natural con muy buenas vistas del valle.

Las construcciones, unas treinta, son de trazo irregular y rústico, construidas en en la cima y ladera de la montaña. Comprenden el área residencial de los centinelas en Pisac, construidas siguiendo una técnica llamada pirka, que es un muro de piedra unido por adobe. Su ubicación al lado del risco da cuenta de la extraordinaria ingeniería inca.



Es el barrio más elevado de todo el recinto arqueológico de Pisac (3.512 m.s.n.m.). Según algunos autores, en él debieron residir los agricultores permanentes.
 









Al fondo el Barrio la zona urbana de Qanchis Raqay, fuera de la muralla. 


EL CENTRO CEREMONIAL -INTIHUANTANA-

Desde el barrio de Q’ALLA Q’ASA, descendiendo, se accede al barrio o la zona de Inti Huantana atravesando un túnel o corte en la roca.


El barrio de Inti Huantana o Intiwatana, la zona de palacios y templos mejor conservados y con mayor calidad y belleza arquitectónica. El edificio principal es el templo del sol, una construcción circular que rodea una afloración rocosa que ha sido tallada de tal manera que durante el solsticio de verano queda orientada perfectamente hacia el lugar por el que sale el sol.

Intihuantana significa «amarrar al sol» y es el centro ceremonial y religioso más importante de Pisac. Situado en una pequeña cornisa con hermosas vistas panorámicas de ambos lados, el complejo se compone por una docena de edificios construidos con piedras de granito rosa exquisitamente “talladas”, aunque moldeadas sería el termino más exacto.

Cumplía la función de observatorio astronómico en tiempos del Incanato. La finura de sus muros de roca tallada concuerda perfectamente con el nacimiento del sol, en el solsticio de junio (llegada del invierno). La palabra en quechua intihuatana, traducido al castellano significa “Reloj del Sol” y está ubicado en lo más alto de la montaña.



El templo del Sol con un Intihuatana (reloj solar) como pieza central, tiene una pared trasera curva y una recta al frente, similar a una letra D; el templo está perfectamente alineado al sol y marca con increíble precisión los solsticios de verano e invierno. Los estrechos canales de agua, el exquisito trabajo en sus piedras, los altares y pozos encontrados reflejan su importancia espiritual y su carácter sagrado.
 

Muy cerca del Templo del Sol encontramos otra piedra tallada, la “chakana”. Un símbolo enigmático de la cultura milenaria antigua y que estuvo presente en varias de las culturas del Perú y particularmente en el gran imperio Inca y que actualmente, es materia de diversos trabajos de investigación, porque entre otras hipótesis se baraja que es un símbolo que representa el pensamiento andino, el elemento ordenador de toda la cultura Andina.

Originaria de los pueblos indígenas de los Andes Centrales, donde se desarrollaron tanto la cultura Inca como las Pre-Incas. La Chakana o Cruz Andina  fue un signo muy utilizado por la cultura inca. Pero también fue utilizado por las culturas Pre-Incas del Perú y Bolivia como los de Chavin, Paracas y Tiawanaco.


Se han encontrado chacanas en diversas obras de arquitectura, petroglifos, tejidos, cerámicas y esculturas en todo el altiplano sudamericano, registrándose por primera vez en la cultura Caral, la civilización madre de América que se desarrolló entre el 3000 y el 1800 a.C. y , luego en Sechín Bajo y posteriormente en las construcciones aimara de Tiahuanaco, en el altiplano andino, donde también se construyeron observatorios astronómicos exclusivos para la observación de la cruz del sur, ya que toda la cultura dependía del movimiento y posición de la constelación para cronogramar sus actividades anuales.

Entre las diferentes culturas que han habitado la cordillera de Los Andes se ha logrado identificar un símbolo integrador de la cosmología andina, la chakana, la cual abarca todo tipo de saberes: astrología, mitología, relaciones humanas, agricultura y otros principios básicos para el Buen Vivir. Se desconoce desde cuándo empezó la relación de la chakana con las culturas andinas, pero esta ha sido utilizada en un sinnúmero de áreas como la agricultura, la arquitectura y la artesanía siendo utilizada como elemento decorativo que se mantienen hasta el día de hoy en muchas piezas de arte y tejidos indígenas. 

Merece hacer una pausa en el recorrido para conocer un poco de este enigmático y misterioso símbolo que dicen, constituye la síntesis de la Cosmovisión Andina.

Cosmovisión es la concepción e imagen del mundo que tienen los pueblos y se fundamenta en la cosmogonía, que es la fase mitológica de la explicación del mundo. En el mundo andino, la cosmovisión está principalmente ligada a la cosmografía, que es la descripción del cosmos, en este caso correspondiente al cielo del hemisferio austral, cuyo eje visual y simbólico para el hombre andino lo marca la constelación de estrellas Cruz del Sur, denominada Chakana en la antigüedad, y cuyo nombre se aplica a la Cruz Escalonada Andina, símbolo del Ordenador o Viracocha, también conocido como Inti.

Dado que la cosmovisión andina es propia de un pueblo que se asienta a lo largo de la cordillera de Los Andes, esta corriente ideológica se establece en los poblados antiguos que la habitan, en los territorios ubicados en “América Latina, de una variada geografía y que comprende no solo la sierra o región de alta montaña, sino a sus piedemontes occidental como la costa, y oriental, la Amazonía alta” ( Grimaldo, 2015, citado en Cruz, 2018, p. 120).

Para los primeros habitantes de la región andina era la particular forma de dar una explicación a los diversos sucesos y acontecimientos que ocurrían a su alrededor, como lo eran los fenómenos naturales y la interacción del hombre andino con plantas y animales; estos eran objeto de misterio y admiración y se buscaba una explicación sobre los mismos. La cosmovisión andina está fundamentada en la dualidad, y lo que representa, lo masculino y lo femenino, día y noche..

Tiene forma de cruz que simboliza los tres mundos de la cosmología inca: el Haman Pacha (mundo de arriba), el Kay Pacha (mundo de aquí) y el Uku Pacha (mundo de abajo). Los animales representativos de esos mundos eran, respectivamente: el cóndor, el puma y la serpiente.

La Chakana o cruz andina es un símbolo recurrente en las culturas originarias de los Andes, muy importante para la época, ya que los antepasados solían guiar sus vidas entorno a las constelaciones, seres míticos y otros. Se atribuye el origen de la chakana como una referencia al sol y a la constelación de las estrellas que se puede ver en el hemisferio austral y que se conoce por la Cruz del Sur, el equivalente en el hemisferio sur a la Osa Mayor del hemisferio norte.

Muchos investigadores, entre ellos Carlos Milla, señala que la Chakana surge de la profunda observación de la constelación de la Cruz del Sur, que está formada por cuatro estrellas: Alfa, Beta, Gama y Omega. Fue el navegante Hernando de Magallanes, al divisar la constelación lo llamo en 1505, «Cruz do Sul».


Hay millones de estrellas y para estudiarlas, el hombre las ha agrupado y asignado una figura para poder recordarlas. Esto dio origen a las constelaciones. 
 

Sujeta a varias interpretaciones, una de ellas, relativa a su forma escalonada con un círculo en el medio, haría alusión a una escalera con dirección a lo más elevado.

También representa las cuatro estaciones del año y los tiempos de siembra y cosecha. Algunos pueblos andinos celebran el día 3 de mayo como el día de la chakana, porque en este día, la constelación Cruz del Sur asume la forma astronómica de una cruz perfecta en posición vertical respecto al Polo Sur y es señal del tiempo de cosecha y también inicio del ciclo vital. 

La chakana no es una forma encontrada al azar, sino que se trata de una forma geométrica resultante de la observación astronómica y la aplicación de la matemática geométrica andina, siguiendo siempre la relación del cuadrado y el círculo. En la observación de la constelación, los andinos, obtuvieron un patrón de medida o "Proporción Sagrada" que les llevó a su representación como una cruz cuadrada y escalonada con doce puntas. 



Se señala, que fue el cronista indígena peruano Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua quien en 1613, al escribir su Crónica de relación de antigüedades de este reino del Perú, una recopilación de tradiciones, acompañadas de dibujos y escritas en un castellano rudimentario, mezclado con frases en quechua y aimara - lo hizo con lengua española andina que había surgido de la convergencia entre esta con el quechua y el aymara.-. Dibujó e insertó en ella un grabado sobre la cosmovisión andina que estaba en el altar mayor del templo del Koricancha en Cuzco, al cual denominó chakana, el puente o escalera que permitía al hombre andino mantener vigente su unión al cosmos.


Representación de la cosmovisión incaica por Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamayhua (1613), según una imagen en el Templo del Sol de Kiricancha . En el centro, las cuatro estrellas y se interpreta que tiene como objetivo primordial, el representar una cosmovisión andina originaria.

Una interpretación del dibujo

Réplica de la placa existente en su día en el templo.

El templo de Koriconcha fue el más importante templo precolombino de la ciudad de Cusco. Un lugar sagrado donde se rendía culto al dios inca mas destacado, el dios Inti (sol), sólo se podía entrar en ayunas, descalzos y con una carga en la espalda en señal de humildad. 

A mediados del siglo XVI, encima del templo inca, se construyó el convento e iglesia de Santo Domingo de Cuzco. Los colonos españoles construyeron la Iglesia de Santo Domingo en el sitio, demoliendo el templo y utilizando sus cimientos para la catedral.

La placa dorada que recrea la que existiría en el templo de Koricancha en tiempos de los incas. Representa el mito fundacional de Cuzco, con Mama Ocllo y Manco Capac, buscando el Cuzco para clavar su varilla de oro y fundar la ciudad. La recreación se basa en el dibujo realizado por Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui, un indio ladino bautizado que acaba de aprender a escribir y al que Francisco de Ávila le pidió que contase desde su lado la conquista, como una crónica complementaria.


SEGUIMOS CON EL RECORRIDO POR EL BARRIO DE TIANAYUC 

Ubicada en lo alto del Intihuatana, cuyos recintos se distribuyen en torno a una plaza, y probablemente eran un área administrativa.Se le conoce como Tianayuc que se traduce “que tiene asiento” ya que en el patio interior se encuentra una especie de sofá para dos personas, con respaldo y coderas hecho de piedra. Este barrio es pequeño, con habitaciones cuyas puertas dan sobre un patio central, más un torreón casi destruido que domina buena parte de la quebrada del K’itamayu.


El centro arqueológico es amplio, y una visita completa al mismo requiere de más de tres horas. No dispongo de tanto tiempo y después de mas de una hora abandono el complejo. Por la tarde visitaré el centro arqueológico de Ollantaytambo, a 30 km de Pisac. Este lugar cuenta con una planificación urbana Incaica casi intacta.

Comemos en un restaurante en la localidad de Urubamba. 





COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE OLLANTAYTAMBO 
      La ciudad de Ollantaytambo en la actualidad

Un riachuelo divide el pueblo en dos partes diferenciadas: el centro urbano, conocido como Qosco Ayllu, que comprende la porción oriental y contiene la plaza central y cuatro calles paralelas al riachuelo Patacancha. Por otro lado, tenemos al Araqama Ayllu: comprende la zona occidental y sobresalen sus diversos puntos arqueológicos. 

Se llega por la carretera Chinchero – Urubamba y está ubicado en el distrito del mismo nombre, en la provincia de Urubamba, en la convergencia de dos valles surcados por el Vilcanota, al que los incas llamaban Willcamayu (Río Sagrado) y el Patakancha, cerca del punto donde confluye con el río Urubamba. A una altitud de 2.790 m.s.n.m.

Según Pedro Sarmiento de Gamboa, un cronista español del siglo xvi, el noveno emperador inca Pachacútec (1400-1471) conquistó y destruyó Ollantaytambo para luego incorporarlo en su imperio.​ Bajo el gobierno de los incas, el pueblo fue reconstruido con espléndidos edificios y el valle del río Urubamba fue irrigado y provisto de andenes; el pueblo sirvió de albergue para la nobleza inca mientras que los andenes eran trabajados por yanaconas, sirvientes del emperador. Después de la muerte de Pachacútec la región pasó a la custodia de su "panaqa", su grupo familiar.

Durante la conquista, Ollantaytambo funcionó como capital temporal para Manco Inca Yupanqui, líder de la resistencia inca contra los conquistadores españoles. En 1540 Ollantaytambo quedó bajo el mando de Hernando Pizarro.

Sirvió de base para la última rebelión inca contra los españoles. Ollantaytambo es el lugar en el cual los Incas obtuvieron su mayor victoria militar sobre los Conquistadores. El ejército rebelde Inca, liderado por Manco Inca, iba en retirada. Aún así, logró inundar los campos alrededor de las terrazas amuralladas de Ollantaytambo. De esa manera, consiguieron frenar el paso de la caballería española y los atacaron con sus hondas desde las alturas. Los Incas sabían que a la larga no podrían vencer a los caballos de guerra, ni a las armas superiores de los conquistadores, así que aprovecharon su victoria para adentrarse en la ceja de selva y establecer una base en Vilcabamba. De ahí montaron una insurrección que duró más de veinte años hasta la muerte de Manco Inca.

Si bien Pachacútec se encargó de llevar a Ollantaytambo a su máximo esplendor, las construcciones datan desde hace mucho antes de la época de los incas. En la ciudad y sus alrededores se encontraron indicios de asentamientos de la civilización Huari (AD 600 – 1000), tal como lo es el ejemplo de la fortaleza de Pumamarca, una ciudadela de índole militar que controlaba el acceso a Ollantaytambo. Otras versiones afirman que el pueblo tiene una antigüedad de incluso 3,500 años.

Así que es muy probable que los Incas simplemente construyeron encima, y expandieron una ciudad pre-existente.


El lugar cuenta con una planificación urbana Incaica casi intacta y es conocida como la «ciudad inca viva» por conservar sus calles y edificios medievales, referidos a la época inca y colonial. El pueblo ha conservado el que es probablemente el mejor ejemplo de urbanismo inca antiguo, incluyendo la traza original y la cantería. Conserva sus muros incas, levemente inclinados -antisísmicos- y las calles pequeñas y empedradas, con canales o acequias que distribuyen el agua limpia de las montañas con fines sanitarios y utilitarios. Las calles están organizadas en kanchas incas, que consistían en un patio, generalmente cuadrangular, rodeado de 2,3 y 4 edificaciones con puertas que abrían hacia un patio central.



Actualmente el pueblo está acondicionado para recibir el turismo. Alrededor de la Plaza de Armas de Ollantaytambo y en el pueblo hay restaurantes, hoteles, bares, cafés y otros servicios que invitan al visitante. Las calles rectas, estrechas y pintorescas, actualmente conforman 15 manzanas de casas, situadas al norte de la Plaza Mañay Raqay o Manyaraqui.

Su principal atractivo turístico es el centro arqueológico de Ollantaytambo. Se trata de una de las principales fortalezas del Tahuantinsuyo o Imperio Inca.


Según varios investigadores Ollantaytambo tiene un origen aimara y vendría del vocablo Ullantawi, que quiere decir "Ver hacia abajo" o "mirador". Posteriormente, el idioma quechua fue predominando en esta zona y el nombre fue cambiado por Ullantay. Al construirse un tambo o alojamiento en la explanada del lugar, se adoptó el nombre de Ullantay Tampu, para luego derivarse y llamarse en español como Ollantaytambo.

Se trata de uno de los complejos arquitectónicos más monumentales del antiguo Imperio inca, comúnmente llamado «Fortaleza», debido a sus descomunales muros. Fue en realidad un Tambo o ciudad-alojamiento, ubicado estratégicamente para dominar el Valle Sagrado de los Incas.

CENTRO ARQUEOLÓGICO




ANDENES

Al llegar, la vista se dirige sin quererlo a las empinadas terrazas, que se encaraman colina arriba y son más trabajadas cuanto más se acercan a la cima, donde estaban las residencias nobles y el templo del sol. Este grupo de andenes es lo primero que ves cuando llegas a Ollantaytambo. Dicho agrupamiento de andenes está ubicado en la ladera de la montaña y es lo suficientemente grande como para distinguirlos desde una gran distancia. En lo más alto el templo y la fortaleza.


Los incas creían que las montañas tenían espíritu, los Apus, y por eso adaptaban sus construcciones a la montaña respetando el equilibrio natural.


El comienzo del recorrido por este complejo es precisamente subir 17 andenes en fuerte pendiente. Algunos sobrepasan los dos metros de altura. Se comienza a subir en una altitud aproximada de 2800 m. Hay bancos en los distintos andenes por si se quiere parar a recuperar la respiración.


Las ruinas incluyen, además de las plataformas en forma de terrazas, varios templos labrados de rocas megalíticas y de la misma roca madre, calendarios solares y un complejo sistema de canales de riego y baños reales. Hay grandes estructuras de piedra monolíticas.

EL TEMPLO DE LAS DIEZ VENTANAS

El Templo de las 10 Ventanas es el primero que encontramos al subir las escaleras de los andenes.  Conocido por los  10 nichos o ventanucos trapezoidales en su pared posterior; la pared anterior destruida, y se ignora la verdadera función del recinto. Más arriba se ubica el «Templo del Sol».




Orientadas hacia la salida del sol. En estas ventanas – hornacinas, se cree se exponían sus ídolos o momias.



 EL TEMPLO DEL SOL

Por eta puerta se accede al templo del sol.


Otras maravillas son las paredes labradas de rocas ciclópeas a lo largo de la subida que conduce al templo. Son de los mejores ejemplos de esta expresión de arquitectura en todo el Cusco.

Las paredes de estas edificaciones han sobrevivido el paso del tiempo a la vez que varios terremotos a lo largo de los siglos. Cueta entender cómo los Incas (o sus predecesores) lograron labrar rocas tan grandes e irregulares de manera tridimensional con tanta precisión.


El Intipunku es uno de los lugares más emblemáticos y sagrados en el parque arqueológico de Ollantaytambo, y es uno de los más concurridos. El icónico templo del Sol está construido en la parte alta de las andenerías.


El Templo del Sol es una de las estructuras de piedra megalítica más impresionantes del mundo. Aunque nunca fue terminado, el acabado y la perfección del labrado de piedras de más de 80 toneladas hacen evidente que este templo habría sido el más importante en el Valle Sagrado.

Esta es una edificación rectangular con una serie de terrazas, escaleras y muros que la rodean. El complejo fue destruido casi por completo y sus restos consisten en seis enormes bloques monolíticos de piedra. Se cree que el templo se utilizó para fines religiosos y ceremoniales, y se cree que estaba dedicado al culto al dios del sol Inti ya que en el solsticio de invierno es la primera estructura de el complejo que es iluminada por los rayos del sol.

El sol fue siempre un elemento primordial en el Perú precolombino: para los incas era su dios principal y el progenitor de la familia real, mientras que las culturas anteriores le habían rendido culto junto a muchas otras divinidades.


El dios sol Inti era el fundador del imperio Inca, en este dibujo de Martín de Murúa aparece siendo adorado por el emperador Pachacútec.

Los bloques son de pórfido rojo (granito rosado). Los seis enormes bloques forman la pared occidental y se acoplan entre ellas con precisión, unidos por listones delgados del mismo material que los ha unido con total precisión, evitando la dilatación. Siempre será de admirar la perfecta técnica que utilizaban los incas para lograr un ensamblaje tan perfecto.

 Esta importante edificación estaba en proceso de construcción a la llegada de los primeros españoles en 1534, según los historiadores.


El muro de seis piedras ciclópeas 


Los monolitos aún en pie dan una idea de lo imponente que fue esta parte del complejo en sus mejores años. El templo está ubicado y alineado de tal manera que en el amanecer de el solsticio de invierno (21 de Junio), los primeros rayos de luz iluminan al relieve de Chacana labrado en la cara de la rocas.




La verdad es que es increíble que en el siglo XIV se hiciera esta construcción. Todas las piedras están talladas a mano, perfectamente pulidas  y encajan perfectamente entre sí. En el Machu Picchu las piedras que se emplearon para su construcción estaban todas en la zona, no hubo que transportarlas desde otro lugar. Pero estas, que son una especie de granito rosa, venían de  la cantera de Kachiqhata (Ladera de Sal) que se encuentra a unos 4 Km del lugar y encima del otro lado del río.

Más adelante encontramos una zona con unos enormes bloques de piedra desperdigados por el suelo, esto hace pensar que la fortaleza todavía se encontraba en construcción cuando atacaron los invasores españoles. Son las denominadas piedras “cansadas”. Estas piedras proceden tambien de la cantera de Cachiccata. En el camino desde la cantera hay también un rastro de estas piedras cansadas.



LA REAL CASA DEL SOL

La Rea casa del sol o fortaleza integran 17 terrazas superpuestas, con andenes rectos y amplios direccionados hacia la plaza y el pueblo.

Este lugar conserva la planificación urbana incaica.

Desde lo alto observamos la Plaza Mañay Racay o más conocida como Aracma Ayllu y era de carácter ceremonial en la época de los Incas. También se puede ver las viviendas octogonales que estaban divididas en manzanas conocidas como el Qosqo Ayllu


El pueblo se encuentra a los pies de esta montaña en la estamos y la montaña que tenemos enfrente, que es la montaña Pinkuylluna. Pinkuylluna es una palabra quechua que significa "donde se tañe el Pinkuyllu" (instrumento similar a la flauta de origen inca); pues los vientos en esta montaña se escuchan cómo fuertes silbidos.

Son un conjunto de andenes que han sido construidos sobre las escarpadas laderas de esta montaña, en ellos se aprecian varias Qolcas o graneros, depósitos destinado al almacenamiento de una gran variedad de productos que eran traídos desde diversas zonas.

También se ven como unas oquedades que pudieran parecer el rostro o la cabeza de alguien. La cabeza labrada de Tunupa, el enviado de Viracocha, el dios principal de la mitología Inca.







Eta foto realizada en 1945 por la revista LIFE, se puede observar que no se ve ningún rostro al lado izquierdo de las Colcas incas sobre la montaña. Y pudo afectar el terremoto de 1950 que causara desprendimientos y originara la forma actual.

La construcción en este lugar no es casual. Los constructores incas sabían de la existencia de acuíferos subterráneos. Diseñaron un sistema de canales o acueducto tallado en la roca donde se recogía el agua que se filtraba por la montaña y la dirigían hacia unas fuentes ceremoniales, donde se realizaban los rituales.




Dirección norte, discurre un sendero en el que encontramos algunas colcas y lleva a la zona de las fuentes litúrgicas o ceremoniales. Se conoce como el sector antiguo de Inka Misana donde se encuentran las fuentes. Pero antes nos detenemos a ver el Templo del Condor, por una figura que aparece en el saliente de la montaña.


Hay restos de piedras de lo que era este templo inacabado pre inca. Que llama la atención por el perfecto labrado de las piedras que parece se ha realizado a bisturí. Las rocas se extrajeron de la misma ladera de esta montaña. Y vuelve a salir la incógnita de la herramienta utilizada para su corte, labrado y pulido.



Continuamos hacia las fuentes de Inka Misana, un complejo hidráulico bastante avanzado para la época. Las piedras estaban talladas para obtener distintos sonidos. Los incas amaban el sonido del agua. Hay lugares donde las piedras están talladas a propósito para obtener distintos sonidos. Para que la llegada del agua suene más turbulenta o piedras que producen un sonido burbujeante


Fuentes de agua que por su ubicación debieron cumplir la función de "Fuentes Ceremoniales", es decir utilizadas para rendirle principalmente al culto de Unu o Yaku (deidades del agua).

 

En la zona de las fuentes ceremoniales hay también otras. 


Se encuentra el  Templo del Agua, un lugar sagrado lleno de hornacinas, con una pileta al centro en clara señal de respeto al preciado elemento. Junto a este edificio hay otra fuente ceremonial.





Cerca se encuentra la famosa fuente conocida como Baño de la Ñusta, una fuente labrada en una sola pieza de granito. La Chakana tallada alrededor de la fuente nos indica lo sagrado del lugar. Según relatos, en este recinto se bañaba la esposa del Inca - la Ñusta- para purificarse. Y sorprendentemente, si pasas el dedo por el borde del canal de agua por donde cae el agua, el flujo de agua se corta.



El agua circula por un canal y cae al suelo como si fuese una pequeña ducha. Un aspecto que parecía no tener explicación, es que si se pasa el dedo por el borde del canal de piedra el chorro de agua, el flujo de agua se corta y baja menos caudal pegado a la pared. Vuelves a pasar el dedo y el flujo inicial se recupera.

Pero si tiene una explicación científica y no es como consecuencia de la eficacia de la ingeniería hidráulica inca. Este efecto mágico Inca fue descrito por Thomas Young ya en 1800 en una conferencia en la Royal Society, pero fue el rumano Henri Marie Coandă quien identificó una aplicación durante los experimentos con su avión Coandă 1910.



El efecto Coandă es el fenómeno físico por el cual un gas o un líquido es atraído hacia una superficie que se encuentre cercana a su trayectoria, en lugar de continuar moviéndose en la dirección de flujo inicial. Este efecto se utiliza hoy en día en distintos campos aeronáutica, automovilismo..

Doy por concluida la visita y me dirijo hacia la salida  del complejo. En la zona de la plaza bajo las bancadas o terrazas paso ante numerosos restos de piedras desperdigados en el terreno. Zona que se conoce como la Plaza Manyaraqui, Plaza de las peticiones o K’uychipunku, en quechua. Se ubica al lado derecho del riachuelo Patakancha, junto a la puerta de ingreso del sitio arqueológico. Sus muros tienen muchos vanos que se piensa que eran puertas. En la plaza, existe un gran bloque de perfectas aristas que encaja en una doble hilera, los quince ángulos de estrella terrestre. En este lugar se encontraban los edificios más grandes e importantes. 

Tengo que tomar el tren de Ollantaytambo a  la localidad de Aguas Calientes, donde tendré mi base de estancia, para visitar dos días Machu Pichu.


Ollantaytambo tiene varios tramos de Camino Inca (Qhapaq Ñans) muy bien preservados. Entre ellos el tramo entre Pachar y Ollantaytambo, o entre Muñaypata y Pumamarca. Los Incas tenían un sistema de caminos que conectaba a los cuatro Suyos (regiones) de su imperio con la ciudad de Cusco, que se encontraba en el centro. Los caminos cubrían aproximadamente 22.500 km, un área comparable al imperio Romano.

De lejos el tramo más conocido  es el que se encuentra entre el KM 82 inicio del recorrido hasta Machu Picchu. Ollantaytambo sirve de punto de partida para la mayoría de los caminantes que hacen ese recorrido. Muchos viajeros toman el tren  Ollantytambo a Aguas Calientes y se apean antes para caminar durante tres días haciendo una de las caminatas de alta montaña más famosas del mundo, El Camino del Inca, por medio de la selva, entre ruinas precolombinas.



La estación de tren de Ollantaytambo es el principal punto de acceso a Machu Picchu. Inka Rail y Peru Rail son los dos operadores que llevan al viajero de Ollantaytambo a Aguas Calientes (donde se encuentra la estación de Machu Picchu).

La ruta de tren que conecta Ollantaytambo y Aguas Calientes es una de las más impresionantes de Perú. Esta ruta te lleva a través del majestuoso Valle Sagrado de los Incas, rodeado de imponentes montañas y exuberante vegetación. Es el preludio perfecto para tu visita a Machu Picchu. El viaje desde Ollantaytambo hasta Aguas Calientes dura aproximadamente 1 hora y 30 minutos.


Acercarse hasta el pueblo de Aguas Calientes, a los pies de Machu Pichu no es posible por carretera; el punto más cercano al que se puede llegar en vehículo es la conocida Estación Hidroeléctrica de Machu Picchu, a 10 kilómetros de Aguas Calientes. Allí el turista debe elegir la forma de llegar hasta el pueblo, en tren o la opción más barata y muy recomendable: caminar por una espectacular ruta por las vías del tren.


Hay dos compañías de tren Perurail e Incarail. La segunda es solo de turistas y era la que tenía contratada. El vagón tenía unos grandes ventanales en el techo para poder contemplar mejor el paisaje y aquellas montañas enormes que nos rodeaban y, en el tiempo previsto, noventa minutos más tarde, llegué a mi destino: Aguas Calientes.


El trayecto transcurre en un recorrido de unos cuarenta kilómetros, entre unas hermosas vistas a lo largo del río Urubamba.


Primero el valle y poco a poco te vas encajonando entre montañas y selva.











Originalmente establecido por unas pocas familias de agricultores en 1901, el pequeño asentamiento se transformó en un ocupado campo de trabajadores ferroviarios, llamado Campamento Maquinachayoq, durante la construcción del ferrocarril a fines de la década de 1920. La ciudad era el centro neurálgico para el alojamiento de los trabajadores y sus equipos hasta que se terminó el ferrocarril en 1931. Denominada también Machupicchu Pueblo para diferenciarla de la zona arqueológica, es la capital del distrito de Machupicchu, ubicado en la provincia de Urubamba en el departamento del Cuzco. Es la principal vía de acceso al santuario histórico de Machu Picchu.

Se encuentra en la región yunga de la selva -término que define a la o las ecorregiones de selva/bosque andino en el flanco oriental de los Andes centrales-, a una altitud de 2040 metros sobre el nivel del mar. El pueblo está situado a orillas del río Urubamba, en la desembocadura de los ríos Aguas Calientes y Alcamayo hacia el primero. Machupicchu está rodeado de montañas de granito cubiertas de vegetación abundante propia de la región de la selva alta o ceja de selva .


Este es un pueblo encajonado entre frondosas montañas y comunicado con el resto del mundo sólo por el ferrocarril. Un buen modo de controlar el impacto del turismo, que en la última década amenaza la conservación del santuario por la masificación. Así se regula el número de visitantes admitidos. La ciudad perdida está efectivamente muy perdida, en medio de los impresionantes barrancos que bajan de los Andes a la selva. Una carretera sería impensable y sólo un tren de feria se atreve a zigzaguear por las orillas del tumultuoso Urubamba. 

Llego sobre las 18,15 h y ya está de noche. Mi hotel está en la parte alta del pueblo, a cinco minutos de la estación, en la Avenida Pachacutec que es la calle más comercial y cerca de los baños termales que han dado nombre al pueblo.

Al ser un pueblito pequeño, sin acceso a taxis ni automóviles, todo se encuentra a corta distancia y es fácil caminar por sus callejuelas. Los únicos vehículos motorizados que hay son los buses que suben hasta el Santuario Histórico de Machu Picchu.

El lugar se ha convertido en un pequeño centro cosmopolita donde se juntan viajeros de distintas nacionalidades a esperar la anticipada subida a una de las Nuevas Maravillas del Mundo Moderno.


Hotel Hatun Inti Classic



Después de dejar mi maleta en la habitación del hotel. Breve paseo por la avenida Pachacutec, llena de tiendas y restaurantes. Ceno en uno de ellos y bajo hasta hasta la Plaza de Armas. Justo al lado de la estatua del Inka, en la esquina de la Plaza de Armas, se encuentra la pequeña iglesia de la Virgen del Carmen.


Enseguida regreso al hotel, mañana hay que madrugar para visitar la joya de la corona. Machu Pichhu. 

                    Rio Aguas Calientes poco antes de encontrarse con el Urubamba.

Aguas Calientes es un nombre que le dan los lugareños, en base a las aguas termales ubicadas al norte del pueblo, a orillas del río Aguas Calientes que desemboca en el mismo pueblo con el Urubamba que prosigue su descenso hacia el Machu Picchu que se encuentra en la margen izquierda del río, y que casi lo rodea por entero describiendo un cerrado meandro en torno a Huayna Pichu. Por otro lado, Machu Picchu Pueblo es un nombre que le ha dado el municipio en los últimos años para evitar confusiones turísticas y tomar el nombre de la maravilla inca, para futuras promociones del pueblo.








No hay comentarios:

Publicar un comentario

MIS VISITANTES

2.023-05-20 NIDO DEL TIGRE

  Día 7 en Bután. -sábado día 20 de mayo- Paro- Monasterio de Taktsang Palphug -Nido del Tigre- Ya decía hace mas de 2500 años el ‘viejo m...