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2.019-09-15 PERÚ MI VISITA A MACHUPICHU II -VISITA CENTRO ARQUEOLÓGICO-


«En fin, fue lo que no es, y por lo que es juzgamos lo que fue»

Esta frase del conquistador y cronista extremeño Pedro Cieza de León, el llamado «Príncipe de los Cronistas de Indias», hablando de las ruinas de la ciudad peruana de  Vilcashuamán, en la Crónica del Perú a mediados del siglo XVI. Sirve también para referirse a la misteriosa Llaqta de Machu Picchu.

Desde su descubrimiento nto a principios del siglo XX, Machu Picchu posee enigmas que permanecen desde entonces y es mucho más que una simple ciudadela arqueológica. Es un lugar lleno de misterios, encantos y aún hoy en día esconde muchas incógnitas.

Quizá ningún enclave arqueológico del mundo supere en belleza escénica a Machu Picchu.

PRIMER DÍA DE VISITA II PARTE

La arqueología y la etnohistoria ayudan a responder algunas preguntas, pero cada vez que nos enfrentamos a un lugar cuya historia escrita no existe, es muy grande la tentación de dejar volar la imaginación. La magia del lugar y las emociones que suscita Machu Picchu, han creado el caldo de cultivo para numerosas explicaciones y suposiciones sin apenas base científica, e incluso turismo esotérico, que intenta sacar provecho del encanto del lugar proponiendo captaciones de energía y cosas así. El propio «descubridor» ante el mundo de Machu Picchu, Hiram Bingham, advertía de la facilidad de establecer teorías poco fundadas, sólo 11 años después de su llegada a Machu Picchu, en su libro «Inca Land» (1922).

Machu Picchu es un bien cultural de la Humanidad, suficientemente interesante y apasionante por si mismo.

Cada uno vive los lugares que se va encontrando a su manera. Pero este fantástico lugar lo he buscado yo. Hoy para mí es un día diferente, se esta cumpliendo uno de mis sueños de viajero; aún cuando no conocía ni la más mínima parte de la historia que envolvía a ese lugar; cuando simplemente veía fotos o documentales, sabía que tenía que verlo con mis propios ojos. Este viaje estaba llamando a mi puerta desde hace tiempo y sabía que iba a acabar abriéndola para descubrir Machu Picchu. Una antigua ciudad inca que sobrevuela los Andes desde sus 2.438 metros de altura y que se ha convertido en uno de los tesoros más preciados de Perú.

El lugar en que asienta es realmente impresionante y hermoso, y aunque todo el mundo conoce la imagen clásica de la ciudad con el Huayna Picchu al fondo, se queda sin ver lo que hay a ambos lados, un extraordinario circo de montañas inacabables, cañones, valles, selva y nieves. Uno de los mayores valores de la ciudad es su armónica integración en el espectacular paisaje.

Para construir Machu Picchu se requirió de un poco más de 10 años. Aunque, algunos muros y recintos sugieren que la ciudad inca estaba en expansión cuando fue abandonada. a causa de una guerra civil que debilitó la estructura política de los Incas y la llegada de los españoles en el siglo XVI.

Construir una centro urbano hoy en día en un lugar así, crearía una fortísima polémica al suponer el destrozo de un paisaje único. Sin embargo Machu Picchu no sólo no ha destrozado el paisaje, sino que incluso lo ha embellecido aún más, admirándonos de la armonía que se puede conseguir entre la creación humana y la naturaleza. Este es uno de los principales valores que le ha merecido el reconocimiento de las personas de todos los continentes, que lo han incluido entre las 7 Nuevas Maravillas de la Humanidad.

Este lugar es el testamento de los impresionantes talentos de ingeniería y arte de los incas.

Un mito, cuya notoriedad, prestigio y leyenda no han hecho más que crecer a partir de aquel día de julio de 1911, en que la redescubrió Hiram Bingham. Un arqueólogo concienzudo, investigador entregado y meticuloso, que dedicó su vida a explorar y dar a conocer su espectacular hallazgo.

Según recientes investigaciones Machu Picchu se ubica sobre dos fallas geológicas, lo que causa constantes movimientos sísmicos. A pesar de esto, los enormes bloques de piedra y la arquitectura antisísmica, han logrado resistir. Actualmente son pocos los daños ocasionados en el lugar. La maravilla del mundo mantiene incólume la mayoría de sus estructuras. Los 500 años de terremotos han hecho un daño increíblemente leve a las estructuras incas que quedaron en su estado original.

Para los ingenieros Alfredo Valencia y Kene Wright consideran que el secreto de la longevidad de Machu Picchu es el sistema de drenaje. Los incas siempre ha impresionado con su ingeniería hidráulica avanzada y no sería una excepción que también se evidencie en una de las construcciones religiosas de gran importancia como lo es Machu Picchu.


Las primeras referencias descubiertas sobre visitantes en Machu Picchu señalan que el agricultor cuzqueño Agustín Lizárraga estuvo en las ruinas el 14 de julio de 1902, guiando a una excursión de otros tres peruanos.​ Pero no fue la primera vez estuvo allí, otros datos sugieren que Lizárraga se dedicaba a mostrar la ciudadela inca a ‘visitantes’ y había estado en 1894 con otro ‘turista’.

Pero la difusión a nivel mundial del lugar no comenzó hasta que Hiram Bingham, un profesor estadounidense de historia interesado en encontrar los últimos reductos incas de Vilcabamba, oyó hablar de las historias del guía Lizárraga. Gracias a contactos locales, consiguió ser conducido hasta el Machu Picchu en 1911 por otro agricultor, Melchor Arteaga.

El 24 de julio de 1911 el profesor ayudante de historia latinoamericana en Yale, Hiram Bingham (1875-1956), amaneció bajo la lluvia en una tienda de campaña instalada en la quebrada Mandor, en el selvático fondo del cañón del río Urubamba (Perú). Natural de Hawai y de 36 años de edad, tal vez no presagiaba que aquel día iba a pasar a la Historia.

......Andes peruanos, mediodía del 24 de julio de 1911, tres hombres escalan con pies y manos una ladera despeñada y abrupta. A sus pies, el río Urubamba sigue como cualquier otro día su curso apresurado hacia el Amazonas. El corazón de uno de los expedicionarios, Hiram Bingham, de 35 años de edad, profesor ayudante de historia latinoamericana en la Universidad Yale, late a velocidad de vértigo. Cuando, después de algún descanso y mucho agotamiento, llegan al lugar, Bingham contempla boquiabierto el paraje que se abre ante él.

 De la densa maraña de maleza asoma un laberinto de bancales y muros, una ciudad fantasma que lleva cerca de 400 años oculta al mundo exterior. «Aquello me dejó sin aliento […] –escribiría después–. Era como un sueño inverosímil.»

Y escribió: La antigua ciudad ocupa un estrecho espinazo curvo que une, a la manera de una doble ladera, los picos de Machu Picchu y Huayna Picchu. Vista desde lo alto, las calles y los edificios parecen sostenerse de milagro en un frágil equilibrio sobre el precipicio. Sin embargo, las construcciones han desafiado a los siglos y a la naturaleza, y hoy uno puede seguir el plan arquitectónico y urbanístico sabiéndose un elegido de los dioses al contemplar un paraje y un paisaje únicos.

Desde el campamento , Hiram Bingham emprendió el estudio de uno de los escasos yacimientos incas que eludieron a los invasores españoles. Con una robusta cámara Kodak 3A Autográfica Especial, tomó miles de fotografías para documentar su trabajo.



En 1913, la National Geographic publicó en su revista un extenso artículo de Machu Picchu y los trabajos que ahí se realizaban, dando a conocer la ciudadela al mundo entero.


Cámara Kodak 3A y Revista National Geographic de 1913, donde se anuncia el «descubrimiento» de Machu Picchu



Al contrario de lo que muchos puedan pensar, Machu Picchu era muy diferente a lo que vemos hoy. Bingham encontró una ciudad en ruinas, una maraña de piedras desunidas, arbustos, raíces y montones informes. Sin embargo, en esa visión caótica se encontraba una de las ciudades incas más notables, que tardaría años en ser reconstruida. A pesar del fantástico descubrimiento, Bingham descubriría, poco después, que no era lo que buscaba. Los primeros estudios de las ruinas le mostraron que Machu Picchu no era Vilcabamba la Vieja , el último hogar de los Incas. Un feliz error -hay que confesarlo- que acabó revelando al mundo uno de los mejores ejemplos del urbanismo incaico.





Vista panorámica de Machu Picchu. Esta fotografía fue recortada para su publicación en la revista National Geographic de abril en 1913 (fotografía de Hiram Bingham).

Bingham la consideró como un refugio del Inca acompañado de las vírgenes del Sol. Más tarde se pensó que era una fortaleza militar y también ha sido vista como un singular centro sagrado. Aunque las últimas investigaciones en otra dirección.

Se las llamó ruinas de Machu Picchu, porque cuando las descubrimos nadie sabía en qué otra forma nombrarlas, y ese nombre se aceptó y se continuará usando. Hiram Bingham, 1913


Con el hallazgo de unos documentos coloniales del siglo XVI en los que se hace una relación de las propiedades personales del linaje familiar del inca Pachacútec ha abierto la ventana a una nueva interpretación, establecida por John Rowe y que es hoy la más aceptada. En dicha relación figuran Písac, Tambo (el actual Ollantaytambo) y “Picchu”, que se ha identificado con Machu Picchu. Estos lugares eran haciendas reales de la panaca del Inca Pachacútec.


Pero ¿Quién era Pachacuti? En realidad se llamaba Cusi Yupanqui. Su pueblo lo recordaría como el noveno Inca, aunque muchos estudiosos actuales lo consideran el primer Inca histórico, es decir, el primero de cuya existencia se tienen referencias fiables, ya que los soberanos anteriores, que habrían gobernado a partir del siglo XIII, se pierden en la bruma de la leyenda. Cusi Yupanqui se ganó a pulso su sobrenombre, Pachacuti Intichuri, que significa “Inca del cambio del rumbo de la tierra”, o “Hijo del Sol que transforma el mundo”, y gobernó entre 1438 y 1471.

Hay quien compara a Pachacuti con Alejandro Magno, pero, a diferencia del conquistador heleno, el inca vivió lo suficiente para consolidar su imperio y convertirlo en un estado fuerte y cohesionado.

El imperio de los Incas o Tahuantinsuyo, como lo llamaron originalmente en el idioma quechua sus pobladores, constituyó la población más importante de la América precolombina . Desde la fundación del gran imperio, a mediados del Siglo XII, se tiene registro de la sucesión de 14 gobernantes hasta la caída del imperio durante la conquista española en la primera mitad del siglo XVI y Machu Picchu representa todas las glorias del pasado peruano antes de la llegada de la invasión de los españoles.  

VISITA GUIADA AL CENTRO ARQUEOLÓGICO


En código QR, en el margen superior izquierdo, interesante información





Después de mí primera visita esta mañana para ascender al Huayna Picchu y que he relatado en mi anterior entrada en este blog, dejo la terraza del restaurante y sobre las 11 de la mañana comienzo la visita guiada. Vuelvo a presentar la entrada y mi pasaporte para hacer la visita y poder ver el área nuclear de la llaqta de Machu Picchu o ciudadela. Pero no entramos, tras cruzar el punto de acceso a esta ciudad sagrada, llegamos a la muralla externa y tomamos el camino donde comienza el itinerario el ascenso que lleva a las terrazas escalonadas que son un ejemplo de arte incaico. Los incas maximizaban así el escaso espacio cultivable y evitaban desprendimientos a causa de las lluvias torrenciales. También por este camino se va a la cima de la montaña Machu Picchu y al Intipunku o Puerta del Sol. Este último recorrido lo realizaré mañana.  El Intipunku era la puerta de acceso más importante  
de la ciudad inca y conectaba Machu Picchu con la red vial del imperio (qhapac ñan) conocido actualmente como el Camino Inca y que está situada a casi dos kilómetros del centro arqueológico y a 2.745 m de altura, unos 330 metros por encima de la ciudadela, y era en sus origines el principal puesto de control de ingreso y salida de la ciudad sagrada de Machu Picchu.

Por unas empinadas escaleras de piedra ascendemos y nos quedamos en lo que se conoce como la plataforma de la Casa del Guardian, en la parte alta de la ciudadela y en lo alto de las terrazas escalonadas que son un ejemplo de arte incaico.. La Casa del Guardián es una de las construcciones más famosas de Machu Picchu, pero no precisamente por la calidad de su arquitectura conformada principalmente por piedras pequeñas y adobe. Su fama reside principalmente en su ubicación privilegiada a unos 2400 m, desde donde se tienen excelentes vistas de Machu Picchu. Es más, desde allí y sus alrededores, se consigue la clásica foto postal de la ciudadela inca que todos los turistas quieren.


En este enclave es interesante no limitarse a tomar las fotos de rigor y descender, pues se trata de un magnífico mirador para identificar la geografía, las zonas y los barrios de la ciudad que luego recorreremos.

En primer plano el empinado cerro Huayna Picchu («Pico Joven»), en cuya cumbre podemos distinguir andenes y construcciones. A la izquierda, asomado al abismo, otro pico menor que parece casi una réplica del anterior llamado Huchuy Picchu («Pico Menor», o «Pico Pequeño»), que también tiene construcciones. Más a la izquierda, al otro lado del cañón vemos las laderas del cerro San Miguel. Si dirigimos nuestra mirada a la derecha de Huayna Picchu vemos destacar la gran mole del cerro Putucusi que asciende verticalmente desde la orilla opuesta del cañón. Más lejano está el puntiagudo cerro Yanantin.

Al fondo del barraco el rio Urubamba Vilcanota que circunda Machu Picchu en tres de sus lados.


Núcleo religioso, astronómico, ceremonial, urbano y agrícola de considerable importancia. La ciudadela, que se cree que acogió a unas 500 personas, estaba compuesta por cerca de 200 estructuras distribuidas en terrazas por la colina andina.

Uno de los grandes logros del desarrollo del pueblo incaico fue su capacidad de comunión estratégica con el medio ambiente en el que se tuvo lugar su historia. El Imperio Incaico, que se fue extendiendo mediante un proceso de conquista sobre una serie de otras culturas, supo aprovechar técnicas y conocimientos de los pueblos conquistados, muchos de los cuales contaban con avances significativos que los colocan de por sí en el nivel de desarrollo de alta cultura.

Eb los dos Planes Maestros del Santuario Histórico de  Machu Picchu que se han desarrollado y  para la conservación cultural y natural de la llaqta inca, en los años 2005 y actualizado en el 2015, considerando su doble condición de patrimonio cultural y natural de la humanidad. En este documento de gestión se contempla entre su amplio contenido la zonificación del espacio.


La ciudad de organiza en torno a dos grandes zonas separadas por un muro pero comunicadas entre sí a través de una escalinata: la zona urbana y la zona agrícola. Junto al muro discurre en paralelo un foso seco que fue adecuado a partir de una falla geológica. 

El acceso al enclave arqueológico se realiza por medio de una puerta de doble jamba, la puerta principal. Su planificación del complejo en dos grandes áreas conforme con las prácticas incaicas de planificación, donde habría sectores altos y bajos, iba a requerir, sin lugar a dudas, un intensivo trabajo en el lugar, así como la construcción de gruesas murallas y rellenos considerables con el propósito de crear lugares llanos para las construcciones y para la plaza central.

A partir de este panorama visual, desde un primer momento, se aprecian dos áreas muy diferenciadas: la Zona Agrícola poblada de andenes y la Zona Urbana  monumental. 


ZONA AGRÍCOLA DE ANDENES Y TERRAZAS

Se contempla un grupo de 13 andenes integrados en dos subsectores. El subsector alto y bajo, se localiza principalmente al sur de la ciudad incaica de Machu Picchu, cuya función agrícola especial no deja lugar a dudas, aunque su producción debió completarse con la función de otros muchos conjuntos de terrazas que rodeaban el centro urbano y que se hallan mas lejos del centro, enlazados mediante excelentes caminos prehispánicos. 

La zona de andenes se articula en dos grandes áreas, una directamente conectada al foso seco generando una sucesión descendiente de terrazas alineadas en dirección noreste y convergentes hacia abajo, asociado a dos caminos longitudinales a diferentes alturas y un canal intermedio que permiten conectar con las diferentes terrazas, asociadas a un grupo de recintos de “qollqas”.  La segunda más elevada, se articula alrededor de espacios abiertos/plataformas en conexión con el camino principal que desciende desde el Intipunku por el Camino del Inca y compone diferentes unidades de terrazas en dirección este, sur, sureste, y oeste, articulado a un área ceremonial delimitada, donde se encuentra emplazado un bloque de roca tallado que presenta dos cortas escalinatas, una superficie plana y una argolla en su extremo este que es una “waka” y un agrupamiento de elementos líticos tipo “ofrendas” y dos recintos, uno de ellos abierto de tipo “wayrana”. En un nivel superior se sitúa el recinto denominado "Kallanka”

ZONA URBANA

En el Primer Plan Maestro que es más simple y mucho menos técnico y complejo para la comprensión del turista de a pie. La zona urbana ha sido dividida por los arqueólogos en grupos de edificios denominados por un número entre el 1 y al 19. Aún tiene vigencia el esquema planteado por Chávez Ballón en 1961 que la divide en un sector Hanan (alto) y otro Hurin (bajo) de acuerdo a la tradicional bipartición de la sociedad y la jerarquía andina. El eje físico de esa división es una plaza alargada, construida sobre terrazas en diferentes niveles de acuerdo al declive de la montaña.

El punto central de esta división de los dos barrios, viene a ser una plaza central rectangular, construida sobre terrazas en diferentes niveles.

Hacia el extremo noroeste  donde ahora me encuentro y el extremo norte surgen muros de sostenimiento construidos y adecuados a la topografía del sector y un camino que se proyecta por medio del flanco noroccidental de la montaña Machupicchu hacia el "Puente Inka". Este camino se conecta con el camino principal, que desciende desde el Intipunku, en cuyo trayecto se anexa a un conjunto de recintos denominado "tambo" y "Pachamama" hasta llegar al inicio del sector urbano mediante el ingreso por medio de una portada principal.

Me encuentro en el sector alto agrario de la ciudad, en las bancadas o terrazas agrícolas. A mis espaldas el sector urbano. La toma refleja la armonía entre la naturaleza y la creación humana.

Observando la Zona Urbana a mis espaldas en la foto se distinguen claramente los dos sectores: un barrio alto o Hanan, al oeste, en primer plano , y otro bajo o Hurin, al este y al fondo, separados por una plaza principal con varios niveles. 

La imponencia de Machu Picchu sigue intacta casi seis siglos después de su construcción.


En el barrio alto se puede reconocer fácilmente la muralla exterior de la ciudad y la puerta principal de acceso a la misma, a la que llega el Camino Inca.


Las antiguas y numerosas terrazas agrícolas ocupan un total de 4.9 hectáreas. Están formadas por muros de contención de piedra, contienen una gruesa capa de tierra vegetal y están bien drenadas (Valencia y Gibaja 1992).

La parte rural, al igual que la urbana, se encuentra dividida en dos sectores: el alto y el bajo. Según muchos estudiosos, en estos andenes o terrazas se cultivaba principalmente maíz y coca, pero también tenían una función fundamental de contención.

Por el extremo oriental de las terrazas hay cinco edificios que quizá sirvieron de almacenes o colcas y para alojar a los granjeros que cultivaron este sector; estos edificios son conocido como el "Grupo de Granjeros" o "Cuarteles Exteriores". En el extremo superior de estas terrazas hay un cuarto pequeño que tiene tres paredes conocido como la posta de vigilancia o la casa del guardián construido en un lugar estratégico tiene una vista clara del cañón de Urubamba en dos direcciones diferentes.


Las terrazas agrícolas del refugio real de Machu Picchu saltan mucho a la vista. Tanto física como estéticamente. Al fondo, en lo alto de los bancales , la Casa del Guardian que más que una casa hacía las funciones de puesto de guardia. Se trata de un edificio tipo wayrona, con tres paredes, y además la mayor de ellas tiene tres amplias ventanas. No cabe pensar que con esta estructura fuera una vivienda, pero sí un puesto de control.

Por el saber tecnológico obtenido de imperios precedentes y de otros pueblos conquistados desde el norte hasta el sur del imperio, los ingenieros civiles de Machu Picchu da la impresión que debería tener un manual para la realización de estas obras de cultivo y contención, aunque los incas carecieron de lenguaje escrito.

Los incas pusieron en práctica criterios de desarrollo sustentable hace aproximadamente 500 años, lo que sienta un buen precedente para el mundo de hoy en el ámbito de la administración de suelos


A unos pasos detrás de la Casa del Guardián existe un monolito de piedra tallada a modo de altar, con peldaños y repisas formadas en la misma roca, es la llamada «Roca Ceremonial». Su función posee dos hipótesis: fue un espacio donde se embalsamaban momias de importantes personalidades o fue un centro de adoración al sol cuyos rayos se posan allí durante los solsticios de invierno.

    La roca ceremonial y muy cerca del Camino del Inca al fondo.


Sobre la Casa del Guardián, existe un gran edificio (el mayor de Machu Picchu) a modo de galpón (casa grande de una planta) de casi 50 m de largo y 250 m2, con 8 portadas con vistas a la ciudad. Este tipo de construcción, llamada kallanka, permitía alojar a un gran número de personas bajo su techumbre vegetal, hoy ausente. Tal vez esta kallanka alojó comunalmente a los trabajadores de Machu Picchu, durante la construcción y también a los agricultores, así como servir de lugar para festivales religiosos de estos colectivos en los extramuros de la ciudad.


En la zona hay un cementerio y sale una ruta hacia un puente levadizo. Este singular puente forma parte de uno de los caminos más peligrosos de toda la ciudad, se trata de un sendero angosto que comienza al sur de la ciudadela.


Un ramal del Camino del Inca pasaba por la escarpada cara de la falla Machu Picchu sobre un recubrimiento de piedras construido junto con un paso movible hecho de troncos. El diseño en forma de puente levadizo proporcionaba a Machu Picchu mayor seguridad.

Hecho en el flanco de la montaña, recorre dos kilómetros y después de una curva se interrumpe para dar lugar a un espacio vacío donde colocaban o quitaban troncos para habilitar o clausurar el paso. Hendiduras hechas en el camino de piedra facilitaban la tarea.


En un punto el camino está cerrado y desde allí hay que ver el puente. Se distinguen los troncos de madera aposentados en las hendiduras de los muros de piedra. Estos troncos se podían retirar en un momento dado, en caso de amenaza de la ciudadela por este flanco.

Damos por finalizada la visita panorámica en los alto de los andenes y descendemos las terrazas escalonadas para visitar la zona urbana. 


Primer grupo de andenes en la parte alta y andenes del sector bajo.

El más importante avance tecnológico de los antiguos peruanos fue probablemente el perfeccionamiento de la agricultura, ella implicó el mejoramiento de la tecnología del agua, la irrigación y la tecnología agrícola, en los andes se perfeccionó y desarrolló un conjunto tecnológico muy sofisticado de terrazas artificiales, llamadas andenes o andenería, que permitió utilizar la parte fértil de los andes.

Las Andenes o Terrazas de Cultivo son construcciones escalonadas ubicados en las laderas de la montaña. Los muros de contención de los Andenes suelen alcanzar más de 4 metros de alto. En sus paredes, se puede apreciar escalones que permiten el acceso de un andén a otro, dichos escalones se encuentran diagonalmente alineados en forma sobresaliente.

Las terrazas se aferran a las escarpadas laderas de la montaña y cumplían una doble función: la de servir como tierra de cultivo y la de asentar la propia ladera y toda la estructura de la ciudadela.

Los andenes de Machu Picchu en su mayoría están orientados a la salida del sol.

Las empinadas laderas de la montaña se estabilizaron con la construcción de estas extensas terrazas que abrieron el espacio para el uso agrícola y la construcción de edificios. Las terrazas fueron cuidadosamente ensambladas detrás de fuertes muros de bloques de roca, y con una capa inferior de cantos rodados, una capa media de grava y una capa superior de tierra. Estos profundos cimientos, y un extenso sistema de drenaje construido en las terrazas, eran esenciales para soportar las frecuentes y fuertes lluvias. El agua de lluvia que se filtraba a través de las terrazas podía drenar hacia abajo por la ladera de la montaña con una mínima erosión del suelo. Sin esta preparación del terreno, el deterioro se habría producido rápidamente al asentarse los rellenos de las terrazas y al desmoronarse los edificios.

Las terrazas previas al recinto urbano y las canalizaciones. Una de las maravillas de la ingeniería incaica, fue su control sobre el agua y su capacidad para convertir casi cualquier sitio en tierra cultivable.


En Machu Picchu, se pueden encontrar colcas en varios puntos de la ciudad, en la actualidad han sido reconstruidas por arqueólogos para saber cómo habrían sido las Colcas originalmente. Las Casas de Almacén del Inca fueron construidas para cumplir la función de vigilancia, de graneros y almacenes, las cuales fueron construidas de manera peculiar, ubicadas de manera escalonada en las faldas de los cerros. Estos posibles puestos de vigilancia y grandes almacenes servían para almacenar los excedentes de producción. Los productor que se cultivaron fueron predominantemente maíz, zapallo, ají, papa, coca y plantas con propiedades medicinales. Hay quienes afirman que tales construcciones tenían la función de BARRACAS o GUARDIANES para controlar el acceso.

Los análisis realizados al colágeno óseo de restos humanos provenientes de las exhumaciones de la EPY de 1912 en la Llaqta de Machu Picchu definieron que el maíz era el alimento básico de la población (Burger et al. 2003:125), representando entre 60 y 70% de su dieta (Burger 2004:89) y si bien se ha sugerido que la producción del Sector Agrícola de la Llaqta no habría generado alimentos para más de 58 personas anualmente (Wright y Valencia 2006 [2000]:47-58) la población de la Llaqta habría cubierto ampliamente sus requerimientos alimenticios con productos que arribaban desde otras zonas agrícolas y ganaderas sobre las que ejercía influencia (Astete 2005, comunicación personal).
José Bastante | Investigaciones interdisciplinarias en la Llaqta de Machupicchu


La comunicación entre los dos barrios, y en general en todo el conjunto arquitectónico, está facilitada por escalinatas que se desplazan en todas direcciones.

La construcción está emplazada en una topografía sumamente articulada, determinada por una arquitectura monumental e integrada al medio natural. Su edificación integral planificada obedeció a dos objetivos principales: la estabilización del "caos granítico" y la construcción de andenes o terrazas.


Sector HANAN

Nos vamos acercando a la zona urbana para entrar al barrio alto, el Hanan, al que se accede por la Puerta Principal da acceso al mismo. Con su clásica forma trapezoidal. Finamente tallada y con un dintel de algunas toneladas.

Por seguridad, debería construirse tanto una muralla externa, que incorporara la topografía natural, como una muralla interna, que dividiera el área agrícola y el área urbana con solo una puerta para el paso del camino incaico que venía desde la ciudad capital del Cusco o de aquellos que lo hacían desde el occidente tras cruzar el puente levadizo. Aquí terminan los últimos escalones del Camino Inca.

Así como otras ciudades o llaqtas incas, Machu Picchu también sigue los principios de la dualidad y la cuatripartición.


El sector urbano se encuentra también dividido en dos sub-sectores, delimitados por un espacio abierto principal y tres espacios abiertos menores a manera de plazas que marcan un eje central mediante una línea imaginaria que pasa por sus puntos medios. El Alto o Hanan y el Bajo o Hurin que presentan 19 conjuntos urbanos (Residencia de la nobleza y de los especialistas, templos, huacas, talleres, depósitos y otros), 13 conjuntos agrícolas, una plaza central, 2 plazas menores y 8 caminos. El lado este de Machu Picchu, presenta poco más del 60% del conjunto de su construcción. 

La zona urbana ha sido dividida por los arqueólogos actuales en grupos de edificios denominados por un número entre el 1 y el 19. Aún tiene vigencia el esquema planteado por Chávez Ballón en 1961 que la divide en un sector hanan (alto) y otro hurin (bajo) de acuerdo a la tradicional bipartición de la sociedad y la jerarquía andina. El eje físico de esa división es una plaza alargada, construida sobre terrazas en diferentes niveles de acuerdo al declive de la montaña.

Hay mucho más de lo que se ve a simple vista en Machu Picchu. Uno de los hechos más sorprendentes de la ciudad, es que se estima que un 60% del esfuerzo total de construcción está oculto bajo tierra.

Foso seco y canalización

Su función habría sido un drenaje de aguas. Además impedía la erosión excesiva del terreno y contribuía al aislamiento del sector ceremonial ya que recogía buena parte de las aguas que discurrían por los rellenos de piedra del subsuelo. Equivocadamente algunos lo consideran un foso defensivo a partir de una falla geológica que se traza en dirección noreste – suroeste.

El sentido común diría que el lugar indicado para levantar una ciudad sagrada, símbolo del poderío de un imperio, sería un terreno plano y estable que ofreciera cimientos firmes. Un nuevo estudio publicado por la Sociedad Geológica de Estados Unidos, sin embargo, sugiere que los incas decidieron construir este santuario justo en un lugar donde se encuentran varias fallas geológicas.

"La ubicación de Machu Picchu no es una coincidencia", dijo en un comunicado Rualdo Menegat, geólogo de la Universidad Federal Rio Grande do Sul de Brasil y autor de la investigación.

Algunas de las fallas van en sentido noreste-suroeste y otras tienden a ir de noroeste a sureste, formando una X en cuyo centro está Machu Picchu. 

Los análisis de Menegat muestran que varios edificios, escaleras y sectores urbanos de Machu Picchu, así como los campos de agricultura que la rodean, se construyeron siguiendo la orientación de estas fallas en X.


Un proceso geológico importante que se produce en la región es la tendencia a los deslizamientos de tierra, ya que las escarpadas laderas de las montañas de la región son inestables. Las elevadas precipitaciones estacionales (casi 2.000 mm al año) están descomponiendo lentamente los minerales de las rocas graníticas, proporcionando material susceptible a los deslizamientos.

Los incas conocían bien los problemas de una geografía empinada y lluviosa: el riesgo de corrimientos y desprendimientos de tierras y laderas, o «huaycos», que hoy siguen produciendo catástrofes y cortes de carreteras. Por tanto, un factor fundamental era garantizar una adecuada cimentación y drenaje de todo lo que allí se iba a edificar. Esta fue la fase más dura e ingrata de la construcción de la ciudad, y Wright y Valencia consideran que supuso un 60% del esfuerzo constructivo del total, es decir, que casi 2 de cada 3 horas invertidas de trabajo están invisibles bajo el suelo.

Los ingenieros incaicos dieron una gran prioridad al drenaje superficial y subterráneo de Machu Picchu durante su diseño y construcción. Se podría decir entonces que el milagro de Machu Picchu no solamente reside en sus bellos edificios, sino también en las características de las obras de ingeniería que yacen invisibles debajo de la superficie.


Destalle de edificios en el sector Hanan o barrio alto.
Cruzando el Foso Seco y traspasando la puerta se ingresa al barrio alto del Sector Urbano que es lo primero que me dispongo a visitar. Los dos subsectores se encuentran claramente separados, en el sector Hanan hay calles, caminos, pasadizos, recintos; que por el tipo de su arquitectura, se ve claramente que era de uso para una clase social alta como la sacerdotal.

Pero Machu Picchu no es solo un conjunto de estructuras antiguas; es una ventana al pasado que te transporta a la grandeza de la civilización inca.

En el Plan Maestro del Santuario Histórico de Machu Picchu 2005 (en el último Plan 2015-2019 la sectorización es mucho más compleja) se contemplan los Sectores y Subsectores del complejo urbano que he tomado como referencia.

En cada sector, por lo general las “kanchas” muestran formas diferentes en su planta, las edificaciones de los recintos, calles y otras estructuras tuvieron que ser diseñadas de acuerdo al espacio disponible en las terrazas.


LA CIUDAD INCA: SECTORIZACIÓN

Plan Maestro Santuario Histórico de Machu Picchu 2005  (páginas 85 a 91)

Conjunto 1: PUERTA DE ACCESO A LA CIUDAD, TALLERES Y VIVIENDAS

Se localiza en el sector urbano, subsector alto. Su nombre tradicional es el de “Portada” o “Conjunto militar”. El conjunto se ubica entre 2.460 a 2.440 msnm. Algunos recintos presentan evidencias de una función habitacional, de depósitos, vigilancia. 


La puerta principal es la única puerta para atravesar la muralla interna. Los arquitectos incas la diseñaron para que estaría orientada de tal manera que, cuando los visitantes la cruzaran hace 500 años, quedaran impresionados por una visión enmarcada en piedra de la montaña sagrada Huayna Picchu.

 La puerta se construyó con grandes bloques y un pesado dintel.


En Machu Picchu, las vistas de las montañas sagradas están enmarcadas en puertas y ventanas de mas de seis siglos. Aquí el Huayna Picchu apuntando al cielo con su cumbre a 2693m.


En su interior hay un sistema de posible fijación de una puerta de troncos atados, que se amarraría a unos clavos líticos laterales y a una argolla en lo alto. La puerta tiene orificios a ambos lados que habrían servido de sostén a un tronco horizontal para cerrarla. En el suelo se encuentra un círculo de piedra que coincide con una argolla en la parte superior, lo que hace pensar que un tronco vertical sería usado para asegurar el acceso.

Foto antigua de la única puerta de entrada a Machu Picchu se muestra abajo a la izquierda. Hay dos aberturas estrechas localizadas más allá de la puerta que dirigen a espacios para el cuidado de las llamas que servían como bestias de carga, en tanto que a lo largo del sendero se encuentran depósitos para el despacho y almacenaje de alimentos, que facilitarían el envío y la descarga de bienes, controlando las entradas y salidas de productos y personas de la ciudad. 

Me dispongo a traspasar la puerta y adentrarme en el área arqueológica. Un área edificada de la Ciudad Inca de 530 metros de largo por 200 metros de ancho (106.000 m2) y que  tiene 193 recintos (Número de recintos definidos por el Programa de Investigaciones Arqueológicas e Interdisciplinarios de Machu Picchu ( PIAISHM), si bien Chávez cuantificó 216 recintos (1971:2); Valencia y Gibaja - 172 recintos (1992:24) y Valencia - 183 recintos (2005:84).

Se ha definido que la población permanente de la Llaqta de Machu Picchu fue de unos 400 individuos de origen multiétnico, los cuales desempeñaban funciones de especialistas, controladores, administradores, sacerdotes y sirvientes. Esta cifra ha sido calculada en base a las dimensiones de los 85 recintos que fueron destinados a ocupación doméstica, además del empleo y cruce de información histórica y etnográfica. Si bien otras investigaciones de arqueólogos apuntan a 500 o más individuos.

Descendiendo, el primer conjunto de casas y dependencias serían talleres y viviendas de los sirvientes del Templo del Sol o del Inca, cuyos aposentos estaban más abajo y destinados a satisfacer las necesidades rituales de la familia real y los grandes sacerdotes y sacerdotisas del lugar. Aquí se localizan las Fuentes Rituales; la habitación de la Ñusta; el ‘torreón’ –o templo del sol-; y el panteón real.


Al final de esta calle encontramos a la derecha una puerta de doble jamba (sólo queda su parte inferior) y una escalera que desciende algo. En el lado opuesto (izquierda) nos encontramos con los bloques graníticos de la cantera de la ciudad, y enfrente la Plaza Sagrada y el Intiwatana o Intihuatana, este último es el punto más alto del área urbana de Machu Picchu situado en una pequeña colina y  reservado para el "lugar donde se amarra el sol" el Intiwatana. Esta colina de forma piramidal necesitaría numerosas terrazas para prevenir la erosión de la capa superficial del suelo y los talladores de piedra tendrían necesidad de aplanar la parte superior para crear una plataforma.


Una vez en el interior, el viajero se adentra en un laberinto en piedra y en este sector urbano alto donde me encuentro, situado hacia occidente, se localizan los templos mayores y la residencia del Inca o Real.



Analizando el plano de Machu Picchu, los arqueólogos han delimitado 19 conjuntos de edificios. Cada uno de ellos agrupa unas cuantas construcciones, frecuentemente cercadas por una pared con pocas entradas. Los conjuntos se comunican entre sí por caminos y escaleras. Al pasar la Puerta Principal nos encontramos en el Conjunto 1.

Se observa como los incas aprovechaban grandes bloques de piedra existentes en el lugar y adaptaban la construcción de sus edificios,  integrándolos y consiguiendo un ajuste perfecto de las piedras que utilizaban para su edificación.

Cuando Bingham describió la ciudad al mundo nombró una serie de edificios, conjuntos, barrios, etc con unas denominaciones totalmente subjetivas, en analogía con la tradición europea. Nunca sabremos los nombres originales que tenían (ni siquiera sabemos con total certeza el nombre que tenía la ciudad, que podría haber sido «Picchu» como hemos visto). Esos nombres (Templo Mayor, Sala de los Morteros, Templo del Cóndor, Casa del Sacerdote, Torreón, Templo de las Tres Ventanas, etc) han permanecido vigentes hasta la actualidad y parecen atribuir al edificio una función que tal vez ni siquiera tuvo.

Conjunto 2: TEMPLO DEL SOL O TORREÓN Y MAUSOLEO

Se localiza en el sector urbano, subsector alto. Su nombre tradicional es el del “Grupo del torreón”, “Sunturhuasi”, “Tumba real”, etc. Presenta una morfología general de forma trapezoidal. A este conjunto se deben agregar el recinto 1 o “huayrana” que se halla actualmente techada con una estructura de madera y cubierta de paja y las fuentes ceremoniales 1,2,3 y 4, de fino acabado. Presenta la arquitectura más fina de Machu Picchu, principalmente en su muro de ingreso, que presenta una estereotomía de estilo rectangular de juntas ajustadas y paramento pulido. Las estructuras se han construido sobre cuatro terrazas o andenes. Por sus evidencias estructurales y elementos arquitectónicos, la función del conjunto debe ser de carácter ceremonial, marcando ciclos ceremoniales, así como de residencia y depósitos. Por la terraza al dorso del Templo del Sol, corre el canal de abastecimiento de agua  que se dirige a la primera de las fuentes.

Comienzo la visita en este Barrio Residencial donde se encuentra el Templo del Sol también llamado “Torreón Circular” o “Mausoleo real”. Se accede a él por un portal que tenía un sistema de seguridad con anillos de piedra. El templo de 10,5 metros de diámetro se construyó sobre un enorme canto rodado. Tiene forma semicircular con bloques finamente labrados, su pared trasera es recta. Este fue el primer espacio que exploró, deforestó y estudió Hiram Bingham en 1912. 

La primera visión del intrigante edificio la tengo desde un mirador. 

Pero lo mejor es su ubicación, desde donde se puede contemplar un hermoso amanecer por la cordillera de Vilcabamba y una panorámica sobrecogedora del cañón del río Urubamba y del cerro Putucusi. 


El mirador del Templo del Sol se encuentra ubicado en la parte superior del Templo del Sol y nos permite observar el recinto construido sobre una cueva natural, por su ubicación elevada se considera una construcción religiosa podría servir  para rendir culto al sol, esta edificación inca es la única construcción de forma circular, es del tipo arquitectónico denominado "Inka Imperial" es decir con piedras enfrentadas rectangulares con las junturas, hecha a base de bloques de granito que tiene un muro semicircular con tres ventanas, hornacinas y una puerta trapezoidal con doble jamba, que rodea una gran piedra de granito en su interior, una especie de altar este templo sirvió como observatorio astronómico donde se podía anticipar la llegada de los solsticios.

Los arqueólogos piensan que este extraño edificio podría ser  un templo que marcaba los ciclos sagrados del sol.

El Torreón tiene dos ventanas en forma trapezoidal y volutas en sus cuatro extremos, a ventana identificada con el Nº 2-naranja, da hacia el NE, hacia el punto más extremo del solsticio de invierno que se produce el 22 de junio, a través de la tercer ventana (Nº3-amarilla) ubicada al SE y orientada hacia la Puerta del Sol (Intipunku) que corresponde al solsticio de verano que ocurre el 22 de diciembre. En medio de esta arquitectura aflora una roca central, labrada en forma de un altar.


La ventana mas grande, indicada en rojo (Nº1) de las serpientes comunica directamente a la fuente de agua principal, es la más grande de las tres que presenta el torreón, llamada "ventana de las serpientes" por las culebras venenosas que encontró Bingham en su interior -otros dicen que se lo imaginó.

Con relación a la roca que sirve de altar o piso sobre el que se proyecta la sombra del Sol en el Solsticio de Invierno hay muchas versiones y la mayoría apunta a que es un símbolo de los tres mundos andinos, otras la indican como la representación de un puma sagrado.



Este ambiente tiene una manufactura pulida, con bloques finamente labrados de dos pisos: el primero es un templo semi subterráneo y en el segundo se destaca un hermoso muro semicircular de trazo perfecto, con una leve inclinación hacia el interior denominado "Torreón".


Los incas aprovechaban sin problema los afloramientos de roca natural para edificar encima sus construcciones. La maestría en el tallado y ajuste de piedras les permitían adaptar los sillares a la roca natural con la misma perfección que entre ellos. El Templo del Sol (o «Torreón») es un magnífico ejemplo. En la foto siguiente podemos ver un detalle.

El templo del sol es un recinto construido sobre una cueva natural. Debido a su ubicación alta y a su fino labrado es considerado una edificación religiosa para rendir culto al sol.

Pero lo más sorprendente es el hecho que fue construida sobre una enorme roca natural que le sirve de cimiento. Los arquitectos incas aprovecharon la forma de este peñasco para darle continuidad al edificio a base de reducir la anchura de los bloques, que apenas se percibe. Los incas no conocían la rueda ni tenían animales de tiro, por lo que observar grandes construcciones integradas en la naturaleza es una magnífica muestra de la destreza de sus arquitectos, ingenieros y canteros.

Es la única construcción de la ciudad inca que tiene forma circular. Además posee ventanas, hornacinas y una puerta de ingreso.

El Torreón, sin duda alguna, fue un templo solar y un observatorio. En la parte inferior del Torreón se aprecia una gruta cuyas paredes interiores han sido ricamente trabajadas en forma de escalera, con la función de altar y para colocar ofrendas, todo el muro está enchapado con piedras de la más fina cantería Inca, formando hornacinas trapezoidales, con alturas suficientes como para contener la momia de un hombre.

Tradicionalmente conocido como Mausoleo Real, Sitio de los Muertos o Tumba del Inca, esta gruta natural que esta debajo del Templo del Sol, y que fue completamente forrada por los incas con muros de piedra labrada, se piensa que pudo haber sido tumba de la realeza inca, según la primera teoría de Hiram Bingham. Hoy en día según nuevas investigaciones los arqueólogos determinan que fue un lugar dedicado a la ceremonia de la Pacha Mama (madre tierra).
Un afloramiento natural integrado en la construcción del templo.

Los afloramientos rocosos también se tallaron con escalones, plataformas, nichos y canales y otras formas. Estas tallas distinguen una roca sagrada de su entorno.


LA  CASA DE LA ÑUSTA

El palacio de la Ñusta o casa Sacerdotal. Aunque es más conocido por su primer nombre, no se sabe con certeza cuál era su función. 

La ñusta era una princesa que pertenecía a la "panaca" o familia real, del inca gobernante. La sociedad Inca como en muchas culturas antiguas, estaba dividida en clases sociales según su linaje. Los Ayllus Reales representaban la nobleza de la sangre Inca, constituida por descendientes directos del rey, denominados "Panacas"; esta clase social comprendía:  La "Coya" o esposa principal, las esposas secundarias, o concubinas, y los príncipes varones, llamados "Auquis", las princesas desposadas o "Pallas" y a las pricesas no desposadas o "Ñustas" Cada panaca tenía sus sirvientes personales (yanas), sus propias tierras para la agricultura y residencias privadas.

Machu Picchu se ha considerado como lugar santuario para la civilización inca que, según los estudios de expertos antropólogos e historiadores, podría haber servido para dar asilo a las princesas vírgenes del imperio conocidas como princesas del sol o Ñustas, tras la llegada de los conquistadores españoles. Estas teorías se basan en el hecho de que las excavaciones arqueológicas han descubierto que la mayoría de los restos humanos encontrados en las cámaras de enterramiento pertenecían a mujeres.



Torreón o Templo del Sol y Casa la Ñusta ARTISTA Martín Chambi (Coasa, 1891 - Cuzco, 1973)
COPIA DE Edward Ranney (Chicago, 1942)
   

Aunque no hay ninguna razón para suponer que una ñusta vivió aquí, la tradición ha bautizado esta construcción de esta manera). Se trata de un edificio de dos plantas adornado interiormente con numerosas hornacinas y realizado con el tipo de sillería perfecto de cuantos ofrece a arquitectura inca. Estrechamente ligada al templo semicircular o Torreón del que se encuentra a unos metros y les separa una pequeña plaza que forma parte del complejo. Algunos autores señalan que pudo ser la vivienda de una sacerdotisa inca y la dan el nombre de Casa Sacerdotal.


Las dimensiones de la casa son pequeñas (3 x 5 metros) y partimos, como con tantos otros edificios, de la suposición de que la Ñusta (princesa inca) vivió en este recinto que está contiguo al Templo del Sol. Ambos edificios se comunicaban mediante una gran puerta de formato trapezoidal Arquitectónica y estrechamente ligada al templo semicircular o del sol. El Palacio de la Ñusta (apartamentos reales) ubicado en el mismo conjunto arquitectónico donde se ubica el Templo del Sol, contiguo al mismo. El Palacio de la Ñusta o Palacio de la Princesa tiene dos pisos, construidos con piedras macizas, finamente trabajadas.

La delicadeza de la mampostería de estas casas, junto al Torreón, pone de manifiesto la delicada factura de las paredes y su cercanía al Torreón. Es una de las mejores construcciones de toda la ciudad.

Las edificaciones sobre el Templo del Sol también podrían ser residencias de Ñustas o princesas incas.


El Barrio Residencial, situado encima del Torreón, llama la atención por su simetría y orden. Está compuesto por aposentos descubiertos, de tres y cuatro paredes. Algunas habitaciones son de reducido tamaño, mientras que otras llegan a tener dos pisos.

Conjunto 3: PALACIO O RESIDENCIA REAL

Este conjunto se localiza en el sector urbano, subsector alto; en la parte central de Machupicchu. Es conocido con la denominación tradicional de “Casa del Inca”, “Casa real”, etc. Su morfología y estructura, nos permite afirmar en una función social de carácter habitacional de un grupo social de alto status.

Al otro lado de la escalera de las Fuentes Rituales que la separa del Templo del Sol,  se encuentra el Palacio Real. Su identificación como residencia del inca viene dada por tres factores: la primera es que es la primera de las casas que recibe el agua nada más entrar en la ciudad y pasar por ese ‘río’ ritual que se desparrama junto a la escalera; la segunda es la propia calidad de la construcción y la tercera es que es la casa más grande de todo el complejo (con dos plantas construidas sobre grandes terrazas y espacios abiertos (canchas). 


La residencia real, al lado de la casa de la Ñusta y del templo del Sol, era un conjunto de dependencias donde se alojaba el Inca Pachacuti y su familia cuando visitaban la ciudad. La privacidad de los aposentos reales estaba garantizada por un muro y se accedía por un pasillo oscuro y angosto que conducía a un luminoso patio.



Interior del Palacio Real (Conjunto 3, habitación 4 a la izq y estancias 2 y 6)


La casa del inca o residencia real de Machu Picchu es el recinto para uso de vivienda con los muros más finos del sitio arqueológico. y está construida con piedra granítica finamente tallada. 

Edificación que incluye comedores, habitaciones, área de servicios y área para la servidumbre. Se supone que era el espacio reservado para el Inca o autoridad de mayor rango, con su familia. De las construcciones destinadas a vivienda, es la más elaborada, grande y mejor distribuida de Machu Picchu. Incluye dos habitaciones de grandes dinteles monolíticos y muros de piedra bien labrada. Una de esas habitaciones tiene acceso a un cuarto de servicio con un canal de desagüe. El conjunto incluye un corral para camélidos y una terraza privada con vista al lado este de la ciudad.


En la fotografía de la izquierda estrecha dependencia privada al fondo de la habitación 4, dotada de un desagüe (al fondo), se supone pudo ser el retrete del Inca. El edificio opuesto tiene una dependencia parecida, aunque sin acceso desde la habitación, que se supone fue área de cocina. También dispone de un canal de desagüe.

LAS FUENTES LITÚRGICAS

Los incas consiguieron alcanzar un alto grado de desarrollo en tecnología hidráulica. Las fuentes de agua de Machu Picchu están hechas de piedra granítica, abundante en el lugar. Después de más de 500 años, el agua continúa fluyendo en Machu Picchu sin parar.

La singularidad Machu Picchu que fue declarada en el 2007 una de las siete maravillas del mundo moderno, es que el agua fue el elemento mayor de los ingenieros incas, al considerarla como una divinidad y fuente de vida de todos los seres vivos, por lo que la monumental construcción de piedra, fue edificada, no en cualquier lugar, sino que se erigió sobre las aguas (diosa Mama Cocha) del río sagrado del Urubamba que le abraza por tres costados y corta la Cordilleta Oriental de los Andes en el sur de Perú, formando un gran cañón.

La primera necesidad fue localizar fuente de abastecimiento de agua para la futura ciudad.



Desde el cerro Putucusi, frente a Machu Picchu, se tienen unas vistas desconocidas del abismo en el que se asienta Machu Picchu, construida encima de una gran estructura orogénica de granito, bautizada por el Dr. Isaiah Bowman como “Batolito de Vilcabamba” o "Vilcapampa", y se observa claramente la falla que separa el sector agrícola del sector urbano. Sorprende por la forma en que las construcciones de piedra se despliegan sobre una loma estrecha y desnivelada, cuyos bordes hay un farallón de 400 metros de profundidad que forman el cañón por el que se llega al río Urubamba.

La falla de Machu Picchu tiene grietas en la roca que colectan el agua infiltrada en el suelo y la canalizan hasta hacerla aflorar en un manantial al sureste de la ciudad. Desde allí los incas construyeron un canal de piedras cortadas y talladas, de 749 m de longitud y 25 m de desnivel.

El rendimiento de este manantial fue mejorado por un sistema de recolección de agua de bloques de piedra bien diseñado que todavía está en funcionamiento hoy en día. Una serie de largos canales y una impresionante secuencia de 16 fuentes de piedra, proporcionaban el agua ceremonial y doméstica que caía en cascada a través de la finca real. El agua más pura, en la parte superior de la serie de fuentes, estaba situada junto a la residencia del gobernante inca.

Pero no es la única construcción hidráulica que tiene Machu Picchu; una enorme red de canales subterráneos alimentan las terrazas donde se sembraron todo tipo de plantas; es más, el 60 % de la ciudad inca de Machu Picchu no puede se ver, ya que está construida bajo el suelo de la montaña. Esto refuerza la idea de que “Machu Picchu fue un lugar de culto al agua”. Los incas veneraban el agua por sus bondades y creencias y en Machu Picchu fueron adoratorios al agua, pero también cumplieron un fin de uso doméstico, requería de una ceremonia informal al momento de aprovisionarse del líquido elemento, para lo cual se dispuso de ambientes pequeños y discretos.

En una primera etapa, con el agua ya canalizada entrando a la futura ciudad, había que decidir dónde ubicar la primera fuente. Cerca de donde llegaba el canal se encontraba una gran roca bajo la cual había una cueva (los incas sentían veneración por esas cavidades, que comunicaban con la Pachamama y donde acostumbraban a enterrar a sus muertos). Parecía un buen lugar para construir la primera fuente y ubicar a su lado, sobre la gran roca y su cueva, un edificio religioso de importancia. Pero además Pachacútec parecía desear que esa primera fuente estuviese al lado de su futura residencia, y así disponer del agua recién llegada en primer lugar. Por tanto, una vez se decidió el lugar para la primera fuente, en la parte alta (Hanan) de la ciudad, se planificó a su vera los conjuntos más importantes de la ciudad, esto es, el Templo del Sol y la Residencia Real. 



Muro occidental del Templo del Sol y terraza por donde viene canalizada el agua a la fuente principal conocida como la Wayrana.

Desde el entorno del Templo del Sol se construyeron una serie de 16 fuentes escalonadas, de forma que el agua va pasando de una a otra. La primera de ellas, al dorso del Templo del Sol, parece haber sido de uso exclusivo del Inca, encontrándose al lado de su residencia. La fuente nº 3, en la imagen, es la más monumental, grande y trabajada, y se encuentra frente al Templo del Sol.

Se cree compartía funciones sagradas con el templo semi circular de observación del dios sol, y se la vincula con actos rituales y ceremonias relacionadas con el agua en un mundo sacralizado, en el que la religión y la cosmovisión mágica era parte de su vida cotidiana, para ellos las divinidades más antiguas salieron de las aguas del Lago Titicaca y la naturaleza andina siempre dependió del agua, de la lluvia. El Templo del Sol cuenta con una ventana que da a dicha fuente. Una fuente de fábrica única, pues está hecha de pocas piezas y da una apariencia monolítica, debió demandar mucho trabajo por la fabricación, pulimento y ensamble impermeable de ésta.


Machu Pichu es un verdadero monumento de ciudad sostenible perfectamente planificada, para el desarrollo urbano sostenible, ecológico, resiliente y eficiente, considerando incluso el aspecto religioso, místico y de seguridad militar. Ofreció calidad de vida a todos sus habitantes sin poner en riesgo el ecosistema y sus servicios en medio de los Andes.




La primera fuente incluye una gran losa de piedra, dentro de la cual fue tallado un pozuelo rectangular. Un orificio de desagüe está conectado con un canal delicadamente esculpido que trasporta el agua a las fuentes situadas más abajo. El inca utilizaba esta fuente que se encuentra situada en la ubicación más alta.

 
Desde la fuente principal se distribuye el agua en secuencia a otras 16 fuentes o pozas que discurren paralelas a la escalinata central conocida como la Calle de las Fuentes, utilizando muy fina mampostería y rocas talladas para formar un complejo sistema hidráulico. Estos surtidores de agua, más conocidos en la región como paqchas o pachas. Se trata de 16 caídas de agua, cuidadosamente talladas en bloques poligonales con presencia de canales trabajados en la misma roca. El agua es conducida hacia el sector urbano y se distribuye el líquido elemento en forma ordenada por todo el sector.


La escalera de fuentes en Machu Picchu es mucho más que una simple estructura arquitectónica. Es un testimonio del ingenio humano, la creatividad y la capacidad de adaptación a entornos desafiantes.

La ancha escalinata central que hace las veces de "calle principal", además de facilitar el acceso a las mismas, sirve de comunicación directa entre el sector alto (Hanan) y bajo (Hurin), conectando el Templo del Sol y Residencia Real con el llamado Templo del Cóndor, separado por la pequeña Plaza Pisonay, llamada así por el árbol plantado en la misma y que conforma al sur, la última de las tres explanadas de la gran Plaza Principal a la que corta en vertical en esta zona. 

Esta larga escalinata es el segundo eje en importancia de la ciudad, forma una cruz con la Plaza Principal, atravesando prácticamente todo el ancho de las ruinas de este a oeste: Consiste en dos elementos: una ancha y larga escalinata que hace las veces de «calle principal» y un conjunto de elaboradas fuentes de agua que corre paralelo a ella. En la intersección de ambos ejes están ubicadas la residencia del inca, el templo-observatorio del torreón y la primera y más importante de las fuentes de agua.

CANTERA O "CAOS GRANÍTICO"

En las inmediaciones de cada sitio importante debe existir una cantera de piedra para la obtención de material de construcción, como es el caso de la ciudad incaica de Machu Picchu, 


Sigo el recorrido por la parte alta y paso por un amontonamiento de piedras, al gunas a medio trabajar, producto de las características geológicas del lugar.

De manera fortuita, las grietas formadas durante el proceso de formación de estas montañas han fracturado ampliamente la roca, creando una conveniente cantera natural de bloques graníticos, de los cuales muchos son 'pre-cortados' en tamaños útiles. Sin esa fuente de roca adecuada en la cima de la cresta, la construcción habría sido sumamente difícil.

Recordemos, que originalmente todo el área donde se asentó la ciudad de Machu Picchu, era una gran cantera, que los Geólogos llaman “el caos de granito”, los mismos que fueron trasformadas en poliedros líticos y transportados a obra, son de diferentes calidades, donde recibían el acabados y el tallado final el pulido se realizaría después de estar colocado. En esta zona trabajaban picapedreros con martillos también de piedra, palancas y cinceles de bronce. Aprovechando y agrandando fisuras naturales de la roca, se extraían bloques graníticos de variados tamaños

Se considera, que esta zona está directamente relacionada, con los proveedores de material de construcción, para las diferentes zonas de Machu Picchu, dado que aparecieron numerosos martillos de mano usados por los picapedreros.

Bloques de roca y granitos fracturados que generan el caos granítico. La construcción de la ciudad inca y la morfología del terreno por donde el agua de lluvia penetra las fallas y fracturas ayudan a la gravedad a separar los bloques de granito y formar el caos granítico, que encontrado por los incas, realizan la construcción y estabilizan plataformas, muros y plataformas para luego construir sus templos, casas y otras edificaciones.



Debido a las fallas, el terreno ofrecía a los incas grandes cantidades de rocas fracturadas que se desplazaban luego de un terremoto. Eso, parece ser, les facilitó el trabajo, pues las piedras ya estaban debilitadas y era más fácil tallarlas.

Posiblemente, esta sería la imagen que se encontrarían los incas cuando llegaron al lugar. La Ciudadela Inca de Machu Picchu se construyó sobre este "caos granítico" (bloques de diferentes dimensiones, unidos en forma desordenada) en una zona bastante inestable, para lo cual los incas levantaron andenes (terrazas) y muros, con el objetivo de estabilizar el caos y luego construyeron sus viviendas, templos, palacios.

En la parte superior, inmediatamente después de ingresar por el camino y/o calle principal, se tiene un acceso para llegar a cinco recintos, tres de ellos articulados. En un nivel inferior extremo este se encuentran, emplazados, un recinto con función de vivienda, estructuras circulares a nivel de superficie tipo “talleres de canteros” y dos colosales bloques de roca “wakas” con muestras de tallado sobre una superficie plana superior.

Cimientos de las rústicas cabañas circulares de los picapedreros en la cantera

Los visitantes de Machu Picchu deberían dedicar unos minutos a imaginar el esfuerzo constructivo que supuso edificar la ciudad en un lugar como este. Hoy existen caminos incas, escaleras, andenes, carreteras para autobuses, etc., pero cuando Pachacútec decidió establecer una Llaqta y hacienda real aquí el lugar era salvaje, agreste y escabroso, en la cresta entre dos montañas, cubierto de rocas, selva y precipicios. La planificación y construcción de la Llaqta de Machupicchu demandó la intervención de una considerable cantidad de especialistas y de un enorme esfuerzo humano.

Desde el punto de vista de la tecnología constructiva, los incas aprovecharon los conocimientos de otras culturas como de los collas la destreza para el trabajo en piedra, de los waris la técnica de las terrazas agrícolas (andenes), de los mochicas y chimúes la metalurgia del bronce.

Detalle del mural "Construcción de una ciudad", que se puede ver en la 6° sala del Museo Inca del Cuzco. Se presume que los incas realizaron en Machu Picchu una labor lenta pero eficaz tallando piedras usando otras piedras más resistentes y filudas de distintos tamaños.

Para esta impresionante obra se requirió de bastante piedra granítica, la misma que se hallaba en abundancia en la montaña Machu Picchu. Aún hoy es posible apreciar los bancos de piedra que se sitúan en pleno sector religioso de la ciudad inca. Gracias a esto, los incas no tuvieron la necesidad de trasladar por muchos kilómetros, los bloques de piedra.

Es difícil creer que los Incas hayan empleado métodos análogos a babilonios o egipcios (pueblos que conocieron la rueda), por ejemplo para desplazar tamaños bloques de piedra con uso de palancas, rodillos, etc. Los cronistas del siglo XVI como Huamán Poma de Ayala y el Inca Garcilaso citan detalles de dicha faena y leyendo sus textos citan que era labor de ¡miles de hombres!. Era, como podrá comprenderse, un trabajo titánico, penoso y no exento de lamentables y terribles accidentes.
    
La mano de obra requerida para la construcción de Machu Picchu provenía de los pueblos recientemente conquistados. En el caso de la ciudad inca, fueron principalmente los ‘chachapoyas’, una cultura conquistada en la selva norte del Perú, quienes pusieron la mano de obra para tan majestuosa construcción.

En la arquitectura inca pueden distinguirse dos variedades de construcción. En la primera las piedras en bloques ciclópeos, tienen su cara exterior sin desbastar, pero las caras en que se apoyan están colocadas con tal perfección que, a pesar de la forma poligonal irregular de los bloques, se aplican tan íntimamente unas a otras. La segunda variedad de construcción nos es sino una perfección de la primera, las piedras sean grandes o pequeñas, sus caras son talladas que resultan casi paralelepípedos regulares con una gran perfección en las juntas.

La mampostería inca en Machu Picchu y otras edificaciones importantes se basaron principalmente en un ingente esfuerzo colectivo para desplazar grandes bloques de piedra salvando grandes distancias y   en el trabajo arduo y paciente así como el uso de herramientas específicas para el moldeo de piedras.

Los Incas no utilizaban el hierro, no conocían su existencia, pero utilizaban el cobre, el plomo y el estaño, y con ellos realizaban el bronce, que se extendió por todo el imperio y se usó con distintos fines, desde los utensilios de uso cotidiano y ceremonial, hasta para las armas.

El sacerdote jesuita José de Acosta, que viajaba por Perú con los conquistadores, escribió en 1589: “Los edificios y fábricas que los Incas hicieron en fortalezas, en templos, en caminos, en casas de campo y otras, fueron muchos y de gran trabajo (…) y no usaban de mezcla, ni tenían hierro ni acero para cortar y labrar las piedras, ni maquinas, ni instrumentos para traerlas; y con todo eso están tan sólidamente labradas, que en muchas partes apenas se ve la juntura de unas con otras.”


En el lugar hay pequeñas restos de pequeñas construcciones donde residirían los canteros.

La puesta a punto de los bloques de piedra, esto es, el desbaste, pulido y acabados no eran, desde luego, labores sencillas. Uno no puede menos que maravillarse al reflexionar que allí no se utilizaron herramientas sofisticadas de corte ni pulido, sino el sistemático golpe del canto rodado, el corte mediante “guijarros negros y duros de los ríos” según cita otro cronista, el español Bernabé Cobo, también del siglo XVI, en su “Historia del Nuevo Mundo”.

El Inca Garcilaso Escribió en 1609 que los incas daban forma a los bloques de construcción golpeándolos con “unas piedras negras” llamada hihuana (hiuaya) , sin cortarlos. Se refería con seguridad a la Hematita

La piedra que utilizaban en las construcciones era extraída de las canteras y era movida mediante rodillos de madera planos, inclinados y palancas, los instrumentos que tenían para cortar la piedra y labrarlas eran guijarros negros y duros seleccionados de los ríos, usaron también el diamante azul colocado en un mango de chonta para pulimentar las piedras, posteriormente era labrada con martillos y hachas de piedra y cinceles de bronce. En última instancia era pulida con agua y arena, los instrumentos de medida eran también simples y consistían en dos reglas superpuestas en las que han introducido ciertas escalas.

Las grandes lajas de forma casi rectangular eran cortadas en piezas más pequeñas por un procedimiento que consistía en golpear la piedra hasta formar una ranura continua en forma de V, que corría paralela a su clivaje. En algunos casos en esta ranura había cavidades o entalladuras en forma de cuña, de casi 8 cm de largo y 2 cm de profundidad, estas cavidades pueden haber sido hechas para colocar cuñas de piedra que ayudaran a partir la roca y forzarla a abrirse a lo largo de las ranuras marcadas, es probable también que las cavidades más grandes hubiera servido para que el agua se colocara de manera tal que, en las noches frías al producirse su congelamiento causara el ensanchamiento y ampliación de las rajaduras y pudiera ser rápidamente partida.

Los bloques líticos finamente trabajados en la cantera de Rumiqolca, en el Cusco, revelan importantes datos acerca de los procedimientos técnicos empleados, desde la clasificación de las rocas, el desbaste, el pulido y el transporte, hasta el asentamiento de las piezas en los muros de los edificios del Cuzco. Esto se enmarca en una secuencia continuada desde el gobierno del Inca Pachacutec hasta la invasión española.

Durante los trabajos realizados en 1994 en esa cantera, se registraron, in situ, 184 instrumentos de percusión de diversas materias primas —como andesita basáltica, cantos rodados, diorita verde, hematita, entre otros—, con pesos que fluctúan entre 100 gramos y 10 kilogramos. Estos deberían haber servido para las distintas etapas de trabajo como para el alisado por medio de golpes sucesivos, con lo que se obtiene una superficie regularmente pareja. Asimismo, se elaborarían las aristas «borde» mediante el uso de pequeños martillos y, en algunos casos, cinceles metálicos de bronce (llaqsa).

La andesita es una roca volcánica que lleva el nombre de la Cordillera de los Andes. Dentro de la escala de Mohs que relaciona diez minerales ordenados por su dureza, La dureza de las rocas andesíticas en esta escala de Mohs es 7. Mohs definió en 1825, una escala con 10 minerales, en la que el Diamante es el que mayor dureza presenta y el talco el de menor.

Fue propuesta por este geólogo alemán en 1825 y se basa en el principio de que una sustancia cualquiera puede rayar a otras más blandas, sin que suceda lo contrario.


Etapas de labrado de la piedra de construcción y una representación (según Huamán Poma) del trabajo de edificado.

Con referencia a la tecnología inca, Fray Bartolomé de las Casas en 1550 escribe: “ creo que traer muchos testigos no será muy necesario, pues los grandes  y ricos y suntuosos edificios de pueblos y casas, y templos y acequias de aguas, que arriba de estos reinos, habemos referido, son no solo primísimos, pero admirables y espantables. Todas estas obras, aunque eran muy perfectas como se ha visto, empero, lo que excede toda industria  y humano ingenio, es la maravilla de hacerlas todas sin hierro y sin herramientas, mas que con piedras…”  


La última gran roca de la cantera en dirección a la Plaza Sagrada, flanqueada por los cimientos de dos chozas de picapedreros, tiene cierta importancia: se trata de la llamada «Roca de la Serpiente». Bingham la llamó así por un borroso petroglifo en su parte superior, hoy difícil de distinguir. La verdadera importancia de esta roca son los jugosos hallazgos que se hicieron en su entorno durante las excavaciones efectuados en 1912 por el equipo de Bingham. Allí se encontraron espejos de bronce, cajas de piedra delicadamente talladas, decoradas y pulidas, vasijas de cerámica decorada y el famoso cuchillo con un pescador que Bingham consideró el objeto más valioso hallado en Machu Picchu.


Cuchillo de bronce encontrado junto a la Roca de la Serpiente, dentro de la ciudad. Tiene un 88% de cobre y 9,4 % de estaño. Representa a un pescador tirando desde la orilla de una cuerda en la que ha picado un pez. 

Dibujo de la pieza anterior en el artículo de Bingham (Nat. Geo. feb 1915), que la consideraba la mejor pieza de bronce fundido hallada en la ciudad. La argolla permitió ser colgado.

Desde la Roca de la Serpiente entramos a la llamada Plaza Sagrada

Conjunto 4: LOS TEMPLOS 

Se ubica en el sector urbano, subsector alto; es conocido tradicionalmente como “grupo de los templos”, “Conjunto de las tres ventanas”, “Plaza sagrada”, etc. Presenta una morfología general rectangular y su patrón urbanístico es del tipo “cancha”, con un espacio central alrededor del cual se disponen tres recintos de gran importancia y uno pequeño posterior. Su arquitectura es de gran fineza. Por la topología de sus unidades arquitectónicas, así como por su morfología, estructura y asociación con contextos funerarios y piedras labradas, inducen a pensar en una función ceremonial o ritual. Este conjunto debió ser el templo principal de Machupicchu, junto con el conjunto 2.

Lugar destinado a diferentes rituales. El tipo arquitectónico desarrollado en este conjunto es el más impresionante de todo Machu Picchu debido a enormes poliedros finamente esculpidos y unidos con milimétrica precisión. Incluye dos de los mejores edificios de Machu Picchu, formados por rocas labradas de gran tamaño.


La cumbre de esta zona alta, en sí misma, sería el lugar lógico para los principales templos, pues proporcionaba incomparables vistas. Aquí habría una Plaza Sagrada.

Los incas eran politeístas, creían en los elementos de la naturaleza: las montañas, las estrellas, la luna, la tierra y, sobre todo, el sol. Muchas de las construcciones a Machu Picchu fueron dedicadas al sol, a quienes los incas llamaban en lengua quechua ‘Inti’.

En el extremo occidental del Sector Urbano y al norte de la cantera en una posición naturalmente elevada se ubica el "Grupo Sagrado" o "Plaza Sagrada" que ocupa un lugar preponderante dentro de la estructura urbana de la ciudad y en ella se encuentran los edificios más notorios del conjunto arquitectónico. Una pequeña explanada que ocupa aproximadamente el centro del área “urbana”. Sus dimensiones son de 16 x 16 m y agrupa en sus inmediaciones un conjunto de construcciones dispuestas en torno al patio cuadrado. Aquí se encuentran elTemplo Principal y el Templo de las Tres Ventanas, dos de los edificios más importantes del complejo y, también, el lugar desde dónde se accede al pequeño montículo en el que se encuentra el Intihuatana.

La Plaza Sagrada ha sido designada como el centro político-social del sector urbano. Varias excavaciones por parte de la comunidad científica de antropología han recogido evidencias y restos arqueológicos que han demostrado sin duda que esta plaza estuvo destinada a albergarlos diferentes rituales sagrados.

Al parecer, esta sección nunca fue terminada.


Desde la plaza Sagrada parte una empinada escalera hábilmente labrada por los incas. Esta conduce a la cima del templo de Intihuatana, el punto más alto del área urbana de Machu Picchu que estaría reservado para el Intiwatana. Esta roca de forma piramidal necesitaría numerosas terrazas para prevenir la erosión de la capa superficial del suelo y los talladores de piedra tendrían necesidad de aplanar la parte superior para crear una plataforma.


En la Plaza Sagrada destacan: El Templo Principal al norte de la plaza, El Templo de las Tres Ventanas al este y La Casa del Sacerdote al sur.  Detrás de la plaza sobresale la colina del el Intiwatana.


PIEDRAS ENIGMÁTICAS

Dentro de la plaza  hay una serie de piedras que dan juego al debates: La primera es una gran piedra plana baja que se cree que se usó como altar; el segundo, un bloque cuadrangular mucho más pequeño y más alto que se cree que también se usó como altar; y la tercera piedra en la parte delantera izquierda del templo en forma de rombo, cuyas esquinas apuntan a los cuatro puntos cardinales y a la Cruz del Sur, una constelación que parece tuvo mucha influencia en la sociedad inca. En el famoso Templo de las Tres Ventanas hay parte de una Chakana o Cruz Andina que algunos relacionan con esa constelación.

Lo que sí parece constatado es que para la civilización inca la astronomía era muy importante debido principalmente a su uso en la religión y la agricultura. 

La denominada brújula inca
AL amparo del río Nilo, del Tigris y del Éufrates, surgieron en la antigüedad dos de las civilizaciones más importantes de la historia: la egipcia y la mesopotámica.


La astronomía antigua surgió en estas dos culturas debido a la necesidad de predecir fenómenos celestes importantes en la vida de los seres humanos, tales como la recogida y siembra de cosechas, y las predicciones astrológicas sobre el futuro. En estas civilizaciones se alcanzó un elevado desarrollo técnico que fue aprovechado posteriormente por los griegos. Es así que podemos connotar cómo la observación de los astros significó el desarrollo de las grandes civilizaciones.

Parece evidente que cada cultura en las distintas épocas ha tenido su propia ciencia, un grado de conocimiento en las distintas áreas que le han resultado de mucha utilidad a la comunidad. Cada una de estas culturas ha tenido su propia "Cosmovisión" o forma de ver el mundo que nos rodea.

Casi todas las antiguas civilizaciones del mundo, se han asombrado ante la inmensidad del cielo y sus estrellas, y les han atribuido virtudes religiosas, en este punto la civilización inca no es la excepción.


Pero existe un gran vacío de información que pueda dar una contestación satisfactoria a todos los enigmas y misterios que han llegado hasta nuestros días en relación con sus construcciones, con la astronomía y los conocimientos de los incas en esta materia así como otra información importante acerca de su cultura y para lo que se ha planteado teorías, hipótesis y leyendas que en muchos casos suscitan controversias y existen opiniones y posiciones para todos los gustos: Los hay que se dejan llevar por fantasiosas imaginaciones. Los hay que creen que fue una de las civilizaciones del antiguo Perú que más cultivó la astronomía, definiendo las constelaciones, estrellas, el cambio de estaciones, el calendario agrícola y más. Los hay escépticos con las explicaciones e interpretaciones sobre este asunto, dado que muchas de ellas son hipótesis y los discursos que se escuchan no son atinados o se manejan datos poco actualizados o rigurosos, cuando no directamente imaginativos. Y también los hay que escuchan, toman nota, se informan y sacan sus propias conclusiones.

Aunque los incas eran el mayor imperio precolombino americano, no tenían un lenguaje escrito o por lo menos no se ha descubierto ningún registro escrito hasta la fecha. Pero si contaron un sistema de representación numérico y administrativo llamado quipu, el cual consistía de lazos con múltiples nudos, y cada nudo y color codificaba algo distinto. Hay investigadores que han propuesto que algunos de los nudos representan topónimos o que los quipus en conjunto servían para registrar historias, pero por lo visto es una discusión que sigue en pie; en caso de que se compruebe que los nudos pudieran representar conceptos o palabras de forma más o menos sistemática, estaríamos ante un ejemplo de lengua escrita inca.

Pero todo lo que sabemos sobre la religión y creencias de los incas, lo conocemos a través de las crónicas de los conquistadores españoles, lo cual sesga su complejo sistema de creencias hacia un enfoque más bien europeo de la época. En la cosmovisión andina no existía un solo Dios como en los credos occidentales, la religión inca era politeísta.

Elena Ortíz, de la Universidad de Alcalá de Henares recopila información de los cronistas españoles de inicios de la colonia sobre la medición del movimiento solar que utilizaban los incas para determinar el inicio o fin de las estaciones. Uno de ellos el cronista Garcilaso de la Vega el Inca en sus Comentarios reales de los incas.

Representación de la cosmovisión incaica por Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamayhua (1613), según una imagen en el Templo del Sol de Kiricancha. En el centro, las cuatro estrellas y se interpreta que tiene como objetivo primordial, el representar una cosmovisión andina originaria.


Se señala, que fue el cronista indígena peruano Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua quien en 1613, al escribir su Crónica de relación de antigüedades de este reino del Perú, una recopilación de tradiciones, acompañadas de dibujos y escritas en un castellano rudimentario, mezclado con frases en quechua y aimara - lo hizo con lengua española andina que había surgido de la convergencia entre esta con el quechua y el aymara.-. Dibujó e insertó en ella un grabado sobre la cosmovisión andina que estaba en el altar mayor del templo del Koricancha en Cuzco, al cual denominó chakana, el puente o escalera que permitía al hombre andino mantener vigente su unión al cosmos. Pachacuti era un indio ladino bautizado que acaba de aprender a escribir y al que Francisco de Ávila le pidió que contase desde su lado la conquista, como una crónica complementaria.


Se puede apreciar los diversos astros aquí presentes, c Esta réplica se encuentra en el altar mayor del Templo del Sol o Coricancha, en Cusco.


La cosmovisión Inca según el cronista indígena peruano Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamayhua. Podemos apreciar los diversos astros aquí presentes como el sol, la luna y las estrellas; así como también el fenómeno meteorológico del arcoíris. En el centro la Estrella del Sur o Chakana. Esta réplica se encuentra en el altar mayor del Templo del Sol o Coricancha, en Cusco.

ELEMENTOS PRINCIPALES QUE FORMAN LA PLAZA SAGRADA:

EL TEMPLO PRINCIPAL

Se ubica al norte de la Plaza Sagrada, tiene simplemente tres paredes hechas de piedras con caras rectangulares pulidas, otra wayrona inacabada abierta hacia la Plaza. En el Templo hay siete nichos trapezoidales en su pared central y cinco en cada pared lateral. El muro principal del edificio está deteriorado por el paso de los años. En el interior hay una especie de altar donde se cree habrían realizado sacrificios.

Tiene una manufactura pulida con bloques finamente labrados, su plano responde al patrón huayrana, de un recinto enmarcado por solo tres paredes, cada una de las piezas de gran tamaño han sido cuidadosamente talladas, los hastiales tienen en sus costados cajuelas o moldura. Tiene 11 m. de largo por 8 m. de ancho y sus murallas un espesor de 0.90 m. . En el fondo del templo, un gran bloque rectangular de unos 4’5 m que parece evocar a un altar. En esta construcción hay diecisiete hornacinas trapezoidales que muy probablemente se usaron para ofrendas ceremoniales.: cinco en cada pared lateral y otras siete, algo más elevadas en la pared del fondo, lo que sugiere que fueron planeadas para colocar objetos de culto frágiles o que no precisaban ser removidos con frecuencia. Es en esta pared que, entre las hornacinas y sobre ellas, existen unas piedras decorativas con forma cilíndrica. También, en las paredes laterales hay dos inmensas piedras como base.


Muro occidental del Templo

Sus muros son extraordinarios, con enormes bloques en su base perfectamente tallados y ajustados entre sí. Como en el muro posterior del Templo del Sol, los sillares van estrechándose en la zona más alta del muro, ordenándose en filas regulares que crean un hermoso y armónico efecto estético. Los hastiales no llegaron a construirse, y algunos bloques basales muestran marcas que hacen pensar en que estaban siendo terminados de trabajar en su superficie por los canteros.


Hoy el Templo Principal tiene, una pared central que está movida. Los trabajos arqueológicos demostraron que fueron desplazamientos debido a la filtración de lluvia. La deidad a la que se rendida culto en este Templo Principal es desconocida. Sin embargo, los historiadores dicen que pudo ser Wiraqocha, el invisible dios superior andino.


Detrás del Templo Principal y conectado al mismo, se halla un pequeño edificio conocido como la "Casa de los Ornamentos" y "Sacristía". Bingham llamó «Sacristía» a este edificio por afinidad con las salas adosadas al templo en que se prepara la liturgia católica. Además de una impecable factura, cabe destacar la presencia de lo que pudo ser un altar bajo a lo largo de la pared del fondo.

Posee varios nichos bien trabajados, a ambos lados de la puerta de ingreso se encuentran dos líticos de grandes dimensiones, uno de los cuales es una extraordinaria piedra de 32 ángulos.

En su interior, en la parte inferior de la pared del fondo se encuentra una inusual plataforma baja como un asiento o cama de piedra.

CASA DEL SACERDOTE


Frente al "Templo Principal" en el extremo sur de la Plaza Sagrada se halla una construcción con dos entradas y paredes rústicas con menor calidad en su mampostería, denominada la "Casa del Sacerdote" o «Willaq Urna», que en idioma quechua, quiere decir «cabeza que avisa», Bingham la llamó así por que pensó que de allí partía el Sacerdote Supremo para dirigir los actos religiosos que habrían tenido lugar en la plaza. . Frente a el, la gran losa que pensamos pudo ser un futuro altar ceremonial.

Posee dos puertas que dan hacia la plaza y una serie de nichos en el interior.

EL TEMPLO DE LAS TRES VENTANAS




Construcción a base de grandes piedras unidas y pulidas, sin argamasa, cuyos muros de grandes bloques poligonales que fueron ensamblados como un rompecabezas.


Aproximadamente 8 metros delante del templo principal, en el extremo norte de la plaza sagrada, está el Templo de la tres Ventanas, formado por sólo tres paredes. Tiene planta rectangular y sus piedras son poligonales. Este templo es uno de los más asombrosos de Machu Picchu. Se trata de un inmenso muro trapezoidal, de 10 metros de largo y 4 metros de ancho, construido con inmensas piedras tallados y ensamblados a la perfección. La piedra de granito blanco con la que fue construido posee un tallado distinto al resto de construcciones a Machu Picchu. La fineza de sus muros indica que fue uno de las edificaciones más importantes de la ciudadela.

El nombre proviene de las típicas ventanas trapezoidales, muy grandes para los patrones incas. Comparativamente debe de haber sido menos importante que el Templo Principal. Se presume que este templo originalmente tuvo cinco ventanas, y dos ellas fueron cegadas para convertirlas en nichos u hornacinas donde se colocaban queros (vasos de madera coloreados usados en las ceremonias), figurillas y otros utensilios. Se encontraron muchos restos de cerámica, probablemente para ritos, pero no se ha podido descifrar su significado ni tampoco si fue realmente un templo. Lo que más llama la atención, aparte de unas estupendas vistas a la plaza Principal desde sus ventanas, es el gran tamaño de las mismas, inusualmente grandes para este tipo de construcción


Para sujetar su armazón a las cumbreras, se dejaban en las mismas huecos en la cantería para recibir las vigas de madera (1), así como clavos líticos sobresaliendo (3) para facilitar el sólido amarre de la estructura; en edificios grandes de tres paredes tipo wayrona (como el inacabado Templo de las Tres Ventanas) se colocaba a veces una columna de piedra (2) para dar apoyo a la viga.

En la parte central de lo que sería la pared delantera hay un solo pilar de piedra que sirvió para apoyar el techo, pegado a él, del lado occidental hay una piedra tallada "Chakana" que según dicen algunos autores, la teoría mas significativa de su formación, parte de la unión de las cuatro estrellas: Alfa Crucis, Beta Crucis, Gama Crucis, Delta Crucis, que forman la constelación de la Cruz del Sur, pero sobre esto como ya he comentado hay controversias y no se posible demostrarlo.


No está la parte inferior que representaría según una de las interpretaciones el inframundo. El sociólogo David Mendoza Salazar, en base a sus estudios antropológicos de las culturas indígenas en Bolivia, Mendoza considera que la Chakana es la estructura que conecta el cosmos con la tierra.



Desde estas ventanas se tiene una estupenda vista de las plazas, del sector oriental de la ciudad y de la inmensa panorámica montañosa.

En el muro del Templo de las Tres Ventanas existía una inscripción fechada el 14 de julio de 1902 donde se visualizaba “Agustín Lizárraga, Enrique Palma, Justo Ochoa y Gabino Sánchez. Todos ellos fueron cusqueños que habitaban los alrededores del lugar. Agustín Lizárraga era el arrendatario de las tierras. Los demás eran trabajadores suyos.

Al margen, Vista detallada que captura la inscripción "A. Lizárraga 1902" atribuida a Agustín Lizárraga , explorador y agricultor peruano. Esta obra de arte, que data del 14 de julio de 1902, estaba situada en la ventana central del Templo de las Tres Ventanas en Machu Picchu.

Nueve años después de aquella visita a Machu Picchu, en 911, llegó a la ciudad inca el explorador estadounidense Hiram Bingham. En una de las fotos de su libro ‘La ciudad perdida de los incas’, se difundió la foto con la inscripción mencionada.

LA MISTERIOSA CHAKANA O CRUZ ANDINA

La Chakana como símbolo identidad milenaria tiene varias teorías planteadas desde la existencia del Inca hasta la actualidad.

Algunas investigaciones arrojan que “Chakana” es un término propio de la cultura del Tiwanacu. en Tiwanaku, la Cruz Cuadrada, la Cruz Andina, están grabadas o plasmadas en muchos de los templos, instrumentos, esculturas, pinturas, cerámicas, tejidos y otras piezas encontradas.

Cultura pre inca de tiahuanaco (en aimara contemporáneo: Tiwanaku) es la denominación de una cultura arqueológica que se expandió en los actuales países de Bolivia, Perú, el norte de Chile y el extremo norte de Argentina entre los años 1500 a. C. y 1187 d. C.

Tiwanaku es el primer gran imperio de Sudamérica, y los inmediatos predecesores del esplendor inca, pero sólo es un eslabón más en la cadena de transmisión de una forma de pensar y sentir el mundo que se remonta a muchos siglos de antigüedad. Hasta hace poco se pensaba que la “cultura madre” de los Andes era la cultura Chavín, que se desarrolló en los Andes centrales del Perú, entre 900 y 200 a.c., pero el descubrimiento en los últimos años del siglo XX del impresionante yacimiento de Caral ha hecho desplazar el foco fundacional a los desiertos costeños, y retroceder el período formativo hasta el 5.000 a.c., con lo que la civilización Caral, y por ende la cultura andina, serían coetáneas de Mesopotamia y Egipto, y con mucho la más antigua de América. En 2009 se descubrió un templo en forma de chakana en Ventarrón (Lambayeque), en la costa de Perú, que data al menos del 4.000 a.c., y en la extraordinaria obra hidráulica pre-chavín de Cumpe Mayo, cerca de Cajamarca, he visto chakanas que se esculpieron en la piedra hace más de tres mil quinientos años.



Estudiando la cultura Tiwanaku encontramos, ya casi perfectamente desarrollados, todos los elementos que definen al glorioso Imperio Inca. Tiwanaku es el primer gran imperio de Sudamérica, y los inmediatos predecesores del esplendor inca.


Bloque de piedra con el símbolo de la Chakana o Cruz Andina en el centro arqueológico de Tiwanacu

La Chakana o Cruz Andina, un símbolo enigmático de la cultura milenaria antigua y que estuvo presente en varias de las culturas del Perú y particularmente en el gran imperio Inca y que actualmente, es materia de diversos trabajos de investigación, porque entre otras hipótesis se baraja que es un símbolo que representa el pensamiento andino, el elemento ordenador de toda la cultura Andina ¿Pero qué representa?.

La referencia más citada de la cruz cuadrada, cruz andina, cruz chakana (o chakana simplemente) es la del cronista aymara Juan de Santa Cruz Pachacuti Yanqui Salcamayhua en su obra Crónica de relación de antigüedades de este reino Pirú (1613), al que ya me he referido anteriormente y a lo largo del siglo XX– surgen diversas hipótesis sobre su existencia, función y simbología.

En el gráfico que hizo Pachacuti del templo del Coricancha muy utilizado en los estudios antropológicos para desarrollar temas de cosmovisión andina, se observa la constelación de la Cruz (conocida como Cruz del Sur por la cultura occidental) a la cual llamó “chakana” . Esta es traducida en la actualidad como “puente” o “escalera”; se supone que es la escalera que une el mundo de arriba y el mundo terrenal.

El cronista Pachacuti, proyecta un dibujo sobre la cosmovisión andina, en la cual, manifiesta a la Chakana como una escalera que permite al hombre conectarse con otros mundos. En el dibujo se plasma la cruz cuadrada en la intersección de una línea horizontal y una línea vertical, mostrando en cada una de las esquinas las estrellas por las cuales las diferentes investigaciones proyecta que el origen de la chakana nace de la parte astrológica.


Interpretación

Los primeros rasgos de la formación de la chakana. constituida en forma de una X,  fueron concebidos por la presente constelación. Tomada de (Sistema Solar, 2017).

“Chacana” o “Chakana” forma parte del lenguaje acrónimo, es decir; “Chakana” es proveniente del quichua que significa “cuatro escaleras”. El término Chakana consigue un historial complejo, pues no solo tiene significado quechua, también persiste en el lenguaje aymara, el cual significa “unión de cuatro puentes”. y se interpreta que simboliza una escalera que mantiene la unión al cosmos. Representaría un medio de unión entre el mundo humano y lo que está más arriba o más grande.

El símbolo de la chakana está íntimamente ligado con la historia del imperio inca. En Latinoamérica la chakana forma parte de una identidad cultural ancestral, ya que; para los indígenas en los principales países donde se formó el Tahuantinsuyo en el tiempo del inca, es decir Bolivia, Chile, Perú y Ecuador, el símbolo de la Chakana se mantiene aún intacto como modelo a seguir para un buen vivir o lo que se conoce actualmente en el idioma Quechua el Sumak Kawsay; cuyo términ

Se muestran diferentes diseños de Chakana esto varía de acuerdo a las culturas. Sin embargo, las interpretaciones son similares. Adaptada de (Hablemos de Mitologías, 2002)

Sin embargo; también se ha encontrado el razonamiento respectivo para la formación de una Chakana escalonada, efectivamente, este símbolo también une la materia de la geométrica. Para Carlos Milla Villena, una de las figuras sagradas de los Incas es la Cruz Cuadrada, por lo que; ésta figura es parte fundamental para la construcción de la original Chakana, el escritor en su libro “Génesis de la Cultura Andina” menciona: «Toma como punto de partida a un cuadrado unitario que al crecer por diagonales sucesivas permiten determinar con exactitud el valor Katari llamado Pi número irracional en el sistema Geométrico Matemático». (Milla, 2008). Entonces, la unión de estas partes respectivamente fundamentadas con la filosofía andina forma la Chakana o Cruz del Sur.

 En esta imagen se puede observar la chakana de doce puntas, resultado de la unión de la Constelación del Sur y la Cruz Cuadrada.

la chakana lleva plasmado un círculo en el centro que se identifica como el universo, la casa global del inca es decir el “Pacha”, de ahí la palabra denominación “Pachamama” que significa madre tierra. 

Se tiene la teoría de que la Chakana era el símbolo más importante para una comunidad indígena pues representaba el calendario andino. Se dice que representa las cuatro estaciones del año y los tiempos de siembra y cosecha. Algunos pueblos andinos celebran el día 3 de mayo como el día de la chakana, porque en este día, la Cruz del Sur asume la forma astronómica de una cruz perfecta y es señal del tiempo de cosecha.

Se desconoce desde cuándo empezó la relación de la chakana con las culturas andinas, pero esta ha sido utilizada en un sinnúmero de áreas como la agricultura, la arquitectura y la artesanía siendo utilizada como elemento decorativo que se mantienen hasta el día de hoy en muchas piezas de arte y tejidos indígenas.



Es un símbolo recurrente en las culturas originarias de los Andes, originaria de los pueblos indígenas de los Andes Centrales, donde se desarrollaron tanto la cultura Inca como las Pre-Incas. La Chakana o Cruz Andina fue un signo muy utilizado por la cultura inca. Pero también fue utilizado por las culturas Pre-Incas del Perú y Bolivia como los de Chavin, Paracas y Tiawanaco.

La constelación de la Cruz del Sur, conformada por cuatro estrellas, es el referente de orientación en el Hemisferio Sur, así como en el Hemisferio Norte, el referente de ubicación es la Estrella Polar Norte. Los pueblos del hemisferio Sur, conocen a esta constelación como Chakana, que en lengua aymara significa “puente que une”. Cuentan los lugareños andinos que los abuelos y abuelas les dicen que la chakana es el puente a través del cual venimos a esta dimensión y así mismo, cuando nos vamos de este mundo, es por ahí por donde regresamos.

Dicen que en la cosmología andina y de acuerdo a sus creencias  la chakana o “cruz andina” es el símbolo de todo un sistema de pensamiento ancestral que sigue vivo en el mundo andino. La chakana (“puente hacia lo alto”, “escalera sagrada”) representa en vertical la correspondencia entre los tres mundos: el Uku Pacha (“mundo de abajo” o “mundo de los muertos”) el Hanan Pacha (“mundo de arriba o supraterrenal”) y el Kay Pacha (“mundo del presente terrenal” o “lugar de encuentro”) y los animales representativos de esos mundos eran, respectivamente: el cóndor, el puma y la serpiente. En horizontal, representa la complementariedad o el dualismo del Todo: lo masculino y lo femenino, el sol y la luna, el día y la noche, la tierra y el agua, la fuerza y el sentimiento, el bien y el mal. Para el hombre andino todo es complementario, todo está en todo, todo está relacionado. Lo grande y lo pequeño, lo futuro y lo pasado, el mundo de arriba y el mundo de abajo. El ser humano es un nudo más en esa red, un centro de relaciones cósmicas. Y es un centro fundamental, porque él es el encargado de mediar entre los contrarios. Para el hombre andino todos sus actos son sagrados, todos sus actos son ordenadores del cosmos. Todo es rito. Él es el encargado de mantener las correspondencias y la armonía. Entre el cielo y la tierra. Entre el pasado y el futuro. Entre los cerros y las lagunas. Entre los muertos y los que han de llegar. Que nada cambie. Que las relaciones no se rompan. Que todo permanezca en armonía. Es la labor del agricultor: el que rinde culto a la Pachamama. El cuidador de la Tierra.

Pero sin duda sobre este asunto se mantiene la controversia como he señalado anteriormente. 

Conjunto 5: INTIWATANA O INTIHUATANA 

Corresponde a la colina del Intiwatana, delimitada por la edificación de muros de sostenimiento escalonado que configura como un volumen piramidal trunco, muestra terrazas reducidas en las secciones inferiores y amplias en el nivel superior.

Se ubica en el sector urbano, subsector alto; ha recibido varias denominaciones tradicionales como: “Intihuatana”, “Reloj solar”, etc. Se trata de una colina rocosa, sobre la que se encuentra una famosa escultura lítica poliédrica y dos recintos de tipo “Huayrana” es decir, con tres muros, dejando su sección delantera abierta. Desde este punto se tiene una visión panorámica de todo el horizonte circundante sin ninguna obstrucción. Es posible observar al este, las montañas de la cadena de la Verónica, el elevado cerro de Apucatinti, el cerRo media naranja; al norte la montaña de Huayna Picchu y el cerro Vizcacha; al sur la montaña de Machupicchu y al oeste la quebrada de San Miguel. Esta escultura lítica poliédrica, tiene semejanza con otras que ocupan lugares preeminentes en los complejos arqueológicos incaicos de Pisaq, Kenko, etc. Existe un dibujo de Huamán Poma de Ayala que puede ayudar en la interpretación de su función, por cuanto en dibujos muy semejantes a los actualmente denominados “intihuatanas”, muchos de ellos se representan como piedras antropomorfizadas, con cabezas humanas, rodeados de una serie de figurines antropomorfos, que el cronista indígena interpreta como “guacas”.


La Intihuatana no está sobre la Plaza Sagrada, sino que hay que salir de ella caminando por el lado oeste para seguir subiendo hacia el norte por una escalera con 78 angostos y empinados escalones sube a la que se conoce como Colina Sagrada, un lugar que sin duda tuvo importancia religiosa. 

Colina con flancos convertidos en terrazas, con forma de pirámide de base poligonal.


Se trata de un gran promontorio rocoso que los planificadores de la ciudad decidieron conservar, revistiéndolo de andenes y construyendo un notable centro ceremonial en su cima. De esta forma, en la distancia el lugar recuerda a una gran pirámide escalonada, detrás la cual se alza imponente la montaña Huayna Picchu, el icono por excelencia de esta ciudad sagrada. Los andenes son estrechos y empinados, de acuerdo al relieve natural, y debieron servir para estabilizar las laderas, aunque después se aprovechasen para sembrar plantas simbólicas o flores ornamentales, más que cultivos agrícolas.



Una vez se llega a la cima, se abre una explanada con una construcción de tres paredes (wayrona), y frente a ella, unas rocas talladas que imitan las formas de las montañas de enfrente, como si fueran auténticos espejos. En los Andes está muy difundida la creencia de que las piedras representan a los dioses de las montañas (cf. Agustinos 1918: 22; Ávila 1975: 62; Duviols 1974-1976: 280; Tschopik 1951: 195).

En el punto más alto, en la misma explanada, se alza la piedra sagrada, tallada en una sola pieza, cuyos picos estaban alineados con las montañas más importantes. La intihuatana, una escultura monolítica labrada en piedra granítica. Las esculturas líticas poliédricas denominadas comúnmente como “Intihuatanas”, ocupan un área especial en esta zonas arquitectónica de Machu Picchu.

Hoy en día no existe una respuesta exacta en cuanto a la función de esta enigmática piedra. Es uno de los conjuntos más estudiados de Machu Picchu, relacionado con un lugar sagrado desde el cual se establecen alineamientos entre acontecimientos astronómicos y las montañas circundantes. Algunos consideran que era un reloj solar. Otros afirman que sólo era utilizado para determinar la posición del sol durante los solsticios, empleados por los incas para identificar el tiempo de siembra y el de cosecha.



La extraña piedra que sobresale sobre el lecho de roca se conoce como Intihuatana y sus diferentes caras proyectan sombras en relación al movimiento del sol y las diferentes estaciones del año. La roca tiene unas pequeñas escaleras para que un sacerdote realice los rituales religiosos y una mesa tallada en piedra para las ofrendas.

Esta enigmática escultura es una roca tallada sobre un afloramiento rocoso. 

El Intihuatana de Machupicchu se ha logrado en una ”…roca (que) ha sido labrada in situ y presenta varios planos horizontales y verticales que han determinado principalmente volúmenes poliédricos desde la base hasta un doble plano horizontal de donde arranca el cubo alargado y adelgazado en su sentido norte-sur, a su costado este, presenta otro pequeño cubo en sentido horizontal; destaca en su lado sur una especie de pequeña mesa, justamente orientada hacia su acceso principal. Este tipo de roca labrada se encuentran en varios sitios arqueológicos incaicos tales como en Písaq, Ollantaytambo, Saqsaywaman, Chinchero, etc., ocupando siempre un lugar preeminente en el conjunto arquitectónico”. (Valencia, Gibaja: 1992, 91).

Los nombres de las construcciones más importantes son fruto de la fértil imaginación de su descubridor, Hiram Bingham, y este templo no es una excepción. El nombre intihuatana significa en quechua “lugar en el que se ata el sol”.

Se le ha dado ese nombre a esta escultura en forma de pirámide trunca de 1.80 m que se eleva sobre varios planos superpuestos (Pardo cree ver cuatro [1957: 290]), cuyos contornos están delimitados por muros de piedras cuidadosamente labradas y adosadas. La denominación al tipo de este monumento le fue adjudicada por Squier en 1877; Hiram Bingham asoció esta piedra a otra similar que había visto en Pisac (a unos 30 km de Cuzco), donde se ataba simbólicamente el Sol a la piedra para que este no desapareciera en los días más cortos del año. Tampoco se descarta que este altar natural fuera un reloj solar, e incluso escenario de ritos sacrificiales. Parece ser que los incas usaban llamas de diferentes colores dependiendo del ritual que iba a llevarse a cabo.


Su forma parte de una base con distintos niveles y en la parte superior se eleva un saliente de aspecto cúbico donde cuatro de sus caras señalaban los cuatro puntos cardinales y posiblemente fue utilizada como un reloj de sol ya que se alinea con la posición del sol durante el solsticio de invierno. Al mediodía en los equinoccios, el sol se encuentra casi sobre el pilar, sin proyectar sombra alguna. Y en el solsticio de invierno, el 21 de junio, la piedra proyecta la sombra más larga en su lado sur y en el de verano el 21 de diciembre, una sombra mucho más corta en su lado norte.

Para los incas, las piedras talladas en consonancia con la naturaleza constituían huacas, puntos sagrados, y existían muchas en el Imperio inca.  Este lugar sin duda era una altar.

Uno de los eventos solares mas importantes del calendario inca se daba en los equinoccios que marcaban un cambio en las estaciones. Durante el resto del año, la piedra Intihuatana y todo lo que la rodea, incluida las personas, proyectan una sombra. Pero en el equinoccio, cuando el sol llega al mediodía, sucede algo extraño. La sombra de la piedra Intihuatana desaparece. ¿Se diseñó para marcar ese día tan especial?

Debido a su forma particular y a los ángulos de esta escultura lítica, no tiene sombras durante los equinoccios. A lo largo del ecuador y duran este fenómeno astronómico, el Sol pasa directamente por encima haciendo que las sombras del suelo desaparezcan. Pero Machu Picchu está a 13º al sur del Ecuador., por lo que no pasa directamente por encima. Para marcar este día tan especial los incas tuvieron que tallar la roca con una inclinación exacta de 13º par que apuntase directamente al Sol y de esa manera interactuar con su dios más importante, Inti el Sol.

Arqueólogo José Abuhadba Bastante es desde 2013 director del Programa de Investigaciones Arqueológicas e Interdisciplinarias en el Santuario Histórico de Machupicchu y, entre 2019 y 2022 se desempeñó también como jefe del Parque Arqueológico Nacional de Machupicchu. Cuenta con numerosas publicaciones acerca de arqueología e historia de Machupicchu.


A partir de los equinoccios y solsticios se forman las diferentes estaciones: “Pauqar Pacha”, primavera; “Ruphay Pacha”, verano; “Hauqay Pacha”, otoño y “Qasay Pacha”, invierno, a diferencia de la fecha de un nuevo ciclo andino que corresponde cada 21 de marzo “Mushuk Nina” que significa nuevo fuego, en la producción agrícola empieza desde el mes de diciembre.

Vista al este del Intihuatana, que aparece en primer plano. La flecha de la izquierda marca el punto de salida del sol en el solsticio de junio; la del centro, el punto de salida del sol en los equinoccios; y la de la derecha, el punto de salida del sol en el solsticio de diciembre (sobre el cañón del río Urubamba.

Intihuatana es un término quechua que significa "donde se ata (o amarra) el sol (inti)". El Inca o Sapa Inca creía que la piedra mantenía al sol en su lugar a lo largo de su camino anual en el cielo. El día del solsticio invernal (21 de junio) los quechuas realizaban el "Inti Raymi" o festividad del Sol ésta era la celebración más importante de la Sociedad inca. En esta fecha, el sol se localiza en el punto más lejano de la tierra, así los quechuas creyeron que su "Tayta Inti" (Sol Padre) estaba abandonándolos. Así que durante el solsticio de invierno realizaban una ceremonia mediante la cual ataban simbólicamente al sol para que no se fuera, y creían que a partir de ese momento el sol empezaba a estar más tiempo con ellos.

Se ven tres escalones tallados en la roca y en la parte central destaca una especie de monolito esculpido y pulido en varios planos, el cual termina en un prisma cuadrangular de 36 cm. de alto, orientado en la línea noroeste - sudeste. Los vértices están dirigidos hacia los cuatro puntos cardinales. Esta piedra es la pieza central y más importante de un complejo sistema de mediciones astronómicas como el solsticio y equinoccio, y para determinar las fechas de inicio y fin de las campañas agrícolas, aunque al parecer también fue utilizado como altar ritual.

Es incuestionable que también podría haber servido como un observatorio solar eficaz a través de la medida de las sombras proyectadas prediciendo los solsticios y equinoccios es decir para calcular las diferentes estaciones y, por ende, los tiempos de siembre y cosecha. Referirse a esta piedra sólo como un "reloj solar" o "dial del sol", es un concepto erróneo resultado de una limitada especulación. El Inca y la sociedad incaica no necesitaban medir el día en horas o minutos. Para ello, sólo miraban la posición del sol.

Muchos estudiosos afirman que el "Intiwatana" también fue un dispositivo direccional, donde sus ángulos determinaban el norte magnético, lo que supondría conocimientos muchos más profundos de las ciencias astronómicas y la física. Algunos astrónomos declaran que sobre este complejo astronómico es posible tener observaciones de constelaciones como la Cruz Del sur y de las Pléyades, muy importante para el cultivo andino. Según arqueólogos Cusqueños , "Todos estos elementos afirman la idea que el Intiwatana del Machupicchu esculpido en piedra, es un eje cósmico y ritual de gran religiosidad y el significado tónico, claramente asociado con algunos otros puntos determinan los ejes ceremoniales importantes en tiempos incaicos."

El bloque de roca del “Intiwatana” aún se encuentra en proceso de tallado en su extremo suroeste. Por las características que muestra este importante espacio, cumplía función astronómica y ceremonial.


La piedra del Intihuatana parece duplicar la forma del Huayna Picchu, al fondo, así como el juego de sombras proyectadas sobre este. Incluso la base de la piedra parece esculpida para representar de manera abstracta la forma de la montaña.


En el siglo XVI, el término yntip huactanan se traducía como “lugar donde se da bien el sol” (Gonzales de Holguín 1952: 369). La versión moderna se interpreta como “donde se amarra el sol o amarradero del sol” (Academia Mayor de la Lengua Quechua 1995: 187) y se supone que está levantado en el cruce de dos líneas imaginarias que van del Huayna Picchu al Salkantay y de Huacay Huilca (o Verónica) a San Miguel, montañas todas que marcarían los cuatro puntos cardinales. La propuesta es de Johan Reinhard, que relaciona las intihuatana al culto de las montañas “que eran consideradas esenciales para la fertilidad del ganado y de los campos y fue primordialmente en su situación de controladores de los fenómenos meteorológicos que ganaron una posición tan importante en la religión andina” (1983: 55).

Vivimos simultáneamente en la Era Atómica, la Era Espacial, la Era de la Información y la Era de la Computación. Ninguna de estas cuatro Eras tiene precedentes en la historia del hombre. Y aún hoy en día nos quedan muchas cosas por desvelar y todo aquello que no tenga "aún" el soporte científico de veracidad contrastada en cualquiera de nuestras áreas de la ciencia, queda en mera hipótesis sin demostración.

¿Cómo entonces, podemos explicar el porqué de la forma helicoidal del ADN? ¿Cómo demostrar la existencia de una energía vital en el aire (Prana en India, Chi en China)? ¿Cómo demostrar las corrientes de energía que recorren el cuerpo humano y que los chinos llaman "meridianos"? ¿Cómo demostrar el pasaje de energía en la imposición de manos? ¿Cómo explicar la orientación de los pájaros en sus migraciones, los peces y la abejas para hacer sus paneles hexagonales con ángulos perfectos? ¿Cómo se puede demostrar científicamente la existencia del alma?

Estos y otros muchos interrogantes tienen la misma respuesta: NOSE PUEDE..(aún)..

Los tiempos han cambiado en forma radical. Con el progreso de los conocimientos científicos, nuestra evolución del mundo evoluciona, y las fronteras de la ignorancia retroceden. Hay que darse cuenta de que todo lo que hoy aceptamos con la seguridad de lo “científico” alguna vez no lo fue hasta que lograron demostrarlo. Antes de la demostración simplemente fue una hipótesis.


Digno es destacar que René Descartes (1959-1650), brillante filósofo, matemático y científico. Instauró en su época el axioma histórico “Todo es posible mientras no se demuestre lo contrario”. Si bien, los más escépticos, invierten la relación en " Nada es posible hasta que se demuestre".

"La razón no es nada sin la imaginación" La imaginación propone hipótesis que la razón pone a prueba.

Por eso pienso que es una cuestión personal de cada uno de nosotros si creemos o no en la existencia de energías en este lugar. Coloquialmente decimos que "cargamos las pilas" cuando necesitamos sentirnos en un buen estado de ánimo y llenos de energía , y esto puede ser con un descanso reparador, haciendo deporte, una buena alimentación, reírse a carcajadas, conectarse con la naturaleza o abrazar a un árbol ,que aunque parezca sorprendente, muchos dicen que abrazar a un árbol tiene efectos beneficiosos y puede influir en nuestras emociones. Así que, en la variedad está el gusto.

Es difícil que haya alguien que visitando este lugar salga sin sentir algo. Sobre la que se percibe al recorrer Machu Picchu y en particular, al estar en este lugar en lo alto del centro arqueológico ante este enigmático monumento, es difícil de trasmitir con el subidón evidente, aunque solo sea por admirar el entorno que nos envuelve. Y seguro que el sentimiento, sea de energía, de satisfacción o de lo que sea, nos queda dentro de cada visitante, porque creer es libre y gratis.

Evidentemente la energía no es eléctrica y no carga ni el móvil ni la cámara de fotos. Pero tienes que pisar Machu Picchu para tener una sensación muy agradable y llámala como quieras. Tienes que sentirlo y llevarte la gran satisfacción de la vida. Y no contentarse escuchando solamente testimonios ajenos. Y si te agarras a una piedra y te sientes bien, ¡Pues enhorabuena!

Finaliza la visita al sector Hanan, y me dispongo a iniciar la visita al Sector Hunin, pero antes pasaré por la Plaza Central, eje de división de los dos sectores.

PLAZA CENTRAL O PRINCIPAL

A partir de las “mitades” de hanan y hurin que los observadores descubren en Machu Picchu, el eje físico que las separa se llama Plaza Central y puede presumirse que era el punto de concentración de residentes y visitantes durante las celebraciones.



Se puede observar la Plaza con las terrazas a distinto nivel.

A los pies de la pirámide de Intihuatana se extiende la Plaza Principal, en el centro de la ciudad, que es la división natural entre el barrio bajo, Hurín, y el alto, Hanan. A esta se desciende desde una escalera que desciende por la cara norte dela pirámide de Intihuatana.

Es el eje físico de la división en dos sectores. Una plaza alargada, construida sobre terrazas a distinto nivel. Un espacio abierto principal y tres espacios abiertos menores ubicados en diferentes niveles que marcan un eje central.

Explanada central construida sobre terrazas en diferentes niveles de acuerdo al declive de la montaña, adaptándose a la topografía y que se comunican entre sí por escalones empotrados en los andenes y que resalta claramente en la vista del conjunto Machu Picchu y que es tomada como referencia para determinar la altura de este centro arqueológico inca. Es el centro urbanístico de la ciudad y el eje físico usado por Chávez Ballón (1961) para diferenciar el sector alto ó HANAN y el sector bajo ó HURIN, de acuerdo a la tradicional bipartición de la sociedad y la jerarquía andina. A ambos costados hay terrazas o sector de la “gente común”. Hacia otro lado están los palacios de la elite o de la nobleza. La sociedad tenía una estructura piramidal con el inca a la cabeza, seguida de los sacerdotes, los profesionales y luego la plebe, los yaconas y trabajadores.



Sector HURIN

Conjunto 6: ROCA SAGRADA O TEMPLO A LA TIERRA

En el que ya he estado anteriormente en dos ocasiones a primera hora de la mañana.

Este conjunto se sitúa en el sector urbano, subsector bajo; su nombre tradicional es el de “Roca sagrada” o “Templo a la tierra”. Presenta una morfología general cuadrangular en planta y con un patrón urbanístico de tipo “cancha” en que dos grandes recintos de tipo “Huayrana” delimitan un espacio interior, quedando una roca con basamento en el lado noreste.

El monolito sagrado tiene una superficie relativamente lisa con 3 metros de alto y 7 de base, su forma desde un ángulo se asemeja a un felino, desde otro se observa como el perfil de una montaña que imita a la del frente el "Apu Yanantin", por lo que no esta claro cual de los dos era el objeto de adoración.

Desde un ángulo asemeja a un felino y de otro parece el perfil de las montañas circundantes a Machu Picchu, ubicada detrás de la misma. Presenta una cara plana, sobre un amplio pedestal. Se supone que fue un lugar de culto a las montañas. Es un hito que marca el extremo norte de la ciudad y punto de partida del camino a Huayna Picchu.


La base está tallada a manera de altar. La Roca Sagrada está flanqueada por dos edificaciones con techo de paja y tres paredes, llamadas wayrana (Valencia Zegarra 1977). Los tejados de las dos "huayranas" eran de material vegetal amarrado a armazones de vigas y listones de madera. En los dos edificios de tres paredes junto a la llamada Roca Sagrada, se ha reconstruido la techumbre según el estilo inca, aunque el grosor de la capa vegetal debió ser considerablemente superior.




Foto interior de una de las huayranas que flanquean la Piedra Sagrada. La huayrana era un edificio de la arquitectura incaica destinado al descanso de los viajeros. Era una construcción rectangular de sólo tres paredes

Aquí, la mayor parte del agua proveniente de los dos techos de paja cae en la pequeña plaza situada entre las wayrana, donde los canales periféricos conducen el agua de lluvia en dirección oeste, hacia un muro de contención bajo tres salidas de agua. Desde allí, el drenaje descarga hacia la gran plaza que separa los lados oriental y occidental del sector Urbano, evitando así encharcamientos de agua.

Al Este de la Plaza central se localiza la mayor parte del sector Hurin de la ciudadela (barrio bajo). En este sector están las casas y talleres que tienen un plano de planta cuadrada o rectangular y con cierta simetría entre ellas. Aquí, la arquitectura es menos cuidada que en el barrio Hanan y la cantidad de espacios de habitación y almacenamiento se hace más numerosa y, a la vez, estos son menos espaciosos y los trabajos en piedra son más rústicos. Por eso se ha interpretado que aquí residían los artesanos, sirvientes y agricultores que trabajaban en la ciudad.

Es la de mayor dimensión del complejo con funciones religiosas y sociales. Está rodeada de estructuras de piedra sin techo y con terrazas empinadas. Se puede considerar a este sector como la zona industrial y habitacional de los habitantes que no pertenecían a la nobleza.

Aún así hay lugares notables que ponen de manifiesto la maestría de los constructores incaicos y su cuidada planificación urbanística. El Sector Residencial incluye diversos grupos, como el Sector del Cóndor, Los Espejos de Agua (Los Morteros), Las Tres Portadas y el Grupo Alto. Asimismo, la Roca Sagrada.

Algunos de estos grupos pueden haber sido moradas de los administradores, como también de los sacerdotes, y de acuerdo con lo sugerido por Bingham, tal vez, también de acllas o mujeres escogidas encargadas, entre otras funciones, de confeccionar tejidos finos, preparar la chicha y ofrendas para las ceremonias religiosas. Con todo, los conjuntos del Espacio Residencial están, como los del Espacio Sagrado, aunque en menor escala.

TEMPLO INCONCLUSO

Junto a la Roca Sagrada llama la atención un espacio donde hay amontonadas rocas, piedras en fase de tallado y encajadas entre sí. La construcción de Machu Picchu fue realizada en etapas, las últimas de las cuales no llegaron a concluirse.

A este lugar se le ha dado el nombre del Templo Inconcluso. Un lugar apenas visitado por los turistas, pero de sumo interés por mostrar técnicas constructivas de los incas: rampas temporales para ascender rocas y los restos de rocas en fase de preparación para utilizarlas en la construcción, en un espacio que quedó abandonado repentinamente.



Para subir las piedras grandes a zonas altas del edificio o del muro se construían rampas o planos inclinados temporales, que luego se desmontaban. En la primera imagen vemos una de estas rampas en el Templo Inconcluso.

ZONA RESIDENCIAL E INDUSTRIAL

A continuación de bloques de rocas esparcidas, comienzan las construcciones de la zona residencial e industrial. Esta zona del sector urbano conocida cono subsector bajo, con paredes de tipo rustico y barro. Es la obra más simétrica y consta de 18 recintos de los cuales 16 se encuentran dentro de un plan en el que predominan las líneas rectas en el trazado de las calles, que se cortan perpendicularmente formando cuadrículas, con una gran sensación de orden y dos se hallan fuera del conjunto.

Aquí se situaban las viviendas de los incas de a pie. Su estructura básica era la cancha formada por un grupo de casas rectangulares organizadas en torno a un patio común y con un muro que las rodeaba en el que había una única puerta de acceso. Construidas en piedra y de una sola planta, se cerraban a dos aguas a través de una cubierta vegetal.

El porqué de su distribución no es conocido a ciencia cierta. Sólo hay especulaciones. Tiene diferentes sectores, que sólo se nombran como “Grupo Alto” y “Tres Puertas o Portadas”. Son construcciones que se le atribuyen funciones de talleres pero aparentemente sólo fueron utilizados como habitación, almacenes o alguna otra función sólo utilitaria.

Destacan los edificios :

Conjunto 13: GRUPO DE LAS TRES PORTADAS

Se sitúa en el sector urbano, subsector bajo; recibe el nombre tradicional de “sector industrial”, “Grupo de las tres portadas”, etc.
Es un amplio conjunto arquitectónico dominado por tres grandes kanchas dispuestas simétricamente y comunicadas entre sí. Sus portadas, de idéntica factura, dan a la plaza principal de Machu Picchu.
 
Presenta una morfología general rectangular en su planta. Su patrón urbanístico se organiza en base de tres típicas “kanchas”, a las que se accede a través de portadas de doble jamba que los distinguen de otros conjuntos; es uno de los conjuntos más extensos de la Llaqta y es conocido como las “Tres Portadas”.




Situado hacia el nordeste de la Plaza Principal y elevado sobre tres niveles, entrando a través de tres puertas, cada construcción tiene una puerta de doble jamba. Encontramos recintos construidos con un estilo de factura simple muy similares en dimensiones, distribución y diseño. El edificio de las Tres Portadas de Machu Picchu son recintos de piedra y adobe (tipo rústico) que habrían servido como talleres de artesanías, almacenes (llamados colcas en lengua quechua) o simplemente habitaciones para la clase trabajadora de la ciudad inca.


Las Tres Portadas cuentan con 18 recintos, de los cuales 16 forman parte de una plaza octogonal de bella organización arquitectónica. Otros dos se ubican fuera de esta plaza octagonal. Este conjunto de construcciones incas se distribuyen alrededor de otros tres patios. Los recintos son rectangulares con accesos de doble jamba y tres muros. Las investigaciones en Machu Picchu han dividido estos sectores en ‘Grupo alto’ y ‘Conjunto de Tres Puertas o Tres Portadas’.


En la fotografía de la derecha un ejemplo de hueco para apoyar una viga de madera y clavos líticos para amarrar el armazón del techo; se aprecian también pequeñas argollas de piedra para fines similares.

El edificio de las Tres Portadas es uno de los más espaciosos de Machu Picchu. Se descarta que haya cumplido una función religiosa.


Presenta una morfología general rectangular en su planta y es uno de los conjuntos más extensos de Machupicchu. Su patrón urbanístico se organiza en base de tres “Canchas” y es uno de los mejor logrados. Debe su nombre al conjunto de dieciocho recintos y tres patios y tres portadas simétricas que le dan su nombre. Se especula que cumplieron la función de talleres aunque también pudieron funcionar como almacenes (colcas) o simples habitaciones. Un amplio conjunto arquitectónico de recintos con tres portadas idénticas que dan a la plaza principal de Machu Picchu. También llamado Barrio de los Amautas o maestros, ya que el descubridor científico Hiram Bingham encontró quipus en esta área. El conjunto está dominado por tres grandes kanchas dispuestas simétricamente y comunicadas entre sí. Incluye viviendas y talleres.

Bingham halló quipus en el lugar, por lo algunos lo llaman barrio de los amautas o maestros.


Conjunto 14, 15 y 16: ACLLAWASI, RECINTO DE LOS MORTEROS O CASA DE LOS ESPEJOS DE AGUA

El Grupo de Morteros o "Sector Industrial", es el conjunto mas grande de la ciudad, consta de 9 recintos dentro de los que destacan las habitaciones dobles de tres muros y el pequeño templo o lugar sagrado tiene una calidad arquitectónica en sus paredes que indican era de suma importancia para la ciudad; todo este conjunto se encuentra cercado y es accesible mediante una puerta de doble jamba, que confiere mayor status social a los conjuntos arqueológicos.


Las paredes, de dos metros de altura, fueron levantadas con piedras esculpidas, aunque la parte superior lo fue con piedras más ásperas. Esta diferencia hace pensar en una construcción quizás en dos fases diferentes. Dentro hay una famosa habitación de piedra bien labrada en cuyo piso se encuentran dos afloramientos rocosos tallados en forma de morteros circulares, ambos de casi el mismo diámetro.



Como sucede en toda la ciudad, las interpretaciones sobre las dos fuentes de agua talladas en la roca del suelo son discordantes. Los amantes de lo místico dicen que eran espejos para ver las estrellas reflejadas; para la gran mayoría de los arqueólogos (por analogía con estructuras actuales similares), son simples morteros para la molienda del maíz destinado a la chicha y de tintes naturales para colorear telas. Y de ahí las dos posibles identificaciones: templo de mujeres sagradas o simple taller de trabajo.

Una de las habitaciones tiene acceso a un cuarto de servicio con un canal de desagüe. El conjunto incluye altares e incluso una cancha construida alrededor de una gran roca que reflejan un uso ritual. Parte de sus ambientes evidencian haber sido residencias de élite. De las construcciones destinadas a viviendas, ésta es la más fina, grande y mejor distribuida de Machu Picchu.

A este conjunto también se le atribuye ser un  Acllawasi o Casa de las Escogidas en idioma quechua, lugar donde se alojaban las acllas, jóvenes seleccionadas para servir al Estado. Estas chicas procedían de la nobleza. Cuando cumplían entre ocho y diez años, se las separaba de su familia y se las ingresaba en una escuela especial, donde estaban obligadas a abrazar el voto de castidad y a trabajar para el Estado.

<<Las mujeres, en esta sociedad, solo tenían dos destinos (sin poder elegir): casarse o ingresar en el acllahuasi, que significa “casa de las escogidas” en quechua. Se trataba de una institución de carácter religioso creada por el Inca Pachacuti y estaba formada exclusivamente por mujeres, las acllas o “vírgenes del Sol” (así las llamaron los españoles). Ingresaban a la edad de 8-10 años, previamente seleccionadas, y eran separadas de sus familias obligándolas a hacer voto de castidad y a trabajar para el Estado, quien financiaba la institución. Estas jóvenes, sin ningún contacto con la sociedad, quedaban bajo la supervisión de las mamaconas, quienes les enseñaba a hilar, tejer y realizar tareas domésticas. También se encargaban de elaborar la chicha, una bebida alcohólica que obtenían fermentando el maíz. Entre sus obligaciones religiosas, debían mantener el fuego sagrado siempre encendido y preparar las ceremonias, de las que, por desgracia, se convertían a veces en protagonistas involuntarias al ser sacrificadas. Tras cuatro años de formación, el Inca elegía el destino de las jóvenes. Las más hermosas se convertían en sus concubinas o esposas secundarias; eran las huayrur acllas. Otras eran entregadas a guerreros como recompensa por sus hazañas en el campo de batalla; eran las paco acllas. Solo unas pocas permanecían toda la vida en el acllahuasi, las mamaconas, que eran realmente las vírgenes del Sol. El asunto de la virginidad era de suma importancia ya que su pérdida se castigaba con la muerte>>

En realidad, no hay forma de probar que existiera un edificio dedicado a las acllas o mujeres escogidas. Durante un tiempo se pensó que Machu Picchu era la mítica Vilcabamba, el último refugio del emperador Manco Inca, que huyó de los españoles junto a las vírgenes del Sol. Bingham suponía que al huir Manco Inca, luego de su derrota en la lucha por la posesión del Cusco, llevó consigo a las acllas que estaban concentradas en lo que hoy es el monasterio de Santa Catalina, que se encuentra en la actual calle de Loreto. La preocupación del explorador provenía de la percepción de aquella época, que identificaba a las acllas como monjas conventuales del Tawantinsuyu. Es sabido, además, que los restos óseos que identificó su expedición fueron calificados, por confusión, como femeninos en su gran mayoría, lo que reforzó su apreciación. Hoy día se sabe que los análisis de antropología física de esa época son cuestionables y que la proporción de huesos masculinos y femeninos no arroja un balance de mujeres lejano de los restos de hombres. Hay que agregar que el servicio que prestaban las acllas más bien refleja una de las formas de trabajo forzado con que contribuían las comunidades andinas al Estado incaico.


Al sur del cuarto de los morteros, dos "huayranas" (recintos de tres muros) comparten una sola pared interior, en lugar de su pared frontal presentan una columna que debió sostener las vigas del techo.

Conjunto 17 TEMPLO DEL CONDOR


La Escalera de las Fuentes separa el Recinto de los Morteros del conjunto arquitectónico mencionado en la última sectorización con el nombre de Grupo de las Cárceles, el cual era un laberíntico complejo de celdas, nichos y pasadizos, excavados tanto bajo tierra como al nivel del suelo. El elemento central distribuidor es un patio que tiene como elemento central una especie de templo abierto de forma semicircular en su planta con tres nichos ceremoniales y con agujeros pasadores en sus aristas, que se le da en nombre del Templo del Cóndor, situado sobre una cueva natural aprovechando la propia roca de la montaña, las formas escultóricas que reproducen el cuello y la cabeza de un cóndor utilizando las paredes traseras para completar la imagen del animal sagrado.


La zona está delimitada por escaleras y muros, su acceso es controlado por una puerta de doble jamba, que marca la jerarquía y las actividades que ocurrían en esta zona ubicada en una esquina, presenta una gran variedad de ambientes cerrados y abiertos con uno y dos niveles.


Es un amplio conjunto de edificaciones, de trazo irregular que aprovechando la presencia de dos bloques de rocas que simulan las alas de un “cóndor”, fueron edificados en la parte superior, muros con nichos y/o hornacinas con orificios pasadores en sus aristas, que se asocian con otras estructuras subterráneas, como un ambiente que tiene un pequeño vano de ingreso que da a un espacio pentagonal abierto, de donde es posible el ingreso a una cueva subterránea. En la parte inferior se sitúa un pequeño bloque de roca tallado a nivel de superficie que está representando la cabeza del “cóndor” y parte de su cuerpo estaría articulado a los bloques de roca que simulan ser sus grandes alas.

los arqueólogos creen que se trata de un templo dedicado a al Apu Kuntur (dios Cóndor) en el que se realizaban ofrendas. Los incas creían que las almas de los muertos volaban al encuentro del sol transportadas por los cóndores .El condor era uno de los tres animales sagrados de la Sociedad  Inca, junto con el Puma y la Serpiente.


Los ingenieros incas aprovecharon dos enormes rocas que utilizaron para simular las alas del cóndor. Y es que gracias un ingenioso juego de luces y sombras proporcionado por el sol, la sombra que estas enormes rocas proyectaban sobre el suelo recuerdan a las alas del cóndor. Además, se talló en el suelo parte del cuerpo y de la cabeza del ave para dar así mayor realismo a este fenómeno. Buscando representar a una deidad tutelar, el Cóndor como un animal que podía "llevar las almas desde la tierra hasta el infinito" era un Dios, considerado en mitos y leyendas, como el "Ser" que los llevaría al encuentro con el Dios Sol. En la caverna subterránea (el cuerpo del Cóndor) se encontraron ofrendas, cerámica y restos óseos de camélidos, que confirman la calidad de "centro ceremonial".


Es uno de los ejemplos más espectaculares de lo que pudieron hacer los incas con las piedras en su posición natural, y uno de los templos más sorprendentes en Machu Picchu

A su alrededor hay varias cuevas, una muy grande en la parte superior, tallada con hornacinas de gran tamaño. Los restos óseos encontrados pertenecen a camélidos, lo que puede sugerir que nos encontramos en un ámbito donde se sacrificaban llamas, que fueron la ofrenda habitual a los dioses andinos. No son muchas las imágenes del cóndor que han sobrevivido la persecución de los doctrineros. En todo caso, su sacralidad es evidente hasta nuestros días. Desde los años de la “extirpación de idolatrías” en el siglo XVII, el cóndor y otras aves rapaces fueron la forma en que se corporizaban los apu o montañas sagradas para acudir a las sesiones convocadas por los yachaq coloniales (literalmente “el que sabe”) o por los maestros curanderos contemporáneos. Más aún, el cóndor evoca en el universo mental indígena la imagen del comportamiento correcto, de aquel que conoce las reglas de cortesía elemental de todo visitante. La frase “come como cóndor” quiere decir que lo hace con elegancia, que deja en el plato los huesos “mondos y lirondos”, como lo hace el ave carroñera con las presas que devora.

Completa el conjunto un ambiente de dos pisos que se encuentra frente al cóndor, tiene dos puertas de entrada, el segundo nivel está a nivel con el patio del cóndor y por asociación de funciones debió haber servido como vivienda del sacerdote, encargado de la adoración del Dios Cóndor. Se baja al primer nivel por una escalera que comunica a otras habitaciones. En un ambiente continuo a éste se encontraron cuyeras para la crianza de animales, también presenta rocas con hollín que muestran que fue una cocina; otras escaleras conducen a un andén inferior.


Este conjunto del Templo del Condor limita con la Plzsa Pisonay, último nivel de la Plaza Principal y que llama la atención de los visitantes por la presencia de un gran solitario árbol,  el pisonay, originario de los Andes tropicales y que ya era cultivado por los incas desde antes de la llegada de los europeos.

El pisonay o quina o cascarilla, que se encuentra en la Plaza, símbolo que representa las riquezas del reino vegetal en el escudo nacional del Perú.

Considerado sagrado desde los tiempos de los Incas, este árbol fue introducido por la nobleza incaica desde la selva alta hasta los Andes.


Los conjuntos 18 y 19, han sido llamados tradicionalmente como “grupo popular”, “conjunto inferior” o de “los agricultores”. Este conjunto, presenta una forma trapezoidal y consta de 9 recintos. Presenta evidencias de haber cumplido una función habitacional.




Doy por finalizada la visita guiada sobre las 13 h y me dirijo a la salida del recinto arqueológico. 


UN MUNDO DE ORQUÍDEAS

Machu Picchu no solo posee colosales construcciones incas, sino que tiene una variada gama de flora y fauna, con especies únicas en el mundo, cuyas muestras se hallan en el jardín botánico, que es el complemento natural del museo arqueológico de sitio. Dentro de la ciudadela hay una pequeña muestra de esta flora en una de las terrazas que está mu cerca del Templo de las Tres Ventanas.

Los incas utilizaron algunos pequeños andenes en el interior del recinto, de menor dimensión que los utilizados para la producción, como un modo de arquitectura paisajística. S les denomina "andenes de alto prestigio". Se trata de un pequeño jardín que muchas veces pasa desapercibido para las personas que visitan Machu Picchu, a pesar de estar en uno de los lugares más visitados de la ciudadela. Este pequeño jardín tiene unas dimensiones de 15m de largo por 3,5 m de ancho, y es una versión más pequeña del jardín botánico ubicado fuera de Machu Picchu.

Según investigaciones en 2012 del biólogo Julio Gustavo Ochoa Estrada (Biodiversidad anotada del Santuario Histórico de Machu Picchu: especies endémicas y amenazadas) en el Santuario Histórico de Machu Picchu existen 3,391 especies entre plantas y flores.


Estas flores merecen una mención aparte, ya que en Machu Picchu se han registrado 370 tipos,  lo que equivale al 20 % de las especies identificadas en Perú. Las orquídeas se encuentran en las rutas y caminos que atraviesan el santuario; así como en una reserva natural cerca al río Vilcanota. Aquí se encuentra la colección de orquídeas nativas más grande del mundo, de acuerdo al American Orchid Society.


Fuera del recinto, me acerco a la cafetería para comer algo. Después de comer y tras casi una hora de tranquilo reposo disfrutando de las preciosas vistas que tengo desde la terraza, decido bajar andando a Aguas Calientes en lugar de tomar el autobús.



Desde el inicio del sendero, junto a la parada de autobuses, un descenso en vertical de 1350 m por cientos de escalones de piedra y disfrutando de un estupendo entorno.







El camino se cruzará hasta en 3 oportunidades con  la carretera por donde suben los autobuses. En las intersecciones de la carretera, el visitante debe seguir el camino hasta volver a encontrar un nuevo sendero de escalinatas de piedra. El camino está claramente señalizado.



Al final del descenso y a unos 2km de Aguas Calientes, desviándose a la izquierda, en el lugar conocido como Puente Ruinas, se encuentra el Museo Manuel Chávez Ballón que visito. Su denominación es en honor a su primer fundador como homenaje a la labor realizada en la investigación arqueológica de Machu Picchu y ofrece a sus visitantes cinco salas de exhibición permanentes, en cuyos contenidos se muestra didácticamente el proceso cultural y momentos históricos que se dieron en el actual ámbito del Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu - Santuario Histórico de Machu Picchu, a través de ocho secuencias complementadas con infografías, paneles, mapas, videos y en especial por las muestras de los fondos de colección como cerámica, líticos, metales y otros.


El contenido se muestra a través de ocho secuencias, que están distribuidas entre infografías, paneles, mapas, videos y por supuesto muestras de nuestros fondos de colección como cerámica, líticos, metales y otros, que ofrecen una total inmersión en la historia de la ciudadela inca, con exhibiciones interactivas que muestran objetos y arte alfarero encontrado en el sitio.


En estos ambientes se muestran infografías, paneles, mapas, videos y alrededor de 250 piezas de cerámica, objetos líticos, metales, restos óseos y otros encontrados en los trabajos arqueológicos desarrollados en la ciudadela inca, así como en el Camino Inca y alrededores.


El hoy remodelado Museo de Sitio Manuel Chávez Ballón, recibe al turista, local, nacional y extranjero, promocionando la visita cultural a nuestro museo, donde de forma dinámica, se muestran en cada una de las 7 salas, colecciones arqueológicas procedentes de las intervenciones arqueológicas desarrolladas en diferentes años y monumentos arqueológicos del Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu. Una muestra impresionante que ha sido desarrollada de acuerdo al guion museográfico, diseñado para demostrar los procesos culturales y momentos histórico-arqueológicos que se dieron en el Santuario Histórico de Machu Picchu – Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu.


Desde el museo hay unos dos kilómetros hasta Aguas Calientes y en este último tramo se va por la estrecha carretera por donde circulan los autobuses. Paso por el camping municipal y a mi derecha baja el rio Urubamba con poca agua, pero las grandes rocas que hay en su cauce son la huella del torrente de agua que tiene que bajar en época de lluvias y deshielo.








Llego a la parte baja del pueblo junto al rio, por donde el tren circula a sus anchas entre los edificios y restaurantes. Pita y la gente corre, quita sus tiendas y bártulos del medio de las vías. Aquí no hay barreras, ni señales, ni andenes. Sólo una explanada más alta, que está tomada por restaurantes. 


Es un pueblo sin ninguna planificación urbana, se fue haciendo a su antojo, alrededor de las vías del tren. Llegó un momento en que por allí no pudo continuar porque se hubiera caído al río, entonces comenzó a irse cuesta arriba, hasta donde la montaña y la selva lo dejaron avanzar.


Me dirijo a la Plaza Manco Capac, su Plaza de Armas, punto central de Aguas Calientes. Presidiendo la plaza encontramos una figura de Manco Capac y Mama Ocllo junto con el cartel de Machu Picchu Pueblo. También hay una pequeña iglesia o parroquia abierta al público.

Para dirigirme a mi hotel tomo la  cercana Avenida Pachacutec, una calle que va desde esta plaza a las  termas (en la parte alta) hasta la Plaza de Armas. Es la calle mas comercial, repleta de restaurantes, hoteles y tiendas para el turismo.




Poco más de cinco minutos y llego al hotel, son casi las seis de la tarde y lo primero que hago es darme una buena ducha.

Ayer no tuve apenas tiempo para visitar Aguas Calientes y después de una hora en el hotel me dispongo a visitar los alrededores. La verdad que el pueblo no tiene mucho que ver, la calle Pachacutec que es la más animada y es donde me encuentro y la cercana y paralela  Avda Hernamos Ayar que es de donde salen los autobuses a Machu Picchu y desde donde cruzando el rio por uno de sus tres puentes se puede acceder al Mercado de Artesanía.. Por último la Plaza  Plaza Manco Capac.

A tres minutos del hotel, calle arriba se encuentran los baños de aguas termales. Justamente Aguas Calientes recibió su nombre debido a la existencia de sus famosos baños termales naturales, ubicados en la parte alta del pueblo.

Las aguas termales provienen de un manante natural de origen volcánico. Es posible que fueran utilizados desde la época de los incas. El agua caliente emerge de canales subterráneos y brota por las rocas a altas temperaturas. Éstas son conducidas a pequeñas piscinas en donde no es posible nadar, solo relajarse y disfrutar del entorno natural.

El agua de las piscinas es de un color amarillo opaco, dando la impresión de estar sucia, aunque en realidad se trata de la tonalidad del azufre. Las temperaturas de las aguas termales oscilan entre 38ºC. (100ºF.) y 46ºC. (114ºF.).



Llego hasta el acceso de entrada y dada la hora, a punto de cerrar, no entro. Hay un nuevo atractivo turístico que se encuentra ubicado en la parte superior de los baños termales, una catarata a diez minutos de la entrada  y su visita está  incluida en el boleto a las aguas termales.


A la entrada una gran escultura de piedra de conocida como Machu Pichu con la figura del noveno inca Pachacutec.

Las autoridades del pueblo crearon en 2017 un circuito de esculturas de piedra sobre temas de la cosmología andina y forman parte de las plazas, principales calles del pueblo y reciento de las aguas termales.  Se trata de rocas que formaban parte de la vida cotidiana de los pobladores de Machu Picchu, para este concurso fueron esculpidas por escultores locales y nacionales.

Amor prohibido en el Circuito de Piedras en Aguas Calientes, Machu Picchu

El amor prohibido entre Wayra el Dios de los vientos y la Pachamama la madre tierra. El autor de la escultura, quiso plasmar este amor a través de la imagen de un inca abrazando a una mujer, ambos semidesnudos.

Por otro lado, en la parte posterior de los personajes principales podemos ver la imagen de una cruz andina en representación de la cosmovisión andina.
Dios Viracocha

Pachamama

De regreso tomo la Avenida Hermanos Ayar, para dirigirme al Mercado de Artesanía. Es la calle donde se toman los autobuses para subir a Machu Picchu, a estas horas está menos concurrida.


El pueblo está situado a orillas del río Urubamba, en la desembocadura de los ríos Aguas Calientes y Alcamayo. Al lado de la avenida discurre el rio Aguas Calientes y le cruzan tres puentes metálicos. Entre el segundo y tercer puente se encuentra el gran Mercado de Artesanía local repleto de puestos de ropa, souvenirs y de plata, donde pasé un rato contemplando los puestos y viendo los productos artesanales locales, pero no compré nada.






Después de pasar un buen rato en el mercado, ya ha anochecido y me dirijo a la Plaza Manco Capac  para visitar la pequeña iglesia del Carmen.

Esta es una parroquia pequeña, bonita, sencilla y muy pintoresca. Su fachada es de piedra. En su interior destaca la imagen de la virgen del Carmen y la imagen de Cristo Negro muy venerado en Perú y con imágenes repartidas por todo el país. Según cuenta la leyenda, los orígenes de este cristo estarían en la España del año de 1570, cuando el rey Felipe II se enteró de que los Indios de Perú aún veneraban a sus dioses paganos como el sol y la tierra, entonces, envió a hacer una imagen de belleza incomparable para la ciudad del Cusco, pero este Cristo seria diferente al resto, seria de piel morena y rasgos severos, para que los Indios pudieran verse a ellos mismos en él, un Cristo indígena.


La cultura religiosa andina refleja el sincretismo de las antiguas concepciones prehispánicas y las prácticas religiosas católicas y evangélicas introducidas por los españoles a partir del siglo XVI.

Con el arribo español en el siglo XVI, todas las poblaciones andinas vivieron una profunda transformación religiosa debido a la conquista, la evangelización y extirpación de idolatrías. Este proceso intensificó la yuxtaposición y sincretismo cultural dando origen a nuevas formas de culto y comprensión del mundo sobrenatural en los Andes.


Un paseo por los alrededores y tomo la Avda Pachacutec para cenar en alguno de los muchos restaurantes con los que cuenta. Depués retirada al hotel, mañana tengo una segunda visita a Machu Picchu.


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BIBLIOGRAFÍA



















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